Grec – II

Antes de continuar con la historia del GREC, este grupo parisino de laicos y sacerdotes que se reunían desde fines de los años 1990 en adelante para promover una reconciliación entre el Vaticano II y los católicos Tradicionalistas, debemos considerar la actitud fundamental de los participantes del GREC. El futuro de la Iglesia depende de los católicos que habrán entendido el error del GREC, es decir hasta que punto los espíritus modernos pierden su asimiento de la verdad. Para ilustrar esta actitud, tomemos al azar cuatro citas típicas entre docenas y docenas de otras que se encuentran en el libro “Para la Necesaria Reconciliación” del Padre Michel Lelong, sacerdote de la Iglesia Conciliar. En una carta que él escribió al Papa en julio de 2008 encontramos las dos primeras citas:

“Nosotros deseamos también que las excomuniones (de los cuatro obispos de la FSPX en 1988) puedan ser levantadas y que la FSPX encuentre su lugar en la Iglesia a la cual ella tiene tanto para dar. Es por eso que nosotros pedimos a las autoridades de la FSPX de poner fin a las declaraciones y artículos polémicos que critican la Santa Sede.” Comentario: (¿Acaso no es lo que hemos visto en la FSPX estos diez últimos años?). Pero, si las polémicas son tan malas, ¿Por qué entonces un buen número de los Padres de la Iglesia – y Mons. Lefebvre – fueron tan polémicos? Las polémicas son malas únicamente en la medida en que la unidad es buena. Pero la unidad es buena sólo en la medida en que la cosa alrededor de la cual se realiza la unidad, es buena.

“En nuestra sociedad tan tentada por el materialismo, el indiferentismo y los sectarismos, nosotros pensamos que en respuesta a vuestra petición, Santo Padre, todos los católicos deben esforzarse juntos en ser fieles a la recomendación de Cristo: ‘Permanezcan unidos para que el mundo entero crea’.” Comentario: “Unidos,” ¿Alrededor de qué? ¿Alrededor de la verdad católica, o alrededor de la mentira según la cual la verdad católica puede reconciliarse con el Vaticano II? Así pues la cuestión primera y crucial para la unidad católica es saber donde se encuentra la verdad católica. Sin embargo, el GREC deja las cuestiones que se refieren a la verdad a los “teólogos.” Pero, ¿Acaso los no-teólogos pueden ser salvados por mentiras?

Esta carta del Padre Lelong fue tan bien recibida por Benedicto XVI que los líderes y unos simpatizantes del GREC escribieron de nuevo algunos meses más tarde. He aquí dos citas más, esta vez de la segunda carta al Papa:—

“Ciertamente estuvimos muy contristados por el hecho de que las recientes proposiciones de la Santa Sede no hayan sido aceptadas por las autoridades de la FSPX, pero sabemos que sanar las heridas entre Católicos requiere siempre generosidad y paciencia para restaurar la confianza de los dos lados y permitir así la reconciliación.” Comentario: Todas las heridas, ¿Deben ser siempre solamente sanadas y jamás infligidas? ¿Acaso Nuestro Señor no se valió de un látigo sobre la espalda de los prestamistas de dinero en el Templo? Hay un Dios, su honor debe ser defendido por encima de todo, y los hombres pueden ser malos al punto de no entender otra cosa que el látigo, sea éste físico o verbal.

“Nosotros pensamos que el hecho de levantar las excomuniones pondría en marcha un proceso irresistible de aproximación, en vista de acuerdos entre la Santa Sede y la FSPX o, por lo menos, acuerdos con una gran parte de los sacerdotes y de los fieles de la FSPX.” Comentario: Es cierto que los contactos amigables entre Roma y la FSPX de hecho pusieron en marcha este proceso en el mes de enero de 2009 y que sólo una explosión desde el interior de la FSPX de la mas horrenda de las herejías de los tiempos modernos – “el antisemitismo” – bloqueó este proceso. Pero, o bien la reconciliación Católica con el Vaticano II no es más un problema, o bien debemos reconocer que esta explosión fue providencial, porque ella ha bloqueado, al menos por un tiempo, la falsa reconciliación.

En conclusión, como millones de Católicos modernos, el GREC busca por encima de todo la unidad, la reconciliación, los acuerdos, el fin de las polémicas, etc. Pero, ¿Dónde está pues el Dios de verdad en medio de todos estos dulces sentimientos? ¿Es El un papi bonachón que bendice todas las mentiras de los hombres con la única condición que ellos mientan al unísono?

Kyrie eleison.