Declaración Doctrinal – II

Perdónenme queridos lectores si vuelvo al séptimo párrafo de la Declaración Doctrinal del 15 de Abril de hace un año. La Declaración iba a servir ni más ni menos, como fundamento para todas las relaciones futuras entre la Fraternidad San Pío X y Roma. El 13 de Junio (no el 11) Roma la rechazó, así es que el Cuartel General de la FSPX puede ahora repudiarla, pero sirve para demostrar de lo que es capaz el actual CG de la FSPX. En cuanto a este séptimo párrafo, él es una obra maestra de confusión. Este “Comentario” de hace tres semanas (EC 300 del 13 de Abril) lo explicó en parte con una distinción doble, pero, para hacerle justicia, la confusión requiere una distinción cuádruple. Aquí está el párrafo completo:

Declaración III, 5: “Las afirmaciones del Vaticano II y el Magisterio post-conciliar, en lo que respecta a la relación entre la Iglesia católica y las confesiones no-católicas y al deber social de la religión y al derecho a la libertad religiosa, (1) la formulación de las cuales es difícil de reconciliar con las afirmaciones doctrinales previas del Magisterio, (2) deben ser comprendidas a la luz de la Tradición entera e ininterrumpida, (3) de una manera coherente con las verdades previamente enseñadas por el Magisterio de la Iglesia, (4) no aceptando ninguna interpretación de esas afirmaciones que pueda permitir que la doctrina Católica se exhiba en oposición a, o rompiendo con, la Tradición y ese Magisterio.”

El subrayado es mío para resaltar el engaño del párrafo. Noten (1) como no son las afirmaciones del Vaticano II las que son problemáticas, sino sólo su “formulación.” Ya ahí nos estamos alejando de las palabras que significan lo que ellas objetivamente dicen. Ahora en cambio las palabras nadan por aquí, por allá, según como ellas sean subjetivamente “comprendidas” (2), o “interpretadas” (4). Nuestras mentes están siendo licuadas para que pierdan aquel anclaje que es llamar a una espada, una espada. En ese párrafo se sugiere que no existe imposibilidad objetiva de reconciliar la insensatez Conciliar con la sensatez Católica, sino que meramente existe una dificultad subjetiva de reconciliarlas (es decir, en las mentes oscurecidas de los retrógrados Católicos Tradicionales).

Sobre todo noten en (2) y (3) el sutil pero crucial resbalón desde “a la luz de” a “de una manera coherente con.” Comprendiendo según la verdad las novedades del Vaticano II “a la luz de” la Tradición es comprender que son completamente irreconciliables. Comprendiéndolas “de una manera coherente con” la Tradición es comprenderlas como si fueran reconciliables. Nuestras mentes están siendo licuadas para que resbalen de vuelta, porque “a la luz de” y “de una manera coherente con” no significan la misma cosa. Como era de esperarse, (4) cualquier comprensión de las novedades que las haga chocar con la Tradición y con el Magisterio de todos los tiempos, debe ser absolutamente rechazada.

Así, la clausula (2) puede sacarle el sombrero a la “Tradición completa e ininterrumpida,” y entonces (2) puede ser alineada con la sensatez Católica, pero (3) sugiere la insensatez modernista, y (4) conduce la insensatez a casa. Así, el párrafo en su totalidad constituye un habilísimo movimiento paso a paso desde un vestigio de la verdad al cabal error de la “hermenéutica de la continuidad,” lo cual es puro Alicia en el País de las Maravillas – “Las palabras significan lo que yo digo que significan” truena Humpty Dumpty, el huevo antropomorfo.

Dios sabe quienquiera escribió este párrafo. Pudo no haber sido el Superior General de la FSPX. Pero, ¿puede cualquiera que lo estudie cuidadosamente negar que, tal como se yergue, está diseñado para conducir las mentes desde la Tradición Católica al error Conciliar? Hace bailar a las palabras como los herejes las hacen bailar, y los herejes que hacen bailar a las palabras hacen que las almas pierdan su Fe y caigan en el Infierno.Quienquiera fue responsable de este séptimo párrafo, ¡que sea él anatema!

Kyrie eleison.