Hipocresia Refinada
Asumamos, entonces, con el Padre Gleize en su primer artículo de los “Comentarios” hace seis semanas (CE 511), que no es seguro que un Papa no pueda caer en herejía. Para salvar almas desde Lutero hasta hoy, Dios pudo haber dado gracias especiales a las autoridades de Su Iglesia de la decadente Quinta Edad, para resistir esa decadencia, pero esa Edad prácticamente llegó a su fin con el Vaticano II. Los Papas conciliares han sido la muerte de la Iglesia. Pero, ¿son ellos herejes formales? El interés del segundo artículo del Padre Gleize es su resalte de justamente cómo estos Papas se manejaron para matar a la Iglesia subvirtiendo la doctrina Católica al tiempo de aparentar permanecer Católicos. ¿Cuál es la técnica de ellos? El Padre Gleize examina el caso de las cinco “dubia”, o puntos dudosos planteados por los cuatro Cardenales contra el texto del Papa Francisco Amoris Laetitia ( AL ): ¿es que estos puntos lo hacen a él un negador consciente e intencional de doctrina definida de la Iglesia? Aparentemente, no, dice el Padre Gleize, pero en efecto, sí.
Aparentemente, no, porque en cada uno de los cinco puntos el Papa Francisco no niega directamente la doctrina de la Iglesia, más vale la deja ambigua o la deja afuera. El primero de los cinco puntos es un ejemplo de ambigüedad: el Papa no dice “los divorciados pueden recibir Comunión” sino “En ciertos casos los divorciados pueden recibir Comunión”. Aquí el “en ciertos casos” está abierto a una interpretación amplia o estrecha. Es ambiguo, y esa ambigüedad es capaz de socavar la Ley de la Iglesia, porque hay muchos divorciados y demasiados sacerdotes y prelados que estarán felices de tomar la interpretación amplia.
En todos los cuatro puntos restantes el Papa socava la doctrina Católica no por negación sino por omisión. Por ejemplo (cuarto punto), él no dice “No hay tal cosa como un acto objetivamente pecaminoso” porque la Iglesia siempre ha designado una serie de actos objetivamente pecaminosos, empezando con los Diez Mandamientos de Dios. Más vale el Papa dice “La pecaminosidad objetiva no necesariamente significa culpabilidad subjetiva”. Ahora, por supuesto que la Iglesia nunca ha negado que puede haber circunstancias para este o aquel acto que quitan su culpabilidad, pero poner la excusa subjetiva en primer plano es poner el pecado objetivo en segundo plano. ¡Los pecadores lo amarán! Sin embargo, la Iglesia Católica siempre ha clasificado la naturaleza objetiva y la corrección o incorreción moral de los actos, por encima de la culpabilidad subjetiva de esta o aquella persona cometiendo el acto. “La excepción hace a la regla” dice un proverbio, y otro “Casos extremos hacen mala ley”. Por el contrario, el subjetivismo del Papa Francisco socava la ley de la Iglesia (y el sentido común) con casos extremos, aún cuando él evita contradecir directamente la ley de la Iglesia. El Padre Gleize concluye que las cinco dudas de los cuatro Cardenales están totalmente justificadas.
Sin embargo, el Papa se está cubriendo sus espaldas al no hacer declaraciones dogmáticas o anti-dogmáticas. Él mismo escribe en AL que su propósito es “recolectar aportes de los dos Sínodos sobre la familia, junto con más consideraciones capaces de guiar el pensamiento o diálogo o práctica pastoral”. Esto manifiestamente no es un propósito dogmático. Por consiguiente es difícil ponerle al Papa Francisco el rótulo de “hereje formal”. Pero así como el Vaticano II manifestó ser meramente un Concilio “pastoral”, es decir no doctrinal, y, sin embargo, hico volar por las aires a la doctrina Católica y a la Iglesia, así el Papa Francisco en AL no está manifestando que él está enseñando doctrina, y, sin embargo, él está haciendo volar por las aires la moral Católica y la familia. Es el clásico medio de subversión Comunista o Neo-modernista, usando practicidades para socavar la verdad, no en principio sino en la práctica. Comparen Roma hacia Monseñor Fellay: “Obtengan reconocimiento práctico primero, hablaremos sobre doctrina después”. Comparen Monseñor Fellay hacia la FSPX: “Nosotros no estamos cambiando doctrina”, mientras que él mismo ya casi no exhala más una palabra de crítica sobre la destrucción de la Iglesia por el Papa Francisco. ¿Hubiera Monseñor Lefebvre guardado silencio? Plantear la pregunta es contestarla.
El Padre Gleize concluye que el Papa Francisco puede no ser un “hereje formal”, pero él está ciertamente “favoreciendo la herejía”. “Hereje formal” sería el peor de los dos rótulos, pero no en este final incorrecto de la Quinta Edad de la Iglesia, cuando la hipocresía de los enemigos de la Iglesia es más refinada que nunca. ¡Que el Cielo nos ayude más que nunca! ¡Recen los Quince Misterios del Rosario cada día!
Kyrie eleison.