Los Tribunales Concluyen

El pasado 31 de enero, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos anunció su tan esperada decisión de rechazar la apelación del autor de estos “Comentarios” contra su condena casi unánime por parte de siete tribunales de Alemania durante varios años por el “delito”, según la ley alemana, de cuestionar en suelo alemán en noviembre de 2008 si Seis Millones de personas habían sido gaseadas bajo el Tercer Reich. Los dos abogados defensores alemanes hicieron un honorable intento de defender a su cliente políticamente más incorrecto, pero estaban luchando con una mano atada a la espalda, porque la ley alemana les prohibía adoptar su postura sobre la verdad histórica. En cambio, en Alemania, como en muchos países hoy en día, la verdad ya no es la medida de los intereses privados, sino que ciertos intereses privados se han convertido en la medida de la verdad.

Pero, ¿cómo puede la verdad haber sido destronada? Como el mismo Dios Todopoderoso, la verdad es o Número Uno, o no es nada. Dios mismo puede ser sólo el número uno, porque Él es el Creador infinitamente superior a toda Su Creación. La verdad es la número uno porque si la definimos como la concordancia de la mente con la realidad, entonces cualquier disminución o contradicción de la verdad, cualquier preferencia de una no-verdad a la verdad que la no-verdad niega, significa una correspondiente pérdida de control de mi mente sobre la realidad, y por lo tanto un deslizamiento mayor o menor de todo mi ser hacia la fantasía y la mentira. Así que es obvio que en las leyes y tribunales de cualquier nación, la verdad es de suma importancia. ¿No deben los testigos jurar en un tribunal normal “decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad”?

He aquí por qué los grandes legisladores se cuentan como fundadores de sus naciones, Moisés de los israelitas, Solón de los atenienses, Licurgo de los espartanos, porque ellos han establecido el marco de la justicia entre su pueblo, dando a cada uno lo que le corresponde, posibilitando así las relaciones sociales y las sociedades. Incluso la sociedad de 22 hombres en un humilde juego de fútbol necesita su propio administrador de justicia, el árbitro. Y no puede actuar como árbitro sin la verdad. ¿Fue un tacleo honesto o fue una falta? Que en justicia merezca o no una pena depende de la verdad de lo que realmente sucedió. Así pues, vivir en sociedad sólo es posible con una medida de justicia, y la justicia sólo es posible con una medida de verdad. Bendita sea la nación que tiene legisladores y jueces que recompensan lo que es verdaderamente recto y castigan lo que es verdaderamente malo.

Ahora veamos las leyes y los tribunales que castigan cualquier cuestionamiento sobre el asesinato de Seis Millones de víctimas en la Segunda Guerra Mundial. ¿Fue este asesinato un hecho histórico, o no? Si era verdad, entonces cuestionar puede ser malo si el daño hecho es lo suficientemente malo, pero si el asesinato nunca tuvo lugar, entonces es conforme con la verdad el cuestionarlo, lo que no sólo no es malo, sino que es positivamente bueno. Porque si los Seis Millones son un mito monstruoso que pesa sobre las mentes de la gente como el dogma fundamental de lo que actúa como su religión falsa, ¿no soy un libertador si ayudo a liberar sus mentes de la mentira? “La Verdad os hará libres”, dice Nuestro Señor (Jn VIII, 32). ¿No está claro como el día que si los Seis Millones nunca fueron asesinados, entonces cuestionar su asesinato merece una gran recompensa de la sociedad, y no un castigo?

Ahora los políticos y sus intereses privados pueden tergiversar la verdad hasta cierto punto, pero la verdad es de tal fuerza intrinseca que no puede ser suprimida por completo. Por lo tanto, el juicio común de los historiadores serios, basado en pruebas objetivas, todavía puede levantarse contra los intereses privados más poderosos. Tal es el caso del “gaseado” de “seis millones” de víctimas bajo el Tercer Reich. Los intereses privados pueden reclamar lo que quieran, pero no pueden cambiar los hechos objetivos de hace 75 años. ¿Y que es lo que los investigadores serios alegan ahora sobre estos millones?

Por lo tanto, con leyes que prohíben la verdad, todo Estado está construyendo sobre arena. Que todos los Estados tengan cuidado de no aprobar leyes que pongan la verdad en segundo lugar, porque al menos, en este caso, la verdad histórica -en contraposición a la “verdad” emocional- no está necesariamente de su lado.

Kyrie eleison.