L’ ACTUALIDAD de las ESCRITURAS

En torno al Dios encarnado el mundo entero gira, 

Como dice la Escritura. Al despreciarlo, arde como en pira.

El último número del boletín de noticias del seminario de la «Resistencia» de la Sociedad de los Apóstoles de Jesús y María, en Morannes, en el noroeste de Francia, contiene un admirable editorial procedente del superior de dicha Sociedad, monseñor Jean-Michel Faure. No es largo. He aquí el texto completo: 

Queridos amigos y bienhechores: 

Nuestro Señor dijo a los Apóstoles: «Cuando oigáis hablar de guerras y levantamientos, no os asustéis . . . . seréis odiados por todos, a causa de mi nombre» (es decir, a causa de vuestra fidelidad a mi doctrina) . . . . «con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas . . . . Cuando veáis que estas cosas empiezan a suceder, levantad la cabeza y mirad hacia arriba, porque vuestra redención (y vuestra victoria) está muy cerca ». (Lc. XXI, 9, 17, 19, 28). 

Hoy asistimos a los signos que anuncian los grandes acontecimientos aludidos por Nuestro Señor Jesucristo, San San Pablo y San Juan: la gran apostasía. Nunca antes los enemigos de Jesucristo habían tenido a su disposición tantos medios para destruir toda fe y moral en las almas de los niños, de los jóvenes y de los ancianos. «Aplastar la (iglesia) infame”, gritaba ya Voltaire en el siglo XVIII a los adeptos de la secta infernal – «Derribemos el trono (o monarquía) para derribar el altar (o misa católica e Iglesia), por el laicismo (televisión, internet, cine), las modas indecentes, y finalmente por la infiltración en la Iglesia, hasta llegar al papado, gracias al Concilio Vaticano II. 

La historia moderna ilustra las etapas de la gran apostasía de las naciones, los gestos y los hechos de los del Anticristo, sus predecesores preparando la venida del Anticristo mismo, preparando a la generación de los hombres para aplaudirle cuando venga (cf. II Tes. I, 8). Un documento muy reciente procedente de Roma afirma que la dignidad humana es infinita. Aquí está el hombre pretendiendo establecer su trono dentro de la 

Iglesia, para entronizarse allí con el poder del Diablo (II Tes. II, 4). 

Como dijeron los peregrinos de Emaús a Nuestro Señor: «Señor, quédate con nosotros, que el día está muy avanzado» (Lc. XXIV, 29) (y las tinieblas cubren la tierra). Ánimo, pequeño rebaño – «Yo he vencido al mundo» (Jn. XVI, 33), por la Cruz. El Reino de Dios nunca ha estado tan cerca. 

Mons. Jean-Michel Faure 

Lo que impresiona aquí es, ante todo, lo pertinentes que son las abundantes citas de un ayer lejano para nuestras calamidades sin precedentes en la Iglesia y el mundo de hoy. Los lectores de estos «Comentarios que se hayan impresionado a causa de la falta de autoridad de mensajes mucho más recientes que pretenden venir del cielo para iluminarnos y alentarnos en la batalla venidera, al menos que abran sus biblias para leer de nuevo Mateo XXIV, Marcos XIII y Lucas XXI. No hay falta de autoridad divina detrás del texto de los evangelios, sólo falta que nos demos cuenta, a la manera del monseñor Faure, de cuánto ese texto puede cobrar vida en nuestras circunstancias actuales. 

Lectores, para comprender lo que realmente sucede a nuestro alrededor y lo que debemos hacer, leed con regularidad la propia palabra de Dios, y no sólo el Nuevo Testamento, sino también el Antiguo Testamento, donde la presentación múltiple de la bondad de Dios frente a la maldad de los hombres es la esencia misma de los acontecimientos actuales. 

Kyrie eleison