¡Atención Capitulares!
Recuerden, todos ustedes Capitulares de la Fraternidad San Pío X, que se preparan para participar en las votaciones que darán forma a la Fraternidad durante los próximos 12 años, ¡recuerden su grave responsabilidad! No estarán en unos días participando en una fiesta infantil en el jardín, sino contribuyendo a decisiones con posibles repercusiones para toda la Iglesia – ¡y para el mundo!
Cuidado con el ambiente que se está creando en los Capítulos, por los cuales se les hace sentir a todos que deben ser amables juntos, como en una fiesta en el jardín, donde nadie debe romper los buenos sentimientos de todos. Todos ustedes están en primera línea de la batalla final entre la Santísima Virgen y el Diablo (dijo la Hermana Lucía de Fátima).
Recuerden la crisis de la Iglesia, desatada por el Vaticano II, que dio origen a la fundación de su Fraternidad. Es cierto que Monseñor Lefebvre creó seminarios para el verdadero sacerdocio y la espiritualidad católica, pero luchó por defenderlos para salvar la Fe Católica. ¿De qué servirían los sacerdotes, o la espiritualidad, si nadie tuviera la Fe? En este sentido, incluso la verdadera Misa es un medio y no el fin.
Cuídense de cualquiera que pretenda que la crisis ha terminado, o que la Roma conciliar ya no es conciliar, o que al Papa Francisco le agrada a la Fraternidad. A él y a los funcionarios que ha elegido para rodearlo sólo les puede agradar la Fraternidad cuando ésta deje de resistirse a su Concilio. Entonces ellos amarán a la Fraternidad, porque se abría convertido en una destacada defensora de la apostasía de la Iglesia Universal.
Recuerden a su Fundador, Monseñor Lefebvre, especialmente los consejos y advertencias de sus últimos años, entre las consagraciones episcopales de 1988 y su muerte en 1991. Esas consagraciones contra la voluntad expresa del Papa no contradijeron todo su leal servicio anterior a la Iglesia, sino que fueron su gloria suprema, ¡porque nunca hizo nada que sirviera más para defender y sostener la fe católica!
Cuídense de que les digan que el Arzobispo siempre estaba tratando de llegar a un acuerdo con las autoridades romanas. Es cierto que hablaba con ellos, pero cuando en 1988 finalmente se negaron a proteger la Tradición, entonces puso decididamente la doctrina por delante de la diplomacia. ¡Desde 2012 la diplomacia ha vuelto a estar por delante de la doctrina!
Recuerden cómo toda la Iglesia tuvo que escuchar al Arzobispo, porque él defendía la Verdad y su Fraternidad estaba a la vanguardia de la gloriosa lucha por la Fe. Desde 2012, ¿qué ha defendido la Fraternidad? Desde que renunció a la primacía de la doctrina, es cada vez más parecida a varias Congregaciones bajo Ecclesia Dei, y los mejores sacerdotes de la Fraternidad están confundidos – “¿Qué se supone que debemos defender ahora?”
Cuídense de sus decisiones que consumen la primacía de lo práctico, establecido por la Fraternidad en 2012, sobre la doctrina, de la unidad de los hombres sobre la verdad de Dios, del hombre sobre Dios. ¡Nunca el mundo ha necesitado tanto a Dios! ¡Nunca ha estado la Iglesia más necesitada del testimonio de la verdad de Dios! ¿Y ahora el testimonio de la Fraternidad está por desvanecerse?
Recuerden que reuniones como un Capítulo General pueden ser hábilmente manipuladas, como el Vaticano II, por liberales bien preparados de antemano. No tengan miedo de encontrarse y discutir con sus hermanos sacerdotes antes de que comience el Capítulo. Sin duda, los liberales lo han hecho, e incluso pueden haber decidido todas las cuestiones importantes. ¡Por todos los medios arrojen llaves inglesas en su fluida maquinaria! ¡Hablen claramente, antes que la verdad decline!
Cuídense de renunciar a la gracia, de renunciar a la realidad, ¡de ser dóciles en el país de los sueños! Cuídense de “paz y unidad” en cualquier cosa excepto la Verdad. 2018 es vida o muerte para la Fraternidad. El compromiso no es victoria. No sean meros sellos de goma, ¡saquen a relucir lo que la verdadera Iglesia requiere de la verdadera Fraternidad!
Kyrie eleison.