Cartas del Rector

Les suplico me disculpen por sugerir la razón por la cual los lectores de “Comentarios Eleison” podrían estar interesados en revisar ya sea uno o a los cuatro volúmenes de las “Cartas del Rector,” impresos y disponibles a través de la editorial Norteamericana “True Restoration Press.” En pocas palabras, estos libros presentan una combinación poco usual de la Fe verdadera con un toque de nuestro falso mundo moderno.

Era lógico que mientras el mundo moderno caía en la apostasía y se distanciaba más y más de Dios, las mentes Católicas eran tentadas (a menos que estuvieran dispuestas a ser forzadas) a aferrarse al mundo y a abandonar a Dios, como en el Vaticano II, o a aferrarse a Dios y a abandonar el mundo moderno, como lo hicieron muchos Católicos de los 50’s que no se esforzaron más por vivir con la modernidad, retirándose a un refugio imaginario y sentimentalista de un supuesto Catolicismo pre-Conciliar.

Pero el Catolicismo no puede ser irreal si este debe de llevarnos al Cielo, el cual ¡es real! Los 50’s son ya pasado. Se han terminado. No existen más. Es evidente que no todos los Católicos de los 1950’s vivían en la irrealidad. El Arzobispo Lefebvre es un ejemplo sobresaliente de la negación de la fantasía. Pero muchos de ellos habían ya desconectado su Fe de la realidad que los rodeaba, razón por la cual cuando ésta los envolvió dramáticamente en los 60’s, su Fe fue doblegada, y sin mucho pensarlo se lanzaron confiadamente al Vaticano II; Vaticano II, la religión del hombre, una religión verdaderamente moderna pero falsamente Católica, aunque inteligentemente disfrazada. ¡La realidad no podía ignorarse!

Por lo tanto, lo que probablemente caracterice las “Cartas del Rector” es que mientras estas proclaman la verdadera Fe de la Iglesia inmutable, al mismo tiempo abordan, a la luz de la Fe, una variedad de problemas modernos que, aunque existían ya antes del Concilio, se han agravado enormemente desde entonces: La Fe se ha torcido, los hombres perdieron su masculinidad, las mujeres visten pantalones, las familias se desintegran, existe un sentimentalismo desenfrenado, los medios de comunicación esparcen la mentira, los políticos traicionan, etc., etc. y aún peor que todo esto, hombres de la iglesia Católica que han extraviado su camino. ¡Claro! Era lógico que ellos también finalmente perdieran su ancla debido a la presión que ejercía sobre ellos la realidad que los rodeaba, la realidad que no se habían preocupado por manejar.

Las “Cartas” ofrecen un análisis de muchos de estos problemas. Su autor no clama infalibilidad en las soluciones que él presenta, pero si afirma que a menos que los Católicos enfrenten los problemas que él plantea, se arriesgan más pronto de lo pensado a lanzarse gustosamente al Vaticano II.

Kyrie eleison.