Defendiendo a Valtorta

Concerniente al “Poema del hombre-Dios” por María Valtorta (1897–1961), una vida de Nuestro Señor que se extiende en 10 volúmenes escritos en italiano en la década de 1940, un sacerdote italiano, Don Ottavio Michelini (1906–1979), habría escuchado en la década de 1970, según se supone de Nuestro Señor mismo, los siguientes comentarios:—

“Yo he dictado a Maria Valtorta, un alma víctima, una Obra maravillosa (Poema del hombre-Dios). De esta Obra, Yo soy el Autor. Tú mismo, mi hijo, has reconocido a Satanás reaccionando con furia contra ella . . . . Tú mismo has observado la resistencia que muchos sacerdotes oponen a esta Obra ( . . . ) Si ella fuera – no digo “leída”- sino estudiada y meditada, haría un inmenso bien a las almas. Esta Obra es un manantial de cultura seria y sólida . . . . Es una Obra ordenada por la Sabiduría y Providencia Divina para los tiempos nuevos. Es fuente de agua viva y pura. Soy Yo, la Palabra viviente y eterna, Quien me he dado a Mí Mismo nuevamente como alimento para las almas que Yo amo. Yo, Mismo, soy la Luz, y la Luz no puede ser confundida, y menos aún fundirse Ella Misma, con las tinieblas. Donde Yo me encuentro, las tinieblas se disuelven para dar lugar a la Luz”.

María Valtorta equivale en el siglo XX a María de Agreda y a Anne-Catherine Emmerich en los siglos XVII y XIX respectivamente. Las dos visionarias anteriores han ganado ya amplio respeto dentro de la Iglesia Católica, pero María Valtorta es todavía controversial. Ahora bien, se puede admitir que su “Poema” no es del gusto de todos. No necesita ser forzado sobre nadie. No puede remplazar a los Evangelios. No es necesario para la salvación. Y, puede parecer altamente dudoso apoyar los escritos de una supuesta visionaria con las palabras de otro, especialmente cuando el testigo de apoyo es tan poco conocido como lo es Don Michelini.

Sin embargo, hay almas en todas partes del mundo para las cuales el “Poema” ha actuado como un estupendo regalo de Dios mismo. A estas almas les ha parecido estar diseñado para aliviar la angustia espiritual de nuestros propios tiempos, la cual está deviniendo más y más insoportable para muchos. Por consiguiente, estos “Comentarios” se atreverán a poner delante de los lectores, una vez más, razones para tomar en serio el testimonio de Don Michelini y para interesarse en el “Poema”, de manera a poder aprovechar de él, antes de que Dios intervenga de una manera espectacular para sacar esa angustia. Presentemos estas razones mediante un resumen brevísimo de las siete razones supuestamente dadas por Nuestro Señor mismo al final del “Poema”, para explicar porque El reveló su contenido a María Valtorta:—

1 Doctrina – mientras el modernismo causa estragos en la enseñanza inalterable de la Iglesia, las almas necesitan ver como Yo di esa mismísima enseñanza a la Iglesia, desde el inicio: divina, perfecta, inmutable.

2 Amor – cuando la caridad se hace fría y sentimental, los sacerdotes y laicos necesitan reavivar su amor a Cristo y a todo lo que concierne a Cristo, especialmente a Su Madre.

3 Dirección – cuando las almas se están extraviando en tantas direcciones diferentes, los directores espirituales necesitan ver de cuantas maneras diversas Yo les dirigí.

4 Realidad – cuando el amor está tan ampliamente falsificado y mancillado, los seres humanos necesitan ver a Jesús y a María como verdaderos seres humanos de carne y hueso, con un amor entre ellos perfecto, pero verdaderamente humano.

5 Sufrimiento – cuando el confort por todos lados está primando, los buscadores de placer necesitan conocer cuan largos y variados fueron los sufrimientos de Mi Madre y de Mí Mismo, empezando decenas de años antes de la Pasión.

6 Palabra – cuando el lenguaje está totalmente degradado, la gente necesita ver el poder de Mi Palabra, de mis palabras, para transformar las almas, por ejemplo de pecadores ásperos en grandes Apóstoles.

7 Judas – cuando el mal está tan sentimentalizado como para ser negado, a los pecadores se les debe mostrar el misterio de la iniquidad en forma humana, para que no se siga a Judas al Infierno.

Kyrie eleison.