Elmer Gantry

En el sistema de entretenimiento individual de los pasajeros durante un vuelo intercontinental, encontré hace poco entre las películas “clásicas,” una que recordaba haber visto hace unos 50 años. Se trataba de la versión rodada en 1960 de la novela de Sinclair Lewis, Elmer Gantry. Me acordaba de la película a causa de dos temas de un diálogo que se me quedaron grabados desde entonces. El primero es el de un hombre viejo que compara la conversión religiosa con la embriaguez. El otro es el de una mujer joven suplicando que le mientan. Es así que miré la película otra vez . . .

Elmer Gantry es un charlatán norteamericano de los años 1920 que cae enamorado de una predicadora evangelista fundamentalista, la “Hermana” Falconer, mientras ella está llevando una cruzada de conversión a través del país, en una gran tienda itinerante. Por falta de religión verdadera, la película es algo confusa, pero pinta con mucho realismo la genuina necesidad que las almas tienen de la religión y la falsedad de la “religión” Protestante fundamentalista. La necesidad verdadera y la satisfacción falsa son puestas de relieve, las dos juntas, cuando Elmer hace preguntas a un viejo hombre que está haciendo la limpieza de la tienda: “Señor,” contesta éste, apoyado sobre su escoba, “yo he sido convertido cinco veces. Por Billy Sunday, el Reverendo Biederwolf, Gypsy Smith y dos veces por la Predicadora Falconer. Me embriago tremendamente y entonces me convierto y estoy salvado. Volviéndome ebrio y volviéndome salvado, las dos cosas me hacen un gran bien.”

Claro que la respuesta tiene su lado cómico, pero es trágica cuando uno piensa en todas las almas para las cuales se ha vuelto casi normal poner la conversión religiosa al nivel de la embriaguez. Así, acercarse a Dios se reduce al solo hecho de sobrevivir en la tierra, muy cerca de terminar por ridiculizar del todo a la religión. ¡Cuantas almas debe haber para las cuales el Santo Nombre de Jesús seha vuelto casi trivial por haber sido asociado al sentimentalismo a flor de piel de los predicadores protestantes fundamentalistas! Lean Sangre Sabia y otros cuentos de Flannery O’Connor (1925–1964), una escritora católica que choca pero que no está en absoluto confundida, y que pinta muy bien hasta que punto el instinto religioso del hombre puede llegar a ser torcido por el Protestantismo del Sur de los Estados Unidos. ¡Dios puede hacer crecer rosas en una alcantarilla, pero que tremendo daño provocan las herejías!

La segunda observación de la película que recordaba yo, está enmarcada en un contexto privado, pero uno le puede encontrar una aplicación que va mucho mas allá. Mientras va detrás de la Predicadora Falconer, Elmer se encuentra por casualidad con otra mujer que había maltratado y abandonado años antes. Cuando esta mujer se entera de su aventura con la predicadora, procura vengarse, pero incluso mientras ella prepara una trampa para desacreditar totalmente a Elmer en la prensa, al mismo tiempo no puede evitar desear que él le diga que él la quiere. Ella le dice: “Dime una mentira gorda que yo pueda creer, siempre y cuando me abraces fuertemente.” Por amarlo tanto como todavía lo hace, todo lo que ella quiere es ser engañada.

Así está el mundo a nuestro alrededor. Todo lo que pide es ser engañado. Por eso estamos viviendo en un mundo de las mentiras de Satanás. No queremos Dios. Ahora bien, la vida sin El no puede funcionar – ver Sal.126, vers.1, y mire simplemente a su alrededor – pero nosotros queremos desesperadamente creer que la vida funciona de la mejor manera sin El. En efecto, decimos a nuestros líderes, “Nosotros os hemos elegido para que nos digáis mentiras gordas y para que nos abracéis fuertemente en nuestro ateísmo. Por favor, haced un 9/11, un 7/7 (el 9/11 inglés), o lo que vosotros queráis, siempre y cuando podamos seguir creyendo en vosotros como en un substituto de Dios para cuidarnos. Cuanto más grande sea la mentira, más la vamos a creer, pero nos debéis abrazar fuertemente. Que vuestro estado policíaco nos oprima cuanto queráis, pero debéis mantener afuera a Dios.”

¿Es de extrañarse que tengamos el mundo satánico que tenemos?

Kyrie eleison.