Desintegración Del Papa – III

Si estos “Comentarios” de la semana penultima elogiaban el Superior General de la Sociedad de San Pío X, el P. Davide Pagliarani, por su análisis del 12 de marzo sobre la impensable locura del “pensamiento” del Papa Francisco, nadie tiene por qué concluir que los “Comentarios” de esta semana tratan de socavar esa Sociedad si pasan a hacer un par de sugerencias al mismo Superior General. En todos los idiomas habrá alguna expresión proverbial de la distancia entre las palabras y los hechos. El P. Pagliarani está hablando correctamente. Los americanos podrían decir que todo lo que necesita ahora es andar el camino correcto, de acuerdo con su discurso.

En efecto, si el Superior General quiere realmente el bien de la Sociedad de la que es Superior, querrá actuar como actuó el Fundador de esa Sociedad, porque seguir a un Fundador es servir a su fundación, mientras que contradecirle de palabra o de obra será contribuir a deshacer su fundación. Ahora bien, ¿qué distinguía a Monseñor Lefebvre de sus miles de cofrades obispos en el Vaticano II y después de él? Siempre dijo que algunos cientos salieron del Concilio todavía resueltos a defender la verdadera Fe Católica, pero que en los años 70 el Papa Pablo VI logró esencialmente romper su resistencia, especialmente por el mal uso de su autoridad. Así que los obispos pusieron el Sistema por encima de la Verdad, mientras que el Arzobispo puso la Verdad por encima del Sistema.

Ahora, al declarar en su análisis del 12 de marzo que el Papa Francisco está prácticamente abandonando toda la filosofía y la teología católica, el honorable P. Pagliarani, demuestra que tiene un verdadero conocimiento de la Verdad y del terrible peligro en el que se encuentra hoy. Ahora bien, ¿qué hizo el Arzobispo cuando en los años 70 y 80 los Papas Pablo VI y Juan Pablo II pusieron en peligro la Fe de forma similar? ¿Puso el Sistema delante de la Verdad? ¿O acaso no hizo lo correcto al consagrar a cuatro obispos, incluso fuera del Sistema, para asegurar la supervivencia práctica de su discurso heroico? ¿Puedo sugerir que hay dos cosas que puede hacer, una para la Iglesia y otra para el Estado, para elevar su camino al nivel de su discurso?

Para la Iglesia, ayúdela enormemente, como lo hizo el Arzobispo (y como lo hizo usted mismo con su condena absolutamente clara en febrero de 2019 de la Declaración Conjunta del Papa con el Gran Imán de Al-Azhar), no sólo con la fidelidad a la doctrina católica, sino también rehuyendo inequívocamente el Sistema de la Iglesia, actualmente todavía empantanado en la doctrina conciliar, y susceptible de contaminar a cualquier sacerdote o líder de la Sociedad que coquetee imprudentemente con tales instrumentos objetivos de Belial. Con esos funcionarios de la Iglesia gravemente equivocados, cortesía y caridad, sí, pero contacto amistoso, de ninguna manera. Porque no puede haber mayor caridad hacia tales traidores objetivos, que se arriesgan a una terrible eternidad, que hacerles comprender la necesidad de volver a la buena doctrina. Y usted tiene ademas el deber de alejar a sus propios sacerdotes de ellos, ¡tan peligrosos son!

Y para el Estado, de manera similar. Prácticamente todos los Estados del mundo están actualmente bajo el control encubierto de los enemigos bimilenarios de Dios y del hombre, a los que Dios está utilizando para azotar a la humanidad apóstata. En lo que es radicalmente una guerra religiosa por su parte, por la ceguera y la debilidad de los católicos que deberían detenerlos, han conseguido el dominio de nuestros bancos, la política, las universidades, las artes, la cultura, el derecho, la medicina, etc., de modo que todas estas cosas son meras cáscaras anticristianas de lo que una vez fueron como partes de la civilización cristiana. La culpa es de los cristianos por su falta de fe, y ha supuesto recientemente el robo en una nación, antaño grande, de sus elecciones nacionales, con muy poca protesta contra la masa de mentiras necesariamente implicada. Ahora, con el sello de los mismos guerreros anticristianos está toda la crisis artificial de Covid. Padre, cualquier sociedad católica está traicionando aún más a Cristo si no discierne, y actúa, sobre quién y qué está en juego. El Covid es un problema aún más religioso que político, y los hombres de Dios deben decirlo, si el pueblo de Dios quiere volver a ponerse de rodillas. Que Dios esté con vosotros.

Kyrie eleison.

P.D. Basta de ECs por el momento sobre la gravedad del modernismo. Dejemos que los dos próximos ECs presenten para el tiempo de Pascua la alegría de Beethoven (aunque no sea una alegría directamente cristiana, sino derivada de ella).

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