Ráfaga de Beethoven

En dos meses más, desde las 18:00 horas de la noche del Viernes 19 de Febrero hasta el mediodía del Domingo 21 de Febrero, tendrá lugar aquí en Broadstairs una ráfaga de tres días sobre la música de Beethoven. Un joven pianista estadounidense que puede leer a la vista cualquiera de sus 32 sonatas para piano, y que ama a todas ellas, cruzará el Atlántico para ejecutar algunas de ellas para nosotros, aún no sabemos cuales.

Sin duda, él ejecutará las tres grandes favoritas, Patética, Claro de Luna y Appassionata, y Waldstein tambien , pero habrá tiempo para que él analice y presente muchas otras. Por ahora no habrá un programa fijo para los dos días. Habrá lugar para abundantes preguntas y discusión e improvisación. Un cierto obispo también contribuirá al análisis de su compositor favorito con cierta profundidad. El propósito de este fin de semana será el que los participantes se lleven con ellos una comprensión que pueden no haber tenido antes, de cómo la música clásica funciona y que es lo que hace de Beethoven, en particular, uno de sus más famosos compositores.

Pero, alguien objetará, ¿qué tiene que ver la música, especialmente la música revolucionaria, con la defensa y propagación de la Fe católica? La respuesta aquí tiene que ser breve. En primer lugar, que nadie desprecie la música. Ambos, la Iglesia Católica y el Demonio, están agudamente conscientes que la música es un lenguaje singularmente capaz de expresar y de dar forma a lo que sucede en el alma humana y, por consiguiente, de influenciar la dirección que un alma está tomando, hacia el Cielo (canto Gregoriano) o hacia el Infierno (¿no es que las víctimas del reciente tiroteo en París estaban justo tomando parte en una canción de rock que invocaba al Demonio?). Casi todo ser humano tiene alguna u otra música en su alma, y esa música normalmente está profundamente arraigada, para bien o para mal. Sería apenas una exageración decir que si un hombre no tiene en él la música de su religión, tendrá en él la religión de su música, por ejemplo la del Diablo. Los Católicos que se dan cuenta que la música que aman no va mucho más allá del Pop o del Rock, podrían bien aprovechar la oportunidad para llegar a manejar la música clásica, por vía de una estudiosa ráfaga de Beethoven.

Ahora bien, es verdad que hay una gran cantidad de música más elevada que Beethoven. Él nació bajo el Antiguo Orden, 19 años antes de que la Revolución Francesa estallara en 1789, pero murió 38 años más tarde cuando la época Revolucionaria moderna estaba bien encaminada, en 1827, así que su vida montó a horcajadas esa convulsión tremenda que él expresó musicalmente en un número de sus piezas maestras, notablemente en la sonata para piano Appassionata y en su Sinfonía Heroica, dedicada originalmente a ese héroe de la Revolución, Napoleón Bonaparte. Sin embargo, cuanto la relativa serenidad de las piezas maestras musicales previas a la Revolución está libre de su agitación y disturbio Romántico, al mismo tiempo tanto más está alejada de nuestro propio mundo de hoy que está marinado en la Revolución. Por consiguiente, Beethoven puede hablar a las almas de hoy que encuentran poco o ningún interés en la música de maestros anteriores a él. Tampoco es Beethoven solamente Revolucionario. El poder único de sus piezas maestras más amadas deriva de que su vino Romántico está contenido y organizado dentro de los cueros clásicos que heredó de Haydn y Mozart.

Para darnos una idea de números, por favor déjennos saber si usted planea asistir al fin de semana de Beethoven. Fuera de estación, las pensiones locales deben tener abundancia de piezas para pasar la noche. Y si los lectores masculinos preferirían algo más directamente católico, que ellos se inscriban tan pronto como posible para los Ejercicios Ignacianos a ser dados aquí por el Padre Abraham y por mi entre las 18:00 horas del 26 de Diciembre y las 18:00 horas del 31 de Diciembre.

Kyrie eleison.