Teólogo Conciliar – I
El caos ocasionado en las almas del mundo entero, causado por el colapso de la generalidad de los obispos Católicos en el Concilio Vaticano Segundo, es inconmensurable. Es por ello que difícilmente uno puede reflejar demasiado del problema esencial, ya que aún se encuentra muy adherido a nosotros, de hecho más que nunca. Amenaza con lanzar a todas nuestras almas al Infierno. El año pasado, la revista quincenal “Sí Sí, No No” publicó un artículo que resumía los principales errores de un “teólogo” pionero del Vaticano II, el Padre Dominico Francés Marie-Dominique Chenu. Presentado aun mas brevemente a continuación, sus seis errores apuntan al corazón del problema: el poner al hombre en el lugar de Dios (he cambiado el orden – por lo tanto queda abierta la oportunidad de otro “CE”):
1 Voltear hacia el hombre, como si fuera Dios quien necesita adaptarse al hombre moderno, y no el hombre moderno a Dios. Pero el Catolicismo siempre lucha por hacer que el hombre encaje con Dios, y no al revés.
2 Someter la Revelación divina a la forma de pensar moderna, por ejemplo, Descartes, Kant, Hegel. Ya no existe una Verdad absoluta y objetiva. Todas las afirmaciones religiosas se tornan meramente relativas y subjetivas.
3 Someter la Revelación divina al método histórico, lo que significa que cada verdad surgió meramente en su contexto histórico, a fin de que así como cada contexto histórico ha cambiado o está cambiando, ninguna verdad es inmutable o inalterable.
4 Creer en la evolución panteísta, lo que significa que Dios ya no es más el Creador, esencialmente distinto de la creación. No es diferente de las creaturas, quienes llegan a ser por la evolución, y por esta evolución están constantemente cambiando.
5 Poner a los sentimientos en primer lugar en asuntos de religión, es decir, posicionando a la experiencia sentimental religiosa por encima de la Fe sobrenatural en la mente o de la Caridad sobrenatural en la voluntad.
6 La negación de la diferencia entre el bien y el mal, afirmando que la simple existencia de un acto humano lo hace bueno. Es cierto que en cada acto humano existe la bondad de ser, pero únicamente tiene bondad moral si se dirige a su fin último, que es Dios. Los actos humanos que no están sometidos al orden de Dios son moralmente malvados.
Los seis errores están obviamente interconectados. Si (1) la religión debe de centrarse en mi, entonces (2 & 3) debo desenganchar mi mente de la realidad, en donde la religión se centra en Dios. Con la mente torcida, entonces (4) “solo es lo que no es,” así es que todo evoluciona y (5) los sentimientos toman las riendas (con lo cual la religión es feminizada por la culpa del varón, porque la emoción es la prerrogativa de las mujeres). Finalmente, ahí donde los sentimientos remplazan a la verdad, (6) la moralidad se colapsa.
En los mismos documentos del Vaticano II, estos errores son más implícitos que explícitos, porque los errores tenían que ser disfrazados para que pudieran obtener el voto de la mayoría de los obispos Católicos que asistían al Concilio pero que no estaban aún lo suficientemente modernizados. Sin embargo, estos errores representan el “espíritu del Vaticano II” completamente actualizado, que es hacia donde el Concilio se dirigía, y esta es la razón por la cual la Iglesia oficial se ha estacionado en el camino de la auto-destrucción durante los últimos 45 años: 1965 al 2010. ¿Por cuántos años más?
Kyrie eleison.