Papas Conciliares – I
Papas Conciliares – I on mayo 23, 2015
Siempre que se propone el reclamo de que los Papas Conciliares pueden tener, al menos parcialmente, buena fe, hay usualmente Católicos que protestan. Dirán que los Papas son hombres de Iglesia inteligentes y educados de manera que es imposible que no se den completa cuenta de lo que están haciendo. La teoría “mentevacantista” según la cual estos Papas tienen mente vacante, parcialmente ignorante de las consecuencias de sus propias acciones es, para estos críticos, absurda. Se puede comprender la protesta, pero sea leído un amigo que comprende al “mentevacantismo” tal como necesita ser comprendido:—
“La idea que Papas pueden estar equivocados de buena fe porque mantienen que ciertos errores no se oponen a la Fe, se toma poco en serio porque la gente tiene un concepto del papado demasiado separado del mundo, cuando que la historia total de los Papas es una historia de hombres de su tiempo estando expuestos a compartir todos los buenos y malos hábitos y los vicios de su tiempo. La diferencia yace en el poder del error, el cual nunca ha sido tan potente como lo es hoy en día, la humanidad nunca habiendo sido, como no se debe olvidar, tan degenerada como lo es hoy en día.
“Pues ciertamente el liberalismo está ahora por todos lados y es abrumador, no ya más un mero pensamiento o manera de pensar sino una propia manera de ser que penetra a cada hombre vivo, sea él un liberal absoluto en sí mismo o un agente del liberalismo y de su subversión o meramente una de sus herramientas. Tal es el caso de los Papas Conciliares. Creyendo que se acercan al mundo para curarlo, no se dan cuenta que es el mundo el que se acerca a ellos, para infectarlos y controlarlos.
“En una tal situación como ésta se puede ciertamente hablar de Papas liberales pero no de Papas no católicos, en cuanto a que está faltando el requisito primero para tal condenación, a saber, la voluntad personal por parte de ellos de ser liberales y no Católicos. Uno no puede hacer otra cosa más que reconocer que en estos Papas hay una voluntad personal de ser Católicos y no liberales anti-Católicos, dado que para ellos no hay contradicción entre los dos, muy por el contrario. Según el teólogo y pensador de ellos, Joseph Ratzinger, el liberalismo es uno de los buenos derivados del Catolicismo, necesitando solamente ser limpiado de ciertas distorsiones ajenas importadas adentro de él. Y, entonces, en cuanto a la destrucción de la Iglesia, resulta lógico que los Papas, creyendo en un tal Catolicismo comprometido, no pueden evitar que una de las consecuencias de sus acciones sea esta destrucción.
“En lo que concierne a Monseñor Lefebvre, dado que él creció en una Iglesia bien diferente de la Iglesia de hoy, yo puedo sólo concluir que para él era imposible para un Católico actuar como un instrumento de la subversión sin darse cuenta de lo que estaba haciendo. Mucho menos podía un Papa no darse cuenta. Leyendo entre líneas ciertos escritos de Monseñor, yo sí creo que mientras que su visión del mundo ciertamente incluía el proceso de degeneración llegando hasta el fin del mundo, no incluía que ese proceso involucrara de alguna manera clara a la Iglesia también”.
Ya puedo imaginar como unos lectores rechazaran este tipo de análisis: “Oh, Excelencia, por favor pare de defender a los Papas Conciliares. Es blanco o negro. Si ellos son negros, seré un feliz sedevacantista. Si son blancos, seré un feliz liberal. ¡Los grises suyos no hacen más que confundirme!”
Queridos lectores, negro es negro, blanco es blanco, pero raramente en la vida real encontramos blanco puro y nunca negro puro (lo peor que sea tiene sin embargo la bondad de ser). Si ustedes quieren comprender esta excusa (relativa) de los Papas Conciliares, la clave reside en asir que nunca ha sido el mundo tan profundamente malo como lo es hoy en día. A partir de esta degeneración sin precedente es obvio que los Papas Conciliares son en este respecto más excusables por extraviarse en la Fe que cualquiera de sus predecesores.
Kyrie eleison.