Un Converso Hoy – I

Un Converso Hoy – I on marzo 1, 2019

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Un colega acaba de escribir para decirle al editor de estos “Comentarios” que la situación de la Iglesia es mucho peor de lo que él piensa – “Es una ilusión pensar que podemos restaurar las cosas. Debemos ser fieles y salvar las pocas almas de las que Dios se servirá cuando llegue el momento”. Este editor está totalmente de acuerdo, y piensa en una frase de La Eneida de Virgilio (II, 353): “Para los condenados, la esperanza está en renunciar a toda esperanza. Sin embargo, para un seguidor de Cristo, confiar en el hombre es tonto, pero desconfiar de Dios es aun más tonto. He aquí un reciente correo electrónico al Editor que muestra claramente a Dios trabajando, convirtiendo a un alma joven previamente alejada de Él. En los “Comentarios” de esta semana pide el consejo que en dos numeros siguientes se le ofrecerán.

Excelencia, Soy un joven desesperado porque no sé qué hacer. Tal vez Su Excelencia pueda darme un consejo. Permítame exponerle brevemente mis antecedentes.

Hasta los 18 años fui un adolescente “normal”, completamente engañado, porque acepté todo lo que el nuevo mundo moderno me dio. Intenté encajar en él, pero siempre sentí que iba en contra de la naturaleza humana, y en el fondo faltaba algo. Aunque fui bautizado, nunca había vivido como un católico, ni había pensado realmente en Dios, ya que estaba demasiado atrapado en el mundo material ateo. Sin embargo, yo era un buen estudiante y mis padres podían permitirse el lujo de pagar, así que a los 18 años fui a la universidad para estudiar Administración. Pero después de un tiempo por la gracia de Dios empecé a ver que las cosas no son después de todo como los medios de comunicación y la gente las retrata. Lleno de rabia y desprecio por la sociedad moderna a causa de las mentiras y la corrupción, abandoné la universidad y luego fui a la Academia de Oficiales del Ejército, ya que estaba físicamente en forma y listo para enfrentarme a la “blanda sociedad izquierdista”.

Pero ese tampoco era el plan de Dios para mí. En el campo de entrenamiento Dios me dio la inmensa gracia de comenzar a convertirme y de fortalecer mi fe. Cuando al poco tiempo salí, era una persona diferente, ya no llena de rabia y desprecio, sino decepcionada y perdida. Me había dado cuenta de lo débil que es mi generación debido a nuestra enseñanza y paternidad liberal, y lo difícil que es contrarrestarla. Estamos tan arraigados en la comodidad y en la completa libertad de hacer lo que queramos, que nos hace inútiles. Pero mis padres liberales continuaron presionándome en contra de mi voluntad para ir a la universidad, así que tuve que hacerlo – esto no fue hace mucho tiempo. En ese momento Dios me hizo encontrar la FSSPX y la “Resistencia”, gracias a Monseñor Lefebvre. Mi fe comenzó a crecer rápidamente, porque estaba obteniendo la Verdad. Empecé a leer la Biblia y a investigar los problemas de la Iglesia Conciliar y del mundo moderno, y empecé a rezar los 15 misterios del Rosario, ya que no hay Misa Tridentina en ningún lugar cercano.

Así que ahora estoy pensando en lo que debo hacer. Siento el deseo de renunciar a la vida material, de acercarme a Dios y de profundizar en la fe para aprender todo sobre el catolicismo y convertir a los demás, pero como soy joven y no tengo ninguna habilidad, pensé que sería mejor aprender primero una habilidad práctica – como la carpintería, por ejemplo. En este momento, ni siquiera excluiría una vocación sacerdotal. Mi mayor lucha ha sido tratar de razonar con mis padres y convertirlos, pero ellos pensaron que estaba loco o que había tenido un colapso, y desde entonces han sido grandes discusiones en casa acerca de que no quiero ir a la universidad. Así que no sé qué hacer. Estoy solo, nadie en mi familia o entre mis amigos es un católico tradicional. Como todavía estoy desempleado, he pensado en mudarme no muy lejos de donde hay una comunidad católica tradicional. ¿Qué consejo podría darme?

Kyrie eleison.