Lógica Del Covid
Lógica Del Covid on diciembre 19, 2020
“A cada día le basta su propia pena”, dice Nuestro Señor en el Sermón de la Montaña (Mt. VI, 34). Nunca debemos preocuparnos excesivamente por lo que pueda suceder mañana, entre otras razones porque puede ser que nunca suceda. Por lo tanto, el plan del gobierno canadiense para el futuro de Covid-19, ya presentado brevemente en un párrafo de estos “Comentarios” hace seis semanas, no es tan interesante por los detalles y el horario que anuncia, pues que ambos pueden cambiar, porque según las instrucciones de Lenin la Revolución debe permanecer supremamente adaptable. Lo que tiene un valor real para las almas es discernir la lógica en los elementos de la Revolución para no estar completamente confundidos por cómo los eventos podrán desarrollarse pronto.
En la crisis mundial actual, la Revolución aprovechó en primer lugar la economía (terciaria) en el otoño de 2019 cuando la Reserva Federal de Estados Unidos comenzó a rescatar la cada vez más tambaleante economía de los EE.UU. mediante más y más grandes inyecciones de dinero, esclavizando a los beneficiarios bajo montañas de deuda. Luego, en la primavera de 2020, los revolucionarios comenzaron a esclavizar la política (secundaria) de todo el mundo en las cadenas de la enorme mentira del Covid, a saber, que el Coronavirus es, como la peste bubónica, un gran peligro para los hombres. Esta inteligente excusa de salud pública disfrazó también la esclavitud de la religión pública (primaria), un plus para los revolucionarios cuyo objetivo principal es la guerra contra Dios y la condenación de las almas. El hecho de que los propios eclesiásticos católicos se anticiparon a las autoridades del Estado al cerrar las puertas de la Iglesia, testificó cuán débil se había vuelto la Iglesia Católica desde el Vaticano II. Y por lo tanto, apenas levantan un chillido de protesta contra la falsedad de la “pandemia” del Covid-19, que nos fue y nos sigue siendo dicho por los “científicos” y los políticos que matará a millones y millones de personas.
¡Qué mentira tan abyecta! A estas alturas, casi diez meses de estadísticas demuestran que el coronavirus es poco o nada peor que un virus de gripe invernal promedio, son sólo nuestras “autoridades” científicas, médicas y políticas las que han conspirado para crear y mantener un estado de pánico entre la gente con el fin de manipularla (el miedo es un famoso manipulador). La Revolución viene de Satanás, y Satanás es “un mentiroso y padre de la mentira” (Jn. VIII, 44). Y así la abyecta mentira continuó en noviembre con un segundo cierre, que se completará a finales de año, y un tercero, Covid 21, más tarde en el año nuevo, cuando estas autoridades sean capaces de soltar para sus propósitos un virus mucho más grave que el Covid-19.
A principios del próximo verano, Canadá recurrirá nuevamente a la economía para el siguiente episodio de esta Revolución, un “Programa de Ingreso Básico Universal” que permitirá al gobierno controlar los ingresos de cada individuo, haciendo que todo el dinero sea digital y lo más igualitario posible, siendo la igualdad una parte importante del sueño antinatural de la Revolución de eliminar toda la variedad y jerarquía que Dios planta en su Creación. El trasfondo debería ser un colapso económico mundial, diseñado para obligar a los ciudadanos a entrar en el “Programa de Reajuste de la Deuda Mundial”, por el cual el Fondo Monetario Internacional de Mammon proporcionará todo el dinero necesario para pagar las deudas personales de cada ciudadano (hipotecas, préstamos, tarjetas de crédito, etc.), a cambio de que renuncie a la propiedad de todas y cada una de sus propiedades y activos para siempre, y en segundo lugar por que acepte una doble vacunación para “protegerlo” de Covid-19 y Covid-21. En el final de la propiedad privada los lectores pueden reconocer tanto un objetivo importante de los Protocolos de los Sabios de Sión, como lo que algunos llaman la esencia del comunismo. En las vacunas pueden recordar una cita de Henry Kissinger de hace decenas de años: “Cuando el pueblo acepta ser vacunado, se acabó el juego”, lo que significa que la Revolución habrá triunfado de una vez por todas. Los revolucionarios confunden profundamente a Dios.
Pero están tan convencidos de su victoria final que los canadienses que se nieguen a entrar en este nuevo orden de cosas serán detenidos indefinidamente en nuevas “instalaciones de aislamiento” que se están construyendo apresuradamente ahora, hasta que acepten, porque, por supuesto, al negarse a vacunarse serán una “amenaza para la salud pública” – siempre la misma mentira básica, que las autoridades se preocupan por nuestra salud. Pero “No teman pequeño rebaño”, aquellos que realmente aman a Dios. Él ha planeado darnos Su Reino (Lc. XII, 32), y ni los diversos sabios del mundo, ni siquiera los de Sión, pueden detenerlo.
Kyrie eleison.