“Prometeo” – Idolatria
Parte I – la esencia del Vaticano II es una glorificación del hombre disfrazado por los oficiales de la Iglesia como Catolicismo. Parte II – El Hombre Nuevo del V II es libre: de la realidad, por el subjetivismo; de la moralidad, por la conciencia; de la gracia, por la naturaleza. Parte III – La Neo-iglesia de VII ya no está en contra del mundo, ni en contra de otras religiones, es la Neo-iglesia de la amabilidad y del diálogo con todos. En la Parte IV de su libro, el P. Calderón pregunta si el Vaticano II es una nueva religión, y dice que lo es, porque ya no rinde culto a la Santísima Trinidad, porque 1 la Revelación y Tradición, 2 los actos centrales de culto, y 3 Dios Encarnado del Catolicismo, han sido esencialmente cambiados.
1 La verdadera doctrina de la Iglesia es cambiada porque un católico puede creer ya sea en el objeto mismo, por ejemplo la Encarnación, o en una proposición objetiva que exprese ese objeto, por ejemplo “Dios se encarnó”. La proposición expresa el misterio de manera inadecuada, pero lo expresa verdaderamente, y basta para que el creyente salve su alma. Pero la Neo-iglesia es modernista, y para los modernistas ninguna proposición objetiva puede ser conocida. Por eso en la Neo-Iglesia sólo puede haber experiencia subjetiva del misterio (Dei Verbum#2; LG#4), lo que deja la doctrina abierta a los vaivenes de todo tipo de sujetos carismáticos. Porque en la Neo-Iglesia, el Misterio está presente en la comunidad eclesial viva, con la que la doctrina de la Revelación y de la Tradición puede y debe evolucionar en sus circunstancias históricas cambiantes. Así pues, la Nueva Fe es un estado de ánimo que nos permite experimentar e interpretar el Misterio en alguna comunión. Las fórmulas o credos simplemente siguen. La Escritura es simplemente la fijación fundamental de esa experiencia, un modelo a seguir por el pueblo de Dios. La Neo-Ortodoxia consiste en pensar con la comunidad de la Neo-Iglesia, de modo que el que rechaza a esa comunidad Nueva es el peor de los herejes, por ejemplo, Monseñor Lefebvre.
2 En cuanto al culto, ¡la religión medieval de la Cruz es deprimente! Así que la Neo-Iglesia conservará la alegría, pero eliminará el sacrificio. Por lo que si fue el pecado de los hombres lo que llevó a la deuda de los hombres con Dios, lo que llevó a Cristo a pagar la deuda por medio del sacrificio, deshagámonos del pecado. Dios está por encima y más allá del sufrimiento, así que los pecados de los hombres no le hacen daño, Él puede lamentarse por ellos pero nunca castigaría a nadie con el Infierno eterno. Cristo murió meramente como instrumento del Padre (G&S#22) para mostrar solidaridad con los hombres, así que no es Cristo sino el Padre quien nos salva, ¡y no por la Cruz sino por la Resurrección que fue forjada por el Padre para glorificar al hombre! Así que la Misa renombrada, es decir, el “Misterio Pascual”, es para glorificar al hombre, ¡y Dios debe dar gracias al hombre por ser tan glorioso para Él! Esta sarta de mentiras blasfemas, que orientan claramente la Nueva Misa impuesta a la Iglesia por Pablo VI en 1969, está implícita más que explícita en el decreto del V II sobre la liturgia, Sacrosanctum Concilium, porque se remonta a los primeros tiempos del Concilio, cuando los modernistas necesitaban todavía andar con cuidado. Pero a partir de 1969 los frenos han sido apagados. La liturgia de la Iglesia es ahora un caos.
3 En cuanto al Dios encarnado, Jesucristo, en el centro del cristianismo y de la verdadera Iglesia Católica, es tratado directamente en dos documentos del V II, Gaudium et Spes y Ad Gentes. El P. Calderón declara que la doctrina de ambos documentos es la misma: la Cruz es horrible, así que es mejor ser un mero hombre de paz que un hijo adoptivo de Dios por el sufrimiento. El hombre es a imagen de Dios (por su libertad), así que cuanto más hombre se hace a sí mismo, más divino se vuelve. Por lo tanto, Jesucristo se hizo hombre no para que el hombre se convirtiera en hijo adoptivo de Dios, ¡sino para que el hombre se hiciera más plenamente hombre! Además, en ninguna parte de V II se afirma que Jesucristo es verdadera y propiamente Dios, ni se menciona una sola vez la Unión Hipostática. Los teólogos conciliares fluctúan en su lenguaje entre la Tradición y la Neo-Teología, según su audiencia.
4 La conclusión del P. Calderón es que la dignidad del hombre es el propósito final del V II, y los propósitos finales en efecto hacen a las religiones, así que el V II es una religión diferente del catolicismo, cuyo propósito final es la gloria (extrínseca) de Dios. Así, con el V II, la gracia es para liberar la naturaleza humana, Jesús es el hombre que vino a hacernos más humanos, y la Misa ya no es el sacrificio que se le debe a Dios, sino la acción de gracias de la humanidad coronando al Creador, porque es más libre que Él, ¡porque es capaz también de elegir el mal!
Kyrie eleison.