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Diagnostico del Brexit – I

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Desde hace meses, el Parlamento Británico, que en su día fue virtualmente el amo del mundo, ha estado presentando al mundo entero un espectáculo indigno, de división e irresolución. ¿Por qué la cuestión de abandonar la Unión Europea ha causado tanta confusión y disgusto? Seguramente porque cuando en 2016 la clase política dio al pueblo la oportunidad de votar en un referéndum sobre su política de Nuevo Orden Mundial, el pueblo votó en mayor número que nunca en Gran Bretaña, y tomó a la clase política completamente por sorpresa cuando votó en contra de su NWO por un 52 contra un 48%. El voto a favor de Brexit (la salida de Gran Bretaña de la UE) hizo que esa clase perdiera su rumbo y desde entonces ha estado tambaleándose, tan completa y durante tanto tiempo ha sido embrujada &#x2013 o comprada &#x2013 por el NWO.

Comprado, porque la Unión Europea y su parlamento en Bruselas representan a Mammon, o la política del dinero. Porque toda la idea detrás de la Unión Europea era, mediante la prosperidad material, comprar el apoyo de los muy diferentes pueblos europeos para sumergir sus diferencias nacionales en un único Estado europeo internacional, que a su vez debe ser un componente clave del Estado único mundial internacional, el Nuevo Orden Mundial. Así, los amos judeo-masónicos del dinero detrás del NWO asumieron que la política de unión podría ser llevada a cabo por la economía de su moneda única, el euro, y calcularon que los europeos estarían tan enamorados de la obra materialista de los banqueros que no se opondrían a la disolución de sus naciones por medio de la inmigración descontrolada procedente de fuentes non-europeas.

Pero “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt. IV, 4). De hecho, según la naturaleza de las cosas, la religión (el hombre para su Dios) es primaria, la política (el hombre para sus semejantes) es secundaria, y la economía (el hombre para el dinero) es sólo terciaria. Por lo tanto, es antinatural que la economía dirija la política, y la naturaleza puede ser revertida por la Revolución, pero la naturaleza siempre puede volver a reivindicarse a sí misma, como en el caso de la votación de Brexit, que fue directamente provocada por la admisión antinatural en Gran Bretaña, por parte de los políticos, de hordas de extranjeros no asimilables. Sin embargo, cuando la naturaleza se restablece, los políticos modernos, materialistas ateos y superficiales casi sin excepción, son tomados por sorpresa, como por el voto de Brexit. Ellos le hacen la guerra a la naturaleza. ¿Cómo podrían entenderla o dirigirla?

Pero, ¿quién votó a todos estos políticos antinaturales? ¿Quién más sino los pueblos (no sólo de Gran Bretaña), de acuerdo con el sacrosanto principio de la democracia? ¿Sacrosanto? Sí, porque la inversión actual de la naturaleza es completa, de modo que así como la economía moderna está hecha para derribar la política, así la política moderna está hecha para derribar la religión, y la democracia se convierte en una religión sustituta, donde la voluntad del pueblo reemplaza a Dios. Esto significa que el voto de Brexit no fue válido sólo porque fue la voluntad del pueblo británico, 52 a 48%, sino porque favoreció lo que es natural, la identidad y los diversos dones dados por Dios a las naciones europeas, concebidas por Dios para componer la sinfonía de Europa, tal como se logró en la Edad Media católica. “Buscad primero el reino de Dios y su justicia (religión) y todas estas cosas (política) se os darán por añadidura” (Mt. VI, 33).

¿Significa eso que los británicos que votaron por Brexit son religiosos? ¡Apenas! En su mayor parte son materialistas ateos listos para el comunismo de la burocracia tiránica de Bruselas, con no más visión verdadera que la de los políticos a los que habitualmente votan, y tan confundidos como ellos. Pero el Canal de la Mancha les da una cierta distancia y perspectiva de lo que ocurre en Europa, de modo que cuando se produjo la votación de Brexit, entraron en juego algunos antiguos instintos naturales, los mismos por los que han conservado la apariencia, ¡no la sustancia! – de una monarquía católica. Sin embargo, si el pueblo británico no tiene cuidado, si no “vela y ora “por su país, los frutos de su voto original de Brexit les serán robados por los banqueros de una manera u otra. Sin duda estos ya están tramando cómo sortear a los estúpidos y atrasados – así como los ven – votantes del Brexit. Dios es supremamente generoso, ¡pero no es burlado, ni tampoco es engañado!

Kyrie eleison.