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La Crianza de los Hijos Hoy – II

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Cuando los padres leyeron aquí la semana pasada la cuestión de si saben lo que exige la crianza de los hijos hoy en día, esperamos que no se sintieran acusados. Están bajo una fuerte presión de todo el ambiente que rodea a sus hijos, y cuando las almas están bajo presión, Dios no les exige que hagan lo imposible, sino sólo lo que puedan hacer. Así, en la Carta a la segunda de las siete Iglesias de Asia, correspondiente a la Edad de los Mártires de la Iglesia (Apoc. II, 8–11), el Venerable Holzhauser explica que si los católicos de Esmirna no reciben del Espíritu Santo ninguna reprensión o reproche como cinco de las otras siete Iglesias, es porque los católicos bajo persecución necesitan aliento y no crítica.

Y Dios sabe que los padres que se esfuerzan por salvar las almas de sus hijos están bajo persecución, no sangrienta todavía, sino más poderosa. Porque cuando los hombres, por ejemplo, se vuelven a la IA (inteligencia artificial) para convertir a un robot en su dios, entonces están perdiendo no sólo al Dios verdadero, sino que están perdiendo toda noción de la diferencia entre una máquina y un ser humano, ni hablar de la diferencia entre hombre y mujer o entre padres e hijos. ¿Cómo puede un ambiente que se confía a la IA para su futuro, tener comprensión o simpatía por la familia como Dios la diseñó?

Como me escribió un lector, el Comunismo Oriental trató brutalmente a cualquiera que no estuviera en línea, pero al menos el enemigo de la salvación era reconocible, mientras que lo que se podría llamar Consumismo en Oriente u Occidente es más sutil – en vez de brutalizar, simplemente margina, haciendo que los verdaderos católicos sean “anormales”, mientras que los niños quieren ser “normales”, con teléfonos inteligentes como todos los demás niños, etc. El consumismo brilla como sus luces de colores, por lo que los niños se convierten en robots descerebrados, lo suficientemente inteligentes para manipular la tecnología y las máquinas, pero sin tener idea de las cuestiones humanas esenciales, porque nunca se les enseña a leer, ni a leer entre líneas como se hacía bajo el comunismo, y se les priva de todas las herramientas del pensamiento. Una generación de títeres androides está creciendo a nuestro alrededor.

Así que, en contraposición a lo que los padres no pueden hacer, ¿qué pueden hacer para poner a sus hijos en el camino hacia el Cielo (más tarde será la libre elección de los hijos si se quedan allí)? En primer lugar, algunas cosas básicas. Dios existe y quiere salvar a todos los niños, y a todos nosotros nos da la ayuda de su Madre y de los ángeles de la guarda invisibles, pero poderosos, que están del lado de todos los verdaderos padres. En el hogar, que estas realidades sobrenaturales formen parte de la vida cotidiana, y que la vida cotidiana sea sobrenatural, incluso mientras el sentido común de los padres impida que los niños se aparten por un exceso artificial de religión.

Luego, en el nivel natural, delen usted a sus hijos tanto tiempo como usted vea que necesitan. Amor se deletrea T-I-E-M-P-O. Los niños para hacerse humanos necesitan ser formados por seres humanos, no por máquinas. Y los formadores naturales de los niños son sus padres, que tienen una enorme influencia natural en sus hijos, si tan sólo los padres la usaran, en lugar de abdicarla. Establezca comidas familiares regulares alrededor de la mesa, y en las comidas, hable. Proverbio chino: “Instruye a tus hijos en la mesa, a tu esposa en la almohada”. Hablar de política, especialmente la diferencia entre la realidad y lo que los medios de comunicación presentan como realidad. Advierta a los niños que tengan cuidado fuera del hogar, pero dígales la verdad sobre el 11-s, y sobre La Gran Mentirita (entre cinco y siete millones).

Sí, cuénteles sobre esto tan pronto como sean capaces de entender (no antes), para que se den cuenta en qué mundo de mentiras Dios nos ha puesto para vivir, como un castigo justo por nuestra apostasía. Agregue siempre la dimensión religiosa porque siempre está ahí, y los niños necesitan entender que es Dios lo que importa. Pero no sólo por piedad – Nuestra Señora de Fátima promueve tanto la Consagración de Rusia como el Rosario.

Entonces, más prácticamente, saque todo lo que se pueda de lo electrónico de la casa. Enséñeles a los niños por qué usted no está permitiendo la televisión o los teléfonos inteligentes bajo su techo, y si usted no puede prescindir de Internet, enséñeles por qué está bajo cerradura y llave física (no sólo electrónica). Y pongan sus manos a trabajar, los chicos en desmontar una motocicleta, o la carpintería, las chicas en coser y cocinar, todas las manos en el Rosario. Y en vez de la televisión, intente cada noche una lectura familiar del “Poema del Hombre-Dios” de María Valtorta (antiguo título). ¿Ridículo? Inténtelo. ¡Tal vez descubrirá que el “Poema” es la respuesta de Dios al televisor!

Kyrie eleison.