Eleison Comments

Las Armas de Dios

By Eleison Comments in Comentarios Eleison on mayo 13, 2017

En este día del 100mo aniversario del comienzo de la gran serie de apariciones de Nuestra Señora a los tres niños de Fátima en Portugal en 1917, sería bueno recordar que Nuestro Señor advirtió a la humanidad, a través de la Hermana Lucía, que la Devoción al Corazón Dolorido e Inmaculado de Su Madre sería la última gran Devoción dada a la humanidad, junto con el Santo Rosario, para la salvación de las almas. Hacia el final del siglo 17, cuando el protestantismo y jansenismo hacían enfriar la caridad, Nuestro Señor le dio a Su Iglesia la Devoción a Su Sagrado Corazón para recordar al hombre el ardiente amor de Dios por ellos. Hacia el principio del siglo 20, así como el Comunismo estaba a punto de arrollar Rusia, Él nos dio, especialmente a través de Fátima, el Corazón de Su Madre como nuestro último gran recurso antes del fin del mundo.

Pero otro medio siglo pasó desde 1917, y los hombres de Iglesia de Nuestro Señor se estuvieron preparando a entregar la Iglesia a los demonios del Modernismo, el equivalente al Comunismo dentro de la Iglesia. Entonces la Hermana Lucía de Fátima advirtió al P. Fuentes que los católicos ya no podían confiar en el clero para salvar sus almas. En efecto. En 1962 el Vaticano II lanzó la devastación pre-apocalíptica de la Iglesia, la peor de toda su historia. Y en los años 70 un crítico italiano del Vaticano II y de todas sus pompas y todas sus obras, el Profesor Romano Amerio escribió, como los lectores del CE 400 recordarán, que si la crisis conciliar era interna a la Iglesia como ninguna otra crisis lo fue antes de ésta, entonces estábamos “dirigiéndonos a una oscuridad informe ( . . . ) frente a la cual no habría otra alternativa más que guardar silencio”.

Un siglo entero después de Fátima estamos en camino a esa oscuridad. Tal son las disputas, divisiones, confusión y caos en los corazones y mentes católicas, causados por los hombres de Iglesia vaciándose de su autoridad por su abandono a la Verdad de Dios, que muchos católicos lúcidos pueden preferir mantenerse en silencio en lugar de intentar discutir o enseñar. La masa de mentes modernas son ya tan incapaces de pensar o razonar, que cualquier intento de disipar sus errores corre el riesgo de aumentar su confusión. Ahora, un lector de estos “Comentarios” discrepa fuertemente con Amerio: ¿Cómo puede silenciarse la Verdad católica, pregunta, cómo pueden los católicos dejar de pelear? Pero él necesita recordar el Evangelio, especialmente la Pasión.

Nuestro Señor nos dice que no arrojemos perlas frente a los cerdos, en otras palabras, no enseñar a las personas que no son aptas para aprender, y Él le dice a Sus Apóstoles que sacudan de sus pies el polvo de un pueblo que no escuchará (Mat. VII, 6; Luc. IX, 5). Nuestro Señor dio el ejemplo de permanecer en silencio frente al Sanedrín (Mat. XXVII, 12, 14), Herodes (Luc. XXIII, 9) y Pilatos (Jn. XIX, 9). Hoy en día muchas almas son igualmente incapaces de escuchar la verdad. Y en cuanto a la lucha, Nuestro Señor en el Jardín de Getsemaní le dijo a Pedro que envainara su espada. Esa no era la voluntad de Dios (Mat. XXVI, 54). El problema de Pedro fue que no hizo lo que Nuestro Señor le dijo que hiciera, que era “velar y orar”. Como resultado, cuando su voluntad varonil de luchar fue frustrada incluso por su amado Maestro, lo abandonó y huyó (Mar. XIV, 50). ¡Cuidado, combatientes por Nuestro Señor –si su lucha no funciona, corren el riesgo de huir de Él!

Hoy en día lo que Nuestro Señor nos pide es hacer reparación al Corazón Dolorido e Inmaculado de Su Madre, especialmente por el Rosario y la Devoción de los Primeros Sábados. Si tan solo suficientes católicos lo escucharan, entonces Nuestra Señora de Fátima podría obtener pronto de Él la gracia de que el Papa consagre Rusia a Su Corazón, exactamente como Ella lo pidió, y entonces la “oscuridad informe” empezaría inmediatamente a iluminarse y retomar su forma. Ordene del Centro de Fátima en Ontario Canadá, copias de su excelente folleto de los Primeros Sábados. ¡Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros!

Kyrie eleison.