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Verdad, Despedida

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Una voz más de la verdad en los Estados Unidos está al borde de sumirse en el silencio. No es, por lo menos abiertamente, una voz de verdad Católica, pero ¿acaso no son los grandes problemas de la verdad hoy en día problemas no específicamente de Católicos, sino problemas tan básicos que son comunes a todo ser humano? Por lo tanto, cuando un columnista y escritor de la estatura de Paul Craig Roberts, quien tiene destacados reconocimientos del gobierno y fue Secretario Asistente del Departamento del Tesoro durante la administración de Reagan, anuncia que, aparentemente por causas desalentadoras, ha decidido dejar a un lado su pluma, ciertamente es un día triste para todos nosotros.

Su artículo de despedida de hace unos diez días habla precisamente de la pérdida universal de la verdad. Su sección de apertura merece ser citada extensamente: “Hubo un tiempo cuando la pluma era más poderosa que la espada . . . cuando la gente creía en la verdad y la consideraba una fuerza independiente y no un auxiliar para el gobierno, la clase, la raza, la ideología, o para los intereses personales o financieros. Hoy en día los Americanos están gobernados por la propaganda. Ellos tienen poco respeto por la verdad, poco acceso a la misma y poca habilidad para reconocerla” (subrayado por mí). “La verdad es una entidad inoportuna. Es molesta. Está fuera de los límites. Aquellos que la dicen corren el riesgo de ser tachados de “anti-Americanos,” “anti-semitas” o “teorizador de conspiraciones.” La verdad es una inconveniencia para el gobierno . . . y para los ideólogos.”

Continúa diciendo, “En la actualidad muchos para los que su meta era el descubrir la verdad, reciben hoy en día maravillosos pagos por esconderla.” Ejemplos de muchos ámbitos prueban que “donde quiera que uno mire, la verdad se ha rendido al dinero. En donde quiera que el dinero no es suficiente para enterrar la verdad, la ignorancia, la propaganda y las memorias a corto plazo terminan con el trabajo.” Ejemplos adicionales confirman que “La inteligencia y la integridad han sido compradas por el dinero . . . Los Americanos, o la mayoría de ellos, han demostrado ser masilla en las manos del estado policial.” Les han lavado el cerebro con los medios masivos de comunicación quienes “no sirven a la verdad. Sirven al gobierno y a los grupos de presión que gobiernan al gobierno.”

Fascinantemente, Roberts argumenta que “El destino de América fue sellado cuando la opinión pública y el movimiento anti-guerra compraron la teoría de conspiración del 11 de septiembre elaborada por el gobierno. La versión del gobierno del acontecimiento del 11/9 es contradictoria a mucha evidencia existente. Sin embargo, ese hecho que definió nuestro tiempo, lanzando dentro de los Estados Unidos de Norteamérica el estado policial y a fuera de él interminables guerras de agresión, es un tema tabú para investigación en los medios de comunicación. No tiene sentido quejarse de la guerra y del estado policial cuando uno acepta la premisa sobre la cual están basados” (subrayado por mí nuevamente).

Solamente agregaría yo la dimensión religiosa: ¿cómo pueden las almas apropiarse de la única religión verdadera de Dios cuando aceptan las premisas sobre las cuales todo su entorno sin Dios está basado? En los primeros años de este nuevo siglo (2000) muchos Católicos en los Estados Unidos de Norteamérica no querían escuchar sermones enfatizando el fraude del 11/9, pero ¿cómo pueden las almas indiferentes a la verdad buscar al verdadero Dios? ¿Cómo pueden las almas que pierden su sabor por la realidad mantener el gusto por las realidades supremas del alma y de la vida después de la muerte?

Roberts concluye tristemente, “Ya que la pluma está censurada y su poder extinguido, yo me despido.” No, estimado Dr. Roberts. La pluma aún es más poderosa que la espada, a pesar de todas las apariencias, siempre y cuando no se deje caer. Siga escribiendo, a pesar de que sean pocas las almas que continúen leyendo sus escritos en búsqueda de la verdad, porque esas almas, como la Verdad misma, “son poderosas y prevalecerán.”

Kyrie eleison.