Eleison Comments

El Papa Según Drexel

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Originalmente este último de los cuatro números de “Comentarios de Eleison” que fueron extraídos del folleto del P. Drexel sobre “La fe es mayor que la obediencia” iba a argumentar a favor de la posición del folleto de que el Papa Paulo VI tenía buenas intenciones cuando, estando a la cabeza de la Iglesia Católica entre 1963 y 1965, presidió el Concilio Vaticano II, y llevó a cabo su cambio revolucionario de la Iglesia. Por supuesto que las intenciones humanas son el secreto de Dios que es el único que puede conocerlas infaliblemente, pero Nuestro Señor nos dice que juzguemos el árbol por sus frutos, y es aquí donde Paulo VI se encuentra deficiente. Estamos ahora a 55 años del fin del Concilio, y sus frutos han demostrado ser desastrosos para el catolicismo en todo sentido justo de la palabra.

Por lo tanto, entre las muchas cosas excelentes contenidas en los Mensajes del P. Drexel de los años 70 que aparecen en La fe es mayor que la obediencia, es difícil incluir su retrato de Paulo VI. En resumen, helo aquí:—

Paulo VI amaba a la Iglesia – 3-XII-71- Él siente dolor y pena por las almas consagradas que se vuelven de la Iglesia al mundo. 4-VIII-72 – Él es abandonado por muchos que podrían haberlo apoyado con vigor y lealtad. Con lágrimas y sudor lucha por salvar a la Iglesia, se aflige por los sacerdotes infieles, se aflige aún más por los obispos más interesados en su comodidad que en el cuidado de la fe o de las almas. 1-VIII-75- Está oprimido por falsos consejeros. 7-IV-72- Se vuelve más solitario, y los que le son leales son perseguidos. 5-VII-74 – Reza, se sacrifica y sufre constantemente, pero muchos abandonan la fe. 7-XI-75 – Nunca ha habido tantos sacrilegios como desde la Nueva Misa, pero mi representante visible no tiene la culpa de esto. Su voluntad es la participación interior en el santo sacrificio, en la reverencia y en el amor ( . . . ) son los sacerdotes los que pecan de esta manera y actúan en contra de la palabra y la obra del sucesor de Pedro.

Observe en particular la última de estas referencias, de noviembre de 1975. La categórica afirmación de que el Papa no tenía ninguna responsabilidad por los múltiples sacrilegios que vinieron con la Nueva Misa no puede ser verdad, por muy buenas que hayan sido sus intenciones. “El camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones”, porque los hombres son falibles, cometen errores y lo que pretenden no siempre es lo que consiguen. Sin embargo, tan pronto como una buena intención tiene un mal resultado, entonces si realmente pretenden el buen resultado, cambiarán lo que estaba produciendo el mal resultado. Pero en los años 70 el Papa Paulo cambió poco o nada de su revolución liberal de los años 60, por el contrario, hizo todo lo posible para aplastar la contrarrevolución de Monseñor Lefebvre desde el interior de la Iglesia. Por lo tanto, la verdadera intención del Papa no era “la participación interior en el santo sacrificio”, sino la adaptación de la Iglesia Católica al mundo moderno, una realineación para la cual el arzobispo era un obstáculo inaceptable.

Como dijo el Arzobispo, el Papa Paulo era un católico liberal, en otras palabras un hombre profundamente dividido entre dos amores irreconciliables: su verdadero amor a la Iglesia por su fe católica, y su falso amor al mundo moderno por su liberalismo. Dentro de cualquier hombre estos dos amores deben luchar hasta la muerte. Dentro de Paulo VI el catolicismo no moriría, por lo que hacia el final de su vida lloró por la pérdida de vocaciones sacerdotales, pero su liberalismo era más profundo. Era intelectual, ideológico e implacable. Pobre de quien se interpusiera en su camino. Entonces, de repente, la paloma liberal saca sus garras, que son las de un halcón. Así era Paulo VI. En comparación con su liberalismo, su fe era sentimental. De ahí su Concilio y su Misa.

¿Y dónde deja esto al Padre Drexel? Cuando el Cielo se sirve de un mensajero humano, lo deja con su libre albedrío y personalidad. Las mujeres y los niños son los mensajeros más dóciles, los más completamente fieles al mensaje que se les ha confiado, pero los hombres . . . muchos hombres han luchado para lograr sus puntos de vista sobre la vida, y estos pueden conscientemente o incluso inconscientemente colorear cualquier mensaje del Cielo o de la Tierra que pase a través de ellos. Muy posiblemente Nuestro Señor habló con el P. Drexel desde los años 20 hasta su muerte en 1977. Es muy posible que la propia solución del P. Drexel al agonizante problema planteado por el Papa Paulo fuera la solución adoptada por muchos católicos piadosos después del Concilio: el Papa tiene buenas intenciones, son los obispos los que son el verdadero problema. Desgraciadamente . . . como hoy en día, los obispos eran un problema, pero también lo era el Papa.

Kyrie eleison.