MOTIVO de la “RESISTENCIA”

MOTIVO de la “RESISTENCIA” on febrero 10, 2024

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Dios nos dio al viejo santo sabio que sabía lo que ibamos a necesitar. 

¿Estar capacitado para dirigirnos, acaso puede un joven pensar?

Hace menos de un mes, el 24 de enero, el prior brasileño del monasterio benedictino tradicional de Santa Cruz, enclavado en las altas colinas de Brasil, detrás de Río de Janeiro, el obispo Tomás de Aquino, publicó una severa denuncia de un prominente líder activo en todo el mundo en el movimiento católico Tradicional. Pero seguramente los Tradicionalistas tienen suficientes problemas desde fuera de la Tradición sin tener que pelear entre ellos? Normalmente eso es sentido común católico, pero no si la base misma del catolicismo, la fe católica, está en juego. Ahora en la lucha entre Roma y la Fraternidad de San Pío X, nunca ha dejado de estar en juego. Que los lectores juzguen por sí mismos si, como pastor del rebaño de Nuestro Señor, el obispo Thomas ha hecho algo más que su deber al denunciar a este lobo con piel de cordero. 

La razón de la existencia de la Resistencia no es otra que Dom Fellay, con sus palabras y acciones. Sus palabras minimizaron la gravedad de la crisis y del Concilio. Sus acciones expusieron a la Tradición a sufrir el mismo destino que las comunidades de Ecclesia Dei. 

Dom Fellay no habló como Dom Lefebvre. Dom Lefebvre denunció enérgicamente los errores del Concilio, así como a los eclesiásticos que fueron la causa de esos errores. Advirtió virtualmente a todos los papas sobre sus responsabilidades. A Juan Pablo II le dijo que, si seguía por el camino del ecumenismo, dejaría de ser el buen pastor, y en el dibujo sobre Asís le dijo, con imágenes y palabras, que Juan Pablo II iría al infierno si seguía siendo ecumenista. Le dijo al cardenal Ratzinger que él, Ratzinger, estaba en contra de la cristianización de la sociedad. El arzobispo denunció la apostasía del Vaticano II. ( . . . ) Defendió a sacerdotes y fieles del contagio modernista. Denunció sua propia excomunión inválida ma infame. En defensa de Francia no retrocedió ante el peligro musulmán. Nos protegió contra la tentación acordista de Dom Gérard. Fue, en resumen, como los obispos de antaño: el defensor del cristianismo y de su base, que es la fe. Era el hombre de las virtudes teologales, que sostenía nuestra fe y todas las virtudes. 

¿Y Dom Fellay? ¿Continuó las acciones de Dom Lefebvre? No. Tanto de palabra como de hecho, Dom Fellay se distanció de Dom Lefebvre. En cuanto a la herejía de la libertad religiosa, minimizó la gravedad de lo que había dicho el Concilio. No reaccionó ante los errores como Dom Lefebvre. No habló de las dos Iglesias, como Dom Lefebvre. No distinguió claramente la iglesia oficial de la Iglesia católica, sino que habló de una “Iglesia concreta”, confundiendo a los fieles e incluso a los sacerdotes. ¿Qué Iglesia concreta es ésta? ¿Tenemos que estar en esta Iglesia? Estamos en la Iglesia católica. Reconocemos al papa, pero no a la iglesia Conciliar de la que habló el cardenal Benelli. Reconocemos al papa, pero no su doctrina ni sus actos contrarios a la Tradición. Estos actos no son católicos, sino anticatólicos. 

Fue bajo la influencia de Dom Fellay que el Capítulo de 2012 modificó el principio enunciado por el Capítulo de 2006: no puede haber acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal. Esto no le gustó a Dom Fellay, y se modificó. Bajo ciertas condiciones, la Fraternidad puede ahora llegar a un acuerdo práctico sin un acuerdo doctrinal. Se trata de un vacío legal, que abre el camino para llevar a la Fraternidad por la senda de la Ecclesia Dei. No fue tan lejos, pero bajó la guardia, y Roma se aprovechó de ello. A la oposición desde dentro de la Fraternidad Dom Fellay la reprimió, expulsando a Dom Williamson y a otros sacerdotes; luego castigó a otros aun, como a los siete decanos que protestaron con razón contra el documento matrimonial de Roma. Dom Fellay desorganizó la Tradición, se alejó de la línea de Dom Lefebvre, e hizo que otros también se apartaran de ella. Para resistir a este alejamiento surgió la “Resistencia”. 

Queremos seguir a Dom Lefebvre en todo, en la doctrina y también en las soluciones prácticas, porque, como enseñan Aristóteles y Santo Tomás, los ejemplos de los antiguos sirven como principios de acción. Seguimos a Dom Lefebvre en la doctrina y en la acción, especialmente en relación con la Roma modernista, y lo hacemos para ser fieles a Roma eterna, maestra de verdad y de santidad. 

Kyrie eleison