Error de Menzingen – II
El problema de la carta del 13 de junio del Cuartel General de la Fraternidad San Pio X en Menzingen, Suiza, que quiso “poner las cosas en claro sobre los matrimonio” después de la proposición de Roma del 4 de abril para facilitar la integración de los matrimonios de la Fraternidad en la estructura Conciliar, no es un pequeño problema de este o aquel argumento o este o aquel detalle. El problema es la total mentalidad Conciliar de los clérigos que hacen la proposición. En las palabras inmortales de uno de los tres teólogos de la Fraternidad que, encabezados por Mons. De Galarreta, se enfrentaron a cuatro “teólogos” romanos en las “Discusiones Teológicas” del 2009 al 2011, los cuatro romanos estaban “mentalmente enfermos pero ellos tienen la autoridad”. Tal es la (objetiva) “enfermedad mental”, que muchos católicos creyentes están tentados a concluir que ellos perdieron toda la autoridad de la Iglesia. Desgraciadamente, ellos todavía por lo menos parecen tenerla, por lo que en nombre de la “obediencia” están destruyendo la Iglesia, cualesquiera que sean – Dios sabe – sus buenas intenciones subjetivas.
Así que la primera parte importante de la Carta sobre los Matrimonios de Menzingen (vea los “Comentarios” de la semana pasada) argumentó que la proposición de Roma del 4 de abril fue simplemente para volver a alinear los matrimonios de la Fraternidad con la antigua y razonable práctica de la Iglesia desde el Concilio de Trento. Sí, Menzingen, ¿pero de qué vale la ley razonable cuando es aplicada por administradores “mentalmente enfermos”? Un profundo axioma escolástico dice, “Lo que es recibido se recibe a la manera del receptor”. La Tradición, que está en su sano juicio, en manos de los clérigos (objetivamente) dementes, está expuesta a volverse demente. Por ejemplo, en la tercera parte de la Carta, Menzingen afirma que oficializar los matrimonios de la Fraternidad los volverá más seguros. ¿Dijeron seguros? ¿Cuando los oficiales actuales de la Iglesia están virtualmente convirtiendo las anulaciones oficiales en “divorcio católico”?
La segunda parte principal de la Carta plantea ocho objeciones principales a la propuesta de Roma con el fin de refutarlas. La esencia de la mayoría de las objeciones es que, en contexto, aceptar la proposición de Roma significa estar de acuerdo con la traición Conciliar de la Fe: con la teoría y práctica Conciliar del matrimonio (1, 2), con la condenación Conciliar de los matrimonios de la FSSPX previos (3), con el nuevo Código de Derecho Canónico (8), etc. La respuesta de Menzingen es que simplemente tomada por sí misma, abstraída de su contexto, la proposición romana sólo pone a disposición de las parejas de la Fraternidad una forma adicional de contraer matrimonio en armonía con la Iglesia oficial. Sí, Menzingen, pero ¿cómo puede ser celebrado un matrimonio en la vida real sin un contexto? ¿Y cómo puede ser cualquier contexto de la Iglesia oficial hoy sino Conciliar?
La quinta objeción es un ejemplo clásico del razonamiento de la ciudad de las nubes y los cucús que separa lo inseparable: a la objeción de que cuando Roma está facilitando el acceso a la oficialización de los matrimonios de la Fraternidad, es solamente el queso de la ratonera Prelatura Personal, Menzingen responde que “en sí mismo ” ¡el queso es solo queso! Menzingen incluso reconoce que la misma proposición de Roma menciona que es un paso adelante para la eventual “regularización institucional” de la Fraternidad, en otras palabras, que el queso es objetivamente parte de una trampa. La respuesta de Menzingen es que para evadir tales trampas, la Fraternidad tendría que cortar todo contacto con los oficiales romanos, lo que Mons. Lefebvre dijo en 1975 que nunca haría.
Sí, Menzingen, pero eso fue antes de que otros 13 años de contactos y negociaciones con los romanos probaran al Arzobispo que ellos no tenían intenciones reales de cuidar de la Tradición. Entonces y sólo entonces él consagró cuatro obispos para cuidar de la Tradición (como lo hicieron hasta el 2012), pero él nunca se negó a tener futuros contactos con los romanos. Él solo dijo que en adelante, la doctrina debía preceder a la diplomacia, por lo que los contactos podían reanudarse cuando los romanos volvieran a las grandes condenaciones Papales del liberalismo y el modernismo. ¿Y desde 1988? Menzingen pretende que Roma ha cambiado para mejor, ¡por lo que la trampa ya no es una trampa! ¡Oh Menzingen! ¡Has contraído la enfermedad mental de los romanos!
Kyrie eleison.