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HACERSE CATÓLICO

HACERSE CATÓLICO on mayo 25, 2024

Si algún alma entiende los eternos arcanos, 

Que siempre tenga un rosario en sus manos

Un lector de estos «Comentarios» que obviamente no es católico pregunta cómo llegar a serlo. Puede ser una pregunta que interesa a más de este lector. Que Dios Todopoderoso bendiga a todos esos lectores, porque es seguramente una gracia suya que les está impulsando a interesarse seriamente en unirse a la única y verdadera Iglesia que es Suya – la verdadera Iglesia Católica Romana. Hoy hay que añadir el adjetivo «verdadera» porque, por supuesto, el Concilio Vaticano II (1962–1965) fabricó toda una falsa iglesia diseñada para llevar a las almas al infierno eterno en lugar del cielo eterno. Esto sólo puede complicar hoy la cuestión de cómo unirse a la verdadera Iglesia, pero si un alma lo busca honestamente, Dios tiene innumerables maneras de llegar a esa alma con toda la ayuda necesaria, a pesar de cualquier barricada lanzada en su camino por hombres equivocados o delincuentes. Que tal alma confíe en que Dios quiere llevarla al cielo, y Él sólo necesita la cooperación continua de esa alma para lograrlo. 

Ser católico es para llegar al cielo, que es la dicha sobrenatural ininterrumpida, intrínsecamente muy por encima y más allá de todos nuestros poderes naturales de mente y voluntad como seres humanos. La dicha consiste en la visión sobrenatural de Dios tal como es en Sí mismo y no sólo como podemos vislumbrarlo a través de las criaturas naturales que nos rodean en nuestra breve vida en esta tierra. La puerta de entrada a esta dicha es el don sobrenatural de Dios, la fe, que está muy por encima de nuestra razón natural. Si recibo o no de Dios este don suyo, básico para la salvación eterna, depende enteramente de Él y no de mí. Por otra parte, hay un viejo dicho que dice que a quien hace todo lo que está en su naturaleza hacer, Dios no le niega su gracia (sobrenatural). Esto es una especie de sentido común, pero cuidado, la Fe sigue siendo, esencialmente, un don gratuito de Dios. Lo que puedo hacer, una vez que me doy cuenta de lo indispensable que es para la salvación el don de la fe, es poner todo mi empeño en pedirle en la oración que me conceda el don de la fe. (Es muy recomendable rezar el rosario aunque alguien no crea todavía que la Santísima Virgen María fue y es siempre la Madre de Dios. Ella intervendrá . . . ) 

Lo que también puedo hacer es aplicar todas mis facultades de razonamiento a examinar tres grandes proposiciones que puedo aceptar por mero (¡pero recto!) razonamiento humano. Si lo hago así, pueden definitivamente ayudar a Dios a darme el don de la fe, pero no pueden, por sí solas, jalar el don de Dios, que sigue siendo Su don gratuito. Como dijo el pecador medio creyente en el Evangelio: «Señor, creo, ayuda mi incredulidad». Puede que no fuera teólogo, pero hablaba con sentido católico (Marcos IX, 24). Estas tres proposiciones son: 1) Dios existe, (2) Jesucristo era y es Dios, y 3) La (verdadera) Iglesia Católica Romana fue instituida por Jesucristo. 

1) Dios existe – el argumento más obvio de sus criaturas (como de efecto a causa necesaria) es el argumento del diseño inteligente. La inteligencia es visible por todas partes en Su creación, pero no puede venir de las criaturas que no son en sí mismas inteligentes, como animales, vegetales, minerales. Sólo un ejemplo: ¡ninguna araña pisa las partes pegajosas de su propia tela! Sólo las víctimas de la araña lo hacen. 

2) Jesucristo es y era Dios – durante su vida en la tierra, obró innumerables milagros que sólo Dios puede obrar, porque sólo el Autor de la Naturaleza puede interrumpir a voluntad el curso normal de la naturaleza. 

Así la resurrección de Lázaro (véase Jn. XI) fue un milagro estupendo realizado directamente ante una multitud en gran parte hostil. Y las reliquias de Nuestro Señor que revelan a la ciencia moderna rastros de su ADN muestran evidencias de su madre humana, pero ninguna de un padre humano. De hecho, nació de María, pero fue concebido por el Espíritu Santo. 

3) Jesucristo instituyó la (verdadera) Iglesia Católica Romana y ninguna otra. La historia de la humanidad muestra que todas las otras denominaciones «cristianas» comenzaron siglos después de que Él viviera en la tierra (1–33 DC). En cuanto a las religiones no cristianas, todas ellas niegan que Él fuera Dios, Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todas esas religiones no pueden ser verdaderas, y si como el Vaticano II pretenden que pueden todavía ser un camino al cielo, mienten de nuevo, porque no puede haber lugar para mentiras en el verdadero cielo del verdadero Dios. 

Si después de trabajar sobre estas tres verdades preliminares, un alma todavía desea convertirse en católica, entonces va donde un sacerdote católico para pedir el bautismo, que es el modo normal de entrar en la Iglesia Católica. 

Kyrie eleison