Comentarios Eleison

Prometeo – II

Prometeo – II on junio 22, 2019

En su libro “Prometeo, la religión del hombre”, el P. Álvaro Calderón presenta el Vaticano II esencialmente como un humanismo, disfrazado de catolicismo por los oficiales de la Iglesia. Este disfraz dio una autoridad sin precedentes al humanismo y requirió una habilidad sin precedentes para montarlo. Ahora bien, el humanismo surgió en el siglo XIV para defender los valores puramente humanos frente a las exigencias supuestamente inhumanas de la pobreza, la castidad y la obediencia de la Edad Media católica, y también frente a la autoridad eclesiástica que supuestamente trataba a los seres humanos como niños. Así que para afirmar la dignidad humana, el humanismo afirmará la libertad humana, y dará lugar al liberalismo en los siglos XVII y XVIII, al súper-liberalismo en los siglos XX y XXI. A la falsa libertad de este súper-liberalismo, el Vaticano II se esforzará por adaptar la verdadera Iglesia de Dios. De este modo, el Concilio “liberará” la mente del hombre mediante el subjetivismo, su voluntad mediante la “conciencia” y su naturaleza haciendo que sea servida por la gracia en vez de levantada por la gracia.

El subjetivismo es el error de hacer la verdad independiente del objeto, y dependiente en cambio del sujeto humano. En última instancia, esto resulta en una pura locura, que el Vaticano II quería evitar, pero quería suficiente subjetivismo como para garantizar la libertad de pensamiento. Así que recurrió a la “insuficiencia de las fórmulas dogmáticas”. Ahora bien, es verdad que ninguna palabra humana puede decir o expresar la plenitud de las realidades divinas, pero las palabras pueden decir algo, por ejemplo “Dios existe” es verdadero, mientras que “Dios no existe” es falso. Por lo tanto, las palabras no son totalmente inadecuadas para expresar dogmas, y de hecho, si creo en una serie de dogmas expresados en palabras, como la Iglesia exige de todo católico, puedo salvar mi alma. Pero el Vaticano II (Dei Verbum) dice que Dios se revela, no una doctrina en palabras, sino que Él mismo es conocido por la experiencia subjetiva, no por palabras objetivas. Así las doctrinas pueden ir y venir sin tocar las realidades detrás de ellas, ¡y así el Vaticano II puede cambiar los dogmas sin apartarse supuestamente de la Verdad o la Tradición! ¡Por lo tanto, todo tipo de teología es lícita, y todo tipo de religiones! ¡Así que la superioridad del cristianismo es meramente cultural!

Entonces, ¿cómo libera el Vaticano II la voluntad? Ya está liberada. Si no hay más verdad o falsedad, entonces es igualmente cierto o falso que robar y mentir están mal. En última instancia, de nuevo, esta posición termina en pura locura, así que ¿cómo afirmará el Vaticano II la libertad de la mente y, sin embargo, se mantendrá alejado de la disolución de toda la moral? Por la “conciencia”. Dentro del corazón de cada hombre, pero sin palabras, habla Dios por una inclinación moral hacia el bien y lejos del mal de una manera que ninguna palabra puede ser adecuada, pero con una sustancia inalterable a lo largo de todas las épocas. Así que mi voluntad no está encadenada por los Diez Mandamientos desde fuera de mí, sino que me inclinaré libremente desde dentro, permaneciendo así libre para hacer lo que es correcto. Pero en realidad, ¿lo haré? – ¿qué hay del pecado original? En realidad, la moral es objetiva, es racional, y puede y debe expresarse en reglas universales. La mera “conciencia” subjetiva es demasiado débil para hacer frente al pecado original.

Finalmente, ¿cómo pone el Vaticano II la gracia de Dios abajo, en vez de arriba, de la naturaleza del hombre? La “gracia perfecciona la naturaleza” es un principio católico clásico, así que la gracia perfecciona al hombre al reparar su más alta cualidad, su libertad, la cual es esclavizada por el pecado. Así la gracia de Cristo libera y sirve a la naturaleza del hombre, revelando al hombre a sí mismo (Gaudium et Spes, #24), por la Encarnación. ¿Pero la Encarnación no reveló primero a Dios al hombre?

En conclusión, el P. Calderón muestra cómo el Vaticano II, aunque fundamentalmente humanista, embellece el humanismo con decoraciones católicas: ¡libertad, sí, pero a imagen de Dios! ¡El subjetivismo, sí, pero de la verdad interior, incluido el misterio de Dios, que revela el propio misterio del hombre! ¡Conciencia, sí, pero participando naturalmente de la Ley Eterna, para que los hombres la cumplan naturalmente, para que la voluntad de Dios esté en línea con la voluntad del hombre! ¡Gracia, sí, pero perfeccionando la naturaleza del hombre liberándonos de la esclavitud del pecado! Así pues, ¡cuánto más bello es el humanismo decorado por la riqueza y herencia de la Iglesia!

Kyrie eleison.

Prometeo – I

Prometeo – I on junio 15, 2019

El Vaticano II fue un desastre para la Iglesia Católica. Para el futuro de la misma Iglesia es esencial que los católicos que desean salvar sus almas vean por qué fue tal desastre. El P. Álvaro Calderón, profesor de Filosofía y Teología tomista en el Seminario de la Fraternidad San Pío X en La Reja (Argentina), escribió hace diez años un libro que prueba que el Vaticano II desde dentro de la Iglesia reemplazó la religión de Dios por la religión del hombre. La primera de las cuatro partes del libro, para explicar lo que fue el Vaticano II, comienza con una definición en tres partes: fue la oficialización de un humanismo disfrazado de catolicismo.

En primer lugar fue un humanismo, es decir, una glorificación del hombre en detrimento de Dios. La Edad Media fue seguida por una serie de humanismos, como el Renacimiento, la Reforma, la Revolución Francesa, pero todas las veces el humanismo pereció, dice Calderón, porque rompió con la Iglesia Católica. Resultado final? Dos guerras mundiales. Pero esta vez serían los propios eclesiásticos quienes crearían el nuevo humanismo para encajar con la Iglesia Católica. De ahí la oficialización sin precedentes por parte del Vaticano II de lo que siempre había sido un grave error denunciado por la Iglesia, pero esta vez los eclesiásticos supieron cómo hacerlo parecer católico. Así se acercarían al mundo moderno centrado en el hombre con su nuevo humanismo, pero al mismo tiempo estaban decididos a permanecer dentro de la Iglesia, supuestamente para salvar tanto al hombre moderno de su ateísmo como a la Iglesia moderna de su estéril aislamiento. En el mejor de los casos, los eclesiásticos del Vaticano II tenían buenas intenciones; en el peor, sabían que su nueva reconciliación de fuerzas opuestas no funcionaría, excepto para destruir la Iglesia, pero eso es lo que los peores de entre ellos querían.

Entonces, ¿por qué no funcionaría la nueva reconciliación? Porque Pablo VI quería un nuevo humanismo, no orientado inhumanamente hacia Dios, como en la Edad Media, ni reaccionando excesivamente contra él como en los tiempos modernos, sino un nuevo equilibrio entre los dos excesos que mostraría que la mayor gloria de Dios coincide con la gloria del hombre. Por ejemplo, el hombre es la creación más grande de su Creador, así que glorificar al hombre es también glorificar a Dios. Y el hombre es a la imagen de Dios siendo libre, así que cuanto más libre es, más glorifica a Dios. Por lo tanto, promover la dignidad humana y la libertad es glorificar no sólo al hombre sino también a Dios. Sin embargo, si uno empieza con la gloria del hombre, ¿quién no puede ver el riesgo de deslizarse en la gloria del hombre? Además, Dios es el único y exclusivo Ser Perfecto que no puede por lo tanto necesitar o desear nada fuera de Su propia gloria intrínseca. Sólo secundariamente, para su gloria extrínseca, puede querer o desear la bondad de cualquier criatura fuera de la Suya propia. Por lo tanto, la verdad es que tanto Dios como el hombre están orientados principalmente hacia Dios, y Dios sólo puede ser orientado secundariamente hacia el hombre.

Pero aquí hay algunas citas del documento del Vaticano II, Gaudium et Spes: “El hombre es el centro y la cima de todas las cosas en la tierra . . . . señor y gobernador de toda la creación” (#12) – ¿no es eso más bien Dios? “El amor a Dios y al prójimo es el primer mandamiento” (#24) – ¿aparece el prójimo en el primer mandamiento? “El hombre es la única criatura amada por Dios para sí mismo” (#24). ¿Para el hombre en sí mismo? La desviación es grave, pero sutil, y en los propios textos del Concilio es más bien implícita que explícita, pero aparece más claramente en la enseñanza de la Iglesia después del Concilio, por ejemplo en el Nuevo Catecismo (p. ej. 293, 294, 299). En efecto, dice el P. Calderón, el Concilio pone al hombre en el trono de la Creación y a Dios a su servicio.

Del mismo modo, el Vaticano II pone al revés la autoridad. El humanismo está siempre en contra de la autoridad, pero el Nuevo Humanismo debe parecer católico, por lo que debe buscar un camino diferente para que la autoridad de Cristo reine en la Iglesia y el mundo modernos. Pero Cristo dijo que vino a servir (Mt. XXV, 25–28). Así que la Nueva Jerarquía se haría democrática de arriba a abajo para servir al hombre moderno de una manera que él entiende. Pero, ¿en qué parte de la Neo-Jerarquía estará la autoridad de Dios para elevar a los hombres al Cielo? Se disolverá, y con la autoridad disuelta en la Iglesia, la autoridad se disolverá en todas partes, como vemos entorno nuestro en 2019.

La Parte II del P. Calderón será el Nuevo Hombre del Vaticano II, la Parte III la Nueva Iglesia, la Parte IV la Nueva Religión.

Kyrie eleison.

“Prometeo” – Introduccion

“Prometeo” – Introduccion on junio 8, 2019

Cuando Mons. Lefebvre pensaba en el futuro de la Fraternidad San Pío X, solía esperar que contribuyera a los estudios de los 16 documentos del Concilio Vaticano II, porque era el arco principal a través del cual llegaba, en los años sesenta, la multitud sin precedentes de problemas con los que la Iglesia y el mundo se han visto afligidos desde entonces. Sin duda la Fraternidad ha contribuido hasta cierto punto a tales estudios, pero ¿se vería afligida hoy como está, algunos piensan hasta la muerte, si sus sacerdotes hubieran tenido una mejor comprensión de la enfermedad del Vaticano II, atractiva, altamente contagiosa y mortal para la verdadera Fe? Uno bien podría preguntarse.

Sin embargo, en 2010 apareció en español un estudio a fondo del problema por parte de un sacerdote argentino de la Fraternidad, el P. Álvaro Calderón, profesor de filosofía y teología en el seminario de la Fraternidad en Argentina. El título de su libro es “Prometeo, la religión del hombre”, y se subtitula “Un ensayo para interpretar el Vaticano II”. Sus 320 páginas (en papel) concluyen con la dramática acusación de que el Vaticano II es idolatría, ya en sus documentos y no sólo en sus secuelas. Aparentemente el libro ha sido traducido al francés, pero si existe tal traducción, ciertamente nunca ha aparecido, lo más probable para proteger a la Neo-Iglesia Conciliar y a su descendencia bastarda, la Neo-Fraternidad. De hecho, el libro necesita ser traducido y aparecer en una multitud de idiomas.

Para ayudar a explicar por qué estos “Comentarios” tan frecuentemente culpan al Vaticano II, estos ofrecerán a los lectores una visión general del libro en una serie de números. Es una empresa peligrosa presentar en unos pocos artículos de unas 750 palabras cada uno un libro densamente argumentado de 320 páginas, pero es demasiado importante que los católicos tengan al menos una idea de la plena malicia del Vaticano II como para hacer el esfuerzo. Así que estos artículos serán menos para los teólogos profesionales que requieren más profundidad y precisión para ser persuadidos, y más para las almas ordinarias que buscan alguna explicación de la devastación de la Iglesia y del mundo que se está forjando a su alrededor. Para causar tal devastación, el Vaticano II tenía que ser profundo y coherente. Que estos temas de los “Comentarios” sean cuando menos suficientes para sugerir la profundidad y coherencia tomista del libro del P. Calderón.

La acusación de que el Vaticano II es idolatría no podría ser más grave, pero en su libro está respaldada por una serie de referencias a los 16 documentos del propio Vaticano II, especialmente Gaudium et Spes y Lumen Gentium. El problema es, como él explicará, que por razones históricas los autores del Vaticano II tuvieron especial cuidado en disfrazar su doctrina idólatra para que no pareciera estar fuera de línea con la Tradición Católica. El propio Monseñor Lefebvre firmó 14 de los 16 documentos, lo que no habría hecho unos años más tarde, cuando los frutos del disfraz se hicieron evidentes. Por lo tanto, los documentos son hábilmente ambiguos, con una letra y un espíritu muy diferente. Por lo tanto, hasta el día de hoy, tanto muchos católicos sinceramente leales a la Iglesia como todos modernistas que buscan transformar la Iglesia pueden y de hecho afirman que la letra de los documentos es católica, pero la gran ventaja de un análisis como el del P. Calderón es argumentar a partir de los propios documentos que su espíritu es fabricar una religión totalmente nueva centrada en el hombre. Así que, en realidad, el neomodernismo del Vaticano II es especialmente resbaladizo y pérfido.

¿Está todavía disponible la edición en español de este libro? Eso esperamos. En cualquier caso, el editor está registrado como Luis María Campos 1592, Morón, Bs. As., Argentina, Tel. 4696–2094. En más que uno sitio de Internet se puede encontrar “Prometeo la Religión del Hombre”, con un texto bastante completo en español del libro del P. Calderón.

El libro está dividido en cuatro partes: Parte I, lo que fue el Vaticano II, una definición; Partes II-IV, lo que hizo el Vaticano II: Parte II un nuevo HOMBRE, Parte III una nueva IGLESIA, Parte IV una nueva RELIGIÓN. En estos “Comentarios de Eleison” deben seguir cuatro artículos (tal vez interrumpidos), correspondientes a las cuatro Partes.

Kyrie eleison.

De Nuevo Huonderland

De Nuevo Huonderland on junio 1, 2019

El 20 de mayo, día en que terminó el mandato de Mons. Huonder como jefe de la grande diócesis suiza de Chur desde 2007, la controvertida cuestión de su futuro lugar de jubilación se resolvió de una vez por todas con una Declaración firmada conjuntamente por él mismo y por el Superior General de la Fraternidad, P. Davide Pagliarani – el Obispo vivirá en la escuela de varones de la Fraternidad en Wangs, en el este de Suiza. Habían surgido dudas sobre dónde se retiraría el obispo debido a la improbabilidad natural de que un obispo Conciliar se estableciera dentro de una casa Tradicional, pero en ambos lados del abismo doctrinal entre el Concilio Vaticano II y la Tradición Católica, ha prevalecido el sueño anti-doctrinal de tender un puente sobre ese abismo. Sobre su decisión, el mismo Obispo acaba de escribir: “De acuerdo con los deseos del Papa Francisco, me esforzaré allí (en Wangs) para contribuir a la unidad de la Iglesia”. Es una intención honorable, pero no tiene en cuenta la maldad del Vaticano II.

Para como va el mundo moderno, y con él la Neo-Iglesia, y con la Neo-Iglesia la Neo-Fraternidad, Mons. Huonder es un eclesiástico decente y bien intencionado, lleno de buenas intenciones que puede hacer que cualquier persona “decente” piense que es un buen compañero, y que es seguro mezclarse con él, y es seguro colocarlo dentro de una escuela “decente”. Ciertamente, uno puede esperar que un entorno católico en Wangs le haga bien.

Pero desde el punto de vista de Dios y de la verdadera Iglesia Católica, él es un creyente en el Concilio Vaticano II, y por lo tanto cree en trabajar con el actual Papa de ese Concilio, el Papa Francisco junto con todos los seguidores de la Tradición que no comprenden más la ambigüedad y la maldad objetivas de ese Concilio con sus seis Papas Conciliares. En efecto, ese Concilio es profundamente impío y contamina todo lo que toca (véanse varios números de estos “Comentarios” que pronto aparecerán), y desvía de la verdad a todas las personas que creen en él. Por lo tanto, desde el punto de vista de la salvación de las almas, que es el punto de vista de Dios, Mons. Huonder, objetivamente hablando, está contaminado y desviado, no es apto para la compañía de los católicos o de una escuela católica, tanto más peligroso cuanto que él es subjetivamente decente, bien intencionado, simpático, y así por el estilo.

Tampoco se le debe culpar más o menos que a miles y miles de otros obispos “decentes” desde el Vaticano II por haberse dejado engañar por una serie de Papas Conciliares, ni se le debe insultar como si fuera un villano, ni se le debe rechazar socialmente como a un paria. Pero los católicos deben evitar absolutamente cualquier tipo de contacto, social o de otro tipo, que pueda dar lugar a cualquier tentación de mantener con él, mientras crea en el Vaticano II, cualquier tipo de compañía en asuntos de la Fe. Y si para evitar tal tentación sería necesario evitar su compañía por completo, entonces su compañía debería ser rechazada por completo. Dios y la Fe deben ser lo primero, lo último y lo más importante, de lo contrario corremos el riesgo de perder nuestras almas.

En conclusión, sólo podemos desear a Mons. Huonder en su retiro toda la gracia de Dios para comprender la perfidia del Vaticano II, y a los internos Tradicionalistas de la escuela de la Fraternidad en Wangs toda la gracia de Dios para que le ayuden con su ejemplo de ellos a comprender el peligro de los “deseos” del Papa Francisco para con la Fraternidad, de lo cual acaba de salir a la luz otro ejemplo.

En los últimos días ha llegado desde Roma el informe de que el sacerdote argentino, que fue nombrado por Mons. Fellay ecónomo general de la Fraternidad, a petición del Papa y por consenso del nuevo Superiore de la Fraternidad, el P. Pagliarani, ha sido reincorporado a la Iglesia oficial, y siempre por el deseo del Papa Francisco, vive actualmente en la Casa Santa Marta, donde vive el propio Papa; este sacerdote será incardinado en la diócesis de Roma, esperando su posible nombramiento como obispo por el Papa Francisco. Aunque tal informe fuera sólo verdad a medias, ¿no revelaría la incapacidad o falta de voluntad de los altos funcionarios de la Fraternidad para entender que Mons. Lefebvre luchó contra el Concilio Vaticano II por razones de fe?

Kyrie eleison.

Mala Señal

Mala Señal on mayo 25, 2019

Prepárense, queridos lectores, para otra mala noticia. No es el fin del mundo, pero es una paja más en un mal viento, una indicación más de que el viento sopla en la dirección equivocada cuando esperábamos que el viento pudiera haber girado en la dirección correcta. Después de todo, cuando en el Capítulo General de julio del año pasado se eligió un nuevo Superior General, ¿no fue una señal de que el firme control de los liberales sobre la dirección que estaba tomando la Fraternidad se estaba aflojando por fin? ¿Que había una esperanza de que el nuevo Superior General pudiera llevar a la Fraternidad en una dirección más sana que la que tomaron los dos sucesores inmediatos del Arzobispo?

Esta esperanza recibió un duro golpe cuando nos enteramos de que justo antes del final del Capítulo se había creado junto al órgano normal de gobierno de la Fraternidad, que es el triunvirato de su Superior General y sus dos Asistentes, dos nuevos puestos de Consejeros, para asesorar al triunvirato – y ¿a quién nombró para estos dos puestos? – ¡nada menos que a los dos anteriores Superiores Generales! Pero en caso de que temiéramos que esto pudiera significar que no se produciría ningún cambio en la creciente pesadilla de la Fraternidad de los últimos 20 años, se nos aseguró que los dos nuevos Consejeros sólo asesorarían sobre la inclusión o exclusión de los miembros de la Fraternidad, o sobre la apertura o el cierre de las casas de la Fraternidad. Y quien que quiso creerlo, lo creyó.

Además para disipar los temores de que en la cúspide de la Fraternidad, cuanto más cambiasen las cosas, más seguirían siendo las mismas, temores de que la Fraternidad siguiera estando bajo las garras de sus enemigos internos, se nos dijo también que el antiguo Superior General ya no viviría en el cuartel general de la Fraternidad en Menzingen, cerca de Zúrich, sino que se instalaría en el seminario principal de la Fraternidad en Écône, con una cadena de altas montañas entre éste y Menzingen. Tal movimiento nos asustó a algunos de nosotros por la sombra que se proyectaba sobre todo el Seminario por la proximidad del ex Superior General en la formación de los futuros sacerdotes francófonos de la Fraternidad, pero al menos no estaría eclipsando a su sucesor en Menzingen. Al menos en este sentido, podíamos esperar que dejara a su sucesor como Superior General la libertad de determinar por sí mismo la futura política de la Fraternidad. Y eso es seguramente lo que el traslado de Menzingen a Écône pretendía hacernos pensar. Desgraciadamente, parece que una vez más nos toman por tontos.

En efecto, la última noticia, procedente de más de una fuente y seguramente fácile de comprobar, es que el antiguo Superior General ha hecho las maletas en Écône y se ha trasladado de nuevo a Menzingen. Parece como si hubiera calculado que habría poca reacción potencial a su estancia en el cuartel general, o que la reacción se había calmado, en cualquier caso, que era seguro para la araña volver al centro de su telaraña, porque ninguna de las moscas se daría cuenta.

Sacerdotes de la Fraternidad San Pio X de Mons. Lefebvre: en su nombre apelamos a ustedes: Crean si quieren que la política de re-sometimiento a la Roma Conciliar no es suicida para su Fraternidad y para la finalidad para la cual él la fundó, pero en palabras de Hamlet, “no tratéis de sosegar vuestras almas” pensando que el cambio de Superior General en Julio ha hecho una real diferencia en esa política. Parece que la misma mafia de los liberales sigue en el poder y sigue intentando -por supuesto con la mejor de las intenciones- deshacer lo que hizo el Arzobispo.

El problema es profundo, y se extiende mucho más allá de la pequeña Fraternidad – permanezcan atentos.

Kyrie eleison.

¡El Brexit de Daniel!

¡El Brexit de Daniel! on mayo 17, 2019

Si la pobre Inglaterra necesita urgentemente comprender en profundidad por qué Europa se está equivocando, para salvar a Gran Bretaña de seguir el Nuevo Orden Mundial, cuánto más necesitan los católicos entender en profundidad cómo y por qué su Iglesia se equivocó en el Vaticano II, para salvar al mundo entero de su alejamiento del único y verdadero Dios. En el Antiguo Testamento Dios mismo inspiró en Su profeta Daniel, exiliado lejos de casa por el Cautiverio de Babilonia (590–520 a.C.), una oración urgente de contrición por los pecados de los israelitas para que Dios perdonara a Su pueblo y le concediera restaurar la gloria de Su nombre permitiéndole que volviera a practicar una vez más Su santa religión en la ciudad santa de Jerusalén. No es difícil adaptar al Cautiverio de la Iglesia Católica en el siglo XXI la gran oración de Daniel (Capítulo IX):—

[4] Rogando pues al SEÑOR mi Dios, hice confesión y dije; “Ay Señor, Dios grande y temible, que guardas la alianza y la misericordia con los que Te aman y observan Tus mandamientos, [5] nosotros los Católicos hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos sido malos y rebeldes y nos hemos apartado en el Vaticano II de Tus mandamientos y de Tus leyes; [6] no hemos escuchado a Tus siervos los Papas fieles que en Tu Nombre hablaron a nuestros presidentes, a nuestros gobernantes, a nuestros padres y a todo el pueblo Cristiano.

[7] Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión del rostro, como sucede hoy, a los Católicos, a los habitantes de Roma y a toda la Iglesia a los que están cerca y a los que están lejos, en todas las tierras a donde los arrojaste a causa de las infidelidades que contra Ti cometieron. [8] Oh Señor, nuestra es la confusión del rostro, y de nuestros presidentes, de nuestros príncipes y nuestros padres, pues hemos pecado contra Ti. [9] Pero del Señor, nuestro Dios, son la misericordia y el perdón, porque nos hemos rebelado contra Él, [10] y no hemos escuchado la voz del SEÑOR, nuestro Dios, para cumplir sus leyes, que Él puso delante de nosotros por medio de Sus siervos los Papas y Obispos fieles.

[11] Toda la Cristiandad ha traspasado Tu ley y se ha apartado para no oír Tu voz. Por lo cual se ha derramado sobre los Católicos Conciliares la maldición y la execración que está escrita en la ley de Moisés (Levítico XXVI, Deuteronomio XXVIII), siervo de Dios, puesto que hemos prevaricado contra Él.

[12] Por eso Él ejecutó la sentencia que había pronunciado contra nosotros, y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros una calamidad tan grande, que nunca hubo debajo de todo el cielo cosa semejante a lo que se ha hecho por el Vaticano II. [13] Todo este mal vino sobre nosotros conforme está escrito en la Ley de Moisés, más no hemos implorado al SEÑOR nuestro Dios para convertirnos de nuestras iniquidades y meditar en Tu Verdad. [14] El SEÑOR veló sobre el mal y lo hizo venir sobre nosotros, porque justo es el Señor nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, pero nosotros no quisimos oír Su voz.

[15] Ahora pues, oh Señor Dios nuestro, que con mano ponderosa sacaste a los Católicos del mundo impío, y te adquiriste el renombre que tienes hoy, hemos pecado, hemos cometido iniquidad. [16] Oh Señor, según todas tus justicias, apártese, te ruego, Tu ira e indignación de Tu Iglesia y de tu santo monte, pues a raíz de nuestros pecados y de las iniquidades de los Padres del Concilio, la Iglesia Católica ha venido a ser epítome de inmoralidad de cuantos viven alrededor nuestro. [17] Oye pues ahora, oh Dios nuestro, la oración de tu siervo, y sus súplicas, y por amor del Señor haz resplandecer tu rostro sobre tu Santuario devastado.

[18] Inclina, Dios mío, Tu oído y escucha, abre Tus ojos y mira nuestras ruinas, y la Iglesia, sobre la cual ha sido invocado Tu Nombre pues derramamos nuestros ruegos ante Tu rostro, confiando, no en nuestras justicias, sino en Tus grandes misericordias [19] ¡Escucha SEÑOR! ¡Perdona SEÑOR! ¡Presta atención Señor, y obra! ¡No tardes, por amor de Ti, oh Dios mío!, porque Tu Iglesia y Tu pueblo son llamados por el nombre de Tu Hijo unigénito, Nuestro Señor Jesucristo”

Kyrie eleison.