Eleison Comments

Padres Asediados

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Las palabras de la Hermana, que comenté con ustedes en los “Comentarios Eleison” de la semana pasada, aún permanecen en mi mente: “El mundo agarra a nuestras niñas fuertemente.” En un escaso lapso de tres años, “el cambio en su mentalidad es perceptible. Tenemos que luchar por mantener principios y buenas costumbres.” Hoy en día, difícilmente el mundo dejará de ejercer esta presión sobre las niñas, por el contrario. Por lo tanto, o nuestra Fe Católica ha dejado de ser “nuestra victoria sobre el mundo” ((I Jn.V,4), o las palabras de la Hermana pueden ser una luz roja que parpadea para hacernos ver a todos que nuestra Fe necesita activarse, o ¿acaso la Tradición Católica necesitará ser filtrada nuevamente?

Porque entre el hogar y la escuela, si la escuela es responsable de, digamos, dos séptimas partes de la formación de un niño, el hogar es responsable de por lo menos cinco séptimos. Esa es la razón por la cual, como lo sugerimos aquí la semana pasada, es un grave error que los padres piensen que si ellos le han confiado su hijo a una buena escuela, su deber está cumplido. La principal responsabilidad de la formación de los niños siempre ha recaído sobre el hogar. Ciertamente la Hermana no le achacaría al hogar lo que es su propia responsabilidad, pero por otro lado su principal esperanza, después de la misericordia de Dios, debe ser los hogares buenos.

Hoy en día, ninguna persona razonable puede no tener compasión de los padres. Por ejemplo, el padre puede estar agotado por ir y venir cada día para cumplir con un trabajo completamente insatisfactorio, en un ambiente siempre más anticatólico, mientras que la madre puede estar exhausta por todos los hijos que Dios tal vez le envía si ella y su esposo son obedientes de las leyes del matrimonio Católico, por la necesidad de enseñarles en casa si las escuelas afuera están demasiado corruptas, por la necesidad de trabajar también fuera de casa si, por ejemplo, una escuela incorrupta es cara, y por el rechazo de la gente si se queda en casa. En cualquiera de estos peores casos, Dios no espera de ninguno de nosotros que hagamos lo imposible. Pero si espera que carguemos nuestra Cruz y que hagamos lo posible.

Entonces, padres, ¿están Vds actuando como varoniles cabezas de familia (no como tiranos)? ¿Ponen a la familia por encima del dinero, o el dinero antes que a la familia? ¿Están dando a sus hijas el ejemplo de amar y apoyar a su madre? ¿Acaso la escuchan? ¿La propicias a que se vista o se comporte para satisfacer tu propio placer de manera que solamente se puede dar a tus hijas un mal ejemplo? Harán mucho más lo que ella hace que lo que ella dice. ¿Les das tiempo a tus niñas? ¿Les das esa atención prudente y el cuidado que tanto necesitan de su padre? Madres, solamente una pregunta: ¿les dan a sus hijas el ejemplo de respeto y obediencia a su padre (aunque a veces pueda no merecerlo), o utilizan sus lenguas para hacerlo parecer pequeño frente a ellas? ¿Ambos les dan ejemplo de respeto por el sacerdote?

Una última pregunta para los padres y madres: ¿han escuchado alguna vez a esos padres Católicos de los niños alrededor de la época del Vaticano II que estaban adormilados al momento del cambio en la formación de sus hijos, que despertaron demasiado tarde y ahora no tienen más que lágrimas que derramar por sus hijos que viven, y se preparan para morir, fuera de la Fe? ¡Echen fuera esa televisión! Compañeros sacerdotes y Hermanas, ¡no tengamos miedo de volvernos poco populares! ¡Además, cuidemos que nuestra Tradición Católica no se vuelva demasiado acogedora, a tal punto que el Señor Dios, por nuestro propio bien, esté obligado a permitir algo como la repetición del desastre de Vaticano II!

Kyrie eleison.