Doctrina católica, dogma, Depósito de la Fe

Politica de La Resistencia – I

Politica de La Resistencia – I on marzo 15, 2014

En el desastroso estado hoy en día de la Iglesia y del mundo, hay en juego, entre otros, dos principios centrales: el uno permanente y primario, el otro temporario y secundario, pero ambos son centrales. Su interacción debería ser decisiva para guiar nuestra acción.

El principio permanente es que “Sin Fe es imposible ser grato a Dios” (Hebr.XI,6). Esto es así porque todos los hombres provienen de Dios dotados de un libre albedrío con el propósito de que ellos lo usen de tal manera que puedan ser capaces de ir a Dios cuando mueran, y gozar de la beatífica visión de Dios por toda la eternidad. Estos términos obligatorios de nuestra existencia terrenal constituyen una oferta extremadamente generosa por parte de Dios, dado cuan relativamente poco se requiere de nuestra parte (Is.LXIV, 4). Pero lo menos que podemos hacer, un incipiente comienzo, es reconocer Su Existencia. Dada la bondad de Su Creación toda alrededor nuestro, es “inexcusable” no reconocerla (Rom.I,20), y por consiguiente sin la más elemental Fe en El, es imposible agradarle.

El principio temporario es que el Pastor está herido y las ovejas dispersas (Zac.XIII, 7), texto citado por Nuestro Señor en el camino al Huerto de Getsemaní (Mt.XXVI,31) . Al cabo de 4,000 años de repetida decadencia de los hombres, Dios tomó una naturaleza humana para fundar una Iglesia que capacitara a los hombres para salvar sus almas por los últimos 2,000 años de la existencia de los hombres en esta tierra. Por el primer mil de esos años la decadencia fue seriamente interrumpida, pero luego de unos pocos siglos más, se recuperó nuevamente al punto que con el Vaticano II los líderes ellos mismos de la propia Iglesia de Dios, los Papas, sobre los cuales fue diseñada para depender de ellos, devinieron seriamente infectados por la decadencia. En base a esto, devino para los hombres mucho más difícil ver de qué manera Dios tiene el propósito de que ellos salven sus almas.

Por consiguiente, por un lado, objetivamente hablando, las verdades permanentes para la salvación no han sido cambiadas ni un ápice por la caída de los Papas Conciliares y estas verdades deben ser mantenidas si siquiera algunas almas deben todavía ser salvadas. Fue la gloria de Monseñor Lefebvre defender esas verdades contra los hombres de Iglesia y el mundo caídos, mientras que es la desgracia de sus sucesores estar comprometiéndolas en obsequio de volver a la compañía de esos hombres de Iglesia y su mundo.

Por otro lado, subjetivamente hablando, esa desgracia está mitigada por el eclipse temporario de esas grandes verdades debido a la caída de los Papas. No es fácil, aún para los obispos, ver derecho cuando el Obispo de Roma está viendo torcido. Se sigue que aquellos que por la gracia de Dios – y nada más – ven derecho, deben tener una compasión de 360 grados por las almas atrapadas en una confusión que no es enteramente por su propia falta. Por consiguiente, me parece que si Santiago está convencido que para salvar su alma él debe quedarse en la Neo-Iglesia, no necesito martillarlo para que salga de ella. Y si Clara está persuadida que no hay problema grave dentro de la Fraternidad San Pío X, no debo atragantarla con que sí lo hay. Y si Juan no ve otro camino para mantener su Fe que el creer que la Sede de Roma está vacante, preciso nada más que impelerlo a que esa creencia no es obligatoria.

Con todo, en toda esta dispersión de las ovejas, alguien debe mantener y poner a disposición de ellas la Verdad objetiva si es que no tendrán que hacerlo las pobres piedras (Lc.XIX,40), porque, si más no fuera, sobre la búsqueda de esa Verdad depende la salvación de nuestras almas. Sin embargo, que los Católicos la busquen con toda la debida consideración por la ceguera de sus ovejas compañeras, por al menos tanto tiempo como el Pastor permanezca herido.

Kyrie eleison.

La Infalibilidad de La Iglesia – I

La Infalibilidad de La Iglesia – I on febrero 8, 2014

Probablemente el principal problema de los sedevacantistas es la infalibilidad de la Iglesia (los Papas Conciliares son horriblemente falibles, entonces, ¿cómo pueden ellos ser Papas?). Sin embargo, la infalibilidad necesita ser considerada por más razones que simplemente para aliviar al sedevacantismo. El problema moderno de preferir la autoridad a la verdad es vasto.

“Infalibilidad” significa inhabilidad para errar o para caer en el error. El Concilio Vaticano Primero definió en 1870 que el papa no podía errar cuando estaban presentes cuatro condiciones: él debe (1) estar hablando como Papa, (2) en una cuestión de Fe o de moral, (3) de una manera definitoria, y (4) con la clara intención de obligar en conciencia a toda la Iglesia. Cualquiera de estas enseñanzas pertenecen a lo que se llama el Magisterio “Extraordinario” del Papa, porque por un lado los Papas raramente comprometen todas las cuatro condiciones y por otro lado ellos enseñan muchas otras doctrinas que no pueden errar o estar equivocadas porque ellas han sido siempre enseñadas por la Iglesia y, por consiguiente, ellas pertenecen a lo que el Vaticano I llamó “Magisterio Universal Ordinario” de la Iglesia, también infalible. La pregunta es, ¿cómo se relaciona el Magisterio Extraordinario del Papa con el Magisterio Ordinario de la Iglesia?

La Santa Madre Iglesia enseña que el Depósito de la Fe, o Revelación pública, estaba completo a la muerte del último Apóstol vivo, digamos alrededor del 105 d.C. Desde entonces no se ha agregado ninguna verdad más, ni puede ser agregada, a ese Depósito o cuerpo de verdades reveladas. Entonces ninguna definición “extraordinaria” puede agregar una iota de verdad a ese Depósito, solamente agrega, en beneficio de los creyentes, certeza a alguna verdad ya perteneciente al Depósito, pero cuya pertenencia no había sido suficientemente clara con antelación. En un orden cuádruple viene en primer lugar una REALIDAD objetiva independiente de cualquier mente humana, tal como el hecho histórico de la Madre de Dios habiendo sido concebida sin pecado original. En segundo lugar viene la VERDAD en cualquier mente que esté en conformidad con esa realidad. Únicamente en tercer lugar viene la DEFINICIÓN infalible cuando un Papa compromete todas las cuatro condiciones para definir tal verdad. Y en cuarto lugar surge a partir de esa definición, la CERTEZA con respecto a esa verdad para los creyentes. Así, considerando que la realidad genera a la verdad, una Definición meramente crea certeza con respecto a esa verdad.

Pero la realidad y su verdad ya pertenecían al Magisterio Ordinario porque no existe la menor duda que un Papa haya jamás definido infaliblemente una verdad fuera del Depósito de la Fe. Por consiguiente, el Magisterio Ordinario es al Magisterio Extraordinario como el manantial es al arroyo ¡y no como el arroyo es al manantial! El problema es que la Definición de 1870 dio tal prestigio al Magisterio Extraordinario que el Magisterio Ordinario empezó a palidecer en comparación, al punto que los Católicos, aún teólogos, rasguñan para fabricar para él una infalibilidad como la del Magisterio Extraordinario. Pero eso es tontería:El Magisterio Extraordinario presupone el Magisterio Ordinario, existiendo solamente para dar certeza (4) a una verdad (2) ya enseñada por el Magisterio Ordinario.

Se puede ilustrar el punto con el pico nevado de una montaña. De ninguna manera la montaña depende de la nieve, excepto para que la haga más visible de lo que ya lo es. Por el contrario, la nieve depende completamente de la montaña para estar donde ella, la nieve, está. De manera similar, el Magisterio Extraordinario no hace más que hacer que el Magisterio Ordinario sea más claramente o más ciertamente visible. A medida que el invierno se adentra, así la capa de nieve desciende. A medida que la caridad se enfría en tiempos modernos, así más definiciones del Magisterio Extraordinario pueden devenir necesarias, pero eso no las hace la perfección del Magisterio de la Iglesia. Por el contrario, ellas señalan una debilidad por parte de los creyentes en cuanto a su asimiento de las verdades de su Fe. Cuanto más sano es el hombre, menos píldoras precisa.

La próxima semana, la aplicación tanto al sedevacantismo como a la presente crisis de la FSPX.

Kyrie eleison.

Grec – IV

Grec – IV on abril 27, 2013

Una signora, habiendo leído el primer “Comentario Eleison” sobre el GREC (EC 294 del 2 de Marzo) escribió para quejarse de que yo malinterpretaba al GREC, el grupo parisino de católicos fundado hacia el fin de la década de 1990 para poner juntos a los Tradicionalistas y a los católicos oficiales, de manera que pudieran pensar y hablar pacíficamente unos con otros para el bien de la Madre Iglesia. Estoy feliz de corregir los errores de hecho que ella señaló. No tengo problema en admitir las faltas personales mías que ella resaltó. Sin embargo, en un punto, debo estar en desacuerdo con ella.

En cuanto a los errores de hecho, el Sr. Gilbert Pérol fue Embajador ante el gobierno italiano y no ante el Vaticano. Asimismo, él no fue un “colaborador laico” sino un amigo personal del Padre Michel Lelong, un Padre Blanco. Asimismo, el GREC no fue lanzado “en los salones de París” sino en el piso de la viuda del Embajador, la Sra. Huguette Pérol, quien, según me dijeron, asume completa responsabilidad por haber fundado el GREC, puramente para ayudar a la Iglesia, y con la ayuda de gente “competente y preocupada por ser fiel al Evangelio y a la Tradición.”

En cuanto a mis faltas, ella escribió que yo era un “pagado de mí mismo” e “ignorante,” que carecía de modestia y diplomacia, que demostraba un respeto insuficiente por los muertos, y que escribía con un tono sarcástico no propio de una persona educada ni de un Sacerdote. Señora, cuan feliz yo estaría si estas fueran las peores faltas por las cuales deberé responder ante Dios. En verdad, rece por mi juicio particular.

Sin embargo, en cuanto al sarcasmo, permítame alegar que, si me burlé de la nostalgia que los católicos tienen hoy por el catolicismo de los años 1950, no estaba pensando en el Embajador Pérol en persona sino en multitudes de católicos actuales. ¡Estas multitudes, no dándose cuenta porque Dios permitió ante todo al Vaticano II que separara a la Iglesia oficial de la Tradición católica, desean volver a esa fe sentimentalizada de la década previa que es justamente la que condujo directamente al Vaticano II! Señora, la cuestión crucial no tiene nada que ver con personas subjetivas; tiene todo que ver con doctrina objetiva.

Y es por ello que debo estar en desacuerdo con usted en cuanto a la competencia de la gente que ayudó a la Sra. Pérol a fundar el GREC. Que un diplomático profesional como el Embajador Pérol haya recurrido a la diplomacia para resolver problemas mayores de doctrina, es extraviado pero comprensible. Que un Sacerdote Conciliar como el Padre Lelong haya estimulado tal empresa diplomática es más grave pero aún comprensible, dado como el Vaticano II socavó toda doctrina, oficializando al subjetivismo dentro de la Iglesia. Lo que sí es mucho menos fácil de aceptar es la “competencia y preocupación por el Evangelio y la Tradición” por parte de Sacerdotes entrenados por Mons. Lefebvre para comprender el desastre doctrinal del Vaticano II. Tales Sacerdotes nunca debieron animar, menos aún jugar cualquier parte activa en, un esfuerzo esencialmente diplomático para solucionar un desastre esencialmente doctrinal, al margen de cuán bien intencionado tal esfuerzo pudo haber estado.

Sin embargo, aún así, incluso en el caso de estos Sacerdotes, se puede aplicar en alguna medida el proverbio francés: “Entender todo significa perdonar todo.” El Arzobispo pertenecía a una generación más anterior y más sana. Todos ellos son hijos de un mundo hecho añicos por dos Guerras Mundiales. Todo el crédito para ellos por haber recurrido a la persona del Arzobispo para su formación sacerdotal, y mientras él vivía nos elevó a todos. Pero ellos nunca absorbieron completamente su doctrina, así que una vez que él murió, en pocos años comenzaron a recaer. Pero él estaba en lo cierto, y ellos y el GREC – perdóneme, agraciada dama – están en el error. Quiera Dios que vuelvan a lo cierto.

Kyrie eleison.

Declaracion Doctrinal – I

Declaracion Doctrinal – I on abril 13, 2013

La Declaración Doctrinal del 15 de Abril del año pasado, redactada por el Superior General (SG) de la Fraternidad San Pío X como fundamento para la reintegración de la Fraternidad a la Iglesia oficial, ha emergido a la vista pública casi un año mas tarde. Fue diseñada por el SG para complacer a ambos, a la Roma Conciliar así como a los Tradicionalistas (“Puede ser leída con anteojos oscuros o rosados,” dijo él en público). Complació en verdad a los Romanos que declararon que una tal Declaración Doctrinal representaba un “avance” en la dirección de ellos. No complació a los Tradicionalistas que vieron en ella (o en lo que conocían de ella) una ambigüedad tal que ella representaba una traición a la lucha de Mons. Lefebvre por la Fe católica, al punto que ellos consideraron que hubiera bastado que los Romanos la aceptaran, para destruir la Fraternidad del Arzobispo.

De hecho, cuando el SG se reunió con los Romanos el 11 de Junio en Roma para recibir la decisión de ellos, él realmente esperaba que los Romanos la aceptarían. Numerosos observadores especularon que la razón por la cual los Romanos no aceptaron la Declaración Doctrinalfue únicamente porque se interpuso la publicación de la Carta del 7 de Abril de los Tres Obispos al SG. Esta carta advirtió a los Romanos que el SG no podría acarrear a toda la Fraternidad con él al seno de la Roma Conciliar de ellos, contrariamente a lo que él les hubiera podido hacer creer, y tal como ellos querían que él lo hiciera. Ellos no querían, y no quieren, una nueva división que permita a la Tradición un nuevo desarrollo.

Sea como fuere, el corto espacio aquí disponible permite desarrollar solamente un argumento principal: que, de haber sido aceptada por Roma, la propuesta de la Declaración Doctrinal hubiera destruido a la FSPX. El Arzobispo Lefebvre declaró y probó que el Vaticano II era un rompimiento o ruptura con la enseñanza previa de la Iglesia. En esa premisa se originó y reposa el movimiento Católico Tradicional. Entonces, para enfrentar la resistencia en marcha de ese movimiento contra su amado Vaticano II, Benedicto XVI proclamó al estrenar su pontificado en el 2005, la “hermenéutica de la continuidad.” Con ella, el Concilio contradiciendo (objetivamente) a la Tradición tenía que ser interpretado (subjetivamente) de tal manera como para no contradecirla. Así no habría ningún rompimiento o ruptura entre el Concilio y la Tradición Católica.

Ahora bien, vean el séptimo párrafo (III, 5) de la Declaración Doctrinal. Declara que las afirmaciones del Vaticano II que sean difíciles de reconciliar con toda la enseñanza previa de la Iglesia, (1) “deben ser comprendidas a la luz de la Tradición entera e ininterrumpida, de acuerdo con las verdades enseñadas por el Magisterio precedente de la Iglesia, (2) no aceptando ninguna interpretación de esas afirmaciones que pueda permitir que la doctrina Católica se exponga como si estuviera en oposición o en ruptura con la Tradición y con ese Magisterio.”

La primer parte aquí (1) es perfectamente verdadera siempre y cuando signifique que cualquier novedad Conciliar “difícil de reconciliar” será rechazada de plano si objetivamente contradice la enseñanza previa de la Iglesia. Pero (1) está directamente contradicho por (2) cuando (2) dice que ninguna novedad Conciliar puede ser “interpretada” como estando en ruptura con la Tradición. ¡Es como si uno dijera que todos los equipos de fútbol deben usar camisetas azules, pero que todas las camisetas de cualquier otro color deben ser interpretadas como siendo únicamente azules! ¡Qué insensatez! Pero tal es la pura “hermenéutica de la continuidad.”

Ahora bien, los soldados que defienden la última fortaleza de la Fe que esté mundialmente organizada, ¿Se dan cuenta de lo que su Comandante está pensando? ¿Se dan cuenta que su solemne declaración de la doctrina de la FSPX lo muestra pensando como lo haría un líder enemigo? ¿Acaso están contentos de verse llevados a pensar como los enemigos de la Fe? Todas las ideas deben ser católicas así que las ideas no-católicas serán “interpretadas” como siendo católicas. ¡Despierten compañeros! El pensamiento enemigo está en el Cuartel General.

Kyrie eleison.

Grec – III

Grec – III on abril 6, 2013

Deseando tomar él mismo el lugar de Dios, el hombre moderno se esfuerza en reemplazar el orden de Dios del mundo por el suyo propio. Pero el orden de Dios es real, exterior e independiente del espíritu del hombre. Es la razón por la cual el hombre moderno desengancha su espíritu de esta realidad, de la cual, sin embargo, conserva algunos elementos indispensables para la construcción irreal de su propio sueño. Ahora bien, el orden más elevado en la Creación de Dios encuentra su mejor expresión en la doctrina de la Iglesia. Por eso todos los hombres de Iglesia y los fieles sometidos hoy día a la influencia de todo lo que es “normal” en el mundo que los rodea, son víctimas de una profunda ignorancia (o rechazo) de la naturaleza y de la necesidad de la doctrina.

Es ahí donde reside el problema esencial del GREC, tal como fue presentado en dos números anteriores de los “Comentarios Eleison” (294 y 295). El Grupo de Reflexión Entre Católicos fue fundado en 1997 en los salones de París para promover amigables reuniones e intercambios entre los Católicos de Tradición y los Católicos de la corriente mayoritaria de la Iglesia, con el propósito de crear un clima de mutua confianza y respeto que facilite una reconciliación entre ellos y así poner fin a su inútil oposición. Un tal propósito socava gravemente la importancia de la doctrina, sin que sea necesario ver en ello una malicia premeditada, de la cual sólo Dios es juez. Pero sea cual fuere lo que uno pueda pensar de ella, la doctrina no puede ser abandonada como tampoco lo puede ser la realidad.

En el libro del Padre Lelong sobre el GREC, Para la Necesaria Reconciliación, él nos cuenta como dos sacerdotes de la Fraternidad San Pío X y su Superior General “contribuyeron de una manera decisiva al lanzamiento y continuación de la actividad del GREC.” Aún antes de que éste haya sido lanzado, el Padre du Chalard había ofrecido al Padre Lelong una amigable recepción en su priorato de la FSPX, y “en los años siguientes no dejó nunca de apoyar al GREC de una manera discreta y atenta.” En la época del lanzamiento del GREC, el Padre Lorans, entonces Rector del Instituto San Pío X de París que desde ese momento ha ejercido una influencia decisiva sobre las publicaciones de la FSPX desde París, aceptó gustosamente la idea de un “diálogo entre católicos,” y rápidamente obtuvo del Superior General de la FSPX en Suiza la aprobación para su participación en el GREC. A partir de este momento, el Padre Lorans tuvo un papel esencial en todas las actividades del GREC.

Estas actividades empezaron discretamente en pequeña escala y en privado. En mayo de 2000 tuvo lugar la primer reunión pública en la cual el Padre Lorans participó, con una asistencia de 150 personas. Las reuniones se hicieron cada vez mas frecuentes con la participación de sacerdotes de la FSPX. Las autoridades de la Iglesia, al más alto nivel, fueron regularmente consultadas y se las mantenía informadas. El Padre Lorans por su lado hizo posible “un contacto mantenido con una confianza siempre más profunda” e intercambios amigables con el Superior General. A partir del 2004, las reuniones del GREC fueron cada vez más abiertas al público y en septiembre de ese año un “grupo de trabajo teológico” fue organizado con la participación del Padre Lorans así como la de otro sacerdote de la FSPX y de un teólogo de Roma. Estos dos últimos iban a ser participantes de las Discusiones Doctrinales entre Roma y la FSPX de 2009 a 2011. El GREC pudo muy bien haber visto en estas Discusiones la realización de sus deseos más anhelados: al fin los teólogos se encontrarían en un clima que el GREC había contribuido tanto a establecer “para la necesaria reconciliación.”

Gracias a Dios, las Discusiones devolvieron a la doctrina su propia primacía. Demostraron que entre la doctrina católica y la Conciliar existe un abismo que ningún puente podrá jamás franquear. Pero, ¿acaso la manera de pensar del GREC fue bloqueada en el interior de la FSPX? ¡De ninguna manera! El Cuartel General de la FSPX transformó en un abrir y cerrar de ojos el “No habrá un acuerdo práctico sin un previo acuerdo doctrinal” en un ¡”Ya que el acuerdo doctrinal es imposible, vamos pues a buscar un acuerdo práctico”! Desgraciadamente, el clamor de la oposición de la primavera pasada en el interior de la FSPX fue desorientado y aplastado gracias al Capítulo General de julio, y el CG de la FSPX ha perseverado en su búsqueda de un acuerdo práctico sin que haya sido frenada.

“Nuestro socorro está en el nombre del Señor,” en particular en la Consagración de Rusia. En ningún otro lado.

Kyrie eleison.

Indigna Dignidad

Indigna Dignidad on marzo 16, 2013

Una lectora presentó argumentos a favor de la enseñanza del Vaticano II sobre la libertad religiosa. Aún cuando el tema ha sido varias veces enfocado en los “Comentarios Eleison,” sus razones merecen seguramente ser consideradas porque es vital para los católicos de hoy asir exhaustivamente la falsedad de esta enseñanza. Lo que el Concilio enseñó en el párrafo 2 de su Declaración sobre la Libertad Religiosa (Dignitatis Humanae) es que todos los hombres, cuando se trata de actuar en privado o en público según sus creencias, deben estar libres de toda coacción ejercida por cualesquiera otros hombres o grupos de hombres. Mas aún todo Estado humano debe hacer de este derecho humano un derecho constitucional o civil.

Por el contrario, a lo largo de toda la historia de la Iglesia antes del Concilio Vaticano II, la Iglesia católica ha enseñado sistemáticamente que todo Estado, en tanto que él encarna la autoridad civil de Dios sobre las criaturas humanas de Dios, está obligado como tal de utilizar esta autoridad para proteger y favorecer la única verdadera Iglesia de Dios, la Iglesia católica del Dios Encarnado, Nuestro Señor Jesucristo. Evidentemente, los Estados no-católicos serán condenados más por su falta de Fe que por no haber dado protección civil a esta Fe. Igualmente los Estados católicos pueden abstenerse de prohibir la práctica pública de las falsas religiones ahí donde tal prohibición provocaría mas daño que bien para la salvación eterna de los ciudadanos. Sin embargo el principio permanece intacto: los Estados de Dios deben proteger la verdadera religión de Dios.

De hecho, la enseñanza Conciliar implica o bien que los Estados no son de Dios, o bien que no existe una verdadera religión de Dios. En los dos casos, esta enseñanza al Estado le libera implícitamente de Dios y por este mismo hecho coloca la libertad del hombre por encima de los derechos de Dios o, mássimplemente, al hombre por encima de Dios. Es la razón por la cual Mons. Lefebvre decía que la enseñanza Conciliar constituye una blasfemia. Y no nos digan que los otros párrafos de DH contienen una buena enseñanza católica. Una sola rajadura provocada por el témpano fue suficiente para hacer zozobrar al Titanic. DH #2 por sí solo basta para hacer zozobrar la doctrina católica. Pero veamos los argumentos que pretenden defender la enseñanza del Concilio.

1 DH es parte del Magisterio Ordinario, el cual debe ser tomado muy en serio.

DH proviene de los que tienen el deber de enseñar dentro de la Iglesia, es cierto, pero no proviene del Magisterio ordinario infalible, ya que DH contradice la enseñanza tradicional de la Iglesia, como acabamos de demostrarlo arriba.

2 DH no hace más que manifestar derechos humanos que están garantizados por la ley natural.

La ley natural coloca los derechos del hombre abajo y no por encima, de los derechos de Dios.

3 DH no reniega del modelo católico en las relaciones Iglesia-Estado.

¡Pero por supuesto que sí lo hace! El párrafo #2 libera al Estado de su obligación esencial para con la única verdadera Iglesia.

4 DH está escrita en el contexto del mundo moderno donde todo el mundo cree en los derechos del hombre.

Y, ¿desde cuando la Iglesia debe adaptarse al mundo y no el mundo a la Iglesia?

5 DH no enseña que el hombre tiene un derecho al error.

Si el Estado de Dios debe garantizar un derecho civil a practicar en público religiones falsas, entonces se deduce que uno obliga a Dios a otorgar un derecho al error.

6 DH es una llamada a los gobiernos modernos para que garanticen la mitad de una rebanada de pan, lo que es mejor que nada de pan.

La verdadera doctrina católica es tan lógica y tan coherente que al abandonar una parte, se la abandona enteramente. Y, ¿qué oveja se salvó ofreciéndose ella misma al lobo?

7 Los católicos no deben retirarse del mundo moderno encerrándose en un ghetto doctrinal.

Los católicos deben hacer lo que tienen que hacer, ir a cualquier lugar donde deben ir, para que no abandonen los derechos de Dios ni comprometan Su honor. Si esto significa el martirio, ¡que así sea!

Kyrie eleison.