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Madiran – Traición.

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En París, en mayo de 1968, se produjeron disturbios estudiantiles tan radicales y duraderos que atrajeron la atención de los medios de comunicación de todo el mundo. Por la subversión teórica y la destrucción práctica de todo lo que hasta entonces había conformado el modo de vida occidental, fueron comparables a los disturbios que asolaron muchas ciudades de los Estados Unidos el verano pasado (de 2020). De hecho, los disturbios de París inspiraron la sexta y última parte del libro de Jean Madiran, La Herejía del siglo XX, porque eran como una ilustración en forma de libro ilustrado de lo que todo su libro había estado tratando de decir: La civilización católica se está volviendo comunista, y es una gran traición, y los obispos católicos son los traidores. De ahí los tres capítulos de la sexta parte del libro: 1) Mayo del 68 es la traición final de los obispos, 2) Repudian a los verdaderos católicos, 3) Traicionan a la verdadera Cristiandad.

En el capítulo uno, Madiran cuenta cómo en París, en la primavera de 1968, los estudiantes rebeldes, como los alborotadores del verano en los EE.UU., amenazaron con derribar la civilización occidental, el comentario oficial de los obispos franceses fue, “Es un amplio movimiento que pide una nueva sociedad”, y estaban listos para darle la bienvenida en nombre del Vaticano II. En su declaración oficial, un mes después, declararon: “La Revolución de 1968 divide a la gente a favor y en contra, pero nosotros los obispos estamos a favor.” De hecho, dice Madiran, para aquellos que se rebelan el fin justifica los medios, así que hicieron tal uso de la fuerza, mentiras y engaños para salirse con la suya que provocaron un movimiento contrario aún más “amplio”, pero ¿qué les importa a los obispos modernos la subversión radical de toda la ley natural y la civilización cristiana? Ninguno de ellos cree que el comunismo sea una traición. ¿Pero es un movimiento de reforma? Eso es sólo una mentira y una trampa, dice Madiran.

En el segundo capítulo cuenta cómo al congraciarse con los revolucionarios de la izquierda, los obispos tenían que llevarles en bandeja las cabezas de los católicos más fieles de la derecha, también conocidos como “integristas”, o seguidores del catolicismo integral. (Aquí está exactamente el motivo por el cual en la década de 1970 el Papa Pablo VI hizo tan grandes esfuerzos para paralizar a Mons. Lefebvre, pero Dios tenía otras ideas. Sin embargo, sólo unos pocos años más, y lo que había sido su Fraternidad anhelaba la aprobación de la Roma modernizada). En la década de 1960 los obispos franceses comenzaron a hablar por ambos lados de su boca. A la izquierda decían, “Oh, por favor no nos tomen por conservadores o integristas, somos revolucionarios como ustedes”, mientras que a la derecha decían, “Oh por favor no piensen que estamos cambiando nada”. Y desde entonces estos obispos han estado tratando de ir en dos direcciones a la vez – una receta para la parálisis. Pero siempre evitan enfrentarse a los “integristas” con argumentos directos, han renunciado al terreno elevado de la verdad.

En el último capítulo de todo su libro, Madiran finaliza su condena a los míseros obispos franceses. El mundo moderno no es bueno, cargado de mentiras en todos los ámbitos: La evolución, seis millones, el nueve-once, Covid, y esas son sólo algunas de las falsedades destacadas. ¿Pero qué es lo que salió mal? Los estudiantes apenas lo sabían porque se les había dicho que el mundo moderno es maravilloso. Pero si eso es cierto, entonces instintivamente quieren derribarlo. Sin embargo, la Iglesia Católica, aunque tampoco cree en la modernidad, sabe exactamente lo que salió mal, y en 1864 publicó una importante lista de 80 de los errores – el Syllabus de Errores del Papa Pío IX. Esta es la doctrina que los obispos deberían haber enseñado a los estudiantes, porque si estos la hubieran aprendido bien, podrían haber estado reconstruyendo toda la “civilización occidental” desde los años 60. En el Vaticano II, los obispos del mundo prefirieron unirse a los comunistas en vez de luchar contra ellos, y los estudiantes se convirtieron en bárbaros, y toda la civilización cristiana fue traicionada.

Refiriéndose a los obispos, Madiran añade una última palabra a su libro – “¡Desgraciados!”

El análisis de La Herejía del siglo XX es claro. Las lecciones del 2020 para los EE.UU. en particular son abundantes. Quizás sólo un desastre a gran escala permitirá a la humanidad aprenderlas. Sin embargo, como dijo el obispo Butler en el siglo XVIII, “Las cosas son lo que son. Sus consecuencias serán lo que serán. ¿Por qué entonces deberíamos buscar engañarnos a nosotros mismos?”

Kyrie eleison.