de izquierda

Rosmersholm de Ibsen

<i>Rosmersholm</i> de Ibsen on septiembre 28, 2019

Henrik Ibsen (1828–1906) fue un famoso dramaturgo noruego, al que con frecuencia se le atribuye el mérito de ser el padre mundial de la dramaturgia moderna. No era católico, pero dijo una gran verdad, y san Agustín dijo una vez que toda la verdad pertenece a los católicos (porque su Dios es “el Camino, la Verdad y la Vida”). Por esta razón, los católicos a veces pueden apreciar mejor que los no católicos las verdades que los no católicos están diciendo. La gran verdad de Ibsen es que incluso en la estrecha e hipócrita Noruega de finales del siglo XIX, donde la vida y la alegría se ahogan bajo el peso de las tradiciones moribundas, el espíritu humano se levanta en protesta, y prefiere incluso la muerte a una existencia atrapada en una aparente falta de libertad o significado.

Ilustremos esta protesta con un grupo de tres obras de teatro posteriores de Ibsen en las que ha pasado del drama de la sociedad moderna al de las personas individuales. Rosmersholm (1886) termina con el suicidio conjunto del héroe y su amada . El Maestro Constructor (1892) termina con el héroe cayendo a la muerte desde una torre alta, cuyo intento de escalar era suicida en primer lugar. John Gabriel Borkman (1896) termina con la muerte del héroe a causa del frío de una escalada virtualmente suicida por la ladera helada de una montaña. Pero en cada caso el héroe estaba luchando por la libertad del espíritu humano contra un mundo que sofocaba a ese espíritu. Echemos un vistazo a Rosmersholm en particular, cuya adaptación se ha escenificado recientemente en Londres con gran éxito. ¡Ibsen vive!

Todo drama necesita un choque dramático, y el choque en Rosmersholm es entre el viejo mundo de la familia Rosmer y el hogar por un lado, distinguido durante los últimos 200 años por sus soldados y pastores que han dado ejemplo y han liderado a toda la región, y por otro lado el emergente nuevo mundo de emancipación y libertad de todos esos viejos valores. La figura central de la obra es el último descendiente de la noble familia, John Rosmer, antiguo pastor, pero que perdió su fe cristiana y ahora está dividido entre los dos mundos. Por un lado está el Dr. Kroll, un conservador de corazón frío que intenta salvar a Noruega del liberalismo invasor, pero cuya propia esposa e hijos se están volviendo liberales. Por otro lado, el editor del periódico radical local, Mortensgaard, que está al menos tan desprestigiado como Kroll en sus intentos de poner a Rosmer de su lado. En teoría, el propio Rosmer ha sido conquistado al nuevo mundo de alegría y libertad por la encantadora joven Rebekka West, su platonica compañera durante varios años.

El drama llega a su punto culminante cuando Rosmer le cuenta a Kroll su pérdida de fe y su intención de luchar en público por los liberales. Kroll entra en acción, por medios justos o engañosos, para impedir que Rosmer preste su persona y prestigio a la podredumbre. Bajo la presión de Kroll, Rebekka se da cuenta de que en su lucha por liberar a Rosmer de sus nobles pero agobiantes orígenes, es en realidad ese pasado, Rosmersholm, quien la ha vencido. Al final, la única manera en que John y Rebekka pueden lograr tanto la nueva libertad como la vieja nobleza, es lanzarse juntos al molino de agua de Rosmersholm. En otras palabras, dice Ibsen, la vieja nobleza no tiene alegría, el nuevo conservadurismo no tiene corazón y la nueva emancipación no es mejor. Sólo queda la muerte como salida, aparentemente la única afirmación posible para la pareja atrapada.

¿Es todo eso una tontería oscura, no apta para los católicos de hoy? No, es un retrato realista de nuestro mundo. Cuando la fe aun protestante muere, como con Rosmer y con miles de millones de almas hoy en día, entonces el conservadurismo (Kroll) finalmente no conserva nada, la izquierda (Mortensgaard) es tan buena como tirar gasolina atea a un fuego ateo, la emancipación (Rebekka) carece de resistencia, y el deseo liberal de muerte toma el control. Si uno desea tener vida, y tenerla más abundantemente (Jn. X, 10), entonces Rosmer debe revivir en sí mismo la fe de sus antepasados verdaderamente nobles, lo que significa que debe retroceder, más allá incluso de lo mejor de sus antepasados protestantes, a los católicos que hicieron la Noruega cristiana. Que Rosmer se convierta en un verdadero católico, y entonces Kroll, Mordensgaard y Rebekka podrán ver la verdadera solución, y toda la región podrá iluminarse de nuevo con la luz de Cristo.

Kyrie eleison.

La “Escuela de Frankfurt”

La “Escuela de Frankfurt” on noviembre 7, 2009

Lecciones valiosísimas para todos los amigos y amantes de la “Civilización Occidental” pueden obtenerse de un análisis de la desviacion a izquierda en los Estado Unidos de los 1960’s realizado por un Profesor en Psicología de California, Kevin MacDonald, mismo que puede ser consultado en http://www.theoccidentalobserver.net/articles/MacDonald-WheatlandII.html. En éste analiza la crítica de la cultura de masa que se presenta en un libro acerca de “La Escuela de Frankfurt en Exilio.”

La “Escuela de Frankfurt” necesita ser mejor conocida. Era un pequeño grupo de intelectuales no-Cristianos muy influyentes quienes, cuando Hitler subió al poder, emigro de Alemania hacia los Estados Unidos de Norteamérica en donde, junto con un grupo de Trotskistas de Nueva York que comulgaba con sus ideas, siguió ejerciendo una influencia completamente desproporcionada al número de sus integrantes. Experimentando una profunda enajenación de la “cultura tradicional Anglo-Americana,” dice MacDonald, le hicieron la guerra, fomentando al individuo contra la familia, propiciando una multi-cultura contra el liderazgo de la raza blanca, e incitando el modernismo en contra de la tradición en todos los ámbitos, especialmente en las artes. “El deseo de Theodor Adorno de una revolución socialista lo inclinó a favorecer la música Modernista, la cual dejaba al que la escuchaba con un sentimiento de insatisfacción y totalmente desubicado, música que consciente e intencionalmente evitaba la armonía y la predictibilidad.” La “Escuela de Frankfurt” quería “el fin del orden en el cual tomo su origen la sonata.”

El profesor dice que la “Escuela de Frankfurt” desdeñaba la falta de deseo de la gente Americana por la Revolución, y culpaban a la “pasividad, escapismo y conformismo” de esta gente, y al control de la cultura en general por el “capitalismo tardío” a través, por ejemplo, de organizaciones conservadoras que imponían estándardes morales en Hollywood. Sin embargo, cuando en los 1960’s ellos mismos obtuvieron control de los medios de comunicación, de las universidades y de la política, explotaron al máximo la cultura de las masas y Hollywood, y la condición de conformismo y adormecimiento de la gente, para sesgarlos hacía la izquierda. El Profesor lamenta el vicioso ataque resultante en contra de los “intereses de la raza blanca,” de la “identidad blanca” y de la “cultura y gente tradicional del Occidente.”

El Profesor tiene razón en varios aspectos. Por ejemplo, la guerra no es principalmente entre capitalismo y comunismo, como los izquierdistas originalmente pensaban y como muchos norteamericanos aún creen. El confort materialista ha arrullado a los Americanos hasta dejarlos dormidos, después como antes de los 1960’s. Es verdadero también que Hollywood y la cultura juegan un papel muy importante en moldear las mentes y las masas (razón por la cual “Comentarios Eleison” no raramente aborda temas culturales). Además, en efecto existe un pequeño grupo, consciente y resuelto, de enemigos de la “cultura tradicional del Occidente,” que tiene una gran influencia.

Sin embargo, para defender “los intereses de la raza blanca,” el Profesor necesita ir más allá de los blancos en sí. El problema real es religioso. ¿Por qué los Europeos de raza blanca siempre tenían tanto para dar? Porque por siglos y siglos co-obraron con la gracia para beneficiarse mucho más por la Fe Católica. ¿Por qué es que este pequeño grupo de izquierdistas aborrecen tanto a la “cultura Occidental”? Porque en esta se encuentra lo que resta todavia de esa Fe. Y ¿por qué es que dicho grupo, siendo tan pequeño, se tornó tan poderoso de los 1960’s en adelante? Porque en el Vaticano II (1962–1965) los mismos Blancos fueron principalmente responsables de la traición de la Fe que aconteció en ese Concilio. El triunfo actual de los izquierdistas es, ni más ni menos, un castigo justo de Dios.

Profesor, no está usted adormecido. ¡Ahora ande y tome su Rosario¡

Kyrie eleison.