Habla Putin
Cuando todo en el mundo en derredor nuestro está de cabeza, no debe sorprendernos encontrar al Papa hablando como un político Comunista y al líder de Rusia hablando como un Papa Católico. Así un lector de estos “Comentarios” se sorprendió al verlos (5 de agosto) refiriéndose a la “Santa Rusia”, cuando desde 1917 es Rusia quien ha estado propagando sus errores por el mundo. Pero la “Santa Rusia” es una expresión que va mucho más atrás del siglo 20. Se refiere a la inclinación natural del pueblo ruso a la religión. Si de 1917 a 1989 ellos fueron la base del Comunismo internacional, es solamente porque ellos lo sirvieron con fervor religioso, porque éste era –y todavía es – el mesianismo del materialismo, el sustituto principal judío del catolicismo para los pos-cristianos (quienes son los primeros culpables).
Pero 72 años de Comunismo causaron a los rusos tanto sufrimiento que ellos aprendieron su lección y ahora están encontrando el camino de regreso de Dios, y la vuelta de su nación hacia Él les ha merecido por parte de Dios un verdadero estadista por su líder, quien es la esperanza de muchas almas decentes en todo el mundo. Algunos expertos en la perfidia del Nuevo Orden Mundial todavía desconfían de Vladimir Putin, lo que es más que comprensible, pero como dicen los Americanos, si él habla, camina y discursea como un seguidor de Cristo, entonces el sentido común dice que él es un seguidor de Cristo. Lea aquí una versión (tomada de los subtítulos de un video) de un discurso de él, hace quatro años en Rusia, y juzguen ustedes si su visión del mundo no es Cristiana:—
Otra amenaza seria a la identidad de Rusia está conectada a los acontecimientos que tienen lugar en el mundo. Hay aspectos aquí tanto de la política de relaciones exteriores como de la moral. Podemos ver que muchos de los países euro-atlánticos están rechazando sus raíces, incluso los valores cristianos que constituyen los fundamentos de la civilización occidental. Están negando los principios morales y todas las identidades tradicionales: nacionales, culturales, religiosas y hasta sexuales. Están implementando políticas que igualan grandes familias con parejas del mismo sexo, la creencia en Dios con la creencia en Satanás. Los excesos de lo que es “correcto políticamente” han alcanzado el punto donde las personas hablan seriamente sobre inscribir partidos políticos cuyo objetivo es promover la pedofilia.
Hay personas en muchos países europeos que se avergüenzan o tienen miedo de hablar sobre sus creencias religiosas. Se suprimen días de fiesta cristianos o les dan nombres neutrales, como si uno se avergonzara de estas fiestas cristianas. De este modo el profundo valor moral de estas celebraciones se oculta a la vista. Y estos países tratan de forzar este modelo en otros países. Estoy convencido de que esto abre camino directo a la degradación de la cultura y al regreso del primitivismo. Y esto profundiza aún más la crisis demográfica y moral de Occidente. En nuestros días casi todas las naciones desarrolladas ya no pueden reproducirse, ni aun con la ayuda de la migración. ¿Qué mejor prueba de la crisis moral de Occidente que la pérdida de la capacidad de reproducirse?
Sin los valores morales arraigados en el cristianismo y otras religiones del mundo, sin las normas morales que se formaron y desarrollaron durante miles de años, la gente perderá inevitablemente su dignidad humana. En cuanto a nosotros, consideramos justo y natural el defender y preservar estos valores morales que vienen del Cristianismo. Debemos respetar el derecho a la autodeterminación de cualquier minoría, sin embargo al mismo tiempo no puede y no debe haber ninguna duda acerca de los derechos de la mayoría.
Al mismo tiempo observamos esta decadencia a nivel nacional en Occidente, a nivel internacional observamos intentos de unificar el mundo según un modelo unipolar, de relativizar y remover ciertas instituciones del derecho internacional y soberanía nacional. En tal mundo unificado unipolar no hay lugar para países soberanos, pues este mundo sólo requiere vasallos. Desde una perspectiva histórica, tal mundo unipolar significaría entregar nuestra propia identidad y nuestra diversidad creada por Dios.
Kyrie eleison.