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Discusiones Dificiles – II

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¿Cuál es el resultado más favorable que uno puede esperar y la peor consecuencia que uno puede temer, de las “discusiones doctrinales” que en teoría están programadas para dar inicio en el otoño de este año en Roma entre la Iglesia oficial y la Sociedad de San Pio X? En práctica, el abismo doctrinal entre el Conciliarismo de Roma y el Catolicismo de la Sociedad es tan fundamental (¿puede o no puede 2 y 2 dar como resultado 4 y también 5?) que podría ser que las “discusiones” ni siquiera den inicio. Sin embargo, suponiendo que los representantes de Roma y de la Sociedad se sienten a dialogar, uno enfrente del otro, ¿qué se puede esperar?

A menos de que un estupendo milagro de Dios esté por ocurrir, humanamente hablando no existe esperanza de que los Romanos abandonen su devoción al Vaticano II, ese Concilio cuyas epístolas mezclan la religión de Dios y del hombre mientras que su espíritu es sin duda la religión del hombre. Por más de 40 años los sacerdotes que controlan Roma han estado poseídos por la convicción de que la religión de Dios necesita adaptarse al hombre moderno, y no hay nada que indique que estén colectivamente aproximándose a abandonar su letal “combinazione,” sino por el contrario. Por ejemplo, revisen la última Encíclica del Papa, “Caridad en la Verdad.”

Por lo tanto, lo más que podemos esperar de los Romanos es que muchos de ellos reaccionen positivamente, probablemente en privado, a la Verdad Católica que les sea presentada por la FSSPX – ¡ojalá puedan salvar sus almas! La FSSPX por lo menos será testigo de la Verdad en la cima de la Iglesia, en donde tiene más importancia, y aún cuando a esas alturas hiciere algún bien, por mínimo que parezca, aún se podría esperar que a partir de las “discusiones” haya una puerta abierta que se presente después a todos los Católicos de buen corazón, una cuenta ilimitada que los ayude a reafirmar su entendimiento de dicha doctrina por la cual los Católicos son Católicos, fortaleciendo su sentido común Católico, natural y sobrenaturalmente, de que 2 y 2 es igual a 4 y solamente 4.

Lo que podemos temer por el contrario es que esta primacía de la doctrina pueda ser poco clara en medio de los encantos del otoño Romano. “Aquel que se acuesta con perros Romanos termina por levantarse con pulgas moradas,” dice un proverbio (inventado por un amigo). La tentación para la FSSPX, especialmente si Roma presenta tanto la vara de renovada condenación como la zanahoria de reconocimiento puesta enfrente de la nariz del aún despreciado burrito, será la de “planear” sobre este abismo doctrinal y conformarse con un “acuerdo práctico” por el cual la FSSPX, siendo muy benevolentes con Benedicto XVI, sería concedida un estatus jurídico dentro de la Iglesia oficial a cambio de, por lo menos, un entendimiento implícito de detener el ataque a su Conciliarismo.

Sin embargo, cualquier entendimiento de este tipo representaría el principio del fin, no de la defensa de la FE pero si de su defensa por parte de la FSSPX, porque como era bien sabido por el Comunismo tradicional, uno nunca debe luchar contra los Católicos en asuntos de doctrina, en donde ciertamente los Católicos son más fuertes. Más bien, su estrategia se centraba en proponer cualquier tipo de consenso práctico por medio del cual los Católicos pasarían por alto la doctrina y simplemente cooperarían activamente con los Comunistas. Como era bien sabido por los Comunistas, el resto se daría por sí solo . . . .

Kyrie eleison.