Universidades – Remedios – I
“Muy bien, su Excelencia,” puedo escuchar que comentan los padres de familia, “así es que las universidades son tierra baldía. Pero al afirmar esto Ud. tendrá que admitir que en cualquier otro lado no puede encontrarse más que tierra baldía. Entonces, ¿qué es lo que tenemos que hacer con nuestros hijos? La ley de Dios nos prohíbe el uso de maneras ilícitas de prevenir su llegada. Ellos llegan. ¿Y luego?
La respuesta veloz es que en un mundo peor que nunca, las almas que desean llegar al Cielo tendrán que ser más heroicas que nunca, mas su recompensa será en la misma medida más grande que nunca.
Pío XII dijo que el mundo estaba peor en sus días que en los tiempos de Sodoma y Gomorra ¡y el murió en 1958! ¿Qué diría hoy? Enfrentando el mismo problema, los Papas que lo siguieron “movieron los postes” en el Vaticano II para no tener que seguir condenando, condenando y condenando. Pero esa fue la salida fácil. El apagar las alarmas no es lo mismo que extinguir el fuego. La Iglesia y el mundo están alegremente ardiendo, y lo primero que los padres de familia deben de hacer es enfrentar el problema: el peligro extremo para la salvación eterna de sus hijos.
Una vez que comprendan el peligro, su Fe Católica les dirá que no pueden tomar el camino bajo propuesto por el Concilio, ni ningún otro camino fácil, deben de tomar el camino heroico. “No llegaremos al Cielo sobre camas de plumas,” dijo Sto. Tomás Moro. Nuestro Señor nos dice, “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” (Mateo XVI,24), y “Aquel que persevere hasta el fin será salvo” (Mateo XXIV, 13). Los padres de familia deben de comprender que si para salvar las almas de sus hijos necesitan ser héroes, entonces serán héroes. En ese punto, como dice el proverbio, “En donde hay voluntad, hay un camino.” Así es que una vez que el amor de padres tiene esa voluntad de alcanzar el fin, encontrará un medio tanto dentro como fuera de casa.
Para lo que se refiere a lo necesario fuera de casa, favor de revisar el “Comentarios Eleison” de la próxima semana para alternativas a la universidad. Para dentro de casa, cualquier sacerdote que se digne de serlo les dirá que deben de empezar por establecer firmemente el rezo del Santo Rosario en familia en casa, continuando con el deshacerse de la televisión que es un tabernáculo del mundo, de la carne y del Demonio. Desde los años más tempranos, hagan que los corazones y mentes de los niños estén llenos en casa con un intercambio viviente y discusión viva de todo lo que se encuentra debajo del sol. Esto es debido a que para el momento en que los niños tengan edad para ir a la universidad, la suerte está usualmente echada, para bien o para mal. Así es que si un niño ha crecido en un hogar con vida real, elevado hacia el Cielo a través de la oración, la peor de las universidades podrá no hacerle demasiado daño, mientras que si este creció como un tele idiota, la mejor universidad puede no ayudarlo mucho en su camino hacia el Cielo.
Dense cuenta que el CE 158 no dijo a los padres que nunca pagaran para que un hijo suyo fuera a la universidad. Dijo que lo pensaran muy bien antes de hacerlo. Si los padres piensan cuidadosamente mientras su hijo es aún joven, su Fe les dirá cómo es que la vida en casa debe de modificarse, sin demoras. Como dice San Pablo (I Cor. II,9), citando a Isaías (LXIV,4) cualquier esfuerzo para llegar al cielo vale infinitamente la pena, porque está infinitamente más allá de lo que puede imaginar la imaginación humana más viva.
Kyrie eleison.