igualdad

El Pensamiento de Benedicto – I

El Pensamiento de Benedicto – I on julio 9, 2011

El “Comentario Eleison” del 18 de Junio prometió cuatro números del “Comentario” que mostrarían lo “desorientado” que está el Papa Benedicto XVI en su “manera de pensar.” De hecho presentan un resumen del precioso tratado acerca de su pensamiento, escrito hace dos años por Mons. Tissier de Mallerais, uno de los cuatro obispos de la Fraternidad de San Pío X. El tracto del obispo, La Fe Puesta en Peligro por la Razón, le llama “sin pretensiones,” pero de hecho expone bien el problema fundamental del Papa – como creer en la Fe Católica de manera tal que no se necesiten excluir los valores del mundo moderno -. El tracto muestra que esa manera de creer necesariamente está desorientada, aún si el Papa de alguna manera aún cree.

Se divide en cuatro partes. Después de una importante Introducción a la “Hermenéutica de la Continuidad” de Benedicto XVI, Mons. Tissier revisa brevemente las raíces filosóficas y teológicas del pensamiento del Papa. En tercer lugar expone sus frutos para el Evangelio, para el dogma, para la Iglesia y la sociedad, para el Reinado de Cristo y para los Novísimos. Concluye con un juicio moderado de la Fe “renovada” del Papa, bastante crítico pero en su totalidad respetuoso. Empecemos con una síntesis de la Introducción:

El problema básico para Benedicto XVI, como para todos nosotros, es el choque entre la Fe Católica y el mundo moderno. Por ejemplo, el ve que la ciencia moderna es amoral, que la sociedad moderna es secular y la cultura moderna multi-religiosa. El especifica que este choque se da entre la Fe y la Razón, entre la Fe de la Iglesia, y la Razón tal como se concibió a partir de la Ilustración del siglo XVIII. Sin embargo, el está convencido de que estas pueden y deben ser interpretadas de manera que se puedan unir armoniosamente. De ahí su participación intensa en el Vaticano II, un Concilio que también intentó reconciliar la Fe con el mundo actual. Mas los Tradicionalistas dicen que el Concilio falló debido a que sus mismos principios son irreconciliables con la Fe. De ahí la “Hermenéutica de la Continuidad” del Papa Benedicto, un sistema de interpretación para demostrar que no existe ruptura entre la Tradición Católica y el Vaticano II.

Los principios de la “hermenéutica” de Benedicto se remontan a un historiador Alemán del siglo XIX, Wilhelm Dilthey (1833–1911). Dilthey sostenía que debido a que las verdades se presentan en la historia, pueden ser entendidas únicamente en su historia, y las verdades humanas no pueden ser entendidas sin el involucramiento del sujeto humano contemporáneo en esa historia. Así es que para trasladar la esencia de las verdades pasadas al presente, uno necesita quitarle todos los elementos que pertenezcan al pasado, hoy en día irrelevantes, y reemplazarlos con elementos de importancia para el presente que se vive. Benedicto aplica a la Iglesia este doble proceso de purificación y enriquecimiento. Por una parte la Razón necesita purificar a la Fe de sus errores pasados, por ejemplo su absolutismo, mientras por otra parte la Fe necesita lograr que la Razón modere sus ataques a la religión y recuerde que sus valores humanos, libertad, igualdad y fraternidad, se originaron todos en la Iglesia.

El gran error del Papa en esto es que las verdades de la Fe Católica, sobre las cuales se fundó la civilización Cristiana y sobre las cuales sus restos débiles aún descansan, tienen sus orígenes de ninguna manera en la historia humana sino en el seno del Dios inmutable. Son verdades eternas, desde la eternidad, para la eternidad. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán,” dice Nuestro Señor (Mateo XXIV,35). Ni Dilthey ni, aparentemente, Benedicto XVI puede concebir verdades más allá de la historia humana y por encima de todo su condicionamiento.

Si el Papa piensa que al hacer dichas concesiones a la Razón sin fe, atraerá a sus adeptos hacia la Fe, que lo piense de nuevo. ¡Simplemente despreciaran a la Fe aún más! En el próximo número, las raíces filosóficas y teológicas del pensamiento de Benedicto.

Kyrie eleison.

Universidades – Remedios – II

Universidades – Remedios – II on agosto 14, 2010

¿Por qué las “universidades” modernas son auténticos basureros de la “democracia”? Porque en una “democracia” todos deben de ser iguales, nadie puede aparentar ser superior. Pero el tener un Título Universitario hace de algunos superiores. Así es que todos deben de tener un Título. Pero de ninguna manera todos los niños tienen la inteligencia o la afinidad por los libros como para obtener un Título. Por lo tanto las “universidades” deben de ser “atontadas” y los “Títulos Universitarios” otorgados a todo tipo de sujetos tontos, hasta que todos los jóvenes puedan obtener un “Título,” aunque ni siquiera llegue a valer el papel en el que se entrega. El sistema “universitario” de hoy en día es “una estafa total,” comenta un amigo y profesor Americano, quien lo conoce desde dentro.

¿Qué está en la raíz de esta moderna estupidez? Una vez más, la falta de Dios. Todas las almas son absolutamente iguales ante Dios, para la eternidad, ante el trono de su juicio al momento de la muerte, que es lo único que importa, pero en todos los aspectos son desiguales ante los hombres, durante esta corta vida, en la sociedad humana. Esto es porque Dios reparte sus dones de una manera muy desigual, para que todos los hombres tengan que depender unos de los otros y que tengan que cuidarse unos a los otros. De ahí que un simple “Título Universitario” humano como tal hace a cualquiera superior no ante Dios, sino solamente ante los hombres tontos que dejan a Dios fuera de la jugada. Por lo tanto, los padres de familia que toman a Dios en cuenta despreciaran la “democracia,” la “igualdad,” las “universidades” y los “Títulos Académicos.”

Su preocupación principal será la de formar a sus hijos en la realidad, para que así puedan llegar al Cielo real del Dios real, prestando poca atención a la irrealidad de un mundo que está cayendo en ruinas a su alrededor. La primera pregunta para los padres será esta: ¿Qué dones le ha regalado Dios a este hijo, tan diferente aún de nuestros demás hijos? ¿Qué inclinaciones tiene? Los talentos que Dios le ha dado apuntarán hacia lo que Dios quiere para él. Obviamente más niños tienen habilidades para trabajos manuales que para los estudios. Además, G.K.Chesterton dijo interesantemente en una ocasión que el buscar el dominar cualquier ámbito material, por ejemplo la madera o el metal, es un aprendizaje de la realidad. Por lo que de todos modos permítanle a un hijo que vaya a una escuela técnica para aprender un verdadero trabajo para hacerse, por ejemplo, un buen carpintero, plomero, electricista o mecánico. O ¿tiene el niño un tío con una granja? Mándelo allá. ¡El manejar ganado es una enseñanza especial de la realidad!

Para que aprenda esa realidad permítanle renunciar a un “Título Académico.” Los patrones de hoy en día podrán aún estar requiriendo un “Título,” pero los del mañana pronto estarán diciendo “¿Pasaste tres años gastando el dinero de tus padres o incrementando una deuda muy pesada, sólo para aprender a beber y a lanzar frisbees y a payasear con las chicas? ¡No me interesas!” Por el contrario, si además de un trabajo práctico un joven ha aprendido en casa la honestidad y el trabajo duro, este será capaz de hacer mucho más que simplemente vivir una vida honesta. Sus servicios estarán muy demandados en un mundo que se colapsa en las ruinas de valores irreales.

En cuanto a las niñas, dejen que aprendan las realidades del hogar de todos los tiempos como la costura, la cocina, las conservas, la música, las artes, en pocas palabras todo lo que hace más agradable la vida en casa, pero especialmente el cocinar. El mundo puede caerse en ruinas, puede hacer lo que guste, pero la mejor manera de llegarle al corazón de un hombre seguirá siendo a través de su estómago. ¡Es un hombre el que se lo dice!

Kyrie eleison.

Universidades – Remedios – I

Universidades – Remedios – I on agosto 7, 2010

“Muy bien, su Excelencia,” puedo escuchar que comentan los padres de familia, “así es que las universidades son tierra baldía. Pero al afirmar esto Ud. tendrá que admitir que en cualquier otro lado no puede encontrarse más que tierra baldía. Entonces, ¿qué es lo que tenemos que hacer con nuestros hijos? La ley de Dios nos prohíbe el uso de maneras ilícitas de prevenir su llegada. Ellos llegan. ¿Y luego?

La respuesta veloz es que en un mundo peor que nunca, las almas que desean llegar al Cielo tendrán que ser más heroicas que nunca, mas su recompensa será en la misma medida más grande que nunca.

Pío XII dijo que el mundo estaba peor en sus días que en los tiempos de Sodoma y Gomorra ¡y el murió en 1958! ¿Qué diría hoy? Enfrentando el mismo problema, los Papas que lo siguieron “movieron los postes” en el Vaticano II para no tener que seguir condenando, condenando y condenando. Pero esa fue la salida fácil. El apagar las alarmas no es lo mismo que extinguir el fuego. La Iglesia y el mundo están alegremente ardiendo, y lo primero que los padres de familia deben de hacer es enfrentar el problema: el peligro extremo para la salvación eterna de sus hijos.

Una vez que comprendan el peligro, su Fe Católica les dirá que no pueden tomar el camino bajo propuesto por el Concilio, ni ningún otro camino fácil, deben de tomar el camino heroico. “No llegaremos al Cielo sobre camas de plumas,” dijo Sto. Tomás Moro. Nuestro Señor nos dice, “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” (Mateo XVI,24), y “Aquel que persevere hasta el fin será salvo” (Mateo XXIV, 13). Los padres de familia deben de comprender que si para salvar las almas de sus hijos necesitan ser héroes, entonces serán héroes. En ese punto, como dice el proverbio, “En donde hay voluntad, hay un camino.” Así es que una vez que el amor de padres tiene esa voluntad de alcanzar el fin, encontrará un medio tanto dentro como fuera de casa.

Para lo que se refiere a lo necesario fuera de casa, favor de revisar el “Comentarios Eleison” de la próxima semana para alternativas a la universidad. Para dentro de casa, cualquier sacerdote que se digne de serlo les dirá que deben de empezar por establecer firmemente el rezo del Santo Rosario en familia en casa, continuando con el deshacerse de la televisión que es un tabernáculo del mundo, de la carne y del Demonio. Desde los años más tempranos, hagan que los corazones y mentes de los niños estén llenos en casa con un intercambio viviente y discusión viva de todo lo que se encuentra debajo del sol. Esto es debido a que para el momento en que los niños tengan edad para ir a la universidad, la suerte está usualmente echada, para bien o para mal. Así es que si un niño ha crecido en un hogar con vida real, elevado hacia el Cielo a través de la oración, la peor de las universidades podrá no hacerle demasiado daño, mientras que si este creció como un tele idiota, la mejor universidad puede no ayudarlo mucho en su camino hacia el Cielo.

Dense cuenta que el CE 158 no dijo a los padres que nunca pagaran para que un hijo suyo fuera a la universidad. Dijo que lo pensaran muy bien antes de hacerlo. Si los padres piensan cuidadosamente mientras su hijo es aún joven, su Fe les dirá cómo es que la vida en casa debe de modificarse, sin demoras. Como dice San Pablo (I Cor. II,9), citando a Isaías (LXIV,4) cualquier esfuerzo para llegar al cielo vale infinitamente la pena, porque está infinitamente más allá de lo que puede imaginar la imaginación humana más viva.

Kyrie eleison.