Arte

La “Escuela de Frankfurt”

La “Escuela de Frankfurt” on noviembre 7, 2009

Lecciones valiosísimas para todos los amigos y amantes de la “Civilización Occidental” pueden obtenerse de un análisis de la desviacion a izquierda en los Estado Unidos de los 1960’s realizado por un Profesor en Psicología de California, Kevin MacDonald, mismo que puede ser consultado en http://www.theoccidentalobserver.net/articles/MacDonald-WheatlandII.html. En éste analiza la crítica de la cultura de masa que se presenta en un libro acerca de “La Escuela de Frankfurt en Exilio.”

La “Escuela de Frankfurt” necesita ser mejor conocida. Era un pequeño grupo de intelectuales no-Cristianos muy influyentes quienes, cuando Hitler subió al poder, emigro de Alemania hacia los Estados Unidos de Norteamérica en donde, junto con un grupo de Trotskistas de Nueva York que comulgaba con sus ideas, siguió ejerciendo una influencia completamente desproporcionada al número de sus integrantes. Experimentando una profunda enajenación de la “cultura tradicional Anglo-Americana,” dice MacDonald, le hicieron la guerra, fomentando al individuo contra la familia, propiciando una multi-cultura contra el liderazgo de la raza blanca, e incitando el modernismo en contra de la tradición en todos los ámbitos, especialmente en las artes. “El deseo de Theodor Adorno de una revolución socialista lo inclinó a favorecer la música Modernista, la cual dejaba al que la escuchaba con un sentimiento de insatisfacción y totalmente desubicado, música que consciente e intencionalmente evitaba la armonía y la predictibilidad.” La “Escuela de Frankfurt” quería “el fin del orden en el cual tomo su origen la sonata.”

El profesor dice que la “Escuela de Frankfurt” desdeñaba la falta de deseo de la gente Americana por la Revolución, y culpaban a la “pasividad, escapismo y conformismo” de esta gente, y al control de la cultura en general por el “capitalismo tardío” a través, por ejemplo, de organizaciones conservadoras que imponían estándardes morales en Hollywood. Sin embargo, cuando en los 1960’s ellos mismos obtuvieron control de los medios de comunicación, de las universidades y de la política, explotaron al máximo la cultura de las masas y Hollywood, y la condición de conformismo y adormecimiento de la gente, para sesgarlos hacía la izquierda. El Profesor lamenta el vicioso ataque resultante en contra de los “intereses de la raza blanca,” de la “identidad blanca” y de la “cultura y gente tradicional del Occidente.”

El Profesor tiene razón en varios aspectos. Por ejemplo, la guerra no es principalmente entre capitalismo y comunismo, como los izquierdistas originalmente pensaban y como muchos norteamericanos aún creen. El confort materialista ha arrullado a los Americanos hasta dejarlos dormidos, después como antes de los 1960’s. Es verdadero también que Hollywood y la cultura juegan un papel muy importante en moldear las mentes y las masas (razón por la cual “Comentarios Eleison” no raramente aborda temas culturales). Además, en efecto existe un pequeño grupo, consciente y resuelto, de enemigos de la “cultura tradicional del Occidente,” que tiene una gran influencia.

Sin embargo, para defender “los intereses de la raza blanca,” el Profesor necesita ir más allá de los blancos en sí. El problema real es religioso. ¿Por qué los Europeos de raza blanca siempre tenían tanto para dar? Porque por siglos y siglos co-obraron con la gracia para beneficiarse mucho más por la Fe Católica. ¿Por qué es que este pequeño grupo de izquierdistas aborrecen tanto a la “cultura Occidental”? Porque en esta se encuentra lo que resta todavia de esa Fe. Y ¿por qué es que dicho grupo, siendo tan pequeño, se tornó tan poderoso de los 1960’s en adelante? Porque en el Vaticano II (1962–1965) los mismos Blancos fueron principalmente responsables de la traición de la Fe que aconteció en ese Concilio. El triunfo actual de los izquierdistas es, ni más ni menos, un castigo justo de Dios.

Profesor, no está usted adormecido. ¡Ahora ande y tome su Rosario¡

Kyrie eleison.

Tristan

Tristan on octubre 17, 2009

Después de ausentarme por aproximadamente 40 años del Royal Opera House de Londres, fue un gusto recibir de unos amigos, la semana pasada, un boleto para asistir a la presentación de “Tristán e Isolda” de Wagner. Fue una tarde muy agradable, pero ¡oh queridos amigos!, ¡la producción moderna! Los clásicos del ayer son una cosa; su puesta en escena hoy en día, ¡puede llegar a ser completamente distinta!

Un clásico como “Tristán e Isolda,” que fue puesto en escena por primera vez en 1865, se convirtió en un clásico por su éxito al expresar los problemas humanos y las soluciones que pertenecen a todos los tiempos. Nunca, por ejemplo, habían sido expresadas tan hábil y poderosamente las pasiones del amor romántico entre el hombre y la mujer que en el drama musical de “Tristán.” Pero cada vez que un drama clásico es escenificado, su producción puede obviamente pertenecer sólo a la época de su puesta en escena. De tal modo, el clásico depende en sí mismo del autor, pero la producción depende del productor y de cómo él entiende el clásico que está produciendo.

Wagner puede ser llamado el padre de la música clásica, especialmente debido a la revolución causada por las armonías cromáticas de “Tristán,” en constante cambio. Nadie puede decir que Wagner no es moderno. Sin embargo, lo que la producción actual de “Tristán” en el Covent Garden muestra, es la distancia abismal que existe aún entre el tiempo de Wagner y el nuestro. Puede ser que este productor no haya entendido el texto de Wagner o simplemente no lo tomó en cuenta, lo que podemos ver a través de dos ejemplos: En el Tercer Acto, cuando Kuwenal debería estar buscando el barco de Isolda en el mar, se le muestra observando a Tristán todo el tiempo. Por el contrario, en el texto de Wagner, cuando finalmente Isolda se apresura y encuentra a Tristán en su lecho de muerte, ella se encuentra observándolo para poder percibir tan siquiera una señal de vida, ¡pero este productor la coloca en el piso dándole la espalda! Esta violación flagrante del texto original, y del sentido común, se hizo presente a través de toda la obra, de principio a fin.

¿Qué es lo que el productor pensó que estaba haciendo? Me gustaría saberlo. O no tenía sentido común o, si lo tenía, se propuso desafiarlo deliberadamente. Peor aún, la Royal Opera House probablemente le pagó una gran cantidad para que lo hiciera, debido a que a su juicio la audiencia de hoy en día disfrutaría el reto. A uno se le viene a la mente Picasso cuando decía que sabía que su arte no tenía sentido, pero también sabía que era lo que la gente quería. En efecto, el público de la semana pasada, que debería haber abucheado las tonterías que sucedían en el escenario, en lugar de eso atendió a la obra con docilidad y aplaudió calurosamente. En el país natal de Wagner, hoy en día, a menos que esté equivocado, las producciones clásicas de sus operas son raras.

Uno está obligado a preguntarse, ¿qué es lo que está pasando con el sentido común? ¿Hacia dónde se dirige la audiencia de hoy en día? ¿Cómo podrá la gente sobrevivir por un largo tiempo si encuentra placer, por ejemplo, en amantes que se dan la espalda al momento de morir? Objeción: esto es solamente teatro. Contestación: el teatro refleja como un espejo a la sociedad. Conclusión: la sociedad hoy en día, o no tiene sentido común, o está pisoteando el poco que le queda. Ya que el sentido común es el sentido de la realidad, esta clase de sociedad no puede sobrevivir.

Kyrie eleison.