Comentarios Eleison

Faltan Hombres

Faltan Hombres on mayo 23, 2020

Cuando la Autoridad abandona la Verdad en la Iglesia Católica como lo ha hecho desde el Vaticano II, entonces es más fácil decir que hacer para caminar por la fina línea entre la herejía a la izquierda y el cisma a la derecha. Así que no es sorprendente que un comentario inusualmente agudo como el de Monseñor Lefebvre citado en los dos últimos números de estos “Comentarios” (“Suban la escalera . . . ”) despierte interés.

Un laico incluso dudó de la autenticidad del comentario – ¿podría el dulce arzobispo realmente haber dicho tal cosa? Oh sí, lo hizo. Las palabras originales son un poco menos elegantes que la pulida cita, pero la sustancia es idéntica – “Con eso, todo lo que queda es subir la escalera. No hay nada que hacer con esta gente (los romanos conciliares). ¿Qué tenemos en común con ellos? Nada. No es posible. No es posible” (6 de septiembre de 1990). La referencia de la cinta de audio de 1990 es Audio – Retrec – PASCALE90 o SACERDOTALE90. (Sin embargo, que cualquiera que desee comprobar la cita por sí mismo tenga cuidado con las colecciones “revisadas” de las cintas del Arzobispo, porque cualquier palabra suya fuertemente opuesta, como estas a los conciliares en Roma, bien podría haber sido recortada por “editores” de la Neo-fraternidad pro-Roma).

Otro lector que reaccionó a la cita es un sacerdote, del Novus Ordo, pero ahora firmemente establecido en un Priorato de la Neo-fraterniad en Suiza (sin haber sido reordenado condicionalmente, como al meglio lo sabemos). Piensa que “las cosas lucen realmente diferentes hoy en día” porque la actual generación de oficiales en Roma es de un tipo diferente de aquellos ante los que el Arzobispo reaccionó en los años 80, y los mejores de ellos quieren una verdadera restauración de la Iglesia. Concluye que adoptar la actitud del Arzobispo hoy en día deja sólo dos soluciones – la “Resistencia” o el sedevacantismo – los dos inacceptabiles.

Pero, Padre, aunque los líderes actuales de la Iglesia sean hombres diferentes de los sacerdotes traidores de la época del Arzobispo, que hicieron todo lo posible para destruir la verdadera Iglesia, ¿han entendido (o leído) a Pascendi? ¿Y de qué sirven las dulces y bien intencionadas autoridades eclesiásticas a la Fe o a la Iglesia o a la FFSSPX o a la “¿Resistencia”, si no han comprendido que el problema son las mentes huecas que no pueden ni siquiera concebir que la verdad condene el error o que el dogma condene la herejía? Una mente hueca que simpatiza con la Tradición no es básicamente más útil para la Tradición que una mente hueca que condena la Tradición. Tampoco es cierto que las cosas sean “realmente diferentes” de la época del Arzobispo. La señal de que un sacerdote ha entendido realmente el problema es cuando – al menos en sentido figurado – quiere bajar a Roma con una ametralladora y enviar a todos los bonachones a conocer a su Creador, como diría Putin. En resumen, la “Resistencia” debe permanecer en el camino, de lo contrario el camino será arrancado para proveer piedras que griten la Verdad en lugar de los pastores silenciosos y sus perros que no ladran (cf. Lc XIX, 40). ¡La “Resistencia” no debe, no puede, ceder!

Finalmente, un buen sacerdote trata de consolarnos con la noticia recibida de un Prior de la Fraternidad de que el Superior General de la Neo-fraternidad dijo en febrero en una reunión de todos los Priores de la Neo-fraternidad en Francia que las discusiones entre la FSSPX y Roma están estancadas porque la FSSPX sigue insistiendo en la doctrina primero – bien hecho, P. Pagliarani – mientras que Roma insiste en establecer primero un acuerdo práctico. Pero, ¿necesita Roma siquiera preocuparse? ¿No necesita simplemente esperar a que la fruta madura caiga en su regazo? Monseñor Tissier está tan enfermo que se dice que una habitación está siendo acondicionada como hospital en Écône para que se retire. Sólo quedan dos obispos de la FSSPX para atender las necesidades mundiales. Así que o el Superior General debe someterse a los términos de Roma para la consagración de más obispos, continuando la desastrosa conciliación de su predecesor con los líderes de la Iglesia que, por muy bonachones que sean, han perdido la Fe, como dijo el Arzobispo. O debe consagrar más obispos sin el permiso del Papa, como hizo el Arzobispo. Pero, ¿la Neo Fraternidad seguiría en la línea heroica del Arzobispo de desafiar a los (al menos) traidores objetivos de Roma? Uno puede dudarlo.

Kyrie eleison.

¡Suban la Escalera! – III

¡Suban la Escalera! – III on mayo 16, 2020

Los dos últimos números de estos “Comentarios”, # 668 y # 669 del 2 y 9 de mayo respectivamente, buscaban defender la aparente dureza del consejo de despedida de Monseñor Lefebvre en 1990 a los sacerdotes de la Fraternidad que fundó cuando les dijo que no debían tener nada más que ver con los oficiales conciliares de la Iglesia en Roma. El número 668 subrayó la gravedad del subjetivismo denunciado por el Arzobispo como subyacente a todos los documentos principales del Concilio. El número 669 reconoció que el respeto y la caridad se deben a los más altos oficiales de la verdadera Iglesia de Nuestro Señor, pero repitió una vez más que su subjetivismo es tan grave para la Fe de la Iglesia que el debido respeto y la caridad deben ser medidos por la Fe y no al revés. Sin embargo, la “aparente dureza” puede necesitar más defensa, y esos “Comentarios” alguna explicación.

En primer lugar, un breve recordatorio de la historia de la Fraternidad en esos años cruciales entre 1988 y 2012. En 1988 el Arzobispo, al final de una larga y destacada carrera al servicio de la Iglesia, aparentemente le hizo un grave perjuicio a la Iglesia al consagrar cuatro obispos en contra de la voluntad expresa del Papa Juan Pablo II para defender la Fe y la Iglesia de los estragos de la nueva religión conciliar promovida por el Papa en todo el mundo. Por supuesto el Papa no entendió su acción, y se comportó como un cerdo comparando cuando Nuestro Señor nos advirtió que no tiráramos perlas delante de los cerdos porque pisotearían las perlas y luego volviéndose, nos despedazarían. De hecho, hasta el año 2000 Juan Pablo II pisoteó la Tradición de la Iglesia, tal como la defendía el Arzobispo, e hizo lo posible por “despedazar” la Fraternidad.

Sin embargo, en todo el mundo había católicos serios y creyentes que entendían y apoyaban plenamente al Arzobispo, y que se unieron tanto en su apoyo que la Fraternidad podría decirse que disfrutó de sus años dorados en la defensa de la Fe entre 1988 y 2000. Como resultado, no sólo no tuvo éxito el pisoteo de Roma y el Papa sobre la Fraternidad, sino que fue incluso contraproducente, atrayendo más y más clientes a comprar las verdaderas perlas de la Tradición de la Iglesia, gracias al Arzobispo y su Fraternidad. El fracaso de la Iglesia oficial en pisar esas perlas en el barro se hizo absolutamente claro con el éxito de la Peregrinación del Año Jubilar que hizo la Fraternidad a Roma en la primavera de 2000. Fue entonces cuando los “cerdos” de Roma cambiaron su estrategia del palo a la zanahoria, y comenzaron a gorjear como palomas para atraer a la Fraternidad a descender desde su fortaleza inexpugnable de doctrina hasta las arenas movedizas de la diplomacia. Y habiendo muerto el Arzobispo en 1991, su carisma y sabiduría ya no estaban ahí para evitar que sus relativamente jóvenes sucesores fueran seducidos por el gorjeo de las aparentes palomas.

Y así las líneas de batalla en la lucha por la Fe parecen haber sido redibujadas, con la Fraternidad oficial yendo hacia el enemigo, de modo que ahora está más enfadada con la ligera “Resistencia” que con la pesada Roma Conciliar. Para ser justos, sin embargo, los actuales líderes de la Fraternidad aún no han firmado el contrato, y un buen número de sacerdotes de la Fraternidad se oponen a que su contrato sea firmado. Pero todo católico debe desear que la Fraternidad nunca deje de defender lo que el Arzobispo defendió.

¿Y su “dureza”? Pachamama es sólo un ejemplo muy claro de cuánta razón tenía para dar la alarma y actuar a raíz del Vaticano II. Los mismos “cerdos” que más tarde gorjeaban como palomas incluso en el Concilio (1962–1965) para engañar a un gran número de ovejas y pastores católicos de la época, de ningún modo despertaron más tarde o en los siguientes 55 años hasta la fecha. Pero el Arzobispo había aprendido a valorar la buena filosofía que se le había dado en el seminario para fortalecer su sentido común, y así juzgó todo a la luz de los verdaderos principios y la Fe. A la luz de esto, el mundo moderno y su desdichado Concilio son un asunto lamentable, dejando sólo una apariencia de cristianismo mientras que la sustancia se está convirtiendo en algo completamente diferente. Decir, “ve a las colinas y no mires atrás”, es lo que Dios mismo le dijo a Lot. Es un buen consejo, aunque sea difícil de aplicar ahora, para un mundo que está confinado en la locura.

Kyrie eleison.

¡Suban la Escalera! – II

¡Suban la Escalera! – II on mayo 9, 2020

La semana pasada estos “Comentarios” comenzaron con las palabras de Monseñor Lefebvre en 1990 sobre la mentalidad de los dignatarios de la cúpula de la Iglesia Conciliar en Roma, y terminaron con su fuerte conclusión –

Todo lo que podemos hacer es subir la escalera (es decir, cortar todo contacto) . No hay nada que podamos hacer con esta gente, porque no tenemos nada en común con ellos.

Tales palabras pueden parecer carentes de caridad, o al menos del respeto debido a los príncipes de la Iglesia de Nuestro Señor, pero en realidad no son ni poco caritativas ni irrespetuosas, porque el propósito mismo de la Iglesia de Nuestro Señor es 1/ la Fe en la que 2/ debe basarse la caridad y 3/ el respeto a los dirigentes que deben cuidar de esa Iglesia.

1/ “Sin fe es imposible agradar a Dios. Porque quien quiera acercarse a Dios debe creer que existe y que recompensa a los que le buscan”. (Hebreos XI, 6). (Ateos, si desean creer en Dios, noten inmediatamente que “Él recompensa a los que le buscan”, y si perseveran en su búsqueda, su recompensa será muy probablemente que lo encontrarán, como muchas citas de la Escritura lo atestiguan, pero eso es una historia para otro momento). Todas las almas espirituales, solo por las cuales viven los seres humanos, vienen de Dios de acuerdo con Su deseo de que usen sus breves vidas para elegir regresar a Él para la dicha eterna en Su cielo. Sin embargo, aunque esa elección es alentada por toda la bondad de la creación, es desalentada por los tres grandes enemigos del alma, el mundo, la carne y el Diablo, y por todo el mal que Dios elige permitir en su creación, de modo que hay que hacer una verdadera elección, que requiere virtud, de lo contrario me inclinaré lejos de Dios hacia el mal.

Ahora bien, es tal el despliegue de bondad en la creación de Dios que aquellos que la ven y aún no creen en Dios son llamados por San Pablo “inexcusables” (Romanos, I, 20). Sin embargo, Dios mismo normalmente permanece invisible (por ejemplo, Col. I, 15), de modo que la primera virtud necesaria para comenzar a hacer el camino hacia Él es la virtud de la fe, por la cual elijo dar el salto, desde lo que veo con mis ojos, hasta lo que o Quien debo reconocer con mi mente detrás de lo que veo con mis ojos. De ahí que el Concilio de Trento (VI, 6) llame a la fe “el fundamento de la salvación”, y la Iglesia Católica por sus Creencias simplemente explica lo que necesito creer para tener fe en la verdad, y no en las falsedades, acerca de Dios.

2/ Ahora bien, no puede haber un deseo en una voluntad humana que no esté precedido por algún pensamiento en la mente de la misma persona. Un deseo sin objeto es un no-deseo. Ese objeto es presentado a la voluntad humana por una mente. Ahora bien la caridad es un tipo de deseo asentado en la voluntad, por lo que presupone un pensamiento en la mente. Y si la caridad ha de ser verdaderamente sobrenatural y no sólo humanista o sentimental, presupone un objeto sobrenatural en la mente, y ese es el objeto sobrenatural en el que se cree por la fe. Por lo tanto, la verdadera caridad presupone la verdadera fe, y sin la verdadera fe sobrenatural no puede haber verdadera caridad. De ello se deduce que si los oficiales romanos de hoy en día tienen una fe al menos seriamente contaminada por el Vaticano II, como es ciertamente el caso, entonces las personas que deseen mantener la verdadera fe deben ser seriamente advertidos de mantenerse alejados de tales oficiales, para que su propia fe no sea también contaminada. En otras palabras, se les debe decir que “suban la escalera”.

3/ Y aunque a los “sentados en la cátedra de Moisés” (Mt. XXIII, 2) se les debe todo el respeto debido a la cátedra de Moisés, más aún a la Sede de Roma, y aunque a los altos dignatarios de la Iglesia se les debe toda la caridad hacia las almas que tienen una tremenda responsabilidad en su Juicio Particular, sin embargo la fe católica es lo primero, de modo que ni el respeto ni la caridad pueden incluir el que yo exponga mi propia alma o la de cualquier otro a la contaminación de nuestra fe por contactos imprudentes arriesgándose a dicha contaminación. Los conciliares en el 2020 son todavía cruzados por la idolatría del hombre vendida por su miserable Concilio. Monseñor Lefebvre tenía razón, subir la escalera. Los católicos y los conciliares están en una guerra de religión, una guerra a muerte.

Kyrie eleison.

¡Suban la Escalera! – I

¡Suban la Escalera! – I on mayo 2, 2020

Muchas personas que deberían estar escuchando a Monseñor Lefebvre ya no lo hacen, como si ellos supieran más, o como si al final de su vida, después de haber legado cuatro obispos a la Fraternidad San Pío X para asegurar su supervivencia, no tuviera nada más que decir o hacer de alguna importancia. Pero en septiembre de 1990 la Providencia le concedió dar en Écône antes de morir un retiro a sus sacerdotes en el que pudo entregarles – o al menos a aquellos que tenían oídos para oír – sus directrices para su futuro. Citamos de nuevo uno de los pasajes más importantes, y suspiramos con pena porque no ha sido escuchado, o no entendido –

Este combate entre la Iglesia y los modernistas liberales es el mismo combate que el del Vaticano II. No es tan complicado. Y los efectos son de gran alcance. Cuanto más se analizan los documentos del Vaticano II y la interpretación que les dan las autoridades de la Iglesia después del Concilio, más uno se da cuenta de que el problema no es sólo ciertos errores como el ecumenismo, la libertad religiosa, la colegialidad o una forma de liberalismo, es toda una perversión de la mente. Es una nueva filosofía, basada en la filosofía moderna del modernismo. El libro que un teólogo alemán Johannes Dörmann acaba de publicar, y que espero pueda estar pronto en sus manos, es muy instructivo en este sentido. Comenta el pensamiento del Papa Juan Pablo II, en particular sobre un retiro que predicó en el Vaticano cuando aún era sólo un obispo. Dörmann muestra que el pensamiento del Papa es completamente subjetivo. Y al releer sus discursos, uno se da cuenta de que ese es el caso. A pesar de las apariencias, no es católico.

La comprensión del Papa de Dios, de Nuestro Señor, viene de las profundidades de la conciencia del hombre y no de ninguna revelación objetiva a la que se adhiera con su mente. El hombre construye su propia idea de Dios. Recientemente, por ejemplo, el Papa dijo que la idea de la Trinidad sólo puede haber surgido muy recientemente, porque la psicología interior del hombre tenía que ser capaz de elevarse a la Santísima Trinidad. Por lo tanto, la idea de la Trinidad no vino de ninguna revelación exterior, sino de las profundidades interiores de la conciencia del hombre. Aquí hay un concepto totalmente diferente de la Revelación, la Fe y la filosofía, y es una perversión total. ¿Cómo salimos de ella? No tengo ni idea, pero en cualquier caso esa es la realidad. Estos no son pequeños errores. Nos encontramos con una línea de filosofía que se remonta a Descartes y Kant, toda la línea de filósofos modernos que allanaron el camino para la Revolución. ( . . . )

El Arzobispo cita luego al propio Papa Juan Pablo diciendo que el movimiento ecuménico es su “principal preocupación pastoral”, como lo vemos puesto en práctica por su constante recepción de delegaciones de todo tipo de sectas y religiones, y sin embargo, dice el Arzobispo, todo este ecumenismo no ha hecho avanzar ni un poco a la Iglesia, ni puede hacerlo. Todo lo que ha hecho es confirmar a los no católicos en sus errores sin tratar de convertirlos. Finalmente el Arzobispo cita al Secretario de Estado del Papa, el Cardenal Casaroli, en un entonces reciente discurso ante la Comisión de las Naciones Unidas para los Derechos del Hombre, citando a su vez al Papa en el sentido de que la libertad religiosa es como una piedra angular de la construcción de los derechos del hombre. El hombre, y todo hombre, es la preocupación central de la Santa Sede, como sin duda también la de ustedes, concluye el Cardenal. Y el Arzobispo concluye, para los sacerdotes de la Fraternidad que están frente a él en el retiro –

Todo lo que podemos hacer es subir la escalera (es decir, cortar todo contacto). No hay nada que podamos hacer con esta gente, porque no tenemos nada en común con ellos.

Esta es la conclusión correcta siempre que uno se enfrenta a personas que parten de una negación de la realidad fuera de la mente, o bien de la capacidad de la mente para conocer esa realidad objetiva extramental. Son enfermos mentales, como cerdos frente a los cuales no se deben arrojar perlas, dice Nuestro Señor, “no sea que las pisoteen y se vuelvan para atacaros ” (Mt. VII, 6). Pues, ¿ha hecho la Roma conciliar en los últimos 20 años otra cosa que no sea volverse para atacar a la Fraternidad en su afán de contactos para obtener el reconocimiento oficial?

Kyrie eleison.

La Iglesia Sepultada – II

La Iglesia Sepultada – II on abril 25, 2020

Hace dos semanas estos “Comentarios” plantearon una doble pregunta sobre cómo la Iglesia Católica, en su actual aflicción, comparable al tiempo que pasó Nuestro Señor entre su crucifixión y su resurrección, podra, en primer lugar, sobrevivir en su “tumba” y, en segundo lugar, levantarse de ella. Una primera parte de la respuesta fue en general, que en lo que Dios Todopoderoso puede o quiere hacer no se limita a lo que los seres humanos pueden pensar, de hecho se puede esperar que haga lo inesperado. En el quinto Misterio gozoso del Santo Rosario, su propia Madre se desconcertó por la aparente indiferencia a su felicidad por parte de su Hijo otramente tan obediente.

Entonces, en particular, estos “Comentarios” sugirieron que si bien es absolutamente anormal que la Iglesia sobreviva como en una tumba, virtualmente sin la ayuda superior de un Papa ortodoxo o de obispos, sin la estructura de una diócesis o parroquia o Congregación oficial, sin embargo, donde existe la verdadera Fe y un mínimo de sentido común y caridad, la Iglesia puede sobrevivir incluso en grupos pequeños y desarticulados, al menos por un tiempo, hasta que la Providencia restaure una jerarquía normal para poner fin al desorden. Por ejemplo, podemos mirar el desorden que nos rodea hoy en día y podemos decir que es el fin de la Iglesia, pero si Dios lo ha permitido, es seguro que no es el fin de la Iglesia, lo cual nunca podría permitir (Mt. XXVIII, 20).

Queda la segunda parte de la pregunta planteada hace dos semanas, a saber, cómo va a poder la Iglesia salir de su actual tumba, o levantarse de ella. La pregunta tiene una importancia especial, porque la tentación es ver el problema de una manera demasiado humana y buscar una respuesta demasiado humana. Así, mientras que Monseñor Lefebvre solía decir que la solución está en manos de Dios – y esa es la verdad, no es una salida fácil – sus sucesores al frente de la Fraternidad San Pío X tomaron la posición de que no podemos esperar indefinidamente para resolver el estado insatisfactorio de la Fraternidad dentro de la Iglesia oficial. En cambio, debemos buscar obtener cuanto antes el reconocimiento oficial que se debe a la fidelidad de la Fraternidad, y que será de inmenso beneficio para toda la Iglesia. Y sobre esta base los sucesores del Arzobispo en varios momentos desde el 2012 se han regocijado de estar a un as, dijeron, de sellar un acuerdo con Roma que por fin habría otorgado a la Fraternidad el reconocimiento oficial que merece.

Pero estos sucesores habían perdido la madera para los árboles. ¿Qué es la Roma de hoy sino casada y soldada a la nueva religión de la Pachamama y el Vaticano II? ¿Y qué era la Fraternidad del Arzobispo sino un bastión de la verdadera fe que debía ser defendida mediante la formación de verdaderos sacerdotes para continuar la verdadera religión católica como antes del Vaticano II? La confrontación fue directa, porque el cambio de religión fue radical. Por lo tanto, si la Roma de hoy le concedió – o concede – algo a la Fraternidad, sólo puede ser si la Fraternidad baja la guardia. Así, la oficialización de los matrimonios y confesiones de la Fraternidad ha hecho mucho para desarmar la resistencia de la Fraternidad a la Roma oficial, y a través de la Roma oficial a su religión Conciliar y a la apostasía mundial.

Lo que los sucesores del Arzobispo no han comprendido, como lo comprendía el Arzobispo, es la amplitud y profundidad sobrenaturales de esa apostasía. Están demasiado cerca de ella. Están demasiado cerca del mundo moderno del que surge. Por eso buscan respuestas humanas a un problema que sólo puede tener una solución divina. El problema está más allá de los cálculos, las maniobras o la política de los hombres, incluso de los eclesiásticos.

Como Daniel, los hombres deben volverse a Dios, y para volverse a Dios debemos pasar por su Madre, como Dios dejó claro en Fátima en 1917, justo cuando el problema moderno surgía con toda su fuerza, con la Revolución Comunista en Rusia. De hecho, Dios nos dio la solución sobrenatural en el momento en que el Diablo debe haber pensado que realmente estaba ganando, y esa solución es la Consagración (no la secularización), de Rusia (no de todo el mundo), al Inmaculado Corazón de María (ni siquiera al Sagrado Corazón), por el Papa (no por las autoridades de ninguna otra religión que no sea la católica), en unión con todos los obispos católicos del mundo (no sólo por el Papa). Y así es como la Iglesia saldrá de su tumba. Y solo este es el cómo, porque Su Madre lo ha dicho. Que la Fraternidad inste a todos sus sacerdotes y seguidores a practicar intensamente los primeros sábados, para contribuir a obtener esa Consagración.

Kyrie eleison.

La Oración de Daniel

La Oración de Daniel on abril 18, 2020

La Internet de estos días está llena de comentarios y análisis, cada uno más interesante que el anterior, sobre el coronavirus y el turbulento estado de las finanzas en todo el mundo, pero pocos de estos comentarios tocan lo que es más importante de todo en este doble – o único – trastorno, y eso es lo que muestra de las relaciones entre todos los hombres y su Dios: la apostasía mundial. Este es un crimen enorme, para el cual el colapso del coronavirus es un castigo ni remotamente tan pesado como los flagelos que seguirán si los hombres no regresan a Dios. Pero tal como están las cosas, una multitud de su propio Pueblo Elegido por la Fe, los Católicos, siguen con gusto el Vaticano II, porque aflojó la vieja disciplina y les permitió adorarse a sí mismos en lugar de a Dios. Todos deberíamos estar de rodillas, rogando a Dios por el perdón, como lo hizo Daniel en el Antiguo Testamento. Aquí está su poderosa oración del IX, 3–19, que necesita poca adaptación al Nuevo Testamento hoy en día:—

[3] Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.; [4] Rogué al Señor y confesé diciendo: “Ay Señor, Dios grande y temible, que guardas la alianza y la misericordia con los que Te aman y observan Tus mandamientos, [5] nosotros los Católicos hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos sido malos y rebeldes y nos hemos apartado en el Vaticano II de Tus mandamientos y de Tus leyes; [6] no hemos escuchado a Tus siervos los Papas fieles que en Tu Nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros gobernantes, a nuestros padres y a todo el pueblo Cristiano. [7] Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión del rostro, como sucede hoy, a los Católicos, a los habitantes de Roma y a toda la Iglesia a los que están cerca y a los que están lejos, en todas las tierras en donde los levantaste, a causa de las infidelidades que contra Ti cometieron. [8] Oh Señor, nuestra es la confusión del rostro, y de nuestros reyes, de nuestros jefes y nuestros padres, pues hemos pecado contra Ti. [9] Pero del Señor, nuestro Dios, son la misericordia y el perdón, porque nos hemos rebelado contra Él, [10] y no hemos escuchado la voz del SEÑOR, nuestro Dios, para cumplir sus leyes, que Él puso delante de nosotros por medio de Sus siervos los Papas y Obispos fieles. [11] Toda la Cristiandad ha traspasado Tu ley y se ha apartado para no oír Tu voz. Por lo cual se ha derramado sobre los Católicos Conciliares la maldición y la execración que está escrita en la ley de Moisés (Levítico XXVI, Deuteronomio XXVIII), siervo de Dios, puesto que hemos prevaricado contra Él. [12] Por eso Él ejecutó la sentencia que había pronunciado contra nosotros, y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros una calamidad tan grande, que nunca hubo debajo de todo el cielo cosa semejante a lo que se ha hecho por el Vaticano II. [13] Todo este mal vino sobre nosotros conforme está escrito en la Ley de Moisés, más no hemos implorado al SEÑOR nuestro Dios para convertirnos de nuestras iniquidades y meditar en Tu Verdad. [14] El SEÑOR veló sobre el mal y lo hizo venir sobre nosotros, porque justo es el Señor nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, pero nosotros no quisimos oír Su voz. [15] Ahora pues, oh Señor Dios nuestro, que con mano ponderosa sacaste a los Católicos del mundo impío, y te adquiriste el renombre que tienes hoy, hemos pecado, hemos cometido iniquidad. [16] Oh Señor, según todas tus justicias, apártese, te ruego, Tu ira e indignación de Tu Iglesia y de tu santo monte, pues a raíz de nuestros pecados y de las iniquidades de los Padres del Concilio, la Iglesia Católica ha venido a ser epítome de inmoralidad de cuantos viven alrededor nuestro. [17] Oye pues ahora, oh Dios nuestro, la oración de tu siervo, y sus súplicas, y por amor del Señor haz resplandecer tu rostro sobre tu Santuario devastado. [18] Inclina, Dios mío, Tu oído y escucha, abre Tus ojos y mira nuestras ruinas, y la Iglesia, sobre la cual ha sido invocado Tu Nombre pues derramamos nuestros ruegos ante Tu rostro, confiando, no en nuestras justicias, sino en Tus grandes misericordias [19] ¡Escucha SEÑOR! ¡Perdona SEÑOR! ¡Presta atención Señor, y obra! ¡No tardes, por amor de Ti, oh Dios mío!, porque Tu Iglesia y Tu pueblo son llamados por el nombre de Tu Hijo unigénito, Nuestro Señor Jesucristo.”

Kyrie eleison.