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Se Preparan los Liberales

Se Preparan los Liberales on junio 9, 2018

No todos están dormidos. Alguien en Francia está observando cómo los liberales se preparan para asumir el inminente Capítulo General de la Fraternidad San Pío X, donde la Fraternidad tiene su última oportunidad, probablemente la definitiva, de defender la fe católica contra el Vaticano II, como lo hizo Mons. Lefebvre. Quienquiera que fuera escribió un excelente artículo en Fidélité catholique francophone denunciando algunas palabras siniestras del Secretario General de la Fraternidad, el P. Christian Thouvenot, pronunciadas en una entrevista con la revista del Distrito Alemán de la Fraternidad a principios de este año. Lo que sigue debe mucho a ese artículo.

En primer lugar, las palabras siniestras: “Es probable que la cuestión del estado actual de la Prelatura Personal se plantee en el Capítulo General (en julio). Pero es sólo el Superior General quien está a la cabeza de la Fraternidad y quien es responsable de las relaciones entre la Tradición Católica y la Santa Sede. En 1988, Mons. Lefebvre dejó muy claro este punto”. Estas palabras son siniestras porque están abiertas a la interpretación de que Menzingen, sede de la Fraternidad donde labora el P. Thouvenot, está preparando a los miembros y seguidores de la Fraternidad para que el Capítulo General sea el momento y el lugar en el que Mons. Fellay aceptará, apparentemente legalmente, el ofrecimiento de Roma de una Prelatura Personal, y al hacerlo paralizará de una vez por todas la capacidad de la Fraternidad de defender la Fe resistiendo a la Misa del Novus Ordo y al Concilio Vaticano Segundo. Y estas palabras son siniestras porque son ambiguas o falsas.

En primer lugar, no es el Superior General quien está solo a la cabeza de la Fraternidad. Por los Estatutos de la Fraternidad establecidos por Mons. Lefebvre, es verdad que, una vez elegido el Superior General, tiene a su disposición poderes notables y por un período no inferior a 12 años, porque el Arzobispo quería que el Superior General tuviera tiempo y poder para realizar algo, sin ser obstaculizado como él mismo lo había sido en los Padres del Espíritu Santo. Pero el Capítulo General de la Fraternidad, reunido cada seis o doce años, está por encima del Superior General, y éste debe seguir las políticas decididas por aquél. Ahora bien, en teoría, el Capítulo General de 2012 decidió que cualquier “normalización canónica” de la Fraternidad requeriría una mayoría de votos en el pleno del Capítulo General, pero en la práctica, Mons. Fellay ya ha procedido a “normalizar” con Roma las confesiones, ordenaciones y matrimonios de la Fraternidad. Y ahora su Secretario General habla como si el Capítulo General no tuviera nada más que decir, como si sólo Mons. Fellay pudiera “normalizar” el resto. ¿Los cuarenta futuros Capitulares de julio son conscientes de cómo habla Menzingen? ¿Están de acuerdo?

En segundo lugar, el P. Thouvenot afirma que Mons. Fellay es – ¿solo él? – responsable de las relaciones entre la Tradición Católica y la Santa Sede. Sin duda es así como Roma y el mismo Mons. Fellay quisieran ver la situación, para que Roma pueda absorber toda la “Tradición” de una sola vez y Mons. Fellay pueda extender su imperio. Pero la “Tradición” es una colección variada y heterogénea de congregaciones y comunidades religiosas que ciertamente no todas quieren ser absorbidas por la Roma conciliar, o encabezadas por Mons. Fellay. Por esta razón, Mons. Lefebvre se negó repetidamente a ser llamado cabeza de la Tradición Católica. Pero tanto Mons. Fellay como su secretario juegan al juego de la Roma conciliar.

Y en tercer lugar, si el Arzobispo insistió en el momento de las Consagraciones de 1988, que él solo era el único que controlaba las relaciones de la Fraternidad con Roma, fue porque sabía que los jóvenes colaboradores a su alrededor no eran rivales para los astutos romanos, como hemos visto a nuestro costo desde su muerte en 1991. No porque confiara en la estructura de la Fraternidad para dotar a su Superior General de una gracia especial que lo protegería contra los conciliares romanos. Cuando los hombres quieren equivocarse, no es necesariamente una estructura quien los salvará. ¿Pero qué podía hacer el Arzobispo? ¡Tenía que morir en algún momento!

Lectores, si conocen a un Capitular de julio, ¡pregúntenle si sabe lo que el Secretario General está diciendo!

Kyrie eleison.

Polémica Sobre Mozart

Polémica Sobre Mozart on junio 2, 2018

Después de que el número 550 de estos “Comentarios” elogiara a Mozart (27 de enero de 2018), un lector escribió en privado para decir que tenía un problema con el famoso compositor: Mozart fue un masón entusiasta, en la segunda mitad de su vida no realizó ninguna obra importante para la Iglesia Católica, y sus óperas tratan las relaciones hombre-mujer y la moral de una manera muy casual. Ahora bien, la música es tan importante en el alma de las personas que las objeciones de este lector merecen ser contestadas en público, para que las personas que aún no conocen a Mozart puedan ser alentadas, obviamente no forzadas, a hacer de él la música de sus momentos de esparcimiento. Así que vamos a destacar algunos principios para cada una de las tres objeciones del lector.

El hecho de que Mozart fuera masón plantea un principio muy importante: el artista y su arte no están separados, sino que son distintos. Lo que hace la bondad moral del artista como persona no es lo mismo que lo que hace la bondad artística de los artefactos que produce (Summa Theologiae, 1a 2ae, Q57, Art. 3). Así pues, Picasso era un sinvergüenza personal, pero su arte, puramente artístico, es brillante, mientras que incontables pintores victorianos pueden haber sido personalmente muy morales, pero sus pinturas son aburridísimas. Así, la masonería ciertamente entró en parte de la música posterior de Mozart, notablemente la “Flauta Mágica”, pero la música se sostiene sobre sus propios pies, y ciertamente debe su belleza no a la guerra de la masonería contra Dios, sino a los padres católicos de Mozart y a su temprana educación en la Austria altamente católica de la emperatriz María Teresa.

Que, en segundo lugar, el maduro Mozart nunca completó otra obra mayor para la Iglesia es cierto en la medida en que la Misa en Do Menor y el Réquiem están inconclusos, pero ¡cuán a menudo se tocan esas dos obras, y con qué efecto religioso! Además, ¿hay alguna pieza musical tan a menudo tocada o cantada en iglesias y capillas católicas como el “Ave Verum Corpus” de Mozart? Y si distinguimos la música implícitamente de la explícitamente católica, ¿puede alguien negar que Mozart, como Shakespeare, es un tremendo portador de valores católicos, en el caso de Mozart los valores de armonía, orden, belleza y alegría para innumerables oyentes? ¿Y no son estos grandes artistas, implícitamente y por herencia católicos, una misericordia de Dios para que los post-católicos puedan disfrutar de los valores católicos sin darse cuenta? Si los pos-católicos se dieran cuenta de ello, ¿no repudiarían esos valores como los liberales que actualmente “de-construyen” a Shakespeare en las supuestas “universidades”, y sin duda a Mozart en los “conservatorios de música”? De hecho, ¿pueden los actores y músicos liberales de hoy en día acercarse al corazón de Shakespeare o Mozart? ¿Qué dice esto de ese corazón? ¡No liberal!

Y en tercer lugar, el hecho de que algunas óperas de Mozart sean en parte tan desenfadadas que hayan provocado el desprecio de Beethoven – “Nunca podría yo escribir óperas tan frívolas”, dijo – deja fuera de la vista la parte seria de las mismas óperas. Junto a los coqueteos de Zerlina están las llamas de la condenación de Don Giovanni; junto a las aventuras amorosas del Conde está su sincera disculpa a su sufrida Condesa; junto al Seraglio está el resplandor del perdón. La vida real en un mundo caído es a la vez cómica y seria. Vea cómo al principio de “Don Giovanni”, Mozart combina musicalmente el duelo y la muerte de un duelista con el pánico burbujeante del criado-conejo de Don Giovanni, Leporello. Seguramente Mozart, como Shakespeare, “veía la vida con firmeza y la veía completa”, como decía Matthew Arnold de Sófocles.

Sin embargo, un lado de Mozart sigue siendo el de un niño malcriado (cf. la película “Amadeus”), y es parte integrante de una cristiandad ya decadente a finales del siglo XVIII. Pero cuando se compara con la caída de la música desde entonces, ¿no es su música casi angélica, sin que esté tan alejada de nuestros tiempos que pueda parecer inaccesible? Cualquier hombre daña su alma acostumbrándose a escuchar música que es basura, con poco o ningún valor intrínseco de melodía, armonía o ritmo. No dañará normalmente su alma acostumbrándose a Mozart, al contrario.

Kyrie eleison.

Aborto Totalitario

Aborto Totalitario on mayo 26, 2018

Es posible dar demasiada importancia a la lucha contra el aborto en la medida en que sólo se defiende la vida natural y no la sobrenatural. Siendo todas las cosas iguales, sería mejor invertir el mismo tiempo y esfuerzo en defender por cualquier medio la vida de la gracia que defender la vida no nacida de la naturaleza, pero en la sociedad actual todas las cosas no son iguales. Sobre todo, queda tan poca fe en nuestro mundo sin Dios, que hablar de lo sobrenatural con la mayoría de la gente hoy en día es como hablarles en griego – “Dios, Cielo, Infierno, eternidad – ¿de qué demonios estás hablando?” Pero si a la gente de hoy le queda una pizca de decencia, todavía puede comprender qué crimen es convertir el santuario de la vida, el vientre de una madre, en una prisión de muerte. Por lo tanto, quiera Dios bendecir a los católicos que hacen lo que pueden para impedir el aborto.

Pero hoy ellos se enfrentan al Estado totalitario de Inglaterra. Un defensor de la lucha contra el aborto de muchos años escribe que una nueva técnica de “orientación en el pavimento”, que involucra más directamente a las mujeres que vienen a abortar, ha provocado una reacción draconiana del Sistema en vigor, sin duda porque ha sido eficaz, al menos a corto plazo. En la primera PSPO de su tipo en el país (Orden de Protección del Espacio Público), el Consejo local ha votado a favor de confinar a los anti-abortistas a una zona de césped a 100 metros del lugar de los abortos, donde no deben ser más de cuatro, no se les permite exhibir carteles más grandes que el tamaño A3, no deben mencionar el aborto, el bebé, la madre, el feto, el alma, el crimen, el infierno o el asesinato, no deben exhibir imágenes, no deben emitir música amplificada o voces, no deben gritar mensajes relacionados con el aborto, ni siquiera pueden orar en voz alta. Estas restricciones entraron en vigor el 23 de abril y podrían ser aplicadas tanto por este Consejo local como por otros. Las multas por desafiar las restricciones podrían ascender a 1.000 libras esterlinas.

¿Qué se puede decir? Inglaterra se está suicidando. Posiblemente el Consejo local eligió hacer cumplir las restricciones el 23 de abril porque es el día de San Jorge, cuando Inglaterra celebra a su Santo Patrono, ¡como si proteger el aborto fuera un acto de patriotismo, de amor al país! ¿Pero qué es más antinatural para una mujer que destruir el fruto de su propio vientre? ¿Qué es más antisocial para un hombre que animarla a hacerlo? Cuán lejos debe haber llegado una mujer en el camino de la autodestrucción para consentir el asesinato literal de su maternidad, el propósito principal de su existencia después de la salvación de su propia alma. “Sin embargo, la mujer se salvará engendrando hijos, si con modestia permanece en fe y amor y santidad”, dice la Escritura (I Tim. II, 15), lo cual no es la Palabra de un supuesto misógino, sino de Dios.

Fiel a su genio, Shakespeare ha captado la esencia de la autodestrucción de la mujer en unas líneas que pone en boca de Lady Macbeth (Acto 1, Escena 5) mientras ella se esfuerza por convencer a su marido de que asesine a Duncan, su rey, primo y amigo, a pesar de que Duncan también será un invitado bajo el techo de Macbeth. En palabras aterradoras ella llama a los demonios a arrancarle toda su ternura y compasión femenina:—

“. . . ¡Venid a mí, espíritus

Propulsores de pensamientos asesinos! . . . ¡ Cambiadme de sexo,

Y desde los pies a la cabeza llenadme, haced que me desborde

De la más implacable crueldad! . . . ¡Espesad mi sangre,

Cerrad en mi todo acceso, todo paso a la piedad,

Para que ningún escrúpulo compatible con la naturaleza

Turbe mi propósito siniestro, interponiéndose

Entre el deseo y el golpe! Venid a mis senos maternales

Y convertid mi leche en hiel, vosotros, genios del crimen . . .”

Ella procede a abrumar los escrúpulos de Macbeth, y él asesina a Duncan, la primera de muchas más víctimas.

Lectores, por favor oren por Inglaterra, quien una vez fue la Dote de María y es todavía el objeto de Su cuidado maternal.

Kyrie eleison.

Sueños “Píos” – II

Sueños “Píos” – II on mayo 19, 2018

Si hay una cosa cierta sobre la Tradición Católica y el Concilio Vaticano II, es que son irreconciliables. Es tentador pensar que se pueden reconciliar, porque, por supuesto, la letra de los 16 documentos del Concilio incluye algunas verdades católicas. Pero el espíritu del Concilio está conduciendo hacia una nueva religión centrada en el hombre, y así como el espíritu inspiró la letra de los documentos, así también las verdades católicas que incluyen se encauzan hacia la “renovación” conciliar y se hacen parte de ella. De hecho, las Verdades Católicas (y la Jerarquía) han sido usadas por los Modernistas como portadores de su veneno liberal, como un caballo de Troya para sus herejías. Por lo tanto, incluso las verdades católicas están envenenadas en los documentos conciliares. Así, en 1990, Monseñor Lefebvre vio y dijo que el Vaticano II está 100% infectado por el subjetivismo, mientras que en 2001 Monseñor Fellay dijo que los documentos del Vaticano II son aceptables en un 95%.

Es en verdad tentador pretender que la Tradición Católica y el Vaticano II son reconciliables. De esta manera ya no necesito ser desgarrado tratando de seguir la Autoridad Católica y la Verdad Católica al mismo tiempo, porque desde ese Concilio, como dijo el Arzobispo, los católicos han sido forzados, o a obedecer a los Papas Conciliares y a apartarse de la Tradición Católica, o a aferrarse a la Tradición y “desobedecer” a estos Papas. De ahí la tentación de pretender de una manera u otra que la Tradición y el Concilio son reconciliables. Pero el hecho de que son irreconciliables es la realidad más importante que gobierna ahora la vida de la Iglesia, y así seguirá siendo hasta que la Autoridad de la Iglesia vuelva a la Verdad Católica de siempre.

Mientras tanto, sin embargo, el actual Superior General de la Fraternidad de Mons. Lefebvre, Mons. Fellay, está convencido de que la Tradición Católica y los Conciliares Romanos pueden reconciliarse entre sí, y desde que aprobó el GREC en los años 90, se ha esforzado por reunirlos. Su problema es que él no entiende cómo el modernismo mantiene las apariencias católicas para que actúen como un caballo de Troya para engañar a las almas católicas, mientras que no hay un verdadero caballo católico debajo de lo que aparenta ser uno. Pero Mons. Fellay cree que el caballo falso tiene todas las características de un caballo verdadero para que, con el tierno y amoroso cuidado de la Fraternidad, se convierta una vez más en un caballo católico.

Demasiados tradicionalistas se han permitido creer en esta política equivocada y lo siguen en su liderazgo hacia los romanos conciliares, pero los romanos por su parte no han sido engañados. Han jugado con su política haciendo aparentes concesiones a la Fraternidad y a la Tradición (por ejemplo, autorizaciones para confesar, ordenar y casarse), simulando reiteradamente que él está a punto de obtener el reconocimiento canónico de la Fraternidad, de modo que, por ejemplo, “sólo falta el sello en el acuerdo”. Pero a diferencia de él, ellos tienen claro que la Tradición Católica es irreconciliable con su Concilio, y por eso cada vez que lo han llevado al borde, han insistido en que la Fraternidad se someta a su Concilio.

Sin embargo, con cada “concesión” que Mons. Fellay ha aceptado para la Fraternidad, los romanos lo han introducido aún más en su trampa, y se le ha hecho más difícil volver atrás. Con cada “concesión” el acuerdo con Roma se ha convertido cada vez más en una realidad práctica, con o sin el “sello final”. Al retenerlo, los romanos, por la propia culpa de Mons. Fellay, pueden jugar con él como un pescador juega con un pez – ¿cómo puede ahora desenredar las “concesiones” otorgadas, y admitir que su política de 20 años ha sido un error? Pues su política fue un error desde el principio. Al carecer de la fe del Arzobispo, malentendió el problema de la Iglesia y el “problema” de la Fraternidad, y confió en la política humana para resolver ambos. Pero, por supuesto, los romanos con 2.000 años de experiencia han sido los políticos más hábiles – “Su Excelencia, basta ya de juegos. Durante veinte años nosotros hemos hecho todas las concesiones, usted no ha hecho ninguna” (sería una gran mentira, ya que aceptar las “concesiones” conciliares es en sí mismo una concesión a Roma). “Antes de julio o usted acepta el Concilio, o lo excomulgamos, y lo mostraremos al mundo como un fracaso. ¡Elija!”

Esa es sin duda una versión cruda de cómo los astutos romanos pueden presionar al Superior General, pero es él quien nunca debió haberle mendigado a la Autoridad sin Verdad. En el caso de la Iglesia Católica, la Autoridad Sin Verdad es de hecho una Autoridad sin autoridad.

Kyrie eleison.

Sueños “Píos” – I

Sueños “Píos” – I on mayo 12, 2018

En junio del año pasado, un cofrade de Francia escribió un buen artículo sobre si la Fraternidad San Pío X debía o no obtener de las autoridades eclesiásticas de Roma un estatus canónico que protegiera los intereses de la Fraternidad. Obviamente, el cuartel general de la Fraternidad en Menzingen, Suiza, cree en la obtención de este estatus, y si el actual Superior General es reelegido para un tercer mandato en julio, ese es el objetivo que la Fraternidad seguirá persiguiendo. Sin embargo, es bastante menos obvio que ese objetivo deba ser perseguido. Un argumento de ocho páginas completas de Ocampo # 127 de junio de 2017, se resume a continuación en una sola página.

La posición del artículo es que la Fraternidad no puede de ninguna manera ponerse bajo las poderosas autoridades eclesiásticas imbuidas de los principios de la Revolución Francesa tal como se plasmaron en el Vaticano II, porque son los Superiores los que moldean a los sujetos, y no al revés. Mons. Lefebvre fundó la Fraternidad para resistir la traición de la Fe católica por parte del Vaticano II. Sometiéndose a los Conciliaristas, la Fraternidad se uniría a los traidores a la Fe.

Las autoridades eclesiásticas son los obispos diocesanos y el Papa. En cuanto a los obispos, los francamente hostiles a la Fraternidad pueden ser menos peligrosos que los que pudieran ser amistosos pero no han entendido las exigencias absolutas de la Tradición Católica, que no son sólo las exigencias de la Fraternidad San Pío X. En cuanto al Papa, si sus palabras y hechos le muestran que está trabajando en contra de la Tradición Católica que es su deber defender, entonces los católicos tienen el derecho y el deber de protegerse a sí mismos tanto contra la manera en que está abusando de su autoridad, como contra su propia necesidad innata de seguir y obedecer a la autoridad católica. Ahora bien, en teoría, un Papa conciliar puede prometer una protección especial para la Tradición de la Fraternidad, pero en la práctica debe, por sus propias convicciones, esforzarse para que la Fraternidad reconozca el Concilio y abandone la Tradición. Dada entonces su gran autoridad como Papa para imponer su voluntad, la Fraternidad debe mantenerse fuera de su camino.

La experiencia demuestra que los Tradicionalistas que se incorporan a la Roma Conciliar pueden empezar simplemente guardando silencio sobre los errores del Concilio, pero normalmente terminan aceptando esos errores. Su acuerdo inicial de guardar silencio es al final mortal para su profesión de Fe. Y por el deslizamiento natural cuesta abajo de un compromiso a otro, pueden incluso terminar perdiendo la Fe.

Es la Fe la que hizo decir a Mons. Lefebvre que, a menos que los Conciliares romanos vuelvan a la doctrina de las grandes Encíclicas Papales anti-liberales – lo que no han hecho desde sus tiempos de él y no están a punto de hacer ahora – un mayor diálogo entre los romanos y los Tradicionalistas es inútil, y –podría él haber añadido – positivamente peligroso para la Fe.

El artículo también enumera ocho objeciones a esta posición, dadas aquí en cursiva con la más breve de las respuestas:

1 Con la Prelatura Personal Roma ofrece a la Fraternidad una protección especial. Protección de los obispos diocesanos, quizás, pero no de la autoridad suprema del Papa en la Iglesia. 2 Las exigencias de Roma para el acuerdo han ido disminuyendo. Sólo porque las concesiones hacia la cooperación práctica son más efectivas para obtener la sumisión de los católicos, como bien saben los comunistas. 3 La Fraternidad insiste en ser aceptada por Roma “tal como somos”, es decir, Tradicional. Para los romanos eso significa: “Tal como seréis, una vez que la cooperación práctica os haya hecho ver lo buenos que somos”. 4 Así la Fraternidad continuará atacando los errores del Concilio. Nada va a cambiar. Roma puede tomarse su tiempo para insistir en cambios cada vez mayores. 5 ¡Pero al Papa Francisco le agrada la Fraternidad! ¡Al Gran Lobo Malo le agradaba la Caperucita Roja! 6 La Fraternidad es demasiado virtuosa para dejarse engañar por Roma. ¡Ilusión tonta! El Arzobispo mismo fue al principio engañado por el Protocolo del 5 de mayo de 1988. 7 Varias comunidades tradicionales se han incorporado a Roma sin perder la verdadera Misa. Pero varias de ellas se han puesto a defender errores importantes del Concilio. 8 El Papa Francisco como persona está en error, pero su función es sagrada. Reconocer lo sagrado de su función no puede obligarme a seguir sus errores personales, es decir, el mal uso de su función. La verdadera Fe está por encima del Papa.

Kyrie eleison.

Iglesia Sangrante

Iglesia Sangrante on mayo 5, 2018

Un cofrade que se resiste al cambio de la Fraternidad San Pío X de Monseñor Lefebvre a la Neofraternidad de Menzingen, así como al cambio de la Iglesia Católica de la Tradición a la Neoiglesia del Vaticano II, ha escrito algunas consideraciones interesantes, traducidas aquí abajo. Eran privadas, pero son demasiado valiosas como para no compartirlas más ampliamente. Un cofrade suyo le había escrito expresándole la esperanza para la Pascua de que “la Iglesia (y la FSSPX) pudieran resucitar pronto de entre los muertos”. Él contestó:—

Un hombre de 60 años, a quien considero sabio, me dijo el Sábado Santo: “La Iglesia debe ser crucificada como lo fue su divino Maestro el Viernes Santo . . . ahora estamos viviendo el Viernes Santo . . . . El Sábado Santo aún está por llegar, y todavía tardará un tiempo”.

A lo que me gustaría añadir algunas reflexiones.

La Iglesia no está a punto de resucitar, sino que se va a desangrar hasta morir de la manera más dolorosa hasta que incluso parezca que ya no está allí. Si la FSSPX (sobre todo sus sacerdotes) será parte de esta gloriosa hemorragia hasta la muerte, sólo el Cielo lo sabe. En todo caso es la muerte por sangrado la semilla para la resurrección.

Si la FSSPX se niega a pertenecer a la Iglesia sangrante queriendo continuar abriéndose paso poco a poco en la comunidad multirreligiosa presidida por el Papa (?) Francisco – y Menzingen y el P. Schmidberger trabajan desde hace años para convertir a la Fraternidad en una semejante a la Fraternidad San Pedro – entonces la Fraternidad seguirá desangrándose hasta la muerte, porque de una manera u otra la persecución probablemente vendrá para todos, especialmente para las personas que llevan sotana. Sin embargo, en aquel caso la Fraternidad no sufrirá como los gloriosos Apóstoles del fin de los tiempos, sino más bien, desgraciadamente, como castigo por su comodidad material, tibieza e infidelidad al Arzobispo que la fundó . . . .

(Si hay un signo de interrogación contra el “Papa Francisco”, es porque, por razones objetivas, hay al menos alguna incertidumbre, alguna duda, en cuanto a si es Papa. Es precisamente por eso que en 1988 el Cielo separó tan gentilmente a la Fraternidad de una Roma que se había vuelto un tanto cismática . . . . En efecto, no tenemos comunión en la fe con las autoridades presentes en el Vaticano, estamos verdaderamente fuera de su comunión, o ex-comulgados – lo que es nuestra buena fortuna y nuestro honor – al igual que en la tarde del primer Viernes Santo, la Iglesia severamente reducida en número sólo se podía encontrar fuera de Jerusalén, en el Calvario . . . )

En verdad, nada ilumina tanto el estado actual de la Iglesia como el relato evangélico de la Pasión de Cristo, y a la inversa se puede decir que nada ilumina tanto el relato evangélico como la actual desolación de la Iglesia. Y así como los mismos Apóstoles, incluso después de haber sido advertidos repetidamente por Nuestro Señor de la proximidad de su Pasión (Mt. XVI, 21; XVII, 21; XX, 17–19) todavía no podían creer que fuera real cuando llegó a ellos, así también ahora muchos buenos católicos difícilmente pueden creer que es la Iglesia de Cristo la que tiene tales tormentosos problemas y tales Papas inadecuados.

Pero el propósito de Dios al crear el universo era compartir Su felicidad divina al poblar Su Cielo con criaturas racionales, angélicas o humanas, que libremente elegirían unirse a Él en Su Cielo. La palabra clave aquí es “libremente”. Con la facultad de la razón Dios da a todo ser humano capaz de usarla, también el libre albedrío, y desde allí Él equilibra las circunstancias de cada uno de nosotros para que la elección sea real entre el Cielo y el Infierno. Por lo tanto Él permite tanta libertad como sea posible para que los seres humanos maten a Su propio Hijo o derriben la Iglesia de Su Hijo, pero nunca tanta libertad como para arruinar completamente a Su Hijo o a Su Iglesia. Por lo tanto Él permite tribulaciones inimaginables para Su Iglesia tales como sólo el tiempo lo dirá completamente entre ahora y el fin del mundo, pero la sabiduría de Dios alcanza mucho más allá que nuestras pequeñas imaginaciones (Is. LV, 8,9).

Kyrie eleison.