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Equilibrio Católico

Equilibrio Católico on junio 26, 2010

Cuando el “Comentarios Eleison” de la semana pasada comenzó aparentemente simpatizando con los “sedevacantistas” quienes creen que los Papas desde Juan XXIII no han sido Papas en lo absoluto, y terminó con una aparente simpatía hacia el Cardenal Kasper, quien se burla de la falta de autoridad de la Fraternidad San Pío X, sé que hubo por lo menos una lectora que estuvo confundida, y sospecho que no fue la única. Pero todo se aclara si uno asume que desde el Vaticano II en adelante, la Verdad Católica ha sido separada de la Autoridad Católica.

Pues bien, la Autoridad Católica de los sacerdotes debería estar amalgamada a la Verdad Católica de Nuestro Señor, porque aquella Autoridad humana existe únicamente para proteger y enseñar esa divina Verdad. Pero en ese terrible Concilio (1962–1965), siglos de herejía Protestante y de disolución Liberal de la verdad habían por fin logrado colarse en los corazones y mentes de una gran mayoría de los Padres del Concilio que abandonaron entonces la pureza de la Verdad Católica y hasta el día de hoy están utilizando toda su Autoridad Católica para imponer sobre los Católicos la nueva y falsa religión del Concilio.

De aquí que los Católicos han sido divididos, entre unos y otros y en sí mismos, era inevitable. Porque o tenían que aferrarse a la Verdad Católica y abandonar en cierta medida la Autoridad Católica, que es la solución de los “sedevacantistas.” Y cuando uno busca ante todo la Verdad Católica, ciertamente se puede simpatizar con ellos, tan terrible ha sido la traición de la Verdad por las esferas más altas de los eclesiásticos desde que comenzó el Concilio. O los Católicos han decidido aferrarse a la Autoridad católica, y abandonar en cierta medida la Verdad Católica, que ejemplifica la solución del Cardenal Kasper. Y cuando uno busca en primer lugar la Autoridad Católica, uno puede muy fácilmente simpatizar con su lealtad a Benedicto XVI y entender la sonrisa del Cardenal cuando se encuentra a sí mismo reprochado por no ser Católico por la Sociedad de San Pío X, aparentemente carente de toda autoridad y aún prácticamente excomulgada.

Sin embargo el Arzobispo Lefebvre escogió un tercer camino, uno entre los dos extremos de la Verdad sin Autoridad o de la Autoridad sin Verdad. Su camino, en donde ha sido seguido por la FSSPX, fue el de aferrarse a la Verdad Católica, pero sin caer en la falta de respeto hacia la Autoridad Católica ni en una incredulidad generalizada en la validez de sus dirigentes. Es un equilibrio ciertamente no siempre fácil de mantener, pero ha dado frutos católicos alrededor del mundo y ha sostenido un remanente fiel de Católicos con la doctrina verdadera y los verdaderos sacramentos durante los 40 años que hasta el momento hemos pasado en el desierto Conciliar (1970 – – 2010).

Y nosotros las ovejas Católicas tendremos tal vez que estar dispersas por algún tiempo más en ese desierto, durante todo el tiempo en que el Pastor en Roma sea golpeado. (Zacarías XIII,7, citado por Nuestro Señor en el Jardín de Getsemaní – Mt. XXVI,31). En este Getsemaní de la Iglesia, ciertamente necesitamos tener compasión hacia las ovejas hermanas. Esa es la razón por la que puedo simpatizar con los “sedevacantistas” e inclusive con los liberales (hasta cierto punto!). Pero de ninguna manera significa que el tercer camino como planteado por el Arzobispo haya dejado de ser el camino correcto.

¡Que la Gran Madre de Dios proteja por un largo tiempo a la pequeña Fraternidad!

Kyrie eleison.

Hermanas Asediadas

Hermanas Asediadas on mayo 1, 2010

Dos Hermanas que dan clases en la misma escuela para niñas me escribieron recientemente, una de ellas casi intimidada, la otra esperanzada. No hay duda de que la Hermana Intimidada también tiene esperanza, mientras que la Hermana Esperanzada también está intimidada, esto debido a que los Católicos deben cerrar sus ojos para no quedar intimidados por la suave apostasía que sigilosamente nos aprieta cada vez más y más, mientras que tienen que estar perdiendo su Fe para perder la Esperanza que la acompaña.

La Hermana Intimidada escribe, “El mundo agarra a nuestras niñas fuertemente.” Habiendo estado ausente de su propio país durante tres años, cuando volvió encontró que “El cambio en la mentalidad de nuestras niñas es perceptible. Luchamos por mantener principios y buenas costumbres.” Créanme, esta escuela está rodeada y apoyada por padres de familia Católicos adheridos a la Tradición, tiene una inscripción en constante aumento y muchos padres realizan serios sacrificios para asegurar que sus hijas recibirán su enseñanza en ella. Sin embargo, he aquí una Hermana que nos habla desde adentro de algo otro que está en constante aumento, y es la mentalidad problemática de las niñas.

Esto se debe a que toda nuestra sociedad Occidental se está apartando de Dios y porque el hombre, como decía Aristóteles, es un animal social y no solamente individuo o familiar. Por lo tanto un niño o una niña puede tener padres buenos, una familia buena, hasta una escuela buena, pero si la sociedad fuera de casa y de la escuela no comparte los valores Católicos por los que se lucha en el interior, entonces los niños y las niñas, especialmente a partir de la adolescencia, sentirán el empuje anti-Católico y estarán sometidos a una mayor o menor presión para “dejarse llevar por la corriente.” Hoy en día esa presión es severa, hasta el punto de intimidar a la Hermana buena, porque cualquier buen educador actualmente se siente como si estuviera parado a la orilla del mar, intentando impedir que la marea suba. Pero por lo menos la Hermana tiene sus ojos bien abiertos y no se engaña a sí misma al pensar que la educación de las niñas solucionará todos sus problemas, así como los padres pueden estar tentados a pensar.

Sin embargo, no hay duda que también comparte el optimismo relativo de la Hermana Esperanzada, quien me cuenta en su carta que cuando las niñas montan una obra de teatro en la escuela, la gente que viene de afuera “se admira de que las niñas puedan memorizar líneas y líneas, y también de que el resto de las alumnas que asisten al espectáculo miran y escuchan, en lugar de jugar con sus teléfonos celulares.” Continúa diciendo que “Cuando escuchas comentarios de ese tipo, te das cuenta de lo que se ha podido lograr, sin saber cómo, y puedes dar las gracias por ello.”

En pocas palabras, como Santa Juana de Arco decía, corresponde a nosotros dar la batalla y a Dios dar la victoria. La Providencia nos reparte una mano de cartas que puede no siempre gustarnos, pero depende de nosotros el jugar lo mejor que podamos. Me recuerda también de la respuesta intrépida que le dio Evelyn Waugh a una mujer que se quejaba de que él era muy malo aún siendo Católico. “Señora,” respondió, “Usted no tiene idea de lo inmensamente más malo que yo sería si no fuese Católico. Sin la ayuda sobrenatural, difícilmente sería un ser humano.”

Kyrie eleison.