El Ecumenismo de Benedicto – I

El Ecumenismo de Benedicto – I on febrero 25, 2012

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Un estudio valioso sobre el ecumenismo conciliar escrito por un cierto Dr. Wolfgang Schüler apareció hace algunos años en Alemania. En su “Benedicto XVI y Como la Iglesia se Concibe a sí Misma,” él demuestra que el ecumenismo desencadenado por el Vaticano II ha transformado la comprensión que la Iglesia tiene de Ella misma, y él prueba mediante una serie de citas textuales que José Ratzinger como sacerdote, como Cardenal y como Papa ha fomentado esta transformación de una manera perfectamente coherente, desde la época del Concilio hasta el día de hoy. Y es seguro que no tiene vergüenza de haberlo hecho.

Siguiendo un orden lógico – lo cual nos tomará mas de un “Comentario Eleison”- veamos primero la verdadera concepción que la Iglesia tiene de Ella misma y después con la ayuda del Dr. Schüler, como esta concepción fue cambiada por el Concilio y como Benedicto XVI ha fomentado de un modo consistente este cambio. Finalmente sacaremos las conclusiones que se imponen para los Católicos que desean conservar la Fe verdadera.

La verdadera Iglesia Católica siempre se consideró Ella misma como un todo orgánico, una sociedad una, santa, católica y apostólica, constituida por seres humanos unidos por la Fe, los sacramentos y la jerarquía Romana. Esta Iglesia es tan una que ninguna pieza puede ser arrancada o sacada sin que ella deje de ser Católica (cf.Jn.XV, 4–6). Por ejemplo, esta Fe que es el primer elemento constitutivo del creyente Católico, no puede ser creída a pedacitos: debe ser mantenida toda junta (por lo menos implícitamente) o, en caso contrario, sencillamente no existe. Y la razón para ello es que yo creo en los dogmas de la Fe Católica únicamente por la autoridad de Dios revelante, de tal manera que si yo dejo de creer en uno solo de los dogmas, estoy rechazando la autoridad de Dios que los garantiza a todos; en tal caso aún cuando yo crea en todos los otros dogmas, mi creencia ya no descansa sobre la autoridad de Dios sino que se apoya solamente en mi propia elección.

De hecho la palabra “hereje” viene de la palabra griega “elegir” (hairein), porque siendo que la creencia del hereje descansa únicamente sobre su propia elección, por eso mismo ha perdido la virtud sobrenatural de la Fe, de suerte que aunque él rechace uno sólo de los dogmas de Fe, ya no es Católico. En una cita famosa San Agustín dice: “En mucho estás conmigo, en poco no estás conmigo, pero a causa de este poco en el cual no estás conmigo, lo mucho en que estás conmigo no te sirve para nada.”

Por ejemplo, un Protestante puede creer en Dios, incluso puede creer en la divinidad del hombre Jesús de Nazaret, pero si él no cree en la Presencia Real de Dios, cuerpo, sangre, alma y divinidad, bajo las apariencias de pan y vino despues de su consagración en la Misa, entonces tiene un concepto profundamente diferente y deficiente del amor de Jesucristo, y del Dios en el cual cree. ¿Puede entonces decirse que el verdadero Protestante y el verdadero Católico creen en el mismo Dios? El Vaticano II dice que uno sí lo puede decir, y sobre la base de creencias que supone mas o menos compartidas entre los Católicos y todos los no-Católicos, el Vaticano II construye su ecumenismo.

Al contrario, el Dr. Schüler ilustra mediante varias comparaciones que lo que puede parecer como una misma creencia, cuando en realidad forma parte de dos diferentes credos, no es la misma creencia en absoluto. He aquí una ilustración: ¡las moléculas de oxígeno mezcladas con nitrógeno son idénticas a las moléculas de oxígeno combinadas con hidrógeno. Sin embargo son tan diferentes en los dos casos como el aire que respiramos (O +4N) es diferente del agua que bebemos (H2O)! Argumento que se completará en futuros comentarios.

Kyrie eleison.