Joseph Ratzinger

Sentimientos de Benedicto

Sentimientos de Benedicto on mayo 7, 2016

Cuando hace dos meses una entrevista dada en Octubre del año pasado por Benedicto XVI a un sacerdote Jesuita fue publicada en Italia, algunos Católicos equivocadamente “píos” la tomaron como significando que el anterior Papa estaba retornando a la doctrina Tradicional respecto a la absoluta necesidad de pertenecer a la Iglesia Católica para la salvación. Desgraciadamente, la entrevista muestra en realidad a un modernista impenitente no midiendo al hombre moderno por la Verdad Católica sino a esa Verdad por lo que el hombre moderno puede o no puede comprender y aceptar. Para ser justos, el entrevistador planteó cuatro preguntas serias y Benedicto no las evadió. He aquí un resumen de la entrevista, cruelmente breve pero no esencialmente injusto, con comentarios agregados en bastardilla:

P: ¿Viene la FE a través de una comunidad, la cual a su vez es un don de Dios?

R: La Fe es un contacto personal viviente con Dios mediante una comunidad viviente, porque para creer yo necesito testigos de Dios, es decir la Iglesia, la cual no es solamente un conjunto de ideas (cierto, pero un conjunto de ideas es el objeto mismo de la fe en la cual se cree. Benedicto comparte el subjetivismo moderno). A través de los sacramentos (en concordancia con los parámetros objetivos de la Fe) de la Iglesia yo entro en contacto viviente con Cristo.

P: ¿Puede el hombre moderno comprender la JUSTIFICACION por la FE de Pablo? (Noten la primacía del hombre moderno)

R: Para el hombre moderno, Dios no puede dejar que la mayoría de los hombres sufran la condenación eterna (mismo comentario). La preocupación por la salvación personal ha desaparecido en la mayoría (¿y qué? ¿entonces la doctrina debe cambiar?). Pero el hombre moderno todavía percibe su propia necesidad de misericordia, entonces conoce su propia indignidad. De hecho, él espera un amor salvador, el cual es la misericordia de Dios, que lo justifica (entonces el hombre peca, espera la misericordia de Dios, ¿y eso lo justifica? ¡Esto es Protestantismo puro!). Por el contrario, la idea clásica de Dios Padre sacrificando a Su propio Hijo para satisfacer Su propia justicia es incomprensible hoy. Más bien, el Padre y el Hijo tenían la misma voluntad (¡pero Jesús como Dios y hombre tenía dos voluntades!) y la totalidad de la maldad del mundo fue superada, tal como necesitaba serlo, por Dios compartiendo los sufrimientos del mundo, en lo cual el Padre y el Hijo compartieron por igual (¡pero el Padre como Dios no podía sufrir, y solamente como hombre pudo Cristo sufrir! ¡Esta nueva doctrina vacía la Encarnación, la Cruz, el pecado de la humanidad, la justicia de Dios, nuestra Redención! ¿Qué queda del Catolicismo?).

P: ¿Ha evolucionado la enseñanza de la Iglesia sobre el INFIERNO en los tiempos modernos?

R: “En este punto nos enfrentamos con una profunda evolución del dogma” (¡sic! Pero el dogma no puede evolucionar. Como hombre moderno, Benedicto no tiene noción de una verdad ni alterada ni alterable). “Después del Vaticano II, la convicción de que los no bautizados están perdidos para siempre fue finalmente abandonada” (¡como si el Vaticano II pudiera cambiar la enseñanza de la Iglesia!). Pero entonces surge un problema – ¿por qué ser todavía Cristiano (¡buena pregunta!)? La solución de Rahner de que todos los hombres son Cristianos anónimos excluye el drama de la conversión (¿solamente “drama” – no “absoluta necesidad”?). La solución de los Pluralistas por la cual todas las religiones son suficientes para la salvación es inadecuada (cierto). La solución de De Lubac es que Cristo y la Iglesia de alguna manera substituyen a toda la humanidad, digamos que por creer, practicar y sufrir por la verdad. Al menos unas pocas almas son necesarias para hacerlo.

P: Si la maldad debe ser reparada, ¿la repara el sacramento de la CONFESIÓN?

R: Solo Cristo puede reparar la maldad, pero la Confesión siempre nos devuelve al lado de Cristo.

En vista de tal entrevista, ¿puede alguien todavía dudar que los líderes de la Fraternidad de San Pío X están gravemente engañados al pensar que la Fraternidad puede ponerse de manera segura bajo estos Romanos? Del humanismo y el Protestantismo, una falsa visión de la Redención ha calado los huesos modernos y de los huesos modernos finalmente a los hombres de Iglesia católicos. El Vaticano II enseña y predica una Cristiandad sin la Cruz. Es altamente popular pero totalmente falsa. Que Dios tenga misericordia de estos hombres de Iglesia.

Kyrie eleison.

El Ecumenismo de Benedicto – V

El Ecumenismo de Benedicto – V on mayo 19, 2012

Por la necesidad de dividir una larga argumentación en varias partes, los lectores pueden haber perdido el hilo de los numerosos EC sobre el “Ecumenismo de Benedicto.” Resumamos la argumentación hasta ahora:—

EC 241 estableció algunos elementos básicos: la Iglesia Católica es un todo orgánico, entre las creencias del cual si alguien escoge una y rechaza otras, es un “escogedor,” o sea un hereje. Mas aún, si él se queda con una creencia Católica afuera de la Iglesia, esta creencia no permanecerá la misma, tal como el oxígeno sacado del agua por electrólisis, deja de ser parte de un líquido y se transforma en un gas. El ecumenismo Conciliar supone que hay creencias que los no Católicos comparten con los Católicos, pero de hecho aún las palabras “yo creo en Dios” pueden tener un sentido muy diferente según se encuentren incorporadas en un sistema de creencias (o un credo) ya sea Protestante o bien Católico.

EC 247 utilizó otra comparación para ilustrar como partes del todo Católico no permanecen las mismas cuando están sacadas de este todo. Monedas de oro pueden permanecer todavía monedas de oro cuando están sacadas de la pila de monedas, pero una rama cortada de un árbol viviente deviene algo totalmente diferente, leño seco. La Iglesia es mas como el árbol que como las monedas, porque Nuestro Señor comparó su Iglesia a una viña, de hecho dijo que cualquier rama cortada y separada de ella es echada al fuego donde es quemada (Jn.XV,6 – es interesante observar que ninguna rama viviente lleva tanta fruta como una rama de viña, y ningún leño seco es tan inútil como una rama de viña seca). Igualmente, partes cortadas de la Iglesia Católica no permanecen Católicas, como lo pretende el ecumenismo conciliar.

EC 249 mostraba como los documentos del Vaticano II promueven estas ideas falsas del ecumenismo, pero EC 248 tuvo que emitir una advertencia preliminar según la cual estos documentos son notoriamente ambiguos. Es así como este Comentario dio el ejemplo de cómo Dei Verbum (# 8) abrió la puerta a la falsa noción de los modernistas de “Tradición viva.” EC 249 presentó entonces tres textos conciliares cruciales para el ecumenismo de los modernistas: Lumen Gentium (# 8) que sugiere que la “verdadera” Iglesia de Cristo va mas allá de la “estrecha” Iglesia Católica, y Unitatis Redintegratio (# 3) que sugiere en primer lugar que la Iglesia está constituida de “elementos” o partes que se pueden encontrar tanto adentro como afuera de la Iglesia Católica (como las monedas en una pila o afuera de la pila), y en segundo lugar que estos elementos pueden por consiguiente servir a salvar las almas adentro o afuera de la Iglesia Católica.

EC 251 por fin llegó al ecumenismo de Benedicto XVI en particular. Citas del Padre Joseph Ratzinger presentadas por el Dr. Schüler en su libro Benedicto XVI y como la Iglesia se ve a sí Misma, muestran como el joven teólogo en los años 60 pensaba completamente acorde con el ejemplo de las monedas adentro o afuera de la pila. Citas posteriores han mostrado, ciertamente, que siendo mas viejo, como Cardenal y Papa, él trató continuamente de conservar el equilibrio entre la Iglesia como una pila de monedas y la Iglesia como un todo orgánico, pero como lo argumenta el Dr. Schüler, el hecho mismo de este esfuerzo para conservar este equilibrio presupone que la mitad de él todavía cree en una Iglesia que es como una pila de monedas.

A menos que los lectores soliciten citas textuales de Joseph Ratzinger para probar que las que dimos no fueron deformadas o sacadas de contexto, el último EC de esta serie concluirá con una aplicación de sus demostraciones a la situación de la Fraternidad San Pío X de Monseñor Lefebvre. Por un lado la Fraternidad es parte del verdadero todo Católico “uno, santo, Católico y apostólico.” Por otro lado más le ha valido evitar hacerse parte del enfermo todo Conciliar. Tal como una rama sana injertada sobre el árbol Conciliar enfermo, la Fraternidad se hubiera inevitablemente contagiado con la enfermedad Conciliar. De ninguna manera puede una sencilla rama curar esta enfermedad.

Kyrie eleison.

El Ecumenismo de Benedicto – IV

El Ecumenismo de Benedicto – IV on mayo 5, 2012

La Iglesia Católica siempre enseñó que Ella es la única y sola verdadera Iglesia de Jesucristo, de manera que aún cuando la gran mayoría de los creyentes la dejen, como ocurrirá al fin del mundo (cf. Lc.XVIII, 8), no por eso Ella habrá perdido su unidad. Así, San Cipriano dijo que la unidad de la Iglesia procede de una fundación divina entretejida por sacramentos celestiales, y Ella “no puede ser desgarrada por la fuerza de voluntades contrarias.” Las almas pueden apostatar o separarse de ella, pero la Iglesia que ellas abandonan permanece una. Desde este punto de vista “la unidad de la Iglesia” no puede significar otra cosa que el regreso personal de estas almas a la única verdadera Iglesia.

Tal no es la visión que el Vaticano II tiene de la Iglesia. Al decir (Lumen Gentium#8) que la Iglesia de Cristo “subsiste en” la Iglesia Católica, el Concilio abrió totalmente la puerta para introducir esa distinción entre ellas dos, y a pretender que la “verdadera” Iglesia de Cristo es mas amplia que la “estrecha” Iglesia Católica. La consecuencia de ello es que existen pedazos de la verdadera Iglesia de Cristo dispersos afuera de la Iglesia Católica y de allí que “la unidad de la Iglesia” significa reunir otra vez estos pedazos juntos sin que eso signifique que los individuos que componen esos pedazos tengan que convertirse uno por uno personalmente. Esa fue seguramente la visión que tuvo el joven y brillante teólogo del Concilio, el Padre Joseph Ratzinger, como lo demuestran algunas de sus pasmosas palabras poco después del Concilio, citadas textualmente con referencias bibliográficas en el libro “Benedicto XVI y cómo la Iglesia se ve a sí misma” del Dr. Schüler, páginas 17–19. He aquí un breve resumen que pone de relieve su heterodoxia:—

En cualquier lugar donde haya Obispo, Mesa y Palabra de Dios, hay “iglesia.” Esta verdadera amplia comunión cristiana ha sido a lo largo de los siglos gravemente reducida a causa de la centralización romana que obligó a los Protestantes a romper con Roma. Se hubiera tenido que cohabitar a pesar de las diferencias doctrinales. Y es así que el ecumenismo “vuelva al redil” necesita ser reemplazado por el ecumenismo de coexistencia. Las iglesias deben reemplazar La Iglesia. Los Católicos deben abrirse. La conversión será solamente para el individuo que así lo desee. Los errores Protestantes son, virtualmente, derechos de los Protestantes.

Pero, ¿Dónde está la Fe en todas estas expresiones de “La Iglesia y las iglesias”? ¿Y la doctrina? Aparentemente en ningún lado. ¿Y que clase de unidad puede existir entre almas que tienen creencias tan contradictorias como las de los Católicos (pre-Conciliares) y las de los Protestantes? Solamente puede tratarse de una unidad bien diferente de la que existía en la Iglesia Pre-conciliar, y por consiguiente también tratarse de una Iglesia bien diferente. En realidad el joven Padre Ratzinger trabajaba hacia lo que iba a ser la “Nueva Iglesia.”

Sin embargo, la unidad de la Nueva Iglesia se volvió un problema. En primer lugar, la unidad de la Iglesia es un dogma. Y en segundo lugar, como Cardenal y Papa, Joseph Ratzinger, se encontró él mismo en la necesidad de tener que defender la unidad de la Nueva Iglesia contra Revolucionarios todavía más radicales que él mismo, como por ejemplo el Padre Leonardo Boff para quien la Nueva Iglesia “subsiste” por todos lados en muchos pedazos diferentes.

Así las cosas, Schüler cita al Cardenal cuando éste argumenta que la Iglesia de Cristo tiene su completa realización en la Iglesia Católica pero sin por eso excluir su incompleta realización en otras comunidades (pero entonces ¿cómo puede ser una?). De igual manera la identidad de la Iglesia de Cristo con la Iglesia Católica es substancial pero no exclusiva (pero ¿cómo puede existir una identidad que no sea exclusiva?). Otra vez, el ser completo de la Iglesia de Cristo está en la Iglesia Católica, pero tiene también un ser incompleto en otra parte (pero ¿cómo puede un ser estar completo si una parte de él se encuentra en otra parte?). Y así se puede seguir indefinidamente . . .

En breve, la Nueva Iglesia de Benedicto XVI incluye a la vez elementos Católicos y no Católicos. Pero lo que no es Católico en parte, no es Católico como un todo. Por consiguiente la Nueva Iglesia Ecuménica de Benedicto no es, como tal, la Iglesia Católica.

Kyrie eleison.

El Ecumenismo de Benedicto – III

El Ecumenismo de Benedicto – III on abril 21, 2012

En estos “Comentarios” hace dos semanas se encontraba la promesa de examinar tres citas del Vaticano II que han hecho mucho para disolver la Iglesia de Jesucristo, la cual es la Iglesia Católica. Y hace una semana se encontraba la advertencia que los textos del Vaticano II son ambiguos, de tal manera que se los puede siempre hacer aparecer como si no hubiera nada erróneo en ellos. Pero uno solo de sus dos posibles significados es inocente. El otro significado es mortal para la Iglesia Católica, como lo han probado los últimos 40 años.

La primer cita está tomada de Lumen Gentium # 8. Aquí está: “ La única Iglesia de Cristo . . .establecida y organizada en este mundo como una sociedad, subsisteen la Iglesia Católica, gobernada por Pedro y por los obispos en comunión con él.” Ahora, ¿que es lo que esta palabra “subsiste” significa aquí? La ambigüedad es que esta palabra puede significar o bien que la Iglesia de Cristo existe principalmente y solamente en la Iglesia Católica Romana, lo cual es lo que la Iglesia siempre enseñó hasta el Vaticano II, o bien que la Iglesia de Cristo existe principalmente pero no solamente en la Iglesia Católica, en cuyo caso la Iglesia de Cristo existe también parcialmente afuera de la Iglesia Católica. Esto abre la puerta al ecumenismo Conciliar que destruye la proclamación dogmática de la Iglesia Católica de ser la exclusiva arca de salvación: “Extra Ecclesiam nulla salus.”

El problema aquí es que también es un dogma que la Iglesia es una. En cada Misa dominical escuchamos o cantamos que creemos en la “una, santa, católica y apostólica Iglesia.” Entonces, ¿cómo puede la Iglesia de Cristo estar dividida entre algunas comunidades más o menos parecidas a la Iglesia? Si la Iglesia es una no puede ser varias. Si es varias, no puede ser una. En su libro sobre “Benedicto XVI y cómo la Iglesia se ve a sí misma,” el Dr. Wolfgang Schüler da una serie de citas de Joseph Ratzinger para mostrar como en cuanto teólogo joven promovió entusiásticamente la destrucción de la exclusividad de la Iglesia Católica, pero en cuanto Cardenal y Papa ha luchado para mantener también la unicidad de la Iglesia.

La segunda cita está tomada de Unitatis Redintegratio # 3: “De entre el conjunto de elementos o bienes con que la Iglesia se edifica y vive, algunos, o mejor, muchísimos y muy importantes pueden encontrarse fuera del recinto visible de la Iglesia .” Ahora, el significado obvio de estas palabras es que lo mismo que las monedas de oro pueden construir una pila pero también pueden encontrarse como monedas idénticas de oro afuera de la pila, así los elementos de la Iglesia apilados por el Concilio tal como “fe, esperanza, caridad y otros dones del Espíritu Santo” pueden ser reconocidos como existiendo como tales afuera de la Iglesia Católica. Pero Nuestro Señor dice que las ramas amputadas de su viña se secan y mueren (Jn.XV, 6). ¿Y qué es su viña sino su Iglesia?

La tercera cita saca la conclusión lógica, justo un poco mas adelante en el mismo documento (U.R. # 3): “Por consiguiente . . .las Iglesias y comunidades separadas (de la Iglesia Católica) no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación . . .” Pero como Monseñor Lefebvre dijo: “En la medida en que estas comunidades se encuentran separadas de la Iglesia Católica, no pueden gozar de la asistencia del Espíritu Santo, ya que su separación significa una resistencia al Espíritu Santo. El puede actuar directamente solamente sobre las almas, y puede usar directamente solamente medios, que no muestran ninguna señal de separación.”

El Vaticano II tomó lo que es la Iglesia en un sentido esencialmente erróneo, haciendo un contrasentido sobre lo que es la esencia de la Iglesia. Veamos luego con la ayuda del Dr. Schüler como Benedicto XVI puso a la vez el freno yel acelerador a este contrasentido.

Kyrie eleison.

Peligro Grave

Peligro Grave on marzo 31, 2012

El deseo de algunos sacerdotes dentro de la Fraternidad San Pío X de buscar un acuerdo práctico con las autoridades de la Iglesia sin un acuerdo doctrinal parece ser una tentación recurrente. Durante años Monseñor Fellay como Superior General de la Fraternidad rehusó esta idea, pero cuando dijo en Winona el 2 de Febrero que Roma aceptaría a la Fraternidad tal como es y que está dispuesta a satisfacer “todas las demandas de la Fraternidad . . .a nivel práctico,” parecería que Roma presenta una vez más la misma tentación.

Sin embargo, muchos de vosotros estarán enterados de las últimas noticias de Roma, y, a menos que el Vaticano esté jugando una partida de naipes con la Fraternidad San Pío X, Roma anunció el viernes pasado, 16 de marzo, que había encontrado la respuesta de Monseñor Fellay de enero a su Preámbulo Doctrinal del 14 de septiembre del año pasado “no suficiente para superar los problemas doctrinales que se hallan en la base de la fractura entre la Santa Sede y la Fraternidad.” Y el Vaticano dió a la Fraternidad San Pío X un mes para “clarificar su posición” y evitar “una ruptura con consecuencias dolorosas e incalculables.”

Pero,¿que pasa si Roma deja súbitamente de exigir la aceptación del Concilio y de la legitimidad de la Nueva Misa? Si Roma fuera súbitamente a decir: “Bien. Lo hemos pensado mejor. Retornen a la Iglesia tal como ustedes lo han pedido. Les daremos la libertad de criticar al Concilio tanto como lo quieran y la libertad de celebrar exclusivamente la Misa Tridentina. ¡Pero entren pues!” De parte de Roma podría ser una jugada muy astuta pues, ¿como podría la Fraternidad rechazar semejante ofrecimiento sin parecer incoherente y llena de ingratitud? Y, sin embargo, bajo pena de no poder sobrevivir, la Fraternidad tendría que rehusarlo. ¿De no poder sobrevivir? Palabras muy fuertes. Pero existe al respecto un comentario de Monseñor Lefebvre.

El 5 de mayo de 1988, firmó con el entonces Cardenal Ratzinger el Protocolo (borrador provisional) de un acuerdo práctico Roma-Fraternidad. El 6 de mayo se retractó de su firma (provisoria). El 13 de Junio, Monseñor Lefebvre dijó: “Con el Protocolo del 5 de Mayo, íbamos a una pronta muerte. No hubiéramos sobrevivido un año. Hasta el presente, la Fraternidad se mantiene unida, pero con este protocolo nos hubiéramos visto obligados a multiplicar los contactos con ellos, hubiera habido una división en el interior de la Fraternidad, todo hubiera sido causa de división” (énfasis nuestro). “Hubieran acudido nuevas vocaciones a causa de nuestra unión con Roma, pero, tales vocaciones no hubieran tolerado ningún desacuerdo con Roma – lo que hubiera provocado una división. En la situación actual, las vocaciones se filtran ellas mismas antes de venir con nosotros” (lo que es todavía el caso en los seminarios de la Fraternidad).

Y, ¿porque una tal división? (La discordia entre las nuevas vocaciones sería solamente un ejemplo entre incontables otros). Evidentemente, porche el Protocolo del 5 de Mayo hubiera significado un acuerdo práctico asentado sobre un desacuerdo doctrinal radical entre la religión de Dios y la religión del hombre. Monseñor Lefebvre continuaba, “Ellos están arrastrándonos hacia el Concilio . . .mientras que de nuestro lado, conservando cuidadosamente nuestras distancias lejos de ellos, estamos salvando la Fraternidad y la Tradición” (énfasis nuestro). ¿Por qué entonces Monseñor Lefebvre buscaba antes concretar tal acuerdo? Monseñor continuaba: “Hemos hecho un esfuerzo honesto para conservar la Tradición permaneciendo en la Iglesia oficial. Resultó que fue imposible. Ellos no han cambiado, sino para peor.”

¿Acaso cambiaron desde 1988? Muchos pensarían que si, sólo para peor todavía.

Kyrie eleison.

Momento Decisivo

Momento Decisivo on marzo 10, 2012

Hablando en Estados Unidos el mes pasado acerca de las relaciones Roma-Fraternidad San Pío X, el Superior General dijo que algún acuerdo práctico entre las dos sería posible si Roma aceptara la Fraternidad San Pío X tal como es, y citó a Monseñor Lefebvre cuando decía a menudo que tal arreglo podría ser aceptable. Sin embargo, Monseñor Fellay sí añadió que la última vez que Monseñor Lefebvre dijo eso fue en 1987. Esta pequeña precisión es altamente significativa y merece ser analizada, especialmente para la generación mas joven que puede no estar familiarizada con el drama histórico de las Consagraciones Episcopales de 1988.

De hecho, el drama de los dramas, sin el cual la Fraternidad San Pío X nunca hubiera existido, fue el Concilio Vaticano II (1962–1965), en el cual la gran mayoría de los obispos Católicos del mundo se alistaron en esta reconciliación de la Iglesia con el mundo moderno (este “aggiornamiento”) y así divorciaron su autoridad Católica de la Verdad de la Tradición Católica. Desde ese momento en adelante, los Católicos tuvieron que elegir entre la Autoridad y la Verdad. Hasta hoy día, si ellos eligen la Autoridad, se ven obligados a anhelar la Verdad, y si eligen la Verdad, deben sin embargo añorar su reunión con la Autoridad. Monseñor Lefebvre eligió la Verdad, razón por la cual, para defenderla, fundó la Fraternidad San Pío X en 1970, pero durante todo el tiempo posible hizo todo lo que estaba en su poder para sanar todo distanciamiento de la Autoridad, esforzándose por obtener de Roma la aprobación de su Fraternidad. Por ello Monseñor Fellay puede decir que hasta 1987 Monseñor Lefebvre repetidamente deseó y trabajó para un arreglo práctico con Roma.

Sin embargo, en 1987 Monseñor Lefebvre tenía 82 años. Tenía previsto que sin sus propios obispos, el combate de la Fraternidad San Pío X por la Tradición, iba a terminar. Devenía urgente obtener de Roma por lo menos un obispo, pero Roma frenó tal cosa, seguramente porque sabía muy bien que la Fraternidad San Pío X sin su propio obispo moriría de lenta agonía. El firme frenazo dado por el entonces Cardenal Ratzinger en Mayo de 1988 al proyecto mencionado, le hizo ver claramente a Monseñor Lefebvre que la Roma neo-modernista no tenía la mas mínima intención de proteger o de aprobar la Tradición Católica. Entonces, el tiempo de la diplomacia había llegado a su fin, y siguió adelante con las Consagraciones Episcopales, diciendo a partir de ese momento que debía ser doctrina o nada. A partir de ese momento el preludio absolutamente necesario para cualesquiera fueren los contactos entre Roma y la Fraternidad San Pío X, dijo, sería una profesión de Fe por parte de Roma sobre los grandes documentos anti-liberales de la Tradición Católica, por ejemplo, Pascendi, Quanta Cura,etc.

Y por eso, como lo sugirió Monseñor Fellay el 2 de Febrero, nunca mas hasta su muerte en 1991, se escuchó a Monseñor Lefebvre decir que algún acuerdo práctico sería posible o deseable. El mismo había ido tan lejos como pudo para obtener de la Autoridad los requisitos mínimos para la Verdad. Incluso una vez sugirió que en Mayo de 1988 había ido demasiado lejos. Pero a partir de ese momento nunca aflojó ni se comprometió, y apremiaba a todo aquel que lo escuchara a seguir la misma línea.

¿Ha cambiado la situación desde entonces? ¿Volvió Roma a la profesión de la Fe de siempre? Uno lo podría pensar cuando Monseñor Fellay nos informa en el mismo sermón que Roma había modificado su dura posición del 14 de Septiembre, yse declara ahora ella misma dispuesta a aceptar la Fraternidad San Pío X tal cual es. Pero uno necesita solamente acordarse de Asís III y de la Neo-beatificación de Juan Pablo II, para sospechar que detrás de esta repentina benevolencia de los hombres de Iglesia de Roma hacia la Fraternidad descansa muy verosímilmente la confianza que ellos tienen en que la euforia por la reanudación de los mutuos y prolongados contactos, diluirá, disminuirá y eventualmente disolverá la obstinada resistencia de la Fraternidad San Pío X a su Nueva Iglesia de ellos. ¡Ay de mí!

“Nuestro socorro está en el nombre del Señor.”

Kyrie eleison.