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¿Hechiceros en Control?

¿Hechiceros en Control? on octubre 28, 2017

En una reciente entrevista, el Director General de Mercedes Benz, una empresa alemana de vanguardia para la producción de automóviles de alta calidad, pintó un cuadro del futuro cercano de la humanidad en el cual el software computacional afectará la mayoría de las industrias tradicionales, y en el cual sus principales competidores de él ya no serán otras compañías automotrices ¡sino Google, Apple y Amazon! Él dice que la ley, la enfermería, la conducción de automóviles, seguros, bienes raíces serán afectados sustancialmente por las computadores. Para el 2027, el 10% del total de todo lo producido será impreso en 3D. Para el 2037, del 70 al 80% de los trabajos desaparecerán. Los teléfonos inteligentes baratos harán que la educación de clase mundial esté disponible en todo el mundo, etc., etc. Pero tales predicciones tan dramáticas necesitan ser puestas en su lugar, que es secundario. Las máquinas son solo máquinas, y las computadoras son solo máquinas.

Fue desde que la Revolución Industrial se detonó sobre la humanidad en los siglos 18 y 19 que el hombre empezó a preguntarse lo que las máquinas inhumanas significaban para el futuro de los seres humanos. Desde entonces muchos sabios observadores han planteado serias dudas sobre el impacto final de las invenciones materiales cada vez más maravillosas, pero la humanidad en su conjunto solo se ha precipitado hacia adelante, confiando que la embestida de las máquinas, aceleradas por electrónicos y computadores, sólo podría ser más y más benéfica. Sin embargo, ¿es un hombre sabio o feliz quien está siempre enterrado en su teléfono inteligente?

El problema básico es que las máquinas son puramente materiales, mientras que los seres humanos son primeramente espirituales. Así que la más útil de las máquinas sólo puede subservir a lo que es primordial o más importante en la vida de los seres humanos. De hecho el hombre está compuesto de un cuerpo material así como de un alma espiritual, así las máquinas materiales pueden ciertamente servir su cuerpo, pero ese cuerpo es solamente el portador de su alma espiritual mientras dure su breve vida en la tierra, y entonces cuando muere, o bien el alma sin la gracia sobrenatural arrastra al cuerpo hacia los tormentos eternos del Infierno, o el alma con la gracia de Cristo eleva al cuerpo, normalmente a través de los tormentos temporales del Purgatorio, a la felicidad permanente del Cielo. En cualquier caso, lo que el cuerpo haya o no hecho al alma durante la vida, luego de la muerte es el estado del alma el que determina el destino del cuerpo, y no al contrario.

Sin embargo, en nuestros terribles tiempos incluso los Católicos pueden perder su comprensión de estas realidades elementales de cuerpo y alma, vida y muerte, así que acudamos a la música para ilustrar las limitaciones de la materia y de las máquinas. En un estudio de grabación moderno, puede haber docenas de máquinas de alto rendimiento y miles de botones brillantes, perillas y selectores que conforman máquinas cada vez más perfectas para grabar ¿qué? ¿una reproducción del sonido con más fidelidad? ¿qué sonido? El sonido de un ser humano cantando o tocando un instrumento. Y ¿por qué grabarlo? Porque la grabación va a vender y a hacer dinero. ¿Y por qué hará dinero? Porque la música es un lenguaje único para expresar emociones en el alma humana, sea Furtwaengler conduciendo una orquesta clásica, o los Beatles rasgueando guitarras, los músicos humanos están por sus dones musicales expresando a través de medios materiales de orquesta o guitarra en el lenguaje material-espiritual de la música, esas emociones espirituales que todo el público quiere que expresen los músicos por ella. Y si los músicos no tienen alma, los más brillantes ingenieros de grabación no se ganarán la vida. En cada arte humano, las mecánicas están necesariamente subordinadas a los artistas.

Por lo tanto, cuanto más espirituales son las vidas y actividades del hombre, menos seriamente tomarán las turbulencias meramente materiales en los asuntos humanos, tal como lo evoca el Director General de Mercedes Benz, Por otro lado, cuanto más se separa el hombre de Dios, más pesan esas turbulencias en sus vidas.

Lectores, tomen un Rosario espiritual en sus manos materiales, y dejen bien atrás los inminentes desastres de nuestra “civilización” materialista.

Kyrie eleison.

Caverna Interior

Caverna Interior on octubre 23, 2010

El visitar Subiaco me hizo recordar dos hexámetros en Latín los cuales sitúan consecutivamente a cuatro fundadores de grandes Órdenes religiosas en la Iglesia. Además de recorrer tres cuartas partes de la historia de la Iglesia, estas líneas también sugieren el porqué muchas almas Católicas hoy en día tienen la impresión que su Fe pende de un hilo.

Estas son las líneas: Bernardus valles, colles Benedictus amabat,

Oppida Franciscus, magnas Ignatius urbes.

En castellano: Bernardo amaba los valles, Benedicto las montañas,

Francisco los pueblos, Ignacio las grandes ciudades.

En orden cronológico (brevemente alterado por las exigencias del hexámetro latín), San Benito (480–547) buscó a Dios en las montañas (Subiaco, Monte Cassino); los Cistercienses impulsados por San Bernardo (1090–1153) bajaron a los valles (notablemente Clairvaux); San Francisco (1181–1226) deambuló en medio de los pequeños pueblos de su época, mientras los Jesuitas de San Ignacio (1491–1556) emprendieron el apostolado moderno de la grande ciudad. Uno podría decir que la ciudad moderna tomó venganza cuando los Jesuitas, junto con los Dominicos, dirigieron el colapso del Vaticano II (p. ej. de Lubac y Rahner, S.J.; Congar y Schillebeeckx, O.P.).

¿Acaso no es la progresión de la montaña a la ciudad una progresión de estar solo con Dios a estar únicamente con el hombre? El industrialismo y el automóvil hacen posible la ciudad moderna con su vida suave, pero al hacerlo generan un entorno diario cada vez más artificial y alejado de la Naturaleza de Dios. Con las comodidades materiales se incrementan las dificultades espirituales. La vida en la gran ciudad se vuelve cada día más inhumana y de hecho el instinto liberal de la muerte podría pronto incitar la Tercera Guerra Mundial, devastando la vida urbana y suburbana como la conocemos hoy en día. Entonces, si por una variedad de razones, un Católico no puede dirigirse a las montañas, ¿cómo se mantiene lejos de las instituciones mentales?

Una respuesta es lógica: debe de vivir con Dios, dentro de sí mismo, en una caverna interior, dejando que el mundo se torne loco alrededor de él. Debe de convertir su propio corazón en una ermita y por lo menos su casa, si es posible, en algo que se le parezca a un santuario, aunque respetando todas las necesidades naturales de la familia. Eso no significa vivir en un propio mundo irreal, sino en el verdadero mundo interno de Dios, contrariamente al mundo fantástico externo del Demonio, que nos presiona en todos los sentidos.

De manera similar, la Nueva Iglesia ha cerrado un sinfín de monasterios y conventos desde el Vaticano II, lo que deja menos posibilidades para un alma que puede pensar que escucha un llamado interior de Dios. ¿Los ha guiado a través de un callejón sin salida o los ha dejado caer? ¿O será que tal vez los llama a llevar una vida religiosa en su interior, convirtiendo su pequeño apartamento en la gran ciudad en una ermita, y su oficina sin Dios en un campo de apostolado a través de la oración, la caridad y el ejemplo? Nuestro mundo está en gran necesidad de almas Católicas que irradien hacia afuera su paz interior y su calma con Dios.

Kyrie eleison.

Realidad Desenfrenada

Realidad Desenfrenada on septiembre 4, 2010

“Pero, su Excelencia, ¿cómo puede usted declarar (cf. CE 163) que Dios es la única verdadera solución para todos los problemas sociales de una gran ciudad moderna, como aquellos que le presentó a Ud. su amigo en su propia ciudad hace tres semanas? ¿Qué tiene que ver Dios con la política o los problemas sociales? ¡Siempre pensé que Él estaba únicamente interesado en cosas de religión y espiritualidad!

Ah, mi querido amigo, ¿quién es Dios? No solamente Él mismo creó el alma de cada uno de nosotros y la materia de la cual nuestros padres formaron nuestros cuerpos, sino también Él sigue creándolos a cada momento en que siguen y seguirán existiendo. Por lo tanto Él está aún más cercano a cada uno de nosotros, los seres humanos, que lo que nosotros mismos estamos. Por lo tanto la Iglesia enseña que cualquier ofensa en contra de nuestro vecino es en primer lugar y ante todo una ofensa contra Dios, porque Él está más profunda y cercanamente dentro de nosotros de lo que nosotros mismos estamos. Así es que quien quiera que ofenda a su vecino, ofende más profundamente a Dios, y quien nunca ofende a Dios no ofenderá a su vecino. Entonces si en la parroquia y escuela de la FSSPX (cf. CE 163) los feligreses y los niños aprenden a poner a Dios y a sus Diez Mandamientos primero, ¿no están aprendiendo entonces a solucionar para las grandes ciudades todos los problemas entre los vecinos, es decir los problemas sociales y políticos, desde sus raíces?

Recordemos estos problemas de la gran ciudad de mi amigo. En los suburbios de la periferia las personas de raza blanca viven en su mayoría más allá de sus medios económicos en mansiones falsamente lujosas. Quieren aparentar ser ricos, y sueñan con ser ricos. ¿No están acaso idolatrando al materialismo y a Mamón, es decir al dinero? ¿Por el contrario, qué se enseña en la parroquia? “No puedes adorar a Dios y a Mamón. Es uno o el otro” (Mateo VI, 24). En los suburbios internos la gente, en su mayoría de color, en general no da mantenimiento a sus viviendas, a la desesperanza de los urbanistas, sin duda. Pero ¿acaso no es una forma similar de materialismo el medir la buena vida o la bondad de las almas por cómo mantienen sus casas? La limpieza nos acerca a lo divino, como dice el dicho, pero ¿qué aprenden los feligreses? – “Buscad primero el Reino de Dios y su Justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mateo VI, 33). En otras palabras, busquen primera la santidad y la limpieza se dará enseguida.

Finalmente en el centro de la ciudad su sangre vital, su industria, sigue desapareciendo. ¿Por qué? ¿Acaso no es el capitalismo por sí mismo el que, en búsqueda de mayores ganancias por la subordinación de la industria a las finanzas, ha subcontratado la industria Americana a los extranjeros? ¿Acaso no es el poner el dinero antes que los hombres lo que está causando el empeoramiento del desempleo, la huída de la población de los centros de la ciudad y la transferencia de todo el poder a los maestros del dinero que están usando ese poder para trasformar más y más rápido los alguna vez orgullosos Estados Unidos en una parte humillada de su estado policial global?

¿Cómo pudo suceder esto? Por los hombres de raza blanca que dieron la espalda a Dios, renunciando (como insinuó mi amigo) a la misión que les fue dada por Dios de llevar al mundo hacia Él, y por idolatrar en su lugar a Mamón como la realidad suprema. ¡Esperemos que por un largo tiempo la pequeña parroquia y escuela de la Fraternidad de San Pío X, en las afueras de la ciudad, hagan de la supremacía de Dios, Nuestro Señor Jesucristo, una realidad desenfrenada!

Kyrie eleison.