Pascendi

Horrible Caida – I

Horrible Caida – I on junio 8, 2013

La caída de la Fraternidad San Pío X desde lo que era bajo el Arzobispo Lefebvre entre 1970 y 1991 hasta lo que ha devenido durante los últimos, digamos, 15 años, es poco menos que horrible. En una pequeña serie de “Comenti” veamos primero porque el horror es normal en el pobre mundo que nos rodea, ya que comprender es perdonar y todos estamos necesitados de perdón; segundo encaremos al horror, no para llevarnos al desánimo sino por el contrario para aprestarnos para la acción debido a lo peor que casi con seguridad se viene; y tercero veamos qué podemos hacer para aprestarnos para la acción, porque abajo del Cielo de Dios, El no puede habernos dejado sin nada que podamos hacer (pero en conexión a esto es importante no volcar en la arena la poquita agua que tenemos). Para comprender como el horror hoy en día sea tan normal, comencemos con tres refinadas mentes Católicas que calibran el desafío de nuestra época.

En su gran carta Encíclica de 1884 sobre la Francmasonería, el Papa León XIII advierte como sus perversos principios avanzan desde (#13) despreciando a (#14) injuriando a (#15) destruyendo la Iglesia Católica, para luego avanzar desde (#16) la ruina de todas las religiones positivas a (#17) la ruina de toda religión natural a (#18) la ruina de las grandes verdades naturales tales como la Creación y la de Providencia Dios y la inmortalidad del alma. En el siglo 21ero hemos ido, lógicamente, aún más lejos, a saber, hasta incluso la ruina de la propia noción de verdad. Las mentes han sido transformadas en una papilla,incluso las de Papas, Cardenales y Obispos.

En su gran carta Encíclica de 1907 sobre el Modernismo, el Papa San Pío X vio claramente la ruina de toda verdad y pensamiento por los modernistas. Está por debajo de la dignidad de los Papas gritar, pero en Pascendi, Pío X usa las expresiones más enérgicas que tenía a su disposición, para castigar la pudrición mental por la cual los modernistas pudren por completo la Fe Católica. Implicitamente él dice que el modernismo es el fin del recorrido. Su dramática advertencia obtuvo para la Iglesia un respiro de medio siglo, pero con el Vaticano II la pudrición de la Fe, pudrición que él había arrojado fuera de la Iglesia, ¡fue hecha doctrina oficial dentro de la Iglesia por Juan XXIII y Paulo VI! Si los Papas pierden la mente, ¿cómo no van a perderla meros Superiores?

Una tercera mente Católica calibrando el estrago obrado sobre la Doctrina católica por el Vaticano II, fue la de Romano Amerio, un laico italiano cuyo análisis de los errores modernos, Iota Unum, era sumamente apreciado por Mons. Lefebvre. En un punto Amerio dice que si las cosas continúan en el mismo sendero que hasta ahora, eventualmente devendrá imposible hablar o escribir más, ¡todo lo que quedará será guardar silencio! Esto puede parecer inimaginable, pero solo recientemente un muy buen comentarista en Estados Unidos, el Dr. Paul Craig Roberts, casi dejó de escribir porque le había parecido que no existía ya más ningún público capaz de, o dispuesto a, pensar.

Verdaderamente, en este ensayo general para el Anticristo, si estos días no fueran acortados, como dice Nuestro Señor (Mt.XXIV,22), todos podríamos perder nuestras mentes y nuestra Fe. Entonces, ¿quién todavía puede sentirse inclinado a tirar la primera piedra a un Papa u Obispo que están perdiendo su mente hoy día?

Sin embargo, mientras que Nuestro Señor nos prohíbe juzgar-condenar (Mt.VII,1) porque solo Dios tiene aquel perfecto conocimiento de todas las circunstancias que es necesario si uno tiene que juzgar sin error, al mismo tiempo Nuestro Señor nos ordena juzgar-discernir entre los verdaderos pastores y los mercenarios, o sea entre las ovejas y los lobos disfrazados de ovejas (Mt.VII,15). Tal es nuestra responsabilidad como católicos para salvar nuestras almas, y es por ello que echaremos pronto otra mirada al horror que está ocurriendo ahora dentro de la Fraternidad San Pío X.

Kyrie eleison.

¿Sarto, Siri?

¿Sarto, Siri? on septiembre 29, 2012

En un sermón de la Fiesta de San Pío X me encontré pronunciando “casi una herejía”: Me preguntaba en voz alta si José Sarto hubiera desobedecido a la destrucción de Paulo VI de la Iglesia, si en lugar de morir como el Papa Pío X en 1914, él hubiera muerto como Cardenal, digamos en 1974. En La Fraternidad San Pío X eso debe sonar como una herejía porque, ¿como la sabiduría del Patrón celestial de la FSPX podría ser defectuosa? Sin embargo la cuestión no es infundada.

En los años 1970, el Arzobispo Lefebvre hizo visitas personales a un cierto número de los mejores cardenales y obispos de la Iglesia con la esperanza de convencer siquiera a un puñado de ellos para ofrecer una resistencia pública a la revolución de Vaticano II. Acostumbraba decir que tan solo media docena de obispos resistiendo juntos hubieran podido seriamente obstruir el debacle Conciliar de la Iglesia. Por desgracia, ni siquiera el sucesor que Pío XII había esperado, el Cardenal Siri de Génova, haría un gesto público en contra del grupo que ocupaba el poder en la Iglesia. Finalmente, Monseñor de Castro Mayer dio el paso, pero solamente en los años ‘80, cuando la Revolución Conciliar se había bien incrustado en la cupola de la Iglesia.

Entonces, ¿como fue posible que las mejores de las bien adiestradas mentes hayan podido ser tan oscurecidas? ¿Cómo ni siquiera un mínimo de los mejores hombres de Iglesia de la época no haya sido capaz de ver lo que el Arzobispo estaba viendo, por ejemplo que la “ley” instalando el Novus Ordo de la Misa no era de ninguna manera una ley, porque pertenece a la propia naturaleza de la ley ser una ordenanza de la razón para el bien común? ¿Cómo Monseñor Lefebvre pudo encontrarse relativamente tan solo al no permitir que un principio tan básico del sentido común pueda ser pisoteado por respeto a la autoridad, aún cuando la propia sobrevivencia de la Iglesia estaba amenazada por el Vaticano II y la Nueva Misa? ¿Cómo puede la autoridad haber así llegado a pesar más que la realidad y la verdad?

Mi propia respuesta es que durante los siete siglos pasados, la Cristiandad ha estado deslizándose progresivamente hacia la apostasía. Durante 700 años, con interrupciones nobles como la Contra-reforma, la realidad del Catolicismo ha sido lentamente carcomida por la fantasía cancerosa del liberalismo, que consiste en que el hombre se libera de Dios al liberarse la naturaleza de la gracia, el espíritu de la verdad objetiva, y la voluntad del bien y del mal objetivo. Durante un período muy largo, 650 años, los prelados católicos se aferraron a la realidad y la defendieron, pero al fin la fuerza de la fantasía glamorosa de modernidad, cada vez más fascinante, penetró sus huesos haciendo que la realidad pierda su agarre en sus mentes y voluntades. Faltando la gracia, como lo dijo San Tomás Moro hablando de los obispos ingleses de su época que estaban traicionando la Iglesia Católica, ellos dejaron que la fantasía de los hombres pesara más que la realidad de Dios, y que la autoridad pesara más que la verdad. Hay lecciones prácticas para el clero así como para los laicos también.

Estimados colegas, adentro y afuera de la FSPX, para servir a Dios, guardémonos de reaccionar como José Siri cuando en realidad necesitamos reaccionar como José Sarto, con sus magníficas denuncias de los errores modernos en Pascendi, Lamentabili y Notre Charge Apostoliquesobre el “Sillon.” Y para obtener la gracia que necesitamos en esta crisis, la más tremenda de toda la historia de la Iglesia, necesitamos tremendamente rezar.

Seglares, si los horrores de la vida moderna os hacen tener “hambre y sed de justicia,” alégrense, si pueden, que los horrores los mantengan en la realidad, y no duden que si perseveran en vuestra hambre, “seréis hartados” (Mt.V, 6). Bienaventurados los pobres en espíritu, los mansos, los que lloran, dice Nuestro Señor en el mismo lugar. En cuanto a la protección más segura para evitar que vuestros espíritus y vuestros corazones sean presos de la fantasía, recen cinco, o mejor quince, Misterios diarios del Santo Rosario de Nuestra Señora.

Kyrie eleison.

Asesinos de la Fe

Asesinos de la Fe on mayo 12, 2012

Pero si Roma ofrece a la Fraternidad San Pío X todo lo que ella quiere, ¿Por qué la Fraternidad tendría todavía que rehusar? Aparentemente hay Católicos que todavía creen que si un acuerdo práctico respondiese a todos los requerimientos prácticos de la Fraternidad San Pío X, tendría que ser aceptado. Entonces, ¿Por qué no? Porque no fue con vista al bien de la Fraternidad San Pío X que Monseñor Lefebvre la creó, sino por el bien de la verdadera Fe Católica, amenazada por el Vaticano II como nunca antes había sido amenazada. Pero veamos ahora porque las autoridades de la Nueva Iglesia buscarán cualquier acuerdo práctico lo mismo que las razones por las cuales la Fraternidad San Pío X lo debe rechazar.

La razón es porque la Nueva Iglesia es subjetivista y todo acuerdo puramente práctico implica que el subjetivismo sea la verdad. Según la nueva religión Conciliar, los dogmas de Fe no son verdades objetivas sino símbolos que satisfacen necesidades subjetivas (Pascendi, 11–13, 21). Por ejemplo, si mi inseguridad psicológica se encuentra tranquilizada por la convicción que Dios se hizo hombre, entonces, para mi, la Encarnación es verdadera, en el único sentido posible de la palabra “verdad.” Así, si los Tradicionalistas sienten la propia necesidad de la vieja religión, entonces ella es la que es verdadera para ellos, y uno hasta puede admirar a que punto se adhieren a su verdad. Pero, en justicia ellos deben a su vez aceptar dejarnos a nosotros los Romanos tener nuestra verdad Conciliar y si ellos no pueden consentir a esta concesión, entonces ellos son de una manera insoportable arrogantes e intolerantes y no podemos permitir tal disensión dentro de nuestra Iglesia de amor, amor, amor.

Por eso, la Roma Neo-modernista estaría feliz con cualquier acuerdo práctico por el cual la Fraternidad San Pío X no haría mas que renunciar, aunque solamente sea implícitamente, a su radical reivindicación de la universalidad y obligatoriedad de “sus” verdades. Al contrario, la Fraternidad San Pío X no puede contentarse con cualquier acuerdo que sería un acto que hablaría mas fuerte que las palabras para negar la objetividad de “su” religión de 20 siglos. No es en absoluto “su” religión. Para llegar a un acuerdo con los subjetivistas, me encuentro en la necesidad de dejar de insistir sobre la objetividad. Para insistir sobre la objetividad, no puedo aceptar absolutamente ninguna proposición ofrecida por los subjetivistas, a menos que ellos renuncien a su subjetivismo.

Estos Romanos no hacen nada de eso. Y otra prueba de su insistencia de cruzados en pro de su nueva religión viene en la forma de su reciente “Nota sobre las conclusiones de la visita canónica al Instituto del Buen Pastor” en Francia. Los lectores se acordarán que este Instituto fue uno entre varios fundados después del Concilio para permitir al Catolicismo Tradicional ser practicado bajo la autoridad romana. Roma puede esperar algunos años antes de actuar, para asegurarse que el pobre pescado esté bien agarrado al anzuelo, pero entonces –

La “Nota” pide que el Vaticano II y el Catecismo de 1992 de la Nueva Iglesia deben estar incluidos en los estudios del seminario del Instituto. El Instituto debe insistir sobre la “hermenéutica del renuevo en la continuidad” y debe dejar de llamar al rito Tridentino de la Misa su “exclusivo” rito de la Misa. El Instituto debe entrar en la vida diocesana oficial con un “espíritu de comunión.”

En otras palabras, el Instituto Tradicional debe dejar de ser tan Tradicional si es que quiere pertenecer a la Nueva Iglesia. ¿Podía el Instituto esperar otra cosa? Para conservar la Tradición, tendría que salir de nuevo de la sumisión a la autoridad de la Nueva Iglesia. ¿Qué posibilidad existe de tal cosa? Ellos quisieron ser tragados por el monstruo Conciliar. Ahora el monstruo los está digiriendo.

Entonces, ¿Por qué, en nombre del Cielo, habría de ser el peligro diferente con la Fraternidad? La tentación de Roma puede ser rechazada por esta vez por la Fraternidad, pero no nos hagamos ninguna ilusión: los subjetivistas volverán una y otra vez para desembarazarse de esta verdad objetiva y de esta Fe objetiva que constituyen un constante reproche a su criminal delirio de ellos.

Kyrie eleison.

Momento Decisivo

Momento Decisivo on marzo 10, 2012

Hablando en Estados Unidos el mes pasado acerca de las relaciones Roma-Fraternidad San Pío X, el Superior General dijo que algún acuerdo práctico entre las dos sería posible si Roma aceptara la Fraternidad San Pío X tal como es, y citó a Monseñor Lefebvre cuando decía a menudo que tal arreglo podría ser aceptable. Sin embargo, Monseñor Fellay sí añadió que la última vez que Monseñor Lefebvre dijo eso fue en 1987. Esta pequeña precisión es altamente significativa y merece ser analizada, especialmente para la generación mas joven que puede no estar familiarizada con el drama histórico de las Consagraciones Episcopales de 1988.

De hecho, el drama de los dramas, sin el cual la Fraternidad San Pío X nunca hubiera existido, fue el Concilio Vaticano II (1962–1965), en el cual la gran mayoría de los obispos Católicos del mundo se alistaron en esta reconciliación de la Iglesia con el mundo moderno (este “aggiornamiento”) y así divorciaron su autoridad Católica de la Verdad de la Tradición Católica. Desde ese momento en adelante, los Católicos tuvieron que elegir entre la Autoridad y la Verdad. Hasta hoy día, si ellos eligen la Autoridad, se ven obligados a anhelar la Verdad, y si eligen la Verdad, deben sin embargo añorar su reunión con la Autoridad. Monseñor Lefebvre eligió la Verdad, razón por la cual, para defenderla, fundó la Fraternidad San Pío X en 1970, pero durante todo el tiempo posible hizo todo lo que estaba en su poder para sanar todo distanciamiento de la Autoridad, esforzándose por obtener de Roma la aprobación de su Fraternidad. Por ello Monseñor Fellay puede decir que hasta 1987 Monseñor Lefebvre repetidamente deseó y trabajó para un arreglo práctico con Roma.

Sin embargo, en 1987 Monseñor Lefebvre tenía 82 años. Tenía previsto que sin sus propios obispos, el combate de la Fraternidad San Pío X por la Tradición, iba a terminar. Devenía urgente obtener de Roma por lo menos un obispo, pero Roma frenó tal cosa, seguramente porque sabía muy bien que la Fraternidad San Pío X sin su propio obispo moriría de lenta agonía. El firme frenazo dado por el entonces Cardenal Ratzinger en Mayo de 1988 al proyecto mencionado, le hizo ver claramente a Monseñor Lefebvre que la Roma neo-modernista no tenía la mas mínima intención de proteger o de aprobar la Tradición Católica. Entonces, el tiempo de la diplomacia había llegado a su fin, y siguió adelante con las Consagraciones Episcopales, diciendo a partir de ese momento que debía ser doctrina o nada. A partir de ese momento el preludio absolutamente necesario para cualesquiera fueren los contactos entre Roma y la Fraternidad San Pío X, dijo, sería una profesión de Fe por parte de Roma sobre los grandes documentos anti-liberales de la Tradición Católica, por ejemplo, Pascendi, Quanta Cura,etc.

Y por eso, como lo sugirió Monseñor Fellay el 2 de Febrero, nunca mas hasta su muerte en 1991, se escuchó a Monseñor Lefebvre decir que algún acuerdo práctico sería posible o deseable. El mismo había ido tan lejos como pudo para obtener de la Autoridad los requisitos mínimos para la Verdad. Incluso una vez sugirió que en Mayo de 1988 había ido demasiado lejos. Pero a partir de ese momento nunca aflojó ni se comprometió, y apremiaba a todo aquel que lo escuchara a seguir la misma línea.

¿Ha cambiado la situación desde entonces? ¿Volvió Roma a la profesión de la Fe de siempre? Uno lo podría pensar cuando Monseñor Fellay nos informa en el mismo sermón que Roma había modificado su dura posición del 14 de Septiembre, yse declara ahora ella misma dispuesta a aceptar la Fraternidad San Pío X tal cual es. Pero uno necesita solamente acordarse de Asís III y de la Neo-beatificación de Juan Pablo II, para sospechar que detrás de esta repentina benevolencia de los hombres de Iglesia de Roma hacia la Fraternidad descansa muy verosímilmente la confianza que ellos tienen en que la euforia por la reanudación de los mutuos y prolongados contactos, diluirá, disminuirá y eventualmente disolverá la obstinada resistencia de la Fraternidad San Pío X a su Nueva Iglesia de ellos. ¡Ay de mí!

“Nuestro socorro está en el nombre del Señor.”

Kyrie eleison.

Explosion Proxima

Explosion Proxima on enero 7, 2012

Si algunos lectores han encontrado el “Comentario Eleison” de la semana pasada un poco sombrío para el principio del año, de veras me disculpo por ello, y prometo que el de esta semana terminará con una cita más esperanzadora. Pero en verdad, mucha gente, según me lo dicen, está todavía tranquilamente ignorante de cuan grave es la inminente catástrofe económica mundial. Peor, no se da cuenta de la gravedad pre-apocalíptica de la crisis en la Iglesia. Veamos por un momento este último punto.

La visión aún de algunos sacerdotes dentro de la Fraternidad SPX es que la Fraternidad SPX es una Congregación religiosa normal mientras que la Roma de hoy no es excesivamente anormal. Es cierto que Monseñor Lefebvre tuvo palabras muy duras sobre el Vaticano II y los “anticristos” dentro del Vaticano, pero en el transcurso de los 20 años que han pasado desde su muerte, las cosas han cambiado para bien. Ahora tenemos un Papa, piensan ellos, que es un Tradicionalista de corazón, como lo prueban su desbloqueo de la Misa Tridentina y su “levantamiento” de la pretendida excomunión de 1988 a los cuatro obispos de la Fraternidad. Así, con un poco de flexibilidad de cada lado, seguramente Roma y la Fraternidad SPX pueden alcanzar un cierto arreglo por el cual Roma devuelve a la Fraternidad SPX esa respectabilidad de la cual nunca hubiera tenido que ser privada, y la Fraternidad SPX puede reingresar a Roma en una procesión triunfal. Así las dos reunidas reconquistaran el mundo para Cristo. Puede ser que las Discusiones Doctrinales de 2009–2011 evidenciaron una total divergencia doctrinal, pero esto prueba simplemente que el arreglo tiene que ser puramente práctico (!).

Ay de nosotros! Los sacerdotes que se dejan mecer por tal sueño, o bien no han leído Pascendi o no entendieron lo que han leído. En su gran Carta Encíclica de 1907 San Pío X dio la voz de alarma sobre el hecho de que el Modernismo representa la mayor amenaza a la existencia de la Iglesia, porque el Modernismo es donde termina la ruta que separa el alma de la realidad natural o sobrenatural. Es el último autoaislamiento del espíritu en el interior de su mundo de ensueños sin Dios. El error no puede ir mas lejos. He aquí un ejemplo de este aislamiento:

Hacia el fin de la sección sobre el teólogo Modernista, Pascendi explica como el Modernista se regocija de ser condenado por la autoridad de la Iglesia. Así como una manguera de jardín no debe estar separada de la canilla que le permite regar, así la Iglesia no debe estar cortada de su fuente en la Tradición. La Iglesia necesita entonces progresar por un juego de intercambio entre el Modernismo y la Tradición. Por consiguiente necesita que la autoridad sea Tradicional y que ella ejerza su papel Tradicional condenándolos como Modernistas. De tal manera que si el Papa no los condena, ellos seguirán adelante, y si de hecho los condena también seguirán adelante porque precisamente al condenarlos, el Papa está contribuyendo al progreso de la Iglesia! Cara él pierde, seca ellos ganan. Es el error que se encierra en si mismo. Dios no puede ganar.

Pues bien, el gran y buen Dios tiene una sorpresa en reserva para los que así piensan. Para salvar las almas El inundó todo el sistema corrompido de los hombres en el tiempo de Noé, y para salvar nuevamente las almas puede esta vez limpiarlo con una explosión. La explosión puede o no comenzar en 2012. ¿Y la cita esperanzadora? –

“Mas cuando estas cosas comiencen a ocurrir, erguíos y levantad la cabeza, porque vuestra redención se acerca” (Lc.XXI, 28). La hora es la más negra justo antes del alba.

Kyrie eleison.

El Pensamiento de Benedicto – II

El Pensamiento de Benedicto – II on julio 16, 2011

Si se divide en cuatro partes el estudio de Mons. Tissier acerca del pensamiento de Benedicto XVI, entonces la segunda parte presenta sus raíces filosóficas y teológicas. Al analizar la filosofía primeramente, Mons. está siguiendo la gran Encíclica “Pascendi” de Pío X. Si una botella de vino está sucia por dentro, el mejor de los vinos que se vierta dentro de esta se echará a perder. Si la mente de un hombre se desconecta de la realidad, como sucede con la filosofía moderna, entonces aún la Fe Católica filtrada a través de esta mente estará desorientada, porque ya no se dejará orientar por la realidad. He aquí el problema de Benedicto.

Así como su antecesor, Pío X, el Obispo atribuye la responsabilidad principal de este desastre de las mentes modernas al filósofo Alemán de la Ilustración, Immanuel KANT (1724 – – 1804), quien finalizó el sistema de anti-pensamiento, prevaleciente hoy en día en todos lados, el cual excluye a Dios del discurso racional. Porque si, como lo aseveraba Kant, la mente no puede saber nada del objeto excepto lo que pueda ser percibido por los sentidos, entonces la mente es libre de reconstruir la realidad detrás de las apariencias sensibles tal como le guste, la realidad objetiva se desprecia como imposible de conocer, y el subjetivismo reina supremo. Si el sujeto necesita de Dios y postula su existencia, muy bien. De otra manera, por así decirlo, ¡Dios no tiene suerte!

Mons. Tissier presenta entonces a cinco filósofos modernos, todos lidiando con las consecuencias de la locura subjetivista de Kant que pone las ideas por encima de las realidad y lo subjetivo sobre lo objetivo. Los dos más importantes para el pensamiento de este Papa pueden ser Heidegger (1889–1976), uno de los padres del existencialismo, y Martin Buber (1878–1965), uno de los principales exponentes del personalismo. Si las esencias son desconocidas (Kant), entonces solamente queda la existencia. Ahora el ente existente más importante es la persona, constituido para Buber por el intersubjetivismo, o la relación “Yo-Tu” entre personas subjetivas, que para Buber abre la vía hacia Dios. Por lo tanto el conocimiento del Dios objetivo dependerá del involucramiento subjetivo de la persona humana. ¡Vaya cimientos más inseguros para ese conocimiento!

Sin embargo este involucramiento del sujeto humano será la clave para el pensamiento teológico de Benedicto, influenciado primeramente, escribe Mons., por la célebre Escuela de Tubinga en Alemania. Fundada por J.S. von Drey (1777–1853), esta escuela sostenía que la historia se mueve por el espíritu de la era en constante movimiento, y este espíritu es el Espíritu de Cristo. Por lo tanto la Revelación de Dios ya no es el Depósito de la Fe terminada a la muerte del último Apóstol, y hecha simplemente más explícita a medida que pasa el tiempo. Por el contrario, tiene un contenido en constante evolución al cual contribuye el sujeto receptor. Así es que la Iglesia de cada era juega un papel activo y no solo pasivo en la Revelación, y le da a la Tradición pasada su significado actual. ¿Empieza a sonar esto conocido? ¿Como la hermenéutica del Dilthey? Ver CE 208.

Así es que para Benedicto XVI Dios no es un objeto aparte, ni meramente objetivo, él es personal, un “Yo” que intercambia con cada “Tu” humano. La Escritura y la Tradición si vienen objetivamente del divino “Yo,” pero por otro lado el “Tu” viviente y móvil debe constantemente reinterpretar la Escritura, y ya que la Escritura es muy importante para la Tradición, entonces la Tradición debe también tornarse dinámica por el involucramiento del sujeto, y no quedarse solamente estática, como la Tradición “fijista” de Arzobispo Lefebvre. Similarmente la teología debe de ser subjetivizada. La Fe debe de ser una “experiencia” personal de Dios, y aún el Magisterio debe dejar de ser meramente estático.

“Maldito el hombre que confía en el hombre” dice Jeremías (XVII, 5).

Kyrie eleison.