San Ignacio de Loyola

¿“Resistencia” Fracasando?

¿“Resistencia” Fracasando? on agosto 23, 2014

Algunos lectores de estos “Comentarios” sin duda objetaron la referencia hecha la semana pasada (CE 370) a que la “Resistencia” está actualmente “haciendo su camino con tanta aparente lentitud”. Ellos habrían tal vez preferido un valiente llamado a las armas. Pero, debemos permanecer reales. Por ejemplo, cuando la diócesis Tradicional de Campos en Brasil se echó en los brazos de la Neo-Roma en el 2002, ¿no dijimos varios de nosotros que de los 25 sacerdotes formados en la escuela de Monseñor de Castro Mayer, al menos unos pocos romperían filas? No obstante ni uno de ellos se volvió independiente desde entonces para continuar con la verdadera defensa de la Tradición que era la del buen Obispo, y así todos ellos están más o menos en el deslizadero neo-modernista. Sin embargo, hay algo que decir y hacer.

Primero de todo, Dios es Dios y El está conduciendo esta crisis a Su manera y no a la nuestra. “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, y vuestros caminos no son mis caminos, dice Yahvé” (Is. LV, 8). Nosotros soñamos con los lúcidos sacerdotes y laicos agrupados codo con codo para hacer frente a sus enemigos, pero Dios no precisa la “Resistencia” de nadie para cuidar Sus ovejas o salvar Su Iglesia. Cuarenta años atrás cuando Monseñor Lefebvre tenía la esperanza de, y buscaba a, un puñado de compañeros obispos para hacer frente al lado de él en público, y lanzar una real barricada en el camino de la aplanadora Conciliar, en principio podía haberlos encontrado, pero nunca los encontró. De hecho, cuando Dios intervenga para salvar la situación, como ciertamente lo hará, será obvio que el rescate fue Su obra a través de Su Madre.

Segundo, más de cinco siglos de desenfrenado humanismo han hecho al hombre tan ignorante de Dios, el Señor Dios de los Ejércitos, que a la humanidad debe dársele una lección que solamente aprenderá por la vía dura. La novena de las 14 Reglas de San Ignacio para el Discernimiento de los Espíritus (primer semana) da tres razones principales para la desolación espiritual de un alma, las cuales pueden aplicarse a la desolación actual de la Iglesia:—

1. Dios nos castiga por nuestra tibieza y negligencia espirituales. Sólo Dios conoce hoy en día cual castigo mundial es el merecido por nuestra apostasía mundial y nuestra zambullida en el materialismo y hedonismo.

2. Dios nos pone a prueba para demostrarnos lo que realmente está dentro nuestro, y cuanto dependemos de El. ¿No es que el hombre moderno seriamente piensa que él sabe mejor que Dios Todopoderoso como dirigir el universo? Y ¿puede ser que todos los propios pequeños esfuerzos de los hombres tienen que fracasar para que la verdad de Dios sea en fin comprendida?

3. Dios nos humilla con desolación para truncar nuestro orgullo y vanagloria. Proviniendo de los principales ministros de la única verdadera religión del único verdadero Dios, ¿no fue el Vaticano II una explosión sin precedente de vanagloria humana, prefiriendo el mundo moderno del hombre a la Iglesia inmutable de Dios? Y la pequeña Fraternidad San Pío X, ¿pensó que podía salvar a la Iglesia? A menos que la “Resistencia” permanezca debidamente modesta en sus pretensiones y ambiciones, está condenada de antemano.

Entonces, ¿cuales deberían ser esas ambiciones? Primero y principal, mantener la Fe sin la cual es imposible agradar a Dios (Hebr. XI, 6) y la cual está expresada en doctrina, en el Credo católico. Segundo, ser testigo de esa Fe, especialmente con el ejemplo, de ser necesario hasta el martirio (“mártir” es la palabra griega para “testigo”). Así comoquiera que la “Resistencia” esté o no organizada, debe dedicar sus recursos, tan magros como lo sean, a lo que sea ayudará a las almas a mantener la Fe. Entonces, debido a que su posición por la Verdad será necesariamente reconocible como tal, simplemente por existir no estará fracasando porque estará dando testimonio.

Kyrie eleison.

Humanizacion Fatal

Humanizacion Fatal on febrero 22, 2014

Algunos Católicos que sostienen que la Sede Apostólica está vacante, protestan firmemente contra los recientes números de estos “Comentarios” pues parecen poner al mismo nivel la herejía universal del liberalismo y la opinión particular del sedevacantismo. Pero, mientras que estos “Comentarios” constantemente atacan la plaga del liberalismo, con seguridad ellos últimamente no han hecho más que argumentar que nadie está obligado a ser sedevacantista, lo cual, considerando qué trampa esterilizante prueba ser el sedevacantismo en algunos casos, es, con seguridad, una toma de posición bien moderada.

Sin embargo, estos “Comentarios” sí mantienen que el sedevacantismo, aunque admirable como un esfuerzo para combatir al liberalismo, es a lo mucho un medio inadecuado para hacerlo porque comparte con los liberales uno de sus errores básicos, a saber, la exageración de la infalibilidad papal. En su meollo, este error nos lleva al corazón de la crisis sin precedente de la Iglesia hoy en día, razón por la cual estos “Comentarios” insistirán en la cuestión, al tiempo de pedir perdón a algunos lectores indebidamente aburridos u ofendidos. La Iglesia toda está en juego y no solamente las sensibilidades de estos o aquellos de sus miembros.

El meollo de este error es la humanidad dando la espalda lenta pero seguramente a lo largo de los últimos 700 años, a Dios, a Su Hijo y a Su Iglesia. En el pico de la Edad Media, los Católicos tenían una Fe clara y fuerte, asiendo la unicidad y exclusividad del Dios objetivo y Su Verdad sin contradicción. Dante no tuvo problema en poner a Papas en su Inferno. Pero a medida que, a lo largo de los siglos, el hombre se puso a sí mismo más y más como el centro de las cosas, así Dios perdió su trascendencia absoluta por encima de todas las criaturas y la verdad se volvió más y más relativa, ya no a la autoridad de Dios, sino, en cambio, a la del hombre.

Dentro de la Iglesia, tomen por ejemplo la 13era de las 17 “Reglas para sentir con la Iglesia” del famoso libro de San Ignacio de Loyola Ejercicios Espirituales, alabado por innumerables Papas desde entonces y sin duda responsable de ayudar a salvar millones de almas. Ignacio escribe: “Para que en todas las cosas lleguemos a la verdad, debemos mantener el principio de creer que lo blanco que yo veo es negro, si la Iglesia Jerárquica así lo determina.” Tal posición podría apoyar la autoridad de los hombres de Iglesia a corto plazo, pero, ¿no corrió el grave peligro de separarla de la verdad a largo plazo?

Porque ciertamente, al final del siglo 19no, el liberalismo se hizo tan fuerte que la Iglesia tuvo que reforzar su propia autoridad por la Definición en 1870 de su Magisterio, operando con todo su poder, a saber: siempre que 1) un Papa 2) define 3) un punto de Fe o de moral 4) de tal manera que obliga en conciencia a toda la Iglesia. Pero pensando demasiado humanamente desde entonces, demasiados Católicos en lugar de relacionar este Magisterio Extraordinario a Dios y a la inmutable Verdad del Magisterio Ordinario de la Iglesia, han tendido a prestar a la persona humana del Papa una infalibilidad que proviene de Dios y que pertenece sólo a Dios. Este proceso humanizante generó una infalibilidad cada vez más excesiva, que casi inevitablemente resultó en el disparatado reclamo de Pablo VI de estar capacitado para remodelar la Tradición de la Iglesia en nombre de un “Solemne Magisterio Ordinario.” La gran mayoría de los Católicos le permitieron salirse con la suya y hasta el día de hoy una masa de ellos están haciéndose liberales día a día siguiendo a los Papas Conciliares mientras que una pequeña minoría de Católicos están impulsados a negar que aquellos responsables de la locura Conciliar puedan ser, en alguna manera, Papas.

Finalmente, personalmente tengo respeto por muchos sedevacantistas, en la medida que ellos creen en la Iglesia y están desesperados por encontrar una solución a un problema infinitamente serio de la Iglesia. Pero, en mi opinión, ellos necesitan mirar más alto y más profundo – la infinita altura y profundidad de Dios mismo.

Kyrie eleison.

¿Condenacion Eterna? – II

¿Condenacion Eterna? – II on mayo 25, 2013

Es en vano pretender que cualquiera de nosotros, seres humanos, puede sondear el misterio de la condenación de una única alma, menos aún la de la mayoría de los seres humanos que viven y mueren. Pero hay ciertas cosas que pueden decirse y que facilitan el aceptar que hay un misterio más allá de nuestra posibilidad humana de conocer.

La clave del misterio es seguramente la infinita grandeza, o el sin límite, de Dios. Si El es infinito, entonces ofenderlo es cometer una ofensa que de alguna manera es ilimitada. Pero el único camino para que un ser humano finito sufra infinitamente es por medio del sufrimiento que no tenga límite o fin en el tiempo. Por consiguiente hay una cierta proporción entre cualquier ofensa grave cometida contra Dios y el castigo eterno.

En cuanto a la infinidad o el sin límite de Dios, no es muy difícil para nuestra razón asirlo en abstracto. Existen todo alrededor nuestro, efectos que requieren una causa. Pero, una cadena de causas no puede continuar por siempre, así como una serie sin fin de eslabones en una cadena no se puede colgar sin un gancho en el techo. Entonces debe existir una Causa Primera, que llamamos Dios. Pero si esta Causa Primera fuera compuesta, o fuera formada de partes puestas juntas, entonces el que sea o lo que sea que las puso juntas tendría que haber sido anterior a la Causa Primera – imposible. Por consiguiente, de ninguna manera Dios es compuesto; El no puede ser otro que simple y pura Existencia. Pero la existencia no es por sí misma, como tal, limitada. Cualquier límite en el Ser de Dios tendría que haber sido puesto en El por un limitador anterior, de nuevo imposible. Por consiguiente, la Causa Primera no tiene límite para su Ser; Dios es Existencia Infinita.

En lo concreto, sin embargo, no es fácil para nuestras mentes concebir la infinidad de Dios. Nuestras mentes humanas están trabajando a lo largo de todo el día con, y a partir de, criaturas limitadas o finitas. Solamente cuando volvemos nuestros corazones y nuestras mentes a Dios, estamos pensando en lo infinito. De allí la dificultad común en la oración, porque solamente podemos pensar en lo que es bondad ilimitada pensando en alguna bondad limitada alrededor nuestro y luego pensar más allá de sus límites. Por ejemplo, Dios es tan hermoso como una puesta de sol, solo que infinitamente más hermoso aún.

Se sigue que, más nos permitimos a nosotros mismos estar inmersos en la vida diaria, menos posibilidades tienen nuestras mentes y nuestros corazones de asir quien o que es el Dios presente detrás de todos los seres limitados que hacen nuestra vida diaria. Al contrario, más volvemos nuestras mentes y nuestros corazones al conocimiento y al amor de la Bondad Ilimitada, necesariamente presente detrás de todas las cosas buenas limitadas en nuestras vidas diarias, mejor el acceso que tendremos al misterio de la infinita Bondad de Dios y al correspondiente misterio de la ingratitud de tantas de sus criaturas humanas.

Por consiguiente, para disminuir – sin remotamente sondear – el misterio de la condenación eterna de las almas, yo necesito seguir el ejemplo de Santo Domingo, y rezar. Eso no significa engañarme a mí mismo fingiendo que Dios esté correcto cuando en realidad esté equivocado. Significa yo hallando la verdad, es decir que El está correcto y que yo – ¡estoy equivocado!

Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio ayudan sumamente a volver el corazón y la mente a Dios. Un Santo rezaba en este sentido: “Oh, Amor, Tu no eréis amado. Fueseis Tu amado. Solo dadme amarte a Ti como Tu necesitáis ser amado y entonces haz conmigo lo que Tu quisiereis.”

Kyrie eleison.

Las Flores Hablan

Las Flores Hablan on junio 2, 2012

Dios es Ser infinito, Verdad infinita, Bondad infinita, infinitamente justo e infinitamente misericordioso. Así enseña su Iglesia y la idea es grandiosa y hermosa, así no tengo objeción. Pero entonces aprendo que su Iglesia también enseña que por un pecado mortal solo, el alma puede ser condenada para toda la eternidad a rigurosos y crueles sufrimientos mas allá de toda imaginación, y eso no es tan agradable. Comienzo a objetar.

Por ejemplo, nunca fui consultado antes que mis padres decidieran traerme a la existencia ni fui consultado sobre los términos del contrato, por así decirlo, de mi existencia. Si hubiera sido consultado, bien hubiera podido objetar tan extrema alternativa entre inimaginable gloria e inimaginable tormento tal como lo enseña la Iglesia, ambos sin fin. Habría podido aceptar un “contrato” más moderado por el cual a cambio de un Cielo acortado hubiera enfrentado el riesgo de solamente un abreviado Infierno, pero no fui consultado. Una perpetuidad de ambos me parece estar fuera de toda proporción con respecto a esta breve vida mía en la tierra: 10, 20, 50, aún 90 años, hoy están aquí, mañana idos. Toda carne es como hierba verde –”que a la mañana está en flor y crece, y a la tarde es cortada y se seca” (Sal.LXXXIX,6). Si sigo esta línea de pensamiento, Dios me parece tan injusto que seriamente me pregunto si en verdad existe.

El problema nos obliga a reflexionar. Supongamos que Dios en verdad sí existe, que El es tan justo como su Iglesia dice que El lo es, que es injusto imponer sobre cualquiera una pesada carga sin el consentimiento de esa persona, que esta vida es breve, una mera bocanada de humo comparada con lo que la eternidad debe ser, que nadie puede en justicia ser punible de un terrible castigo si él no estaba consciente de estar cometiendo un terrible crimen. Entonces, ¿cómo puede ser justo el supuesto Dios? Si El es justo, entonces lógicamente cada alma que alcanza la edad de razonar debe vivir lo suficiente al menos como para conocer la elección para la eternidad que ella está haciendo, y la importancia de tal elección. Sin embargo ¿cómo es eso posible, por ejemplo en el mundo de hoy, donde Dios está tan universalmente abandonado y desconocido en la vida de los individuos, las familias y los Estados?

La respuesta sólo puede ser que Dios viene antes que individuos, familias y Estados, y que El “habla” dentro de cada alma previamente a todos los seres humanos e independientemente de ellos, de manera que aún un alma cuya educación religiosa ha sido nula y sin valor, está consciente que está haciendo una elección cada día de su vida, que ella sola está haciendo esa elección para sí misma y que esa elección tiene consecuencias enormes. Pero nuevamente ¿cómo es eso posible dada la impiedad de un mundo que nos rodea por todos lados, tal como es el nuestro de hoy día?

Porque el “habla” de Dios a las almas es mucho más profundo, mas constante, mas presente y más atrayente de lo que puede ser el habla de cualquier ser o seres humanos. El solo creó nuestra alma. El continuará creándola durante cada momento de su existencia sin fin. Por consiguiente El está a cada momento más cercano a ella de lo que puedan estar incluso sus padres que simplemente compusieron su cuerpo – a partir de elementos materiales mantenidos en existencia por Dios solo.

Y la bondad de Dios está igualmente detrás y dentro y debajo de cada buena cosa que el alma disfrutará alguna vez en esta vida, y el alma está profundamente consciente que todas estas buenas cosas son meros derivados de la infinita bondad de Dios. “Calla,” le dijo San Ignacio de Loyola a una diminuta flor, “Sé de quién estás hablando.” La sonrisa de un pequeño niño, el diario esplendor de la naturaleza durante todos los tiempos del día, la música, las nubes que presentan siempre una obra maestra de pintura, y otras creaturas sin fin – aún amadas con un profundo amor, estas cosas le dicen al alma que hay algo mucho más o – Alguien.

“En Ti, Yahvé, me refugio; no quede yo nunca confundido” (Sal.XXX,2)

Kyrie eleison.

Cuadragésimo Aniversario

Cuadragésimo Aniversario on noviembre 6, 2010

El lunes pasado fue un momento para estar inmensamente agradecidos y un poco cautelosos. Se cumplió el 40 aniversario de la fundación de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, cuando por parte de la Iglesia Universal el Obispo Charrière de Ginebra, Lausana y Fribourg dio su aprobación oficial a los Estatutos de la Sociedad, sometidos a su consideración varios meses atrás por el Arzobispo Lefevbre.

Para cualquiera que se esfuerza por mantener y vivir de acuerdo a la Fe Católica entre la suave apostasía universal de hoy en día, la ocasión para dar gracias es clara. Desde el Vaticano II, la Iglesia oficial se encuentra en un estado de colapso que prevalece siempre, porque los sacerdotes que la dirigen están aferrados a las novedades de ese Concilio, a través de las cuales el hombre se ubica en el lugar de Dios. Por lo tanto los creyentes Católicos aún siguen siendo engañados y la estructura piramidal de la Iglesia de Dios se desmorona desde arriba hasta abajo.

Por lo tanto, para que un sacerdote devoto pero con una mentalidad piramidal pueda ver la necesidad de construir una contra-pirámide menor de entre las ruinas de la pirámide mayor, fue un primer milagro. El hecho de que lograra erigir esa pirámide menor debajo del peso papal de la pirámide mayor que se colapsaba, fue un segundo milagro. Y para los sucesores del Arzobispo el haber mantenido la pirámide menor por casi 20 años después de su muerte, es un tercer milagro. Ahora, la FSSPX no cuenta con el monopolio de la defensa de la Fe – ¡Dios no lo quiera! – pero ha sido la espina dorsal de esa defensa desde hace muchos años como hasta hoy. Le estamos infinitamente agradecidos a Dios por su bondad para quienquiera que entiende el regalo que ha sido la FSSPX para nosotros.

Pero también debemos ser cautelosos. El Padre Barrielle (1897–1983) fue el Director Espiritual del primer seminario de la FSSPX en Econe, Suiza, desde sus inicios, y recuerdo que constantemente citaba las palabras de su querido maestro, el Padre Vallet (1883 – –1947). Gran predicador de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, el Padre Vallet también es el autor del método para predicarlos en cinco días, método que ha sido de una inmensa ganancia para las almas de la FSSPX alrededor del mundo, transmitido a los seminaristas a través del Padre Barrielle. El padre Vallet estudio los Ejercicios y su historia profundamente, y una cosa que observó fue que si cualquier Congregación era fundada para predicar los Ejercicios y tenía éxito con ellos, entonces dentro de un cierto tiempo el Demonio conseguiría desviarla, distraerla o destruirla. ¿Qué tanto tiempo, de acuerdo al padre Vallet, según lo relatado por el Padre Barrielle? ¡Cuarenta años!

Ahora, el predicar los Ejercicios no es el único apostolado de la FSSPX, lo que ¿podría acaso diluir esa atención enfocada del Demonio? ¡Por el contrario! Si esa pirámide menor es de hecho la espina dorsal de la defensa de la Fe en medio de las ruinas de la Iglesia que se desmorona a su alrededor ¡solo puede ser objeto de la atención super-concentrada del Demonio! Tengamos todos cuidado, y tengamos especialmente presentes en nuestra sutil oración – por la estructura piramidal del Catolicismo – aquellos que se encuentran en lo más alto de la pirámide.

Kyrie eleison.

Caverna Interior

Caverna Interior on octubre 23, 2010

El visitar Subiaco me hizo recordar dos hexámetros en Latín los cuales sitúan consecutivamente a cuatro fundadores de grandes Órdenes religiosas en la Iglesia. Además de recorrer tres cuartas partes de la historia de la Iglesia, estas líneas también sugieren el porqué muchas almas Católicas hoy en día tienen la impresión que su Fe pende de un hilo.

Estas son las líneas: Bernardus valles, colles Benedictus amabat,

Oppida Franciscus, magnas Ignatius urbes.

En castellano: Bernardo amaba los valles, Benedicto las montañas,

Francisco los pueblos, Ignacio las grandes ciudades.

En orden cronológico (brevemente alterado por las exigencias del hexámetro latín), San Benito (480–547) buscó a Dios en las montañas (Subiaco, Monte Cassino); los Cistercienses impulsados por San Bernardo (1090–1153) bajaron a los valles (notablemente Clairvaux); San Francisco (1181–1226) deambuló en medio de los pequeños pueblos de su época, mientras los Jesuitas de San Ignacio (1491–1556) emprendieron el apostolado moderno de la grande ciudad. Uno podría decir que la ciudad moderna tomó venganza cuando los Jesuitas, junto con los Dominicos, dirigieron el colapso del Vaticano II (p. ej. de Lubac y Rahner, S.J.; Congar y Schillebeeckx, O.P.).

¿Acaso no es la progresión de la montaña a la ciudad una progresión de estar solo con Dios a estar únicamente con el hombre? El industrialismo y el automóvil hacen posible la ciudad moderna con su vida suave, pero al hacerlo generan un entorno diario cada vez más artificial y alejado de la Naturaleza de Dios. Con las comodidades materiales se incrementan las dificultades espirituales. La vida en la gran ciudad se vuelve cada día más inhumana y de hecho el instinto liberal de la muerte podría pronto incitar la Tercera Guerra Mundial, devastando la vida urbana y suburbana como la conocemos hoy en día. Entonces, si por una variedad de razones, un Católico no puede dirigirse a las montañas, ¿cómo se mantiene lejos de las instituciones mentales?

Una respuesta es lógica: debe de vivir con Dios, dentro de sí mismo, en una caverna interior, dejando que el mundo se torne loco alrededor de él. Debe de convertir su propio corazón en una ermita y por lo menos su casa, si es posible, en algo que se le parezca a un santuario, aunque respetando todas las necesidades naturales de la familia. Eso no significa vivir en un propio mundo irreal, sino en el verdadero mundo interno de Dios, contrariamente al mundo fantástico externo del Demonio, que nos presiona en todos los sentidos.

De manera similar, la Nueva Iglesia ha cerrado un sinfín de monasterios y conventos desde el Vaticano II, lo que deja menos posibilidades para un alma que puede pensar que escucha un llamado interior de Dios. ¿Los ha guiado a través de un callejón sin salida o los ha dejado caer? ¿O será que tal vez los llama a llevar una vida religiosa en su interior, convirtiendo su pequeño apartamento en la gran ciudad en una ermita, y su oficina sin Dios en un campo de apostolado a través de la oración, la caridad y el ejemplo? Nuestro mundo está en gran necesidad de almas Católicas que irradien hacia afuera su paz interior y su calma con Dios.

Kyrie eleison.