Neo-Iglesia

Desintegración Del Papa – III

Desintegración Del Papa – III on mayo 1, 2021

Si estos “Comentarios” de la semana penultima elogiaban el Superior General de la Sociedad de San Pío X, el P. Davide Pagliarani, por su análisis del 12 de marzo sobre la impensable locura del “pensamiento” del Papa Francisco, nadie tiene por qué concluir que los “Comentarios” de esta semana tratan de socavar esa Sociedad si pasan a hacer un par de sugerencias al mismo Superior General. En todos los idiomas habrá alguna expresión proverbial de la distancia entre las palabras y los hechos. El P. Pagliarani está hablando correctamente. Los americanos podrían decir que todo lo que necesita ahora es andar el camino correcto, de acuerdo con su discurso.

En efecto, si el Superior General quiere realmente el bien de la Sociedad de la que es Superior, querrá actuar como actuó el Fundador de esa Sociedad, porque seguir a un Fundador es servir a su fundación, mientras que contradecirle de palabra o de obra será contribuir a deshacer su fundación. Ahora bien, ¿qué distinguía a Monseñor Lefebvre de sus miles de cofrades obispos en el Vaticano II y después de él? Siempre dijo que algunos cientos salieron del Concilio todavía resueltos a defender la verdadera Fe Católica, pero que en los años 70 el Papa Pablo VI logró esencialmente romper su resistencia, especialmente por el mal uso de su autoridad. Así que los obispos pusieron el Sistema por encima de la Verdad, mientras que el Arzobispo puso la Verdad por encima del Sistema.

Ahora, al declarar en su análisis del 12 de marzo que el Papa Francisco está prácticamente abandonando toda la filosofía y la teología católica, el honorable P. Pagliarani, demuestra que tiene un verdadero conocimiento de la Verdad y del terrible peligro en el que se encuentra hoy. Ahora bien, ¿qué hizo el Arzobispo cuando en los años 70 y 80 los Papas Pablo VI y Juan Pablo II pusieron en peligro la Fe de forma similar? ¿Puso el Sistema delante de la Verdad? ¿O acaso no hizo lo correcto al consagrar a cuatro obispos, incluso fuera del Sistema, para asegurar la supervivencia práctica de su discurso heroico? ¿Puedo sugerir que hay dos cosas que puede hacer, una para la Iglesia y otra para el Estado, para elevar su camino al nivel de su discurso?

Para la Iglesia, ayúdela enormemente, como lo hizo el Arzobispo (y como lo hizo usted mismo con su condena absolutamente clara en febrero de 2019 de la Declaración Conjunta del Papa con el Gran Imán de Al-Azhar), no sólo con la fidelidad a la doctrina católica, sino también rehuyendo inequívocamente el Sistema de la Iglesia, actualmente todavía empantanado en la doctrina conciliar, y susceptible de contaminar a cualquier sacerdote o líder de la Sociedad que coquetee imprudentemente con tales instrumentos objetivos de Belial. Con esos funcionarios de la Iglesia gravemente equivocados, cortesía y caridad, sí, pero contacto amistoso, de ninguna manera. Porque no puede haber mayor caridad hacia tales traidores objetivos, que se arriesgan a una terrible eternidad, que hacerles comprender la necesidad de volver a la buena doctrina. Y usted tiene ademas el deber de alejar a sus propios sacerdotes de ellos, ¡tan peligrosos son!

Y para el Estado, de manera similar. Prácticamente todos los Estados del mundo están actualmente bajo el control encubierto de los enemigos bimilenarios de Dios y del hombre, a los que Dios está utilizando para azotar a la humanidad apóstata. En lo que es radicalmente una guerra religiosa por su parte, por la ceguera y la debilidad de los católicos que deberían detenerlos, han conseguido el dominio de nuestros bancos, la política, las universidades, las artes, la cultura, el derecho, la medicina, etc., de modo que todas estas cosas son meras cáscaras anticristianas de lo que una vez fueron como partes de la civilización cristiana. La culpa es de los cristianos por su falta de fe, y ha supuesto recientemente el robo en una nación, antaño grande, de sus elecciones nacionales, con muy poca protesta contra la masa de mentiras necesariamente implicada. Ahora, con el sello de los mismos guerreros anticristianos está toda la crisis artificial de Covid. Padre, cualquier sociedad católica está traicionando aún más a Cristo si no discierne, y actúa, sobre quién y qué está en juego. El Covid es un problema aún más religioso que político, y los hombres de Dios deben decirlo, si el pueblo de Dios quiere volver a ponerse de rodillas. Que Dios esté con vosotros.

Kyrie eleison.

P.D. Basta de ECs por el momento sobre la gravedad del modernismo. Dejemos que los dos próximos ECs presenten para el tiempo de Pascua la alegría de Beethoven (aunque no sea una alegría directamente cristiana, sino derivada de ella).

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Desintegración Del Papa – I

<b>Desintegración Del Papa – I</b> on abril 17, 2021

En una entrevista que dio a conocer a principios del mes pasado, el Superior General de la Fraternidad San Pío X, el P. Davide Pagliarani, abordó con sus propias palabras un tema de suprema importancia en la Iglesia y el mundo de hoy, pero que no se aborda a menudo por ser tan impensable, a saber, la desintegración del pensamiento. Pues al intentar analizar el pensamiento del Papa Francisco, el P. Pagliarani concluye que el Papa, en su deseo de llegar al hombre moderno allí donde se encuentre, ha abandonado todo sistema de pensamiento, toda filosofía o teología católica en el sentido clásico de esas dos palabras. Esto significaría que para llegar al hombre moderno, el Papa Francisco está renunciando a la doctrina católica. Este es el argumento del SG:

El Papa Francisco está “por encima” de todos los sistemas de pensamiento. Mientras que para Juan Pablo II ciertas doctrinas eran intocables, y mientras que Benedicto XVI siempre se preocupó por parecer fiel a la Tradición, por el contrario, el Papa Francisco está demoliendo todos los bastiones católicos del pasado. De hecho, era inevitable que al igual que el Vaticano II (1962–1965), con su libertad religiosa y su ecumenismo, socavara el dogma de la Iglesia, con el paso de las décadas también cedería su enseñanza moral sin base en el dogma. Así, con su Amoris Laetitia de 2016 el Papa Francisco enseñó, como doctrina solemne de la Iglesia, un enfoque completamente nuevo de la moral, a saber, la Madre Iglesia debe enfrentarse a los hechos modernos y convertirse en un tipo de madre bastante diferente. Ya no puede imponerse a sí misma y a sus leyes como siempre lo ha hecho. Ahora debe escuchar, comprender y acompañar a sus hijos, adaptándose pasivamente a lo que ellos hagan. Obviamente, los principios morales van a cambiar con la práctica cambiante de los hombres según la evolución de las circunstancias históricas.

Así, Francisco malinterpreta el amor – ninguna madre ama a su hijo que se ahoga en un río peligroso saltando con él. Entiende mal la misericordia: no es misericordia para un hombre dejarlo en un estado de pecado desagradable para Dios. Con tal falsificación de los verdaderos amor y misericordia de Dios, la Iglesia no sólo renuncia a todo el orden sobrenatural, sino que también lo deja “libre” en el orden natural, de modo que no queda ningún bastión, porque la Madre Iglesia se ha adaptado a los pecados del mundo, al no hacer más reclamos a sus hijos. Con el Vaticano II se adaptó al mundo. Con el Papa Francisco va más allá, adaptándose a los pecados del mundo, dejando a sus hijos, profundamente heridos por el pecado original, sin ninguna gracia sobrenatural que los cure.

¿Qué propone entonces el Papa Francisco como objetivo metas para la Iglesia y el mundo? En primer lugar, la imposición universal de una utópica ecología integral, para cuidar de la Madre Tierra (Pachamama) en todos los aspectos materiales (Laudato sí, 2015), y en segundo lugar una hermandad universal cuasi-masónica para cuidar de los semejantes (Fratelli Tutti, 2019). Así, la Madre Iglesia queda reducida a un sacerdocio puramente natural, despojado de todo poder sobrenatural, al servicio del Estado laico en todo su humanismo secular supuestamente superior.

El Superior General concluye que la verdadera respuesta a todos los problemas modernos es que la Madre Iglesia vuelva a predicar la doctrina infalible, es decir, la dimensión sobrenatural y el destino del hombre en el Cielo eterno, la Caída del hombre en el tiempo con su consecuencia perdurable del Pecado Original, y la necesidad absoluta de la gracia de Cristo para vencer el pecado. La doctrina de Cristo Rey encarna por sí misma la eternidad del Cielo, la victoria del Redentor sobre el pecado y la ayuda indispensable de la gracia sobrenatural que Él trajo como Redentor para permitir a los hombres llegar al Cielo. Y su Madre desempeñará un papel muy especial en lo que será la victoria final de la Iglesia sobre el triunfo pasajero de errores tan sutiles y perniciosos.

Este análisis del Superior General sobre el pensamiento y la acción del Papa presenta una coherencia y una lógica que todos debemos agradecer. Ciertamente hay algo de luz en la cúpula de la Fraternidad San Pío X. Decimos sinceramente, gracias a Dios. Pero, ¿significa esto que la Fraternidad está fuera de peligro? Eso está por verse. El Doctor no tiene como tal las virtudes del Mártir. Quiera Dios . . .

Kyrie eleison

Madiran – Conclusión

Madiran – Conclusión on enero 9, 2021

Después de siete números de estos “Comentarios” considerando por separado el Prólogo y seis Partes del libro de 1968 de Jean Madiran (1920–2013), La Herejía del Siglo 20, valdrá la pena volver a unir las Partes para destacar algunas de las principales lecciones para nosotros en la situación de la Iglesia y el mundo de hoy, y llegar a una conclusión general: ¿cómo llegó la Iglesia a su confusión actual?

Desde el Prólogo Madiran señaló varios puntos clave: el problema era que los principales eclesiásticos, los obispos, que habían estado echando el ancla por lo menos 100 años antes, en nombre del progreso, hasta que en el siglo 20 estaban subvirtiendo positivamente la Cristiandad, en un proceso que conduce al comunismo. El drama comenzó mucho antes del Vaticano II. En su raíz está la pérdida de la fe de los obispos. El resultado final será el triunfo del Comunismo. En el 2020 la mentira- Covid está colocando al Comunismo justo en nuestras puertas.

En la Parte I, Madiran puso al descubierto, como lo hizo Pío X en su Encíclica Pascendi de 1907, el trasfondo filosófico de los obispos detrás de su implícita apostasía a través de la adopción del subjetivismo de la filosofía moderna, por el cual cualquier verdad, incluyendo el dogma católico, se convierte en opcional. Olvídese de la realidad objetiva. De ahora en adelante el objeto responde a mi mente, y ya no mi mente al objeto. Estoy liberado de la realidad. Estos demenciales principios están en el corazón de la locura de la Iglesia y del mundo de hoy, en todos los dominios.

En la Parte II, Madiran declaró que los nuevos obispos anhelaban una nueva religión, y esta nueva religión sólo podía estar en guerra con la religión católica. Los nuevos obispos no tenían ningún derecho a imponer su falsa religión, e incluso como laico católico Madiran tenía todo el derecho a oponerse a ellos. En 2021 es maravilloso ver a un Arzobispo Viganò tomando exactamente esta posición, como lo hizo Monseñor Lefebvre. Hay una verdad católica objetiva e invariable que da derecho a los católicos a no seguir a sus obispos gravemente errados.

En las Partes III, IV y V Madiran expone el contenido de la herejía del siglo XX en siete Proposiciones, extraídas de los escritos del Obispo de Metz quien, según Madiran, es el que mejor puso de manifiesto esa herejía: 1 Todo está cambiando hoy, de modo que el concepto mismo de la salvación por Cristo necesita ser cambiado en la actualidad, 2 hacia una mayor socialización, porque 3 la fe hoy escucha al mundo, y 4 la socialización del mundo de hoy es una gracia. 5 Porque, en efecto, ninguna época ha sido tan fraternal, 6 ni tan esperanzada, es decir, esperada, como la nuestra. Madiran comenta que esta socialización fraternal y esperanzada es equivalente a una nueva religión, y la nueva religión es el comunismo. Y de hecho, desde el Vaticano II, los hombres de la iglesia se han vuelto más y más a la izquierda, y su religión del hombre ha sido su nueva cruzada, y el hombre ha sido su nuevo dios. Y Jesucristo, su bendita Madre, el Cielo y el Infierno están en la vida real más y más olvidados.

En la Parte V Madiran presenta la séptima Proposición del Obispo de Metz: 7 La ley natural viene del interior del hombre, es decir que no hay una ley objetiva para el hombre que venga de fuera o de arriba de él. En otras palabras, dice Madiran, no hay naturaleza, ni sobrenaturalidad, ni diez Mandamientos, ni verdadera caridad, ni posibilidad de sociedad, y mucho menos de sociedad cristiana. Tal subversión sólo permite el comunismo. Aquí es donde estamos, y mucho más en 2021 que en 1968 . En esta parte Madiran está llegando a las raíces mismas de la desorientación y la dislocación del hombre moderno, que hacen de un Estado policial la única sociedad posible.

En la Parte VI, Madiran terminó su libro poco después de vivir los disturbios estudiantiles en París en la primavera de 1968, y le proporcionaron una conclusión rotunda. En la Parte II sobre los obispos había escrito que la Neo-iglesia, al enseñar sólo cosas modernas, estaba convirtiendo a la juventud de hoy en los bárbaros de mañana, y aquí estaban, llenando con el caos las calles de París en 1968 (y las calles de los EE.UU. en 2020). Madiran responsabiliza a los obispos. El comunismo es una falsa solución. Sólo Dios es la verdadera solución.

Kyrie eleison.

Madiran; La Herejía

Madiran; La Herejía on noviembre 14, 2020

En su libro “La Herejía del Siglo XX” Jean Madiran (1920–2013) ha presentado la gravedad de la herejía (Prólogo); su filosofía subyacente (Parte I) y los obispos responsables de ella (II); en las Partes III, IV y V llega a la herejía misma, que analiza según sus siete Proposiciones. En la Parte III presenta las dos primeras por su importancia; en la Parte IV las seis primeras con un poco di detalle; en la Parte V la séptima Proposición sola, también por su importancia para Madiran. La Parte III, tema de los “Comentarios” de esta semana, se subdivide en seis capítulos.

En el capítulo primero, Madiran declara que en vísperas del Vaticano II (1962–1965) el ambiente religioso ya era pestilente en general, pero el entonces obispo de la ciudad de Metz, en el este de Francia, Mons. Schmitt, puso en claro toda la vaga pestilencia con las dos primeras de las siete Proposiciones por las que con toda su autoridad episcopal presentó lo que de hecho era una nueva religión. La primera Proposición (P1) declara que el mundo cambiante de hoy impone un cambio en el concepto mismo de la salvación traída por Jesucristo. Y la segunda (P2) declara que la idea que ha tenido la Iglesia del plan de Dios no era hasta entonces lo suficientemente evangélica. En resumen, (P1) la Iglesia debe promover la “socialización”, dice el Obispo de Metz, porque (P2) la antigua Iglesia no era lo suficientemente colectiva, sino demasiado simplemente personal en su práctica del Evangelio. Pero lo que el obispo está promoviendo es el comunismo, dice Madiran.

Porque en efecto la “socialización”, argumenta Madiran en el Capítulo dos, se basa en una visión marxista de la historia, materialista y determinista, que muestra que el obispo de Metz ha perdido la fe cristiana, porque ¿cómo pueden coincidir los fines espirituales del cristianismo con los fines materialistas del comunismo? El comunismo es un sistema social que debe ser rechazado por razones religiosas, porque como sistema social pretende reemplazar el sistema social de la Iglesia y con ello el cristianismo.

En el Capítulo tercero, Madiran rechaza la afirmación de Mons. Schmitt de que los hombres de hoy son los que mejor entienden la fraternidad evangélica (cf. la P2 más arriba). Tal degradación de todas las obras y logros sociales de la Iglesia pre-conciliar es ridícula, y para los católicos, dice Madiran, es un narcisismo indigno.

Así, para 1967, dice Madiran en el Capítulo cuatro, se había hecho claro al mundo que Mons. Schmitt estaba promoviendo nada menos que una nueva religión, o una herejía, vandalizando siglos y siglos de tradición católica. Se hace claro que los obispos franceses son vándalos sin inteligencia ni carácter. De ahora en adelante depende de los laicos defender el Catecismo, es decir, ¡los fundamentos de la Fe!

En el Capítulo 5, en contra de mantenerse al día con los tiempos (P1), Madiran mantiene el Primer Mandamiento, porque es el Dios inmutable y no el mundo mutante el que debe tener el primer lugar en nuestros corazones y mentes. Ni los tiempos estarán nunca con la Iglesia, porque la Iglesia está con Jesucristo. Sólo los católicos mundanos son admirados por el mundo. Y contra la Iglesia que no practica suficientemente el Evangelio (P2), Madiran contesta que los Santos nunca inventaron nada para ser “suficientemente evangélicos”, por el contrario, siempre se esforzaban por ser lo más fieles posible a la tradición para poner en práctica el Evangelio.

En conclusión, en el Capítulo seis, Madiran niega que haya alguna verdad que salvar de las Proposiciones 1 y 2, y declara que la nueva religión de Mons. Schmitt quiere que la Iglesia gane el mundo entero al precio de su propia alma. La nueva religión no tiene ni verdadera autoridad ni verdadera obediencia, y Madiran tiene una visión profética de la Tradición Católica sobreviviendo al Vaticano II, porque la Tradición hace que los hombres libres se arrodillen noblemente ante su Dios de acuerdo con una autoridad real y una obediencia real. Tales católicos nunca seguirán la falsa religión de obispos tan pobres como el Obispo de Metz. ¡Basta que espere el mismo para verlo!

Kyrie eleison.

Madiran; los Obispos

Madiran; los Obispos on octubre 31, 2020

Se recordará que en el Prólogo de su libro La herejía del siglo XX, Jean Madiran atribuyó la culpa de esta herejía de manera justa y directa a los obispos católicos que precedieron y siguieron inmediatamente después del Concilio Vaticano II (1962–1965), en particular a los obispos de Francia que mejor conocía. El capítulo I de su libro mostraba, siguiendo la gran Encíclica de San Pío X Pascendi de 1907, cómo las mentes de estos obispos se volvieron no aptas para la realidad, y mucho menos para la doctrina católica, por el subjetivismo de la filosofía de Kant, que ahora reina en los departamentos de filosofía de prácticamente todas las “universidades”. En el capítulo II Madiran aborda los obispos franceses mismos en seis secciones liberamente conectadas.

En primer lugar, dice que para seguir a estos obispos tendríamos que tirar un verdadero tesoro de tesoros católicos, como San Pío X, el canto gregoriano, el tomismo, el derecho canónico, la Virgen, el patriotismo, nuestra herencia grecolatina, la piedad mariana y por último, pero no menos importante, la devoción de las viejecitas rezando. Por nuestra parte, dice, nos negamos a despreciar cualquiera de estos rasgos familiares de la familia católica. Detrás de todos ellos está el amor de Cristo, mientras que detrás de toda la charla de “reciclaje”, ” reformas” y “renovación” está el odio. Y detrás de todos los logros de la “civilización occidental” está Cristo, no la India, ni África, ni China.

En segundo lugar, a todo el mundo la Neo-Iglesia ha proclamado su apostasía: la política de los Neo-obispos ya no es convertir a nadie. Sin embargo, los fundamentos de la vida y la muerte siguen siendo exactamente los mismos. Dejemos que la Iglesia nos enseñe cómo vivir y morir. Estamos demasiado llenos del mundo. ¡Dejemos que los sacerdotes nos enseñen cómo llegar al Cielo!

En tercer lugar, estos obispos dicen que “el cambio de civilización” requiere “un concepto más evangélico de la salvación”, con lo cual quieren decir no sólo “una nueva forma de palabras”, que es lo que dicen significar, sino un nuevo contenido de las palabras, que significa una nueva religión. Sus Excelencias, nuestra respuesta es “¡NO!” Además, como católico bautizado tengo derecho a exigirles la verdadera Fe, porque su “nueva forma de palabras” en pos de un nuevo “concepto de salvación” está destinado a ser herético, no sólo torpe, sino una nueva religión, contradiciendo la verdadera Fe.

Cuarto, hasta 1966 estos obispos no habían desertado aún de la Fe Católica, pero ahora reclaman que lo suyo es por fin el cristianismo auténtico, cuando en realidad su “mentalidad post-conciliar” está rompiendo con la verdadera Fe. La verdad es que estamos en medio de una guerra entre dos religiones diferentes. Y activa o pasivamente, todos los obispos están apoyando la nueva religión. Algún obispo católico debe hablar, porque las almas están pereciendo. Mons. Lefebvre, ¿está escuchando?

No necesitamos que los obispos nos digan que seamos modernos. Todos somos demasiado modernos. ¡Pero la tecnología y la filosofía modernas no son asunto de los obispos católicos! Conocemos a los modernos y los despreciamos. Vds no los conocen y los aman. Marx, Nietzsche, Freud son meros comerciantes de fantasía. ¡Despierten!

En quinto lugar, la Neo-Iglesia está arruinando todo el aprendizaje, la enseñanza y la educación. Al querer dar a los jóvenes sólo lo moderno, que ya tienen, no se les da nada, mientras se les hace creer que lo saben todo. Así abandonados, se convertirán en los bárbaros del mañana, de modo que Vds traicionan no sólo la Fe sino toda la civilización. ¡Vuelvan a la Tradición! ¡Dios, danos verdaderos obispos!

En sexto lugar, la autoridad de los obispos se basa sólo en la verdad, la legitimidad y la ley. Si estos obispos tuvieran razón, la Iglesia de la Tradición ya no existiría. Pero la Verdad es primordialmente su asunto, por lo que no tienen autoridad para cambiar la Fe, y si lo hacen, no tienen autoridad para ser obedecidos, ni los dejaremos en paz. Esperamos de ellos la certeza, la pureza y la santidad de la inmutable Fe Católica.

(En la sección 4 arriba, el arzobispo Lefebvre no se menciona por su nombre, pero estaba en la mente de Madiran. Dos años después, el Arzobispo fundó la Fraternidad San Pío X, y el resto es historia).

Kyrie eleison.

Madiran la Filosofia

Madiran la Filosofia on octubre 17, 2020

Al igual que el Papa Pío X en su gran Encíclica antimodernista de 1907, Pascendi, Jean Madiran en su libro ” La Herejía del Siglo XX ” parte de la filosofía, porque ambos ven que el problema que hace tan difícil para las mentes modernas comprender realmente el catolicismo es más bien filosófico que teológico. Así, la primera de las seis Partes del libro de Madiran tiene por título ” Preámbulo filosófico “. Quindi sorprende si el propio Madiran dice a los lectores que pueden saltarse el Preámbulo si quieren, pero eso sólo puede haber sido para evitar a muchos lectores modernos que encuentren la filosofia moderna, si son, con razón, alérgicos a las tonterías delincuentes que proceden de las llamadas “universidades” de hoy en día. De hecho, el argumento del libro de Madiran es tan dependiente de la verdadera filosofía como independiente de la “pseudo-filosofía” o “filosofisma” de hoy en día.

¿Pero cómo y por qué la Fe sobrenatural puede ser tan dependiente de la filosofía, que es el estudio racional de toda la realidad natural, la elevación del (verdadero) sentido común, de un nivel amateur a uno profesional, por así decirlo? ¿Como la Fe sobrenatural y tan superior puede tener que depender de la filosofia natural?! Respuesta, para hacer un buen vino, un buen vinicultor no depende de botellas de vidrio limpias y sin grietas, pero no puede manejar su negocio de vinos sin esas botellas, porque si todas las botellas están sucias por dentro, nadie va a comprar su vino, por muy bueno que sea. El vinicultor asegura que obtendrá automáticamente botellas limpias. En comparación con el vino, la botella de vidrio no vale casi nada cuando está vacía de vino, pero es absolutamente necesario, sin grietas ni suciedad, para que el vinicultor pueda contener su vino.

Ahora, la razón humana es como la botella. Es sólo una facultad natural, pero cuando llega a la muerte, bajo pena de condena eterna, debe contener el vino sobrenatural de la Fe (Mc. XVI, 16). La Fe es un don supremo de Dios por el cual la razón de un hombre es elevada sobrenaturalmente a creer, pero si esa facultad de la razón es ensuciada por errores y creencias humanas, entonces, como la botella sucia, corre el riesgo de ensuciar el vino de la creencia de Dios, por más divina que sea esa creencia en sí misma. Ahora, como sólo un poco de suciedad en la botella estropeará el vino que contiene, así el modernismo en la mente es un error tan radical que estropeará, o socavará, cualquier Fe vertida en esa mente. Y así como el vino vertido en una botella sucia no puede evitar que se eche a perder, la fe católica vertida en una mente moderna difícilmente puede evitar ser socavada. Así enseñan Pío X, de Corte, Calderón y Madiran, juntos con todos los demás que han captado toda la malicia objetiva de una mente subjectivista.

Entonces, ¿cómo prueba Madiran en particular que los obispos franceses de los años ‘60 estaban fuera de sus mentes católicas? Parte de una declaración oficial de ellos en diciembre de 1966 (p. 40) donde afirman que “para una mente filosófica”, las palabras “persona” y “naturaleza”, cruciales para la Cristología (teología católica de Cristo) han cambiado su significado desde los tiempos de Boecio (que elaboró la definición de “persona”) y de Aquino (que fortaleció el verdadero sentido de “naturaleza”). En otras palabras, para los obispos franceses la filosofía moderna ha dejado atrás la filosofía clásica de la Iglesia incrustada en la doctrina inmutable de la Iglesia, de modo que para ellos el tomismo es obsoleto “para una mente filosófica”, y debe ser descartado.

Pero en una Iglesia cuya doctrina siempre correspondió a lo que nunca cambia en la realidad extramental, esta perspectiva de los obispos franceses es absolutamente revolucionaria. Sólo puede significar, dice Madiran (43), que aceptan la revolución copernicana en la filosofía de Immanuel Kant (1724–1804), quien colocó la “realidad” no ya fuera sino dentro de la mente. Sin embargo (45, 46), no hay ninguna obligación, excepto en la filosofía kantiana, de aceptar esta interiorización de la realidad. Sólo bajo sus propias premisas se debe llegar a sus conclusiones irreales. Por su elección moral de Kant sobre el Aquino, los obispos franceses demostraron de hecho su apostasía implícita (50) y su religión antinatural. Declaraban su independencia de la Verdad de Dios, rechazando la realidad de Dios y el Orden que Él implantó en la Naturaleza (60–63).

Madiran concluye su primera Parte diciendo que mientras que el tomismo corresponde a la experiencia humana de todos los tiempos y todos los lugares (66), el kantismo ha dejado a los obispos franceses mentalmente a la deriva, como está la era moderna que tanto buscan para complacer (67).

Kyrie eleison.