Resurrección

Resurrección Argumentada

Resurrección Argumentada on abril 15, 2017

En la víspera del Día de Pascua, recordémonos cuán razonable es creer en tan extraordinario acontecimiento como es el de un ser humano muerto irrumpiendo fuera de la tumba desde atrás de una piedra suficientemente pesada como impedirle siquiera soñar con hacer una tal cosa. Primeramente, el “Cómo” teológico de la Resurrección y luego el histórico “Si” tuvo lugar.

Para los Católicos que por el don de la fe sobrenatural creen que en la Encarnación de la segunda Persona divina de la Santísima Trinidad, en plena posesión de la completa Naturaleza divina, unió a Sí Mismo una completa naturaleza humana, haciendo dos naturalezas en una Persona divina, no es difícil comprender cómo la Resurrección tuvo lugar. En la Cruz, la Persona divina verdaderamente murió, no en Su inmortal Naturaleza divina sino en su naturaleza humana, capaz de morir como la de cualquier otro hombre mortal por la separación de su alma humana de su cuerpo humano. Sin embargo, si bien estos dos en Jesucristo podían ser separados uno del otro, ninguno fue separado de la Persona divina, lo cual es el por qué los Católicos recitan en el Credo que Él (cuerpo y alma) “padeció y murió” y que Él (cuerpo) “fue sepultado” y que Él (alma) “descendió a los Infiernos” (no el Infierno de los condenados sino el Limbo de las buenas almas que murieron y esperaban la muerte redentora de Cristo que abriera para ellos las puertas del Cielo cerradas por Adán y Eva). Siendo que ambos, cuerpo humano y alma humana de Cristo permanecen cada uno de ellos unidos a la Persona divina, puede no haber sido fácil para esa Persona morir la atroz muerte en la Cruz, pero fue fácil reunir Su alma humana con Su cuerpo humano en el sepulcro para que Su naturaleza humana volviera a la vida. Y ninguna piedra en la tierra pudo haber sido suficientemente pesada como para detenerlo a Él de volar inmediatamente a Su Madre para consolarla.

Pero, ¿debe entonces un hombre tener el don sobrenatural de la fe para aceptar la realidad de la Resurrección? No necesariamente. Si una mente no creyente pero recta considerara los argumentos meramente naturales tomados de la psicología natural e historia humana, puede fácilmente concluir que solamente algún evento al menos tan sensacional como la Resurrección puede explicar los hechos tal como los conocemos (¡y que nadie diga que la Resurrección es tan dulce y pegajosa y agradable que nadie precisa argumentos! ¡Los hombres precisan argumentos! ¡Dios no puso nuestras cabezas arriba de todo por nada!).

En primer lugar, la psicología humana argumentando por los Apóstoles. Por tres años ellos han aprendido a creer, confiar y amar al divino Maestro. Entonces, Él es ejecutado en público como un criminal común, luego de que todos huyeron en el Jardín de Getsemaní. Y después de la Pasión ellos están totalmente descorazonados (cf. Juan XX,19), lo que es absolutamente normal dadas las circunstancias. Sin embargo, dentro de 50 días aquí están ellos de vuelta en Jerusalén, enfrentando a los Judíos frontalmente y convirtiéndolos a creer en Jesucristo, miles cada vez (cf. Hech. II,41; IV,4). Y dentro de otros 300 años, estos Apóstoles y sus sucesores habrán convertido al Imperio Romano mismo. Tales son los hechos de la historia. ¿ Qué pudo haber pasado, menos que algo tan sensacional como la Resurrección, para explicar tal transformación psicológica de perros azotados (por así decirlo) a conquistadores del mundo?

En segundo lugar, la historia humana argumentando por los judíos. Ellos odiaron a Cristo, y Lo mataron, así como han luchado por destruir a Su Iglesia desde entonces. Sin embargo, en 50 días aquí están Sus seguidores ordenándoles ser bautizados en el nombre de Jesucristo, usando la Resurrección como su argumento principal. ¿No hubiera sido la mejor manera de detenerlos el mostrar el cuerpo muerto de Cristo? Y, ¿podemos dudar que, entonces como ahora, ellos tenían todo el dinero, la policía y el poder a su disposición como para encontrar cualquier cuerpo, si solamente el cuerpo estuviera todavía allí para ser encontrado? Pero la Cristiandad en lugar de ser detenida, despegó. La única explicación que puede ser es que no había ningún cuerpo para ser encontrado. La Resurrección es verdad. Uno no necesita siquiera tener fe sobrenatural para aceptarla. Así que Pedro estaba en lo correcto – Hech. II,38 – “Arrepentíos y bautizaos cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo”.

Kyrie eleison.

Sabado Santo

Sabado Santo on marzo 30, 2013

En la vida de Nuestro Señor, el Sábado Santo fue ese día entre su espantosa muerte en la Cruz y su gloriosa Resurrección, cuando su cuerpo humano sin vida, ya que separado de su alma humana, yace (yació?)en la oscuridad de la tumba oculto al ojo humano. Los enemigos de Nuestro Señor parecían haberlo vencido tan exitosamente que el Dios Encarnado se encontraba en un eclipse total y solamente la Fe de Nuestra Señora en su Divino Hijo permanecía inquebrantable. Ella tenía que sostener a todos los otros que lo habían seguido porque aún los mas devotos de entre ellos estaban sumidos en el desanimoy sentían que, como nunca, todo estaba perdido. ( . . .se sentían como nunca antes perdidos?)

Ahora bien, siendo el Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia Católica sigue paralelamente el curso de la vida de Su Cuerpo físico. A lo largo de sus 2000 años de historia, la Iglesia siempre ha sido perseguida por los enemigos de Cristo y, en muchas partes del mundo en varios tiempos, ella ha sido virtualmente borrada. Sin embargo, con seguridad, nunca se encontró en un eclipse completo como lo parece estar hoy día. Dios diseñó su Iglesia como una monarquía para ser mantenida en la unidad por el Papa y ahora vemos un Papa que renuncia, sin duda en parte porque él mismo, magnetizado por el pensamiento moderno democrático, nunca creyó completamente en su propio cargo supremo. Quitando de su escudo de armas la tiara papal y firmando él mismo siempre como “Obispo de Roma,” cualesquiera fueran sus intenciones cuando renunció en febrero, humanamente hablando él ayudó con seguridad a socavar la divina institución del Papado.

Ciertamente con la renuncia de Benedicto XVI y con el subsiguiente cónclave, los enemigos de Cristo habrán hecho todo lo posible de su parte para anular el Papado. Por un justo castigo de Dios a causa de la apostasía universal de nuestra época, estos enemigos han recibido de El un gran poder sobre Su Iglesia. Han estado trabajando durante siglos (Desde siglos se esfuerzan?)para obtener un dominio completo del Vaticano y ahora están allí atrincherados. Con ninguna intención de ceder ni un ápice a una pequeña pía Fraternidad, ellos están, tal como lo vio en una visión hace 200 años Ana Catalina Emmerick, desmantelando la Iglesia piedra por piedra. Humanamente hablando los seguidores de hoy día de Nuestro Señor tienen tan poca aparente esperanza como tenían aquellos del Sábado Santo original.

Pero no mas que Nuestro Señor El mismo, la Iglesia Católica no es simplemente una cuestión (asunto?)humana. En 1846 Nuestra Señora de La Salette dijo acerca de nuestro propio tiempo: “Los justos sufrirán profundamente. Sus oraciones, penitencias y sus lágrimas se elevarán hasta el Cielo y todo el pueblo de Dios implorará perdón y misericordia y suplicará mi ayuda e intercesión. Y entonces Jesucristo en un acto de Su justicia y gran misericordia ordenará a Sus Angeles dar muerte a todos sus enemigos. Repentinamente los perseguidores de la Iglesia de Jesucristo y todos aquellos entregados al pecado, perecerán, y la tierra devendrá como un desierto. Y entonces vendrá la paz y el hombre se reconciliará con Dios; Jesucristo será servido, adorado y glorificado. La Caridad florecerá en todas partes . . .El Evangelio será predicado en todas partes . . .y el hombre vivirá en el temor de Dios.”

En otras palabras, con toda seguridad Dios resucitará a Su Iglesia de su actual angustia. Si su eclipse deviene aún mas sombrío, como seguramente lo será, mantengámonos mas cerca que nunca de la Madre de Dios y tomemos ahora la resolución de no entristecerla con nuestra falta de Fe, como lo hicieron los Apóstoles y discípulos de Nuestro Señor en aquel primer Sábado Santo. Comprometámonos a regocijar su Inmaculado Corazón con nuestra inquebrantable Fe en su Divino Hijo y su única verdadera Iglesia.

Kyrie eleison.

Fe Victoriosa

Fe Victoriosa on agosto 6, 2011

Como respuesta a la crítica persuasiva de Monseñor Tissier de Mallerais acerca del pensamiento del Papa Benedicto, expuesta brevemente en las últimas cuatro ediciones de estos “Comentarios” ¿qué es entonces lo que debemos decir (Rom.VI,1)? Veamos tres argumentos que buenos Católicos pueden utilizar para defender al Papa en contra de la acusación que su pensamiento no es Católico.

Una primera línea de defensa podría sostener en general que el atacar en cualquier forma al Papa es ayudar a los enemigos de la Iglesia. ¿Pero acaso no es el deber principal del Papa “confirmar a sus hermanos en la Fe” (Lucas XXII, 32)? Entonces si el pensamiento del Papa se desvía gravemente de la Fe, el señalarle, con todo respeto, aquello en lo que se está equivocando, no significa en lo más mínimo atacarlo ni hacer el trabajo de los enemigos de la Iglesia, sino ayudarlo para que vea claro el cómo cumplir con su obligación y recordarle del único medio que tiene para conquistar a esos enemigos, hoy en día más poderosos que nunca – “Esta es la victoria que ha vencido al mundo – nuestra Fe” ( I Juan V,4).

Una segunda objeción a los argumentos de Mons. Tissier, particular a nuestro propio tiempo, podría ser que el Papa Benedicto es un prisionero en el Vaticano, por lo que no es libre de defender la Tradición Católica como realmente desearía hacerlo. Ahora bien, es cierto que los Papas post-Conciliares han sido rodeados de altos dirigentes de la Iglesia que son Francmasones que secretamente buscan destruir la Iglesia. También es posible que desde el Vaticano II los financieros hayan colocado con siempre más fuerza un nudo corredizo sobre el cuello del Vaticano. Pero suficientes dólares seguirían a la verdadera doctrina, si tan solo esta fuese proclamada; y si la Fe de Benedicto no estuviese aprisionada por sus errores Hegelianos, fácilmente tendría la victoria por sobre los Francmasones que lo rodean. ¿La victoria a través del martirio? Tal vez haría falta una serie de Papas mártires para liberar a la Iglesia como en sus primeros tiempos. Mas si tan solo los mereciéramos, ¡el Vaticano pronto sería de nuevo libre!

A una tercera objeción, más directa, nos referimos en el último “CE”: Benedicto XVI puede decir que no solamente él cree en la corrección y el enriquecimiento mutuo de la Fe y de la Razón, sino también en la Fe Tradicional. Por lo tanto, él podría decir que cree absolutamente en que el cuerpo crucificado de Jesús resucitó con su alma humana de su tumba la mañana de Pascua, de tal manera que si él también le dice al hombre moderno que el verdadero significado de la Resurrección no es un cuerpo material que sale de su tumba material, sino el amor espiritual conquistando a la muerte, eso es únicamente para hacer la Resurrección accesible al incrédulo hombre moderno.

Pero, Santo Padre, ¿se levantó vivo o no, ese cuerpo crucificado de esa tumba material? Si no se levantó, deje de creer que si lo hizo, deje aún de aparentar que cree que si lo hizo y renuncie a ser el Papa de los creyentes alucinantes. Pero si de hecho, sí se levantó de la tumba; entonces ESO es lo que Ud. debe de proclamar al pobre hombre moderno y debe de – disculpe mi lenguaje – echarle en cara su incredulidad y restregárselo hasta que reaccione. El hombre moderno no necesita que se le hable acerca del amor, amor, amor. ¡Eso lo escucha todo el santo día! Lo que necesita escuchar es que únicamente Nuestro Señor verdaderamente resucitado ha podido dar jaque mate a sus enemigos implacables y convertir a sus Apóstoles totalmente desesperanzados en conquistadores del mundo.

Santo Padre, no sirve hablar al mundo de hoy conforme a su pensamiento podrido. ¡Hay que conquistarlo con el pensamiento de Nuestro Señor! Y si Ud. está obligado a darnos un ejemplo de martirio, crea que es el ejemplo que muchos de nosotros podremos necesitar en un futuro no muy lejano. Humildemente oramos por usted.

Kyrie eleison.