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¿Y Ahora?

¿Y Ahora? on noviembre 3, 2012

Las noticias de la última semana acerca de la expulsión de uno de los cuatro obispos de la Fraternidad San Pío X trajeron un gran número de correos electrónicos de apoyo y aliento. A cada uno de ustedes, muchas gracias. Una división de tal magnitud entre los obispos de la Fraternidad es una gran lástima, pero Dios tiene sus razones para permitir que eso ocurra, y es evidente que muchos de vosotros entienden que la Fe supera la unidad. El mal extremo no es la división, sino la pérdida de la Fe “Porque es menester que haya entre vosotros facciones para que se manifieste entre vosotros cuáles sean los buenos” (I Cor.XI,19; I Jn.II,19). En cuanto a como va a desarrollarse la guerra titánica entre los amigos y los enemigos de esta Fe, personalmente yo no veo en este momento más que las grandes líneas. Déjenme acudir a tres citas favoritas de Mons. Lefebvre, las cuales creo se aplican todavía hoy.

En primer lugar, “Debemos seguir a la Providencia y no tratar de adelantarnos a ella.” Si es cierto que “la Caridad todo lo espera” (I Cor.XIII, 7), entonces a la Fraternidad se le debe dar todavía algún tiempo para que pueda enderezarse antes de que la inscribamos como un grupo Tradicional más pasado al enemigo. Por eso dije la semana pasada que los sacerdotes de la FSPX pueden agazaparse por el momento para mirar el rumbo que tomen las cosas, mientras que los fieles pueden seguir asistiendo a las Misas de la Fraternidad, pero todos unos y otros, deben estar alertas (Mt.XXVI,41) sobre eventuales contradicciones en la doctrina y sobre aflojamientos en la moral. La tentación será preferir el confort al rigor y la rutina al trastorno, como fue el caso de miles de sacerdotes y millones de laicos después del Vaticano II, al punto que terminaron por perder la Fe. Nos cabe esperar que la Providencia nos muestre cual es el camino a seguir. No nos cabe perder la Fe.

En segundo lugar, “El tiempo no respeta nada hecho sin él.” En otras palabras se necesita tiempo para construir algo sólido. Puede ser que tengamos prisa. No es el caso de Dios. A Mons. Lefebvre le tomó tiempo construir la Fraternidad. El Vaticano II completó su obra diabólica en 1965. Se tuvo que esperar 11 años para que la primera camada importante de sacerdotes salga del primer seminario del Arzobispo. Paciencia. El no se precipitó.

En tercer lugar, “El bien no hace ruido y el ruido no hace bien.” El dominio público hoy está completamente envenenado. Tratar de llegar a una amplia audiencia de los hombres modernos es exponerse al riesgo de que sea el perro el que pasee al amo, que sea la audiencia la que flexibilice al mensaje, y al mensajero, llevándolos a adaptarse a su propia corrupción. Mons. Lefebvre raramente buscó a los medios, pero ellos estaban siempre atrás de él, porque su mensaje era inflexible, y eso era la prueba que nuestra Fe, y no el ruido que podamos hacer sobre la escena pública, es “nuestra victoria sobre el mundo” (I Jn.V,4).

En breve, pienso que la situación de la Resistencia Católica de hoy llama no a una acción apresurada, sino a medir cuidadosamente a los hombres y a los acontecimientos hasta que la voluntad de Dios aparezca más claramente. Pienso – me puedo equivocar – que El quiere una red suelta de focos independientes de Resistencia, reunidos alrededor de la Misa, contactándose libremente entre ellos, pero sin la estructura de una falsa obediencia como la que sirvió para hundir a la mayor parte de la Iglesia en la década del 60 y que ahora está hundiendo a la Fraternidad San Pío X. Si están de acuerdo, no duden en aportar su ayuda a la Iniciativa de San Marcelo porque con seguridad va a ser útil, tal vez más pronto de lo que yo pienso. En cuanto a mí, tan pronto como mi situación se estabiliza en Inglaterra, estoy dispuesto a poner mis poderes de obispo a la disposición de quien pueda hacer uso sabio de ellos.

En los Estados Unidos, los cheques pueden ser emitidos a nombre de St Marcel Initiative y enviados a St Marcel Initiative, P.O.Box 764, Carrollton, VA 23314, USA. Las donaciones por tarjeta de crédito o tarjeta de débito o débito bancario directo o transferencia internacional pueden ser hechas en www.stmarcelinitiative.com. Para contribuciones por cheques desde el Reino Unido y la zona Euro, las informaciones adonde podrán ser enviados serán comunicadas tan pronto como sea posible.

Kyrie eleison.

Doctrina Indispensable

Doctrina Indispensable on octubre 9, 2010

Puedo recordar cuando en 1986 el Arzobispo Lefevbre se sorprendía al ver cómo muy pocos seguidores de la Tradición Católica parecían comprender la enormidad de la fiesta-de-amor de todas las religiones en Asís, mas tal es la corrupción de nuestros tiempos: las ideas y la verdad no tienen consecuencia alguna, porque “Todo lo que necesitas es amor.” Lo cierto es que todos nosotros necesitamos, absolutamente, tanto la doctrina como el amor.

La doctrina no es únicamente formulas de palabras. Aquellos que tenemos el inestimable don de la Fe sabemos que de nuestra corta vida en este mundo depende una eternidad de inimaginable dicha u horror en la vida venidera, y sabemos también que este es el destino de todo hombre, lo crean o no, regla a la cual el Limbo para los inocentes que no han sido bautizados es la única excepción. Entonces es evidente que a menos de que Dios sea cruel – ¡deseo vano de muchas pobres almas buscando justificar su rebeldía en contra de Él! – El ofrece a todas las almas a cada momento la luz y la fuerza que necesitan para ganarse el Cielo y evitar el Infierno, si así lo desean. Pero cuando un alma no tiene la Fe ¿qué forma puede tomar esta luz y esta fuerza?

Recurramos a dos no-Católicos para conocer la respuesta. El Dr. Samuel Johnson, gigante Inglés del sentido común del siglo XVIII, dijo “Aquel que odia Londres odia la vida.” En otras palabras, detrás del alboroto de la vida diaria en todos sus detalles cotidianos, un hombre se forja día a día una actitud hacia la vida. También el Conde Leo Tolstoi en su novela épica Guerra y Paz, dice “Aquel que ama la vida, ama a Dios.” En otras palabras, la actitud general de un hombre hacia la vida constituye de hecho una actitud hacia Dios. Claro está que muchas almas modernas negarán vigorosamente que su actitud hacia la vida tiene algo que ver con un Dios “que no existe,” sin embargo Dios no le sostiene menos en su existencia a él y a todas las cosas que lo rodean día con día, y El le da en todo momento el libre albedrío con el cual puede amarle u odiarle a este Dios que está dentro de sí y detrás de todos. Por ejemplo los Comunistas son oficialmente ateos, sin embargo Lenin una vez dijo, “Dios es mi enemigo personal.” Los Comunistas, como tales, odian la vida y odian a Dios.

Entonces ¿cuál es la actitud adecuada hacia la vida y hacia Dios? El Primer Mandamiento lo expone: el amarlo a Él con todo el corazón, la mente y el alma. Pero ¿cómo puedo amar a alguien sin antes tener algún conocimiento de él? La actitud correcta hacia la vida y hacia Dios presupone por lo menos un poco de fe o confianza en la bondad de la vida y/o de Dios. Por lo tanto, cuando las almas iletradas vienen a Nuestro Señor en los Evangelios para pedir un milagro, frecuentemente pone a prueba su “fe,” o la elogia y la recompensa, cuando concede el milagro. ¿Cuál Fe? Fe en Él. ¿Pero quién exactamente es Él?

Eso les corresponde a las almas instruidas formularlo, en la doctrina. Esta doctrina de Dios puede pulirse a través de los años, pero no puede cambiarse, no más de lo que Dios puede cambiarse. Es el corrector continuo de nuestra actitud hacia la vida y hacia Dios, por todo el tiempo que queramos ser inimaginablemente felices y no desdichados para toda la eternidad. La doctrina Católica es verdad. Dios es Verdad. La Verdad es indispensable.

Kyrie eleison.

Teólogo Conciliar – I

Teólogo Conciliar – I on junio 5, 2010

El caos ocasionado en las almas del mundo entero, causado por el colapso de la generalidad de los obispos Católicos en el Concilio Vaticano Segundo, es inconmensurable. Es por ello que difícilmente uno puede reflejar demasiado del problema esencial, ya que aún se encuentra muy adherido a nosotros, de hecho más que nunca. Amenaza con lanzar a todas nuestras almas al Infierno. El año pasado, la revista quincenal “Sí Sí, No No” publicó un artículo que resumía los principales errores de un “teólogo” pionero del Vaticano II, el Padre Dominico Francés Marie-Dominique Chenu. Presentado aun mas brevemente a continuación, sus seis errores apuntan al corazón del problema: el poner al hombre en el lugar de Dios (he cambiado el orden – por lo tanto queda abierta la oportunidad de otro “CE”):

1 Voltear hacia el hombre, como si fuera Dios quien necesita adaptarse al hombre moderno, y no el hombre moderno a Dios. Pero el Catolicismo siempre lucha por hacer que el hombre encaje con Dios, y no al revés.

2 Someter la Revelación divina a la forma de pensar moderna, por ejemplo, Descartes, Kant, Hegel. Ya no existe una Verdad absoluta y objetiva. Todas las afirmaciones religiosas se tornan meramente relativas y subjetivas.

3 Someter la Revelación divina al método histórico, lo que significa que cada verdad surgió meramente en su contexto histórico, a fin de que así como cada contexto histórico ha cambiado o está cambiando, ninguna verdad es inmutable o inalterable.

4 Creer en la evolución panteísta, lo que significa que Dios ya no es más el Creador, esencialmente distinto de la creación. No es diferente de las creaturas, quienes llegan a ser por la evolución, y por esta evolución están constantemente cambiando.

5 Poner a los sentimientos en primer lugar en asuntos de religión, es decir, posicionando a la experiencia sentimental religiosa por encima de la Fe sobrenatural en la mente o de la Caridad sobrenatural en la voluntad.

6 La negación de la diferencia entre el bien y el mal, afirmando que la simple existencia de un acto humano lo hace bueno. Es cierto que en cada acto humano existe la bondad de ser, pero únicamente tiene bondad moral si se dirige a su fin último, que es Dios. Los actos humanos que no están sometidos al orden de Dios son moralmente malvados.

Los seis errores están obviamente interconectados. Si (1) la religión debe de centrarse en mi, entonces (2 & 3) debo desenganchar mi mente de la realidad, en donde la religión se centra en Dios. Con la mente torcida, entonces (4) “solo es lo que no es,” así es que todo evoluciona y (5) los sentimientos toman las riendas (con lo cual la religión es feminizada por la culpa del varón, porque la emoción es la prerrogativa de las mujeres). Finalmente, ahí donde los sentimientos remplazan a la verdad, (6) la moralidad se colapsa.

En los mismos documentos del Vaticano II, estos errores son más implícitos que explícitos, porque los errores tenían que ser disfrazados para que pudieran obtener el voto de la mayoría de los obispos Católicos que asistían al Concilio pero que no estaban aún lo suficientemente modernizados. Sin embargo, estos errores representan el “espíritu del Vaticano II” completamente actualizado, que es hacia donde el Concilio se dirigía, y esta es la razón por la cual la Iglesia oficial se ha estacionado en el camino de la auto-destrucción durante los últimos 45 años: 1965 al 2010. ¿Por cuántos años más?

Kyrie eleison.