Arrianismo

Roma Insiste

Roma Insiste on diciembre 17, 2011

Casi al mismo tiempo que Monseñor Fellay dejaba saber que la FSSPX pedirá esclarecimientos sobre el Preámbulo Doctrinal, la reacción de Roma a las discusiones doctrinales que tuvieron lugar desde 2009 hasta la primavera de este año, uno de los cuatro teólogos que tomaron parte en estas discusiones, Monseñor Fernando Ocariz, publicó un estudio “Acerca de la adhesión al Concilio Vaticano II.” El momento que eligió muestra que todavía no hemos salido del túnel, al contrario! Pero veamos sus argumentos, que al menos son claros.

En su introducción declara que el Concilio “pastoral” fue sin embargo doctrinal. Lo pastoral se basa en la doctrina. Lo pastoral busca salvar las almas, lo que implica doctrina. Los documentos del Concilio contienen mucha doctrina. Bien! El Monseñor al menos no va a esquivar las acusaciones doctrinales presentadas contra el Concilio pretendiendo que no era doctrinal, como lo han hecho muchos defensores del Concilio.

Luego, acerca del Magisterio de la Iglesia en general, dice que el Concilio Vaticano II estaba compuesto de los obispos Católicos que tienen “el carisma de la verdad, la autoridad de Cristo y la luz del Espíritu Santo.” Negarlo, dice, es negar algo que pertenece a la esencia misma de la Iglesia. Pero, Monseñor, ¿que me dice del conjunto de los obispos Católicos que siguieron la herejía Ariana bajo el Papa Liberio? Excepcionalmente, aún la casi unanimidad de los obispos puede desviarse doctrinalmente. Si esto ha ocurrido una vez, puede ocurrir nuevamente. Ocurrió en el Concilio Vaticano II, como lo demuestran sus documentos.

Continúa declarando que las enseñanzas no dogmáticas y no definidas del Concilio requieren, sin embargo, por parte de los Católicos, su asentimiento, llamado “sumisión religiosa de la voluntad y del intelecto,” lo cual es “un acto de obediencia bien enraizado en la confianza en la asistencia divina dada al Magisterio.” Monseñor, tanto a los obispos Arianos como a los Conciliares, no existe duda de que Dios les ofreció toda la asistencia que ellos necesitaban, pero que la rehusaron, como está demostrado en el caso de Vaticano II por la oposición a la Tradición en sus documentos.

Finalmente Monseñor Ocariz supone aquello que debe probar cuando arguye que el Magisterio Católico es continuo y que el Concilio Vaticano II es el Magisterio, luego sus enseñanzas no pueden estar mas que en continuidad con el pasado. Y si aparecen como una ruptura con el pasado, entonces la actitud Católica ha de ser interpretarlos de tal manera que tal ruptura no exista, como lo hace por ejemplo la “hermenéutica de la continuidad” de Benedicto XVI. Pero Monseñor, estos argumentos pueden revertirse. De hecho hay una ruptura doctrinal, como resulta claro al examinar los documentos Conciliares en si mismos. (Por ejemplo, hay (Vaticano II) o no hay (Tradición), un derecho humano que permita propagar el error?). Por consiguiente, el Vaticano II no fue el verdadero Magisterio de la Iglesia y la actitud Católica es mostrar que existe realmente esta ruptura con la Tradición, como lo hizo el Arzobispo Lefebvre, y no pretender que tal ruptura no existe.

Las últimas palabras de Monseñor son para afirmar que sólo el Magisterio puede interpretar el Magisterio. Lo que nos hace volver justo al punto de partida.

Estimados lectores, Roma de ninguna manera ha salido del túnel. Que el Cielo nos ayude.

Kyrie eleison.

Doctrina Subestimada

Doctrina Subestimada on septiembre 25, 2010

En una revista norteamericana que por lo general invita a reflexionar, “Culture Wars” (“Guerras Culturales”), el Editor recientemente nos echó en cara, a mí y a la Sociedad de San Pío X como un todo, el mantenernos deliberadamente fuera de la Iglesia oficial. Permítanme presentarles tan breve y justamente como sea posible el argumento de E. Michael Jones, con sus principales etapas indicadas con letras consecutivas para facilitar la respuesta:—

Su principal tesis se basa en que el problema del Vaticano II no es doctrinal: “(A) Los documentos del Concilio no son responsables de cualquier locura que le siguió al Concilio en nombre de su “espíritu.” En cuanto a los documentos mismos, de hecho estos son a veces ambiguos, pero (B) Dios está siempre con Su Iglesia, razón por la cual (C) solo algo Católico puede obtener la aceptación de los obispos reunidos, como sucedió en el Vaticano II. (D) Por lo tanto se puede y debe estar satisfecho con la interpretación de las ambigüedades a la luz de la Tradición, como el mismo Arzobispo Lefebvre una vez la propuso.

“Por lo tanto (E) el Vaticano II es Tradicional, y cualquier problema entre Roma y la FSSPX no puede ser doctrinal. (F) De ahí que el problema real de la FSSPX es que se niega a la comunión basada en el temor a ser contaminada, (G) procedente de su falta cismática de caridad. (H) La culpa subsiguiente la ocultan, pretendiendo que la Iglesia se encuentra en un estado de emergencia sin precedentes, propiciado por la anti-doctrina del Vaticano II. (I) Por lo tanto la FSSPX está diciendo que la Iglesia ha fallado en su misión y que la FSSPX constituye la Iglesia. ¡Tonterías! Obispos de la FSSPX, ¡cédanse a Roma!

CONTESTACIÓN: el problema con el Vaticano II es ESENCIALMENTE doctrinal. (A) Desgraciadamente, los documentos del Vaticano II son de hecho responsables del “espíritu” del Vaticano II y de sus consecuencias locas. Es la ambigüedad misma de los documentos, reconocida por E.M.J., la que dio rienda suelta a la locura. (B) Dios de hecho está con su Iglesia, pero Él otorga a sus sacerdotes el libre albedrío, con el cual pueden escoger de hacer a la Iglesia un gran daño, pero nunca un daño mortal (cf. Lucas XVIII, 8). (C) De este modo es que Él permitió que la mayoría de los obispos Católicos cayeran en la atroz crisis Arriana del siglo cuarto. Lo que sucedió entonces está sucediendo nuevamente, solo que peor. (D) En una etapa inicial en la lucha post-Conciliar por la Tradición, pudo haber sido razonable el pedir que el Vaticano II fuera interpretado a la luz de la Tradición, pero esa etapa pasó ya hace mucho. Los frutos amargos de la ambigüedad han demostrado desde hace tiempo que los documentos Conciliares sutilmente envenenados no pueden ser rescatados.

Por lo tanto (E) el Concilio no es para nada Tradicional y el conflicto entre Roma y la FSSPX es ESENCIALMENTE doctrinal. Así es que (F) existe una buena razón para temer la contaminación, debido a la falsa doctrina del Vaticano II – está guiando a las almas al Infierno. (G) Ni existe una mentalidad cismática entre Tradicionalistas (no-sedevacantistas), aunque (H) la Iglesia se encuentra en medio de la peor emergencia de toda su historia. (I) Pero justo como en la crisis Arriana los pocos obispos que mantuvieron la Fe comprobaron que la Iglesia no había fallado en lo absoluto, así la FSSPX pertenece hoy a la Iglesia y está guardando la Fe, sin pretender con esto el remplazar la Iglesia , o constituir por sí sola la Iglesia.

Michael, ¿cuándo, en toda la historia de la Iglesia, fueron sus obispos reunidos deliberadamente ambiguos? Usted admite la ambigüedad del Vaticano II. ¿En qué otro momento en la historia los sacerdotes recurrieron a la ambigüedad sino para abrir el camino para la herejía? En la Iglesia de Nuestro Señor, que sea siempre vuestro hablar sí, sí; no, no (Mateo V,37).

Kyrie eleison.

Teólogo Conciliar – I

Teólogo Conciliar – I on junio 5, 2010

El caos ocasionado en las almas del mundo entero, causado por el colapso de la generalidad de los obispos Católicos en el Concilio Vaticano Segundo, es inconmensurable. Es por ello que difícilmente uno puede reflejar demasiado del problema esencial, ya que aún se encuentra muy adherido a nosotros, de hecho más que nunca. Amenaza con lanzar a todas nuestras almas al Infierno. El año pasado, la revista quincenal “Sí Sí, No No” publicó un artículo que resumía los principales errores de un “teólogo” pionero del Vaticano II, el Padre Dominico Francés Marie-Dominique Chenu. Presentado aun mas brevemente a continuación, sus seis errores apuntan al corazón del problema: el poner al hombre en el lugar de Dios (he cambiado el orden – por lo tanto queda abierta la oportunidad de otro “CE”):

1 Voltear hacia el hombre, como si fuera Dios quien necesita adaptarse al hombre moderno, y no el hombre moderno a Dios. Pero el Catolicismo siempre lucha por hacer que el hombre encaje con Dios, y no al revés.

2 Someter la Revelación divina a la forma de pensar moderna, por ejemplo, Descartes, Kant, Hegel. Ya no existe una Verdad absoluta y objetiva. Todas las afirmaciones religiosas se tornan meramente relativas y subjetivas.

3 Someter la Revelación divina al método histórico, lo que significa que cada verdad surgió meramente en su contexto histórico, a fin de que así como cada contexto histórico ha cambiado o está cambiando, ninguna verdad es inmutable o inalterable.

4 Creer en la evolución panteísta, lo que significa que Dios ya no es más el Creador, esencialmente distinto de la creación. No es diferente de las creaturas, quienes llegan a ser por la evolución, y por esta evolución están constantemente cambiando.

5 Poner a los sentimientos en primer lugar en asuntos de religión, es decir, posicionando a la experiencia sentimental religiosa por encima de la Fe sobrenatural en la mente o de la Caridad sobrenatural en la voluntad.

6 La negación de la diferencia entre el bien y el mal, afirmando que la simple existencia de un acto humano lo hace bueno. Es cierto que en cada acto humano existe la bondad de ser, pero únicamente tiene bondad moral si se dirige a su fin último, que es Dios. Los actos humanos que no están sometidos al orden de Dios son moralmente malvados.

Los seis errores están obviamente interconectados. Si (1) la religión debe de centrarse en mi, entonces (2 & 3) debo desenganchar mi mente de la realidad, en donde la religión se centra en Dios. Con la mente torcida, entonces (4) “solo es lo que no es,” así es que todo evoluciona y (5) los sentimientos toman las riendas (con lo cual la religión es feminizada por la culpa del varón, porque la emoción es la prerrogativa de las mujeres). Finalmente, ahí donde los sentimientos remplazan a la verdad, (6) la moralidad se colapsa.

En los mismos documentos del Vaticano II, estos errores son más implícitos que explícitos, porque los errores tenían que ser disfrazados para que pudieran obtener el voto de la mayoría de los obispos Católicos que asistían al Concilio pero que no estaban aún lo suficientemente modernizados. Sin embargo, estos errores representan el “espíritu del Vaticano II” completamente actualizado, que es hacia donde el Concilio se dirigía, y esta es la razón por la cual la Iglesia oficial se ha estacionado en el camino de la auto-destrucción durante los últimos 45 años: 1965 al 2010. ¿Por cuántos años más?

Kyrie eleison.