Sí Sí No No

Teólogo Conciliar – II

Teólogo Conciliar – II on junio 12, 2010

Cuando “Comentarios Eleison” de hace una semana presentó seis errores de uno de los “teólogos” pioneros del Vaticano II, el Padre Marie-Dominique Chenu, se dijo que el orden de los errores había sido cambiado de su orden original en Si Si No No,sugiriendo que por lo tanto aún quedaba pendiente cola que le pisen. Esa cola es el desastroso destronamiento de la mente por los tiempos modernos.

En Si Si No No,el Sentimentalismo se presentaba en primer lugar entre los errores. Luego venía el Subjetivismo, el Historicismo, el Volver al Hombre (Antropocentrismo), el Evolucionismo y el Inmoralismo. El comenzar con el Sentimentalismo es empezar con el hombre tal y como lo encontramos hoy en día, por ejemplo, revolcándose en sus sentimientos. Aquí hay dos ejemplos entre cientos, o miles: en religión, “Dios es demasiado bueno para poder condenar al Infierno una sola alma”; en política, “No es patriótico el cuestionar quién estuvo detrás de lo del 11 de septiembre.”

“Comentarios Eleison” prefirió ordenar los errores en orden no de inmediación sino de profundidad. Por lo tanto el Antropocentrismo en el sentido de darle la espalda a Dios viene primero, porque el alejarse de Dios está en la raíz de todo pecado y error. Enseguida vienen los tres errores que atacan a la mente, el Subjetivismo, el Historicismo y su consecuencia, el Evolucionismo. Si estos tres errores de la mente se hacen preceder al Sentimentalismo, es debido a que – y aquí yace el punto interesante – únicamente después de que el rey justo haya sido destronado puede el usurpador tomar su lugar. Únicamente después de que la mente haya sido deshabilitada pueden los sentimientos tomar el control. En el último lugar de ambas listas está el Inmoralismo, o la negación del bien y el mal, porque todo desorden en el alma y en la mente acaba por traer consigo el desorden en el actuar.

Para entender la primacía natural de la mente sobre los sentimientos, una primacía que para muchas almas modernas no es para nada obvia, permitámonos recurrir a la comparación con un barco-navegante. Un capitán que deliberadamente suelta el timón, abandona su barco a la merced del viento y del oleaje hasta el eventual naufragio de la nave, más sin embargo, en cualquier momento en que escoja volver a tomar control del timón, pertenece a la naturaleza misma del timón permitirle girar el barco, y hacer buen uso del viento y del oleaje hasta llegar al puerto. De igual manera, un ser humano puede deshabilitar su propia razón, dejando a su alma a la merced de sus sentimientos y pasiones, precipitándola hacia el Infierno eterno, más sin embargo es inherente a la naturaleza de su mente, en el momento en que un hombre decida re-habilitarla, el guiarlo al Cielo, sin importar en un inicio cuán precario pueda ser el dominio de su razón sobre sus pasiones y sentimientos.

Siendo así, ¿cómo es que un hombre podrá poner a su mente de vuelta en su trono? Regresando a Dios, porque fue su alejamiento de Dios lo que lanzó el destronamiento de su mente en primera instancia, ya que al volverle la espalda a Dios, inmediatamente necesitó comenzar a desmantelar su razón que le habla de Dios. Y ¿cuál es la manera más sencilla de volver a Dios? Debe empezar con un “Ave María,” seguir con unas cuantas, luego a una decena del Rosario y finalmente a los cinco misterios cada día. Si hace eso, logrará pensar de nuevo.

Madre de Dios, ¡salva nuestras mentes!

Kyrie eleison.

Teólogo Conciliar – I

Teólogo Conciliar – I on junio 5, 2010

El caos ocasionado en las almas del mundo entero, causado por el colapso de la generalidad de los obispos Católicos en el Concilio Vaticano Segundo, es inconmensurable. Es por ello que difícilmente uno puede reflejar demasiado del problema esencial, ya que aún se encuentra muy adherido a nosotros, de hecho más que nunca. Amenaza con lanzar a todas nuestras almas al Infierno. El año pasado, la revista quincenal “Sí Sí, No No” publicó un artículo que resumía los principales errores de un “teólogo” pionero del Vaticano II, el Padre Dominico Francés Marie-Dominique Chenu. Presentado aun mas brevemente a continuación, sus seis errores apuntan al corazón del problema: el poner al hombre en el lugar de Dios (he cambiado el orden – por lo tanto queda abierta la oportunidad de otro “CE”):

1 Voltear hacia el hombre, como si fuera Dios quien necesita adaptarse al hombre moderno, y no el hombre moderno a Dios. Pero el Catolicismo siempre lucha por hacer que el hombre encaje con Dios, y no al revés.

2 Someter la Revelación divina a la forma de pensar moderna, por ejemplo, Descartes, Kant, Hegel. Ya no existe una Verdad absoluta y objetiva. Todas las afirmaciones religiosas se tornan meramente relativas y subjetivas.

3 Someter la Revelación divina al método histórico, lo que significa que cada verdad surgió meramente en su contexto histórico, a fin de que así como cada contexto histórico ha cambiado o está cambiando, ninguna verdad es inmutable o inalterable.

4 Creer en la evolución panteísta, lo que significa que Dios ya no es más el Creador, esencialmente distinto de la creación. No es diferente de las creaturas, quienes llegan a ser por la evolución, y por esta evolución están constantemente cambiando.

5 Poner a los sentimientos en primer lugar en asuntos de religión, es decir, posicionando a la experiencia sentimental religiosa por encima de la Fe sobrenatural en la mente o de la Caridad sobrenatural en la voluntad.

6 La negación de la diferencia entre el bien y el mal, afirmando que la simple existencia de un acto humano lo hace bueno. Es cierto que en cada acto humano existe la bondad de ser, pero únicamente tiene bondad moral si se dirige a su fin último, que es Dios. Los actos humanos que no están sometidos al orden de Dios son moralmente malvados.

Los seis errores están obviamente interconectados. Si (1) la religión debe de centrarse en mi, entonces (2 & 3) debo desenganchar mi mente de la realidad, en donde la religión se centra en Dios. Con la mente torcida, entonces (4) “solo es lo que no es,” así es que todo evoluciona y (5) los sentimientos toman las riendas (con lo cual la religión es feminizada por la culpa del varón, porque la emoción es la prerrogativa de las mujeres). Finalmente, ahí donde los sentimientos remplazan a la verdad, (6) la moralidad se colapsa.

En los mismos documentos del Vaticano II, estos errores son más implícitos que explícitos, porque los errores tenían que ser disfrazados para que pudieran obtener el voto de la mayoría de los obispos Católicos que asistían al Concilio pero que no estaban aún lo suficientemente modernizados. Sin embargo, estos errores representan el “espíritu del Vaticano II” completamente actualizado, que es hacia donde el Concilio se dirigía, y esta es la razón por la cual la Iglesia oficial se ha estacionado en el camino de la auto-destrucción durante los últimos 45 años: 1965 al 2010. ¿Por cuántos años más?

Kyrie eleison.