religión

La Conversión de Rusia

La Conversión de Rusia on agosto 29, 2009

Un sorprendente pero viable plan del Cielo para el mundo de hoy puede suponerse si la Cristiandad Ortodoxa está reviviendo dentro de Rusia, de acuerdo con lo que un ruso me comentó hace algunos días en Londres. Su percepción corresponde a la impresión que se trajo consigo desde Rusia un amigo Americano que visitó San Petersburgo hace algunos años – el ruso promedio posee, a diferencia del espiritualmente desgastado Occidental, una mayor sustancia espiritual en él. ¿Acaso esto nos une con Nuestra Señora de Fátima . . .?

En Londres el ruso me comentó que la Iglesia Ortodoxa en Rusia está siguiendo, mas que guiando, un renacimiento de la Ortodoxia entre su gente. La asistencia a la liturgia Ortodoxa se ha incrementando en un 50% en los últimos dos años, y hoy en día el 80% de los rusos están por lo menos refiriéndose a ellos mismos como “Ortodoxos,” esto es, creyentes. Nuevas parroquias están surgiendo por todas partes. Se arrebatan las Biblias tan pronto salen a la venta. La literatura religiosa está floreciendo, mientras que la propaganda atea está desapareciendo. La “Rusia Santa” se está levantando desde la tumba en donde el Comunismo de 1917 a 1989 había luchado por enterrarla.

De tal manera que en 1989, cuando las estructuras Comunistas del “imperio diabólico” (Presidente R. Reagan) Soviético se colapsaron, los rusos volvieron su mirada hacia atrás en busca de una ideología que sustituyera al Comunismo y no fue en el Liberalismo Occidental sino en sus raíces nacionalistas y religiosas de la Ortodoxia Rusa en donde encontraron ese reemplazo. De hecho, ¿que podría ofrecerle el decadente Occidente a Rusia para satisfacer sus renovadas necesidades en los 90’s? En la economía, el saqueo de su riqueza por buitres capitalistas; en la política, el aún existente cerco de sus fronteras para asegurar la hegemonía global y permanente de los Estados Unidos de Norteamérica a través de la construcción de un anillo de bases militares que representan un motivo, si no es que el verdadero motivo, por el cual la desastrosa ocupación de Irak y de Afganistán jamás llegará a su fin; en cuanto a religión, el intento de expandir hacia el Este el ecumenismo Conciliar con el cual, aparentemente, el clérigo Ruso no quiere relación alguna – por el contrario, están conscientes del movimiento Católico Tradicional y lo aprueban.

Sin embargo, no nos hagamos ilusiones: la Ortodoxia rusa unifica a la religión y al patriotismo en una mezcla no totalmente reverente, y ésta sigue siendo cismática al no aceptar la Supremacía Papal, y herética al rechazar algunos dogmas; por lo tanto, los rusos si necesitan convertirse a la verdaderamente Universal Iglesia Católica. Pero si Nuestra Señora de Fátima ha señalado a su país para ser Consagrado a Su Corazón, ¿no podría ser no debido al hecho de que los rusos aún son comunistas perversos, sino porque los grandes sufrimientos que su gente ha tenido que soportar durante 70 Babilónicos años de cautiverio comunista los está haciendo resurgir de las raíces religiosas de la “Rusia Santa,” un renacimiento de vitalidad espiritual que podría salvar a la verdadera Iglesia, en el presente marchitándose en el Oeste, en donde la Autoridad de la Iglesia puede que aún tenga un gran número de seguidores pero con muy poca Fe, mientras que el resto que aún permanece Tradicional tiene la Fe verdadera pero muy poco si contamos el número de sus seguidores y menos aún si hablamos de Autoridad? ¡Dios bien sabe que la Iglesia Occidental también necesita convertirse!

¿Podría ser entonces que Rusia va a aplastar este cerco en una Tercera Guerra Mundial permitiendo su ocupación de Europa, lo que llevará por fin al Papa Latino a consagrar a Rusia al Corazón Inmaculado de Nuestra Señora, como lo ha pedido en vano por tanto tiempo? ¿Será que en ese momento el renovado vigor religioso de los rusos salvará nuestra deteriorada Autoridad y Tradición Católica, cuya Verdad a su vez limpiará sus errores? Si sucediera así, entonces nuevamente Dios habrá “concluido todo en falta de fe, que tenga piedad de todos . . . . Cuán incomprensibles son Sus juicios, y cuán insondables Sus caminos . . . . A Él sea la gloria por siempre jamás” (Rom. XI, 32 . . .36).

Católicos, tanto los de la corriente dominante como los de la Tradición, recen con todas las fuerzas de su corazón por la Consagración de Rusia al Afligido e Inmaculado Corazón de la Madre de Dios, o “Theotokos,” como es conocida en la Iglesia Oriental.

Kyrie eleison.

Cartas del Rector

Cartas del Rector on agosto 8, 2009

Les suplico me disculpen por sugerir la razón por la cual los lectores de “Comentarios Eleison” podrían estar interesados en revisar ya sea uno o a los cuatro volúmenes de las “Cartas del Rector,” impresos y disponibles a través de la editorial Norteamericana “True Restoration Press.” En pocas palabras, estos libros presentan una combinación poco usual de la Fe verdadera con un toque de nuestro falso mundo moderno.

Era lógico que mientras el mundo moderno caía en la apostasía y se distanciaba más y más de Dios, las mentes Católicas eran tentadas (a menos que estuvieran dispuestas a ser forzadas) a aferrarse al mundo y a abandonar a Dios, como en el Vaticano II, o a aferrarse a Dios y a abandonar el mundo moderno, como lo hicieron muchos Católicos de los 50’s que no se esforzaron más por vivir con la modernidad, retirándose a un refugio imaginario y sentimentalista de un supuesto Catolicismo pre-Conciliar.

Pero el Catolicismo no puede ser irreal si este debe de llevarnos al Cielo, el cual ¡es real! Los 50’s son ya pasado. Se han terminado. No existen más. Es evidente que no todos los Católicos de los 1950’s vivían en la irrealidad. El Arzobispo Lefebvre es un ejemplo sobresaliente de la negación de la fantasía. Pero muchos de ellos habían ya desconectado su Fe de la realidad que los rodeaba, razón por la cual cuando ésta los envolvió dramáticamente en los 60’s, su Fe fue doblegada, y sin mucho pensarlo se lanzaron confiadamente al Vaticano II; Vaticano II, la religión del hombre, una religión verdaderamente moderna pero falsamente Católica, aunque inteligentemente disfrazada. ¡La realidad no podía ignorarse!

Por lo tanto, lo que probablemente caracterice las “Cartas del Rector” es que mientras estas proclaman la verdadera Fe de la Iglesia inmutable, al mismo tiempo abordan, a la luz de la Fe, una variedad de problemas modernos que, aunque existían ya antes del Concilio, se han agravado enormemente desde entonces: La Fe se ha torcido, los hombres perdieron su masculinidad, las mujeres visten pantalones, las familias se desintegran, existe un sentimentalismo desenfrenado, los medios de comunicación esparcen la mentira, los políticos traicionan, etc., etc. y aún peor que todo esto, hombres de la iglesia Católica que han extraviado su camino. ¡Claro! Era lógico que ellos también finalmente perdieran su ancla debido a la presión que ejercía sobre ellos la realidad que los rodeaba, la realidad que no se habían preocupado por manejar.

Las “Cartas” ofrecen un análisis de muchos de estos problemas. Su autor no clama infalibilidad en las soluciones que él presenta, pero si afirma que a menos que los Católicos enfrenten los problemas que él plantea, se arriesgan más pronto de lo pensado a lanzarse gustosamente al Vaticano II.

Kyrie eleison.