Arzobispo Marcel Lefebvre

Inimaginable Enfermedad

Inimaginable Enfermedad on marzo 7, 2015

En el “verano caliente” de 1976 de la Fraternidad San Pío X, luego que Pablo VI “suspendió” a Monseñor Lefebvre por ordenar 14 sacerdotes para la Tradición, el choque entre el Papa y la Tradición Católica fue tan brutal que en ese Agosto ocurrió uno de los dos momentos en que Monseñor más seriamente consideró si la Sede de Roma estaba vacante. Como puede escucharse en la grabación de sus palabras cuando habló en ese entonces, estaba agonizando a causa de ese choque: ¿cómo es posible que un verdadero Vicario de Cristo esté destruyendo la Iglesia de tal manera? Finalmente Monseñor nunca adoptó la solución sedevacantista, pero veamos cuan claramente él planteó el problema, y luego ofrezcamos una vez más una línea de solución que tal vez para una mente demasiado sana como la suya era impensable. Aquí está un resumen de sus palabras en Agosto de 1976:—

La gente me pregunta que pienso del Papa [Pablo VI]. Es un misterio increíble: el verdadero Papa es la unidad de la Iglesia, inspirado por el Espíritu Santo y protegido por la promesa de Nuestro Señor para defender la Fe. Pero gracias al Vaticano II, Pablo VI está sistemáticamente destruyendo la Iglesia. Nada escapa: catecismo, universidades, Congregaciones, seminarios, escuelas. Todo lo Católico está siendo destruído. Uno busca una solución.

Una serie de falsas soluciones pueden ser descartadas de plano, por ejemplo que Pablo VI es un prisionero, drogado, víctima de sus subordinados, etc. Porque, cuándo él bendijo a los Carismáticos o besó los pies del Patriarca Ortodoxo, ¿tenía un revólver en su cabeza? Lo he observado en audiencias públicas hablando con la habilidad, presencia de mente, pertinencia e inteligencia de un hombre en plena posesión de sus facultades. El Cardenal Benelli me dijo que fue el Papa mismo quien me escribió esas cartas [aplastadoras de la Tradición], que está muy bien informado, que sabe exactamente lo que está haciendo, que ello es su voluntad, que ellas son sus decisiones. El Cardenal dijo que él daba parte al Papa cada día y que lo haría de vuelta inmediatamente después de nuestra propia conversación.

Entonces, ¿puede Pablo VI no ser un verdadero Papa? Esa es una hipótesis posible. Los teólogos han estudiado el problema. Yo no sé. No me hagan decir lo que no digo. Pero el problema parece teológicamente insoluble.

Monseñor hablaba de Pablo VI, pero el problema es esencialmente el mismo con todos los seis Papas Conciliares (excepto tal vez Juan Pablo I). Dividamos el problema en dos: ¿cómo puede el verdadero Dios permitir tal destrucción de Su Iglesia? ¿Cómo pueden Sus verdaderos Vicarios ser los principales destructores?

En cuanto a Dios, en primer lugar la destrucción será aún peor al final del mundo (Lc. XVIII,8). En segundo lugar, puede muy bien ser que Dios este purificando Su Iglesia para preparar el Triunfo del Corazón Inmaculado de Su Madre. En tercer lugar, Dios ciertamente protegió a Pablo VI de destruir completamente la Iglesia cuando por ejemplo Él arregló el descubrimiento “al azar” a Pablo VI de un plan para disolver el Papado por el texto ambiguo de Lumen Gentium. Esto permitió al Papa bloquear el plan agregando la Nota Praevia.

En cuanto a los Vicarios, Monseñor Lefebvre nunca parece haber considerado la solución siguiente que puede ser el porqué en ese Agosto aún él parece haber estado casi enredado entre la espada sedevacantista y la pared liberal. Pues, si con cada año el liberalismo se acerca más a confundir la mente de cada hombre en la tierra ¿cómo pueden los Papas escapar a la enfermedad universal de estar sinceramente equivocados? ¿Porque ellos son hombres instruídos? Pero el liberalismo reina especialmente en las escuelas y universidades. De manera que si los Papas Conciliares mal instruídos están sinceramente convencidos de que la “verdad” evoluciona, ellos, ni siquiera aún por sus graves errores, estarán pertinazmente negando lo que ellos conocen ser definido como Verdad católica porque aún Verdad definida, si debe ser “verdad”, evoluciona, en la dirección de ellos.

Kyrie eleison.

Arzobispo, Comentado – II

Arzobispo, Comentado – II on enero 10, 2015

Antes de dejar las realistas observaciones de 1991 de Monseñor Lefebvre (cf. los últimos dos CE), comentemos algo más, con la esperanza de ayudar a los Católicos a mantener su equilibrio entre despreciar a la autoridad en nombre de la verdad, y deprimir la verdad en aras de la autoridad. Pues, siempre desde que los hombres de Iglesia del Vaticano II (1962–1965) relegaron su total autoridad a respaldar la Revolución en la Iglesia ( libertad religiosa, igualdad colegial y fraternidad ecuménica), los Católicos fueron sacados afuera de su equilibrio: cuando la Autoridad pisotea a la Verdad, ¿cómo de hecho puede uno mantener el respeto por ambas?

Ahora, en las atormentadas secuelas del Vaticano II, ¿de quien se puede decir que haya portado frutos comparables a aquella preservación de la doctrina católica, la Misa y los sacramentos, de la cual Monseñor Lefebvre fue el principal (si bien no el único) responsable? En cuyo caso, el equilibrio que él mismo estableció entre la Verdad y la Autoridad debe ser merecedor de especial consideración.

En primer lugar consideremos una simple observación de Monseñor acerca de la autoridad: “Ahora tenemos la tiranía de la autoridad porque no hay más ninguna regla del pasado”. En medio de los seres humanos, todos con el pecado original, la verdad necesita autoridad que la respalde, porque es una ilusión Jeffersoniana el que la verdad tirada al mercado de la plaza prevalecerá toda por sí misma, sin que sea necesario un desastre para restablecer la realidad. La autoridad es a la verdad como el medio es al fin, no como el fin es al medio. Es la Fe católica la que salva y esa Fe yace en una serie de verdades, no en la autoridad. Esas verdades son de tal manera la sustancia y el propósito de la Autoridad católica que cuando ésta se suelta de aquellas, como por el Vaticano II, entonces flota a la deriva hasta que el primer tirano que pone manos en ella la tuerce a su voluntad. La tiranía de Pablo VI fue consecuencia natural del Concilio, tanto como el liderazgo de la Fraternidad San Pío X, por perseguir la aprobación de los campeones de ese mismo Concilio, se ha comportado tiránicamente asimismo en años recientes. Contrasten como es sirviendo a la verdad que Monseñor construyó su autoridad sobre la Tradición.

Una segunda observación de Monseñor de 1991 que amerita más comentario es donde él dijo que cuando en 1988 él trató de llegar a un acuerdo con Roma por medio de su Protocolo del 5 de Mayo, “Pienso que puedo decir que fui aún más lejos de lo que habría debido ir”. Ciertamente ese Protocolo yace en puntos importantes abierto a críticas, por lo que aquí tenemos al propio Monseñor admitiendo que él perdió momentáneamente su equilibrio, inclinándose brevemente a favor de la autoridad de Roma y contra la verdad de la Tradición. Pero se inclinó solamente brevemente, porque es bien sabido que a la mañana siguiente él repudió este Protocolo, y nunca más hasta su muerte él vaciló de nuevo, de tal manera que de allí en adelante nadie puede decir que, o bien él no había hecho todo lo que él podía para llegar a un acuerdo con la Autoridad, o bien que sea cosa fácil mantener siempre ese equilibrio correcto entre la Verdad y la Autoridad.

Una tercera observación vierte luz sobre su motivación por buscar desde 1975 hasta 1988 algún acuerdo con la Autoridad Romana. Juzgando los motivos de Monseñor según los propios de ellos, sus sucesores a la cabeza de la FSPX hablan como si él hubiera estado siempre buscando la regularización canónica de la FSPX. Pero él explicó el Protocolo de la siguiente manera: “Yo tenía esperanzas hasta el último minuto que en Roma presenciaríamos un poquito de lealtad”. En otras palabras, siempre estaba persiguiendo el bien de la Fe y nunca honró a la Autoridad por algo más que no fuese por el bien de la Verdad. ¿Puede decirse lo mismo de sus sucesores?

Kyrie eleison.

Arzobispo, Comentado – I

Arzobispo, Comentado – I on enero 3, 2015

Para las autoridades de la Iglesia hoy en día “no hay verdad fija, no hay dogma. Todo está evolucionando”. Así dijo Monseñor Lefebvre (1905–1991) en 1991 (ver el “Comentario Eleison” de la última semana). Pues, al final de su vida, Monseñor vio más claramente que nunca a lo que él se había estado enfrentando en su heroica defensa de la Fe. Desde su muerte, los liberales (¿desconocidos como tales por si mismos?) que tomaron posesión de su Fraternidad San Pío X tan pronto como él se hubo ido, no han aún comprendido la gravedad del problema tal como lo identificó Monseñor. Por consiguiente, que estos “Comentarios” abran el Nuevo Año intentando una vez más poner al descubierto la herida mortal en la Iglesia y el mundo de hoy en día.

Cuando Emanuel Kant (1724–1804) erigió en un sistema filosófico el rechazo del hombre a la realidad de Dios, sistema basado en su proclamación absolutamente falsa que la mente humana no puede conocer al objeto tal como éste es en sí mismo, entonces el departamento de filosofía de las universidades de todo el mundo empezaron a derramar locura en las calles porque la gente quería hacer de la libertad, su dios, y Kant les ofreció la liberación suprema, aquella de la mente con respecto a su objeto.

Ahora bien, los Católicos aún no contaminados por la fantasía Kantiana saben que Dios y Su Cielo existen bien fuera de, e independientemente de, sus mentecitas y, entonces, si quieren ser felices por la eternidad, más les vale que sus mentes traten con la realidad objetiva y no con la fantasía subjetiva. Por consiguiente, por un siglo y medio, Dios dio una serie de Papas anti-liberales que se levantaron contra el mundo liberal que se hacía constantemente más loco todo alrededor, y éstos protegieron a la Iglesia del prestigioso y popular subjetivismo. Pero, por los años 1950, los Cardenales y obispos de la Iglesia no estaban rezando lo suficiente para mantener esta protección de sus mentes y corazones, de la locura conocida dentro de la Iglesia como “modernismo” y, así, en el cónclave de 1958 eligieron a uno de ellos mismos, el supuestamente “bueno” Juan XXIII, un liberal (¿desconocido como tal por si mismo? – Dios lo sabe) quien debidamente lanzó en 1962 el desastroso Concilio Vaticano Segundo.

¿Por qué desastroso? Porque la locura del subjetivismo (el rechazo de la realidad objetiva) en lugar de ser todavía absolutamente condenado por las autoridades más elevadas de la Iglesia, fue ahora adoptada por ellas, y fue hecha (¿consciente o inconscientemente? Dios lo sabe) la base oficial de la doctrina y acción de la Iglesia. El problema no podía ser más grave. Los oficiales de la verdadera Iglesia de Dios, nombrados para proclamar y defender las verdades objetivas de Dios para la salvación, de aquí en adelante las fueron filtrando a través de sus mentes subjetivistas. Imaginen no tener más que botellas mugrientas en las cuales almacenar el mejor de los vinos. Sólo puede ser arruinado. Los oficiales de la Iglesia Conciliar de hoy en día sólo pueden arruinar la verdad de Dios.

He aquí por que Monseñor dijo en 1991, “ Estamos tratando con personas (en la cúpula de la Iglesia) que tienen una filosofía diferente a la nuestra, una manera de ver diferente, que están influenciados por todos los filósofos modernos subjetivistas. Para ellos no hay verdad fija, no hay dogma fijo. Todo está evolucionando. Esto es realmente la destrucción Masónica de la Fe. Afortunadamente, nosotros (Tradicionalistas) tenemos la Tradición para apoyarnos en ella”.

Pero, ¿qué le ha pasado a la Tradición sin Monseñor que la guíe? ¡Ay!, las autoridades en la cúpula de su Fraternidad San Pío X, la cual por algunos 40 años encabezó la defensa de la Fe objetiva, no pueden haber estado rezando seriamente lo suficiente para proteger sus mentes y sus corazones de ser a su vez infectados por el subjetivismo. Ellos también han perdido la primacía de la verdad objetiva, y así ellos están haciéndose juguete de los Romanos como un pez es juguete de un pescador. Monseñor Lefebvre, ¡reza por nosotros!

Kyrie eleison.

Realismo de Mons. Lefebvre – II

Realismo de Mons. Lefebvre – II on diciembre 27, 2014

Doce semanas atrás (5 de octubre) el “Comentario Eleison” presentó una primer serie de extractos de la última entrevista pública de Monseñor Lefebvre, otorgada a la revista Fideliter a principios de 1991. Aquí sigue una segunda y última serie de extractos, ligeramente editados en aras de brevedad y claridad:—

P: ¿Qué conclusiones podemos sacar de la Fraternidad San Pío X después de 20 años de su existencia?

R: Dios ha querido la continuación de la Tradición católica. Estoy profundamente convencido que la Fraternidad es el medio que Dios quiso para guardar y mantener la Fe, la verdad de la Iglesia. Debemos continuar a mantener fielmente los tesoros de la Iglesia, esperanzados en que un día ellos puedan reasumir el lugar que nunca hubieran debido perder en Roma.

P: Usted dice a menudo que, más que la liturgia, es ahora la Fe la que nos opone a Roma moderna.

R: Ciertamente la cuestión de la liturgia y de los sacramentos es muy importante, pero lo más importante es la cuestión de la Fe. Esta no es una cuestión para nosotros. Tenemos la Fe de todos los tiempos, la del Concilio de Trento, la del Catecismo de San Pío X, la de todos los Concilios y de todos los Papas antes del Vaticano II. Por años ellos en Roma han tratado de mostrar que todo en el Concilio era totalmente consistente con esta Tradición. Ahora ellos están mostrando su verdadera cara al decir que no hay más ninguna Tradición ni Depósito para ser transmitido. Tradición en la Iglesia es lo que sea que el Papa está diciendo hoy en día. Usted debe someterse a lo que el Papa y los obispos dicen hoy en día. Aquí está la famosa ‘Tradición Viviente’ de ellos que fue la única base para nuestra condenación de 1988.

Ahora ellos no tratan más de probar que lo que ellos dicen es consistente con lo que Pío IX escribió o con lo que el Concilio de Trento promulgó. No, todo eso ya pasó; es anticuado como dijo el Cardenal Ratzinger. Está claro, y ellos pudieron haber dicho eso antes. No tenía ningún sentido nuestra conversación, nuestra discusión con ellos. Ahora sufrimos a causa de la tiranía de la autoridad porque no hay más ninguna regla del pasado.

Más y más están mostrando que estamos en lo correcto. Estamos tratando con personas que tienen una filosofía diferente a la nuestra, una manera de ver diferente, que están influenciados por todos los filósofos modernos subjetivistas. Para ellos no hay verdad fija, no hay dogma. Todo está evolucionando. Esto es realmente la destrucción Masónica de la Fe. Afortunadamente, ¡tenemos nosotros la Tradición para apoyarnos en ella!

P: Usted ha enfatizado que usted está seguro que la Fraternidad está bendecida por Dios porque en distintas ocasiones hubiera podido desaparecer.

R: En efecto. Ha sido una y otra vez el blanco de ataques muy difíciles. Eso es muy doloroso, pero no obstante debemos creer que la línea de la Fe y de la Tradición que estamos siguiendo, es imperecedera porque Dios no puede permitir que Su Iglesia perezca.

P: ¿Qué puede usted decir a aquellos de los fieles que aún tienen esperanza en la posibilidad de un acuerdo con Roma?

R: Nuestros verdaderos fieles, aquellos que han comprendido el problema y que precisamente nos han ayudado a continuar a lo largo del sendero derecho y firme de la Tradición y de la Fe, me dijeron que los acercamientos que yo estaba haciendo hacia Roma eran peligrosos y que estaba perdiendo mi tiempo. Con todo, yo esperaba hasta el último minuto que en Roma presenciaríamos un poquito de lealtad, así que no se me puede acusar de no haber hecho el máximo posible. Así, ahora también, a aquellos que me dicen “Usted tiene que alcanzar un acuerdo con Roma”, pienso que puedo decir que entonces fui aún más lejos de lo que habría debido ir.

Kyrie eleison.

Cuadragésimo aniversario

Cuadragésimo aniversario on noviembre 22, 2014

Ayer fue el 40mo aniversario de la histórica Declaración de Monseñor Lefebvre del 21 de Noviembre de 1974, con las razones por las cuales él y los sacerdotes y laicos siguiéndolo a él, estaban tomando su posición contra el cambio total de la Iglesia católica y la religión provocado a raíz del Segundo Concilio Vaticano. La Declaración es tan fresca hoy como lo fuera el día en que fue escrita porque la verdadera religión católica de Dios es inmutablemente verdadera, mientras que la religión Conciliar del hombre es resueltamente falsa y está ocupando Roma más que nunca.

La Declaración consiste de diez párrafos breves, poco más de 50 líneas en total: 1/ Nosotros adherimos a la Roma católica, la Roma eterna. 2/ Rechazamos la Roma Conciliar, neo-protestante y neo-modernista. 3/ La reforma Conciliar está destruyendo la Iglesia católica y disminuyendo nuestra Fe católica, 4/ como ni siquiera un ángel del Cielo tiene derecho a hacerlo (Gálatas I,8). 5/ Elegimos la Tradición, rechazamos las innovaciones. 6/ Todo en la Iglesia está siendo renovado de una manera opuesta a la inmemorial doctrina católica. 7/ La reforma Conciliar, proviniendo de la herejía y resultando en herejía, es inaceptable para los Católicos, entonces 8/ continuaremos a formar sacerdotes Tradicionales. 9/ Y adheriremos a la enseñanza y prácticas católicas de todos los tiempos, 10/ estando convencidos de que así haciendo permaneceremos verdaderamente Católicos fieles.

Noten primeramente la distinción clara y afilada (1 y 2) entre Roma católica y Roma Conciliar. Ahora bien, es verdad decir que la Roma Conciliar está ocupando las estructuras de la Roma católica, pero decir que la Iglesia Conciliar es por consiguiente nada más que la Iglesia católica es tan tonto como decir que un cucú es un ruiseñor porque ocupa el nido del ruiseñor. (Y decir que Monseñor escribió de “Roma” católica y Conciliar y no de “Iglesia” católica y Conciliar es utilizar subterfugios con palabras).

Pero, ¿cómo hace Monseñor para distinguir entre el cucú Conciliar y el ruiseñor católico? ¡Por la doctrina! El Conciliarismo es neo- Protestante y neo- modernista (2). Nuestra fe está siendo disminuida (3) en oposición a la doctrina católica (6), el Conciliarismo es herejía (7). Nosotros adherimos a la enseñanza católica (9). Y el breve resumen mencionado no da todas las referencias de Monseñor a la doctrina. La doctrina católica era la Estrella polar de su mente y acción. Es porque el hombre moderno quiere libertad para su mente y acción que él, en efecto, quiere que su mente sea reducida a papilla tras lo cual la doctrina no tiene más que una función meramente decorativa. Ya no tiene mordedura en las acciones del hombre, excepto la única desastrosa doctrina que la doctrina no tiene importanza. Y esa desastrosa doctrina tiene una mordedura total. Aquí está el porque Monseñor está siendo reducido dentro de la Fraternidad San Pío X, que él fundó, a poco más que una mascota decorativa.

Uno está impulsado a preguntar, ¿qué se precisará para restaurar la mordedura de la doctrina, el sentido de realidad y el amor a la verdad en Fraternidad, Iglesia y mundo? Seguramente sufrimiento, nada menos. Solyenitzin hizo una observación al efecto, que se precisará la barra de hierro de los acontecimientos para destrozar y destripar la envoltura de hormigón que el hombre moderno ha construido alrededor de su pecaminosa forma de vida. Verdaderamente, Señor ten misericordia.

Kyrie eleison.

Realismo del Arzobispo – I

Realismo del Arzobispo – I on octubre 4, 2014

En el número del mes pasado de The Recusant (www. The Recusant.com) aparece una traducción al inglés de la última entrevista al Arzobispo Lefebvre publicada en francés ( Fideliter #79 ) poco antes de su muerte en marzo de 1991. El es siempre refrescante al leerlo. El es claro porque él piensa a partir de principios católicos básicos. El es transparente porque no tiene nada que ocultar. El no es ambiguo porque él no está tratando de comprometer la Iglesia de Nuestro Señor con el Vaticano II de Satanás. Pero noten como las preguntas del entrevistador indican que los lectores de Fideliter ya inclinábanse a tomar la dirección que la Fraternidad San Pío X empezaría a tomar unos pocos años después de la muerte del Arzobispo. He aquí una selección de las preguntas y respuestas, algo abreviadas:—

P: ¿Por qué no puede usted hacer un último acercamiento a Roma? Escuchamos que el Papa está “listo para recibirlo”.

R: Eso es absolutamente imposible porque los principios que ahora guían a la iglesia Conciliar son más y más abiertamente contrarios a la doctrina católica. Por ejemplo, el Cardenal Ratzinger dijo recientemente que los grandes documentos anti-modernistas de los Papas de los siglos 19 noy 20 moprestaron un gran servicio en su día, pero ahora son obsoletos. Y Juan Pablo II es más ecuménico que nunca (1990). “Es absolutamente inconcebible que nosotros podamos estar de acuerdo para trabajar con una tal jerarquía”.

P: ¿Se ha deteriorado la situación en Roma aún desde las negociaciones de 1988?

R: ¡Oh, sí! “Tendremos que esperar un tiempo antes de considerar la perspectiva de hacer un acuerdo. Por mi parte yo creo que Dios solo puede salvar la situación ya que humanamente no vemos ninguna posibilidad que Roma enderece las cosas”.

P: Pero hay Tradicionalistas que han hecho un acuerdo con Roma sin conceder nada.

R: Eso es falso. Ellos han renunciado a su posibilidad de oponerse a Roma. Ellos deben permanecer silenciosos debido a los favores que se les han otorgado. Entonces, ellos comienzan a deslizarse siempre tan lentamente hasta que terminan admitiendo los errores del Vaticano II. “Es una situación muy peligrosa”. Tales concesiones de Roma tienen como unico objetivo conseguir que los Tradicionalistas rompan con la FSPX y se sometan a Roma.

P: Usted dice que tales Tradicionalistas han “traicionado”. ¿No es eso un poco duro?

R: ¡Para nada! Por ejemplo, Dom Gérard me usó a mí, a la FSPX y a sus capillas y benefactores, y ahora repentinamente nos abandona y se une con los destructores de la Fe. Ellos han abandonado la lucha por la Fe. Ellos no pueden atacar más a Roma. Ellos no han comprendido nada de la cuestión doctrinal. Es horrible pensar en los jóvenes que se les habían unido por causa de la Tradición y que ahora los están siguiendo hacia la Roma Conciliar.

P: ¿Existe un peligro en permanecer amigos con Tradicionalistas que se han pasado a Roma, y en asistir a sus Misas?

R: Sí, porque en la Misa no solamente está la Misa sino que también está el sermón, la atmósfera, los entornos, las conversaciones antes y después de Misa y así sucesivamente. Todas estas cosas hacen que usted poco a poco cambie sus ideas. Hay un clima de ambigüedad. Uno está en una atmósfera sumisa al Vaticano, sujeto en esencia al Concilio, así es que uno termina deviniendo ecuménico.

P: Juan Pablo II es muy popular. El quiere unir a todos los Cristianos.

R: ¿Pero en qué unidad? Ya no más en la de la Fe que un alma debe aceptar, y que esige la conversión. La Iglesia ha sido distorsionada, de ser una sociedad jerárquica pasó a ser una “comunión”. ¿Comunión en qué? No en la Fe. No es de extrañar se uno escucha que los Católicos están abandonando la Fe en masa. (Continuará)

Kyrie eleison.