Comentarios Eleison

¿”Iglesia Conciliar”?

¿”Iglesia Conciliar”? on junio 7, 2014

La expresión “iglesia Conciliar” evidentemente expresa una realidad, algo real, a saber la masa de personas y de instituciones que afirman ser Católicos pero que de hecho están deslizándose en la práctica de la nueva religión humanista del Concilio Vaticano II. “Deslizándose” porque el Conciliarismo o neo-modernismo está precisamente programado para dar la posibilidad a los Católicos de mantener las apariencias de la Fe mientras ellos vacían su sustancia. Los Católicos en lo concreto pueden realizar este proceso tan rápidamente o tan lentamente como ellos lo deseen, aún sin que sea necesario que lo lleven por todas las etapas hasta su conclusión, pero el Conciliarismo en lo abstracto es totalmente opuesto al Catolicismo y, llevado a su conclusión, destruye a la vez la Fe y la Iglesia, tal como se esperaba que lo haga.

El proceso no es difícil de observar ni de entender, pero los liberales que se encuentran a la cabeza de la Fraternidad San Pío X, en su esfuerzo de reconciliarse con los Conciliaristas de Roma, han hecho lo mejor que pudieron para confundir la cuestión de la iglesia Conciliar y de la Iglesia católica. Por ejemplo, la Iglesia católica es visible, dirán ellos, y la iglesia Conciliar es la iglesia visible, luego la iglesia Conciliar es la Iglesia católica, argumento que fue descartado hace años por Monseñor Lefebvre como siendo “infantil” (numerosas son las iglesias visibles y no por eso son católicas). Igualmente infantil es el argumento según el cual no existe más que una única Iglesia, de tal manera que la iglesia Conciliar y la Iglesia católica deben ser una y la misma (hay millares de falsas iglesias).

La verdad no es demasiado complicada. La Iglesia católica es un organismo viviente, a la vez divina y humana como su Fundador, Jesucristo. En cuanto divina, siendo Su Esposa Inmaculada, no puede ser corrupta ni puede ser corrompida, pero in cuanto está hecha de seres humanos pecadores, ella puede estar parcialmente podrida tanto como cualquier otro organismo viviente. Así, una manera útil de entender como la iglesia Conciliar se relaciona con la Iglesia católica es pensar en una manzana podrida.

Por un lado, la parte podrida pertenece a la manzana. Todo lo podrido fue alguna vez manzana. La podredumbre es una corrupción de la manzana, un parásito sobre la manzana, no podría existir sin la manzana y se mantiene firmemente adherida a la manzana a menos que y hasta que la parte podrida caiga. De la misma manera, el Conciliarismo pertenece a la Iglesia católica en tanto que todo lo Conciliar fue alguna vez católico, se trata de una corrupción de la Iglesia católica, un parásito sobre la Iglesia católica, no podría existir sin la Iglesia católica y permanece firmemente adherido a alguna parte de la Iglesia católica a menos que y hasta que ella destruye esta parte, tal como ella fue diseñada para hacerlo.

Por otro lado, la podredumbre no pertenece a la manzana. Ninguna manzana fue creada con el fin de ser una manzana podrida. Todo lo podrido es una transformación de alguna manzana, una corrupción y un parásito de la manzana, transformándola para peor, cuyo resultado es algo muy diferente de la manzana, algo que nadie en sus cabales soñaría comer o decir que no es diferente de la manzana. De la misma manera, el Conciliarismo no pertenece a la Iglesia católica, es una corrupción de algo católico y es una parásito sobre sea lo que fuere es católico. El Conciliarismo transforma (una parte humana de) la Iglesia católica para peor, cuyo resultado es algo esencialmente no católico que ningún Católico en sus cabales llamaría católico o con lo cual quisiera asociarse, bajo pena de perder su Fe.

Breve, el Conciliarismo es podredumbre, y la “iglesia Conciliar” es la única Iglesia divino-humana que está siendo podrida en uno u otro de sus aspectos humanos. Por supuesto la Iglesia católica durará hasta el fin del mundo (Mt.XXVIII,20) mientras que la “iglesia Conciliar” es simplemente una en medio de una larga lista de iglesias parásitas a lo largo de las edades, viviendo de lo que ellas pudren y pudriendo lo del cual viven. ¡Una plaga sobre todos los liberales confundidos y que confunden!

Kyrie eleison.

La Infalibilidad de La Iglesia – V

La Infalibilidad de La Iglesia – V on mayo 31, 2014

El liberalismo es la guerra a Dios y es la disolución de la verdad. Dentro de la Iglesia de hoy en día lisiada por el liberalismo, el sedevacantismo es una reacción comprensible pero sin embargo atribuye a la autoridad demasiado poder por sobre la verdad. El mundo moderno ha perdido la verdad natural, más aún la verdad sobrenatural, y aquí está el corazón del problema.

Para nuestros propósitos podríamos dividir toda la enseñanza Papal en tres partes. En primer lugar, si el Papa enseña como Papa, sobre Fe o moral, definitivamente y como para obligar en conciencia a todos los Católicos, entonces tenemos su Magisterio Extraordinario (ME para acortar), necesariamente infalible. En segundo lugar, si él no compromete todas las cuatro condiciones pero enseña en conformidad con lo que la Iglesia ha enseñado siempre y en todo lugar, y ha impuesto a los Católicos para que crean, entonces él está participando de lo que es llamado el “Magisterio Ordinario Universal” (MOU para acortar) de la Iglesia, también infalible. En tercer lugar, tenemos el resto de su enseñanza que, si no está en línea con la Tradición, no solamente es falible sino falsa.

A esta altura debería ser claro que el ME es al MOU como la capa de nieve es a la montaña. La capa de nieve no hace a la cima de la montaña, meramente la hace más visible. ME es a MOU como el sirviente es al amo. ME existe para servir al MOU volviendo claro de una vez y por todas lo que pertenece al MOU y lo que no pertenece. Pero lo que hace que el resto de la montaña sea visible, por así decirlo, es que se puede rastrear hacia atrás, hasta Nuestro Señor y sus Apóstoles, en otras palabras, la Tradición. Esa es la razón por la cual cada definición de ME debe esforzarse para demostrar que lo que está siendo definido siempre fue previamente parte de la Tradición. Fue montaña antes que ésta fuera cubierta por la nieve.

A esta altura también debería ser claro que la Tradición le dice a los Papas que enseñar, y no a la inversa. He aquí la base sobre la cual Monseñor Lefebvre fundó el movimiento Tradicional, no obstante es la misma base que, con todo debido respeto, los liberales y los sedevacantistas fallan en asir. Simplemente lean en el Evangelio de San Juan cuan a menudo Nuestro Señor mismo, como hombre, declara que lo que El está enseñando proviene no de El mismo sino de su Padre, por ejemplo: “Mi doctrina no es mía, sino del que me envió” (VII,16), o, “Yo no he hablado por Mí mismo, sino que el Padre, que me envió, me prescribió lo que debo decir y enseñar” (XII,49). Por supuesto nadie en la tierra está más autorizado que el Papa para decirle a la Iglesia y al mundo lo que está en la Tradición, pero él no pue de decirle a la Iglesia o al mundo que hay en la Tradición lo que no hay. Lo que hay en la Tradición es objetivo, ahora de 2,000 años de edad, está por arriba del Papa y le establece límites a lo que el Papa puede enseñar, tanto como el precepto del Padre establecía límites a lo que Cristo como hombre enseñaría.

Entonces, ¿cómo pueden liberales y sedevacantistas a la par reclamar, en efecto, que el Papa es infalible aún fuera de ambos, ME y MOU? Porque ambos exageran el valor de la autoridad en relación a la verdad y entonces ellos no ven más a la autoridad de la Iglesia como el sirviente sino como el amo de la verdad. ¿Y porqué es ello? Porque ambos son hijos del mundo moderno donde el Protestantismo ha desafiado a la Verdad y el liberalismo desde la Revolución Francesa ha estado disolviendo la verdad objetiva. Y, si ya no hay más ninguna verdad objetiva, entonces por supuesto la autoridad puede decir cualquier cosa, lo cual es lo que observamos todo alrededor nuestro, y no queda nada para parar a un Pablo VI o a un Monseñor Fellay de devenir más y más arbitrarios y tiránicos en el proceso.

Santa Madre de Dios, obtén para mí amar, discernir y defender esa Verdad y ese orden provenientes del Padre, ambos sobrenaturales y naturales, a los cuales tu propio Hijo estaba sujeto como hombre, “hasta la muerte y muerte de Cruz.”

Kyrie eleison.

La Infalibilidad de La Iglesia – IV

La Infalibilidad de La Iglesia – IV on mayo 24, 2014

Al Cardenal Newman se le atribuye un sabio comentario sobre la definición en 1870 de la infalibilidad del Papa: “Lo dejó como lo encontró.” Ciertamente, esa definición no habrá cambiado en nada el poder del Papa para enseñar infaliblemente, porque pertenece a la naturaleza inmutable de la verdadera Iglesia de Dios que Dios la protegerá del error, al menos cuando su suprema autoridad enseñante está comprometida. Todo tal compromiso es ahora llamado el “Magisterio Extraordinario” de la Iglesia, pero solamente el nombre pudo haber sido nuevo en 1870, tanto como lo fue el nombre de “Magisterio Ordinario Universal.” Si el Vaticano I declaró también este último como siendo infalible, debe haberlo también sido así desde el inicio de la Iglesia. Para discernir las realidades detrás de los dos nombres, retornemos a ese inicio.

Para cuando Nuestro Señor ascendió al Cielo, El había, con su divina infalibilidad, confiado a sus Apóstoles un cuerpo de doctrina que ellos debían transmitir intacto a su Iglesia hasta el fin del mundo (Mt.XXVIII, 19–20), doctrina que todas las almas debían creer bajo pena de condenación (Mc.XVI, 15–16). Este Depósito de la Fe, o Revelación pública, Dios estaba obligado a hacerlo reconocible y accesible a todas las almas de buena voluntad in cuanto obviamente el verdadero Dios nunca podría condenar eternamente un alma por rechazar creer en una mentira. A la muerte del último Apóstol, este Depósito no solamente era infalible sino también estaba completo.

Luego, desde los Apóstoles en adelante, ¿protegería Dios a todos los hombres de Iglesia para que nunca enseñasen error? De ninguna manera. Nuestro Señor nos advirtió de guardarnos de los “falsos profetas” (Mt.VII, 15) y asimismo San Pablo advirtió contra los “lobos voraces” (Hech.XX, 29–30). Pero ¿cómo podía Dios permitir tal peligro para sus ovejas como lo es el de pastores errados? Porque El no quiere para su Cielo ni pastores robots ni ovejas robots, sino pastores y ovejas que, ambos, habrán usado el libre albedrío que El les dio para enseñar o para seguir a la Verdad. Y si una masa de pastores traiciona, El puede siempre suscitar un San Atanasio o un Monseñor Lefebvre, por ejemplo, para asegurar que su Verdad infalible permanezca siempre accesible a las almas.

Sin embargo, ese Depósito estará incesantemente expuesto a los lobos voraces adicionando error a él o sustrayendo verdad de él. Entonces, ¿cómo Dios lo protegerá a pesar de ello? Garantizando que siempre que un Papa compromete todas las cuatro condiciones de su completa autoridad enseñante para definir lo que pertenece a ese Depósito y lo que no, él estará divinamente protegido del error – lo que llamamos hoy en día el “Magisterio Extraordinario” (Noten como este Magisterio Extraordinario presupone al infalible Magisterio Ordinario y no puede agregar a él ni verdad ni infalibilidad sino solamente una mayor certeza para nosotros seres humanos). Pero si el Papa compromete algo menos de todas las cuatro condiciones, entonces su enseñanza será infalible si se corresponde con el Depósito transmitido por Nuestro Señor – hoy en día llamado “Magisterio Ordinario Universal,” pero falible si no está dentro de ese Depósito transmitido, o Tradición. Fuera de la Tradición, su enseñanza puede ser verdadera o falsa.

Así no hay círculo vicioso (ver CE 357 de la semana pasada) porque Nuestro Señor autorizó a la Tradición y la Tradición autoriza al Magisterio. Ciertamente es la función del Papa declarar con autoridad lo que pertenece a la Tradición y él estará divinamente protegido del error si él compromete su completa autoridad para hacer eso, pero él puede hacer declaraciones fuera de la Tradición en cuyo caso él no tendrá tal protección. Ahora bien, las novedades del Vaticano II tales como la libertad religiosa y el ecumenismo están bien alejadas de la Tradición de la Iglesia. Por eso no caen bajo ni el Magisterio Ordinario del Papa ni su Magisterio Extraordinario, y todos los disparates de todos los Papas Conciliares no obligan a Católico alguno a hacerse sea un liberal o un sedevacantista.

Kyrie eleison.

La Infalibilidad de La Iglesia – III

La Infalibilidad de La Iglesia – III on mayo 17, 2014

Las alocadas palabras y actos del Papa Francisco están al presente conduciendo hacia al sedevacantismo a muchos Católicos creyentes, lo cual es peligroso. La creencia que los Papas Conciliares no han sido y no son Papas puede comenzar como una opinión, pero demasiado a menudo uno observa que la opinión se convierte en un dogma y luego en una artimaña mental acorazada. Pienso que las mentes de muchos sedevacantistas se cierran porque la crisis sin precedente del Vaticano II ha causado a sus mentes y a sus corazones católicos una agonía que halló en el sedevacantismo una solución simple, y ellos no tienen ningún deseo de re-abrir la agonía re-abriendo la cuestión. Así que ellos absolutamente hacen cruzada para que otros se les unan en su simple solución y, haciendo tal cosa, muchos de ellos – no todos – terminan desplegando una arrogancia y una amargura que no son signos ni frutos de un verdadero Católico.

Ahora bien, estos “Comentarios” se han abstenido de proclamar con certeza que los Papas Conciliares hayan sido verdaderos Papas, pero al mismo tiempo han argumentado que los argumentos sedevacantistas de costumbre no son ni concluyentes, ni obligan en conciencia a los Católicos, como algunos sedevacantistas quisieran hacernos creer. Retornemos a uno de sus más importantes argumentos el cual es de la infalibilidad Papal: los Papas son infalibles. Ahora bien, los liberales son falibles y los Papas Conciliares son liberales. Por consiguiente no son Papas.

A esto uno puede objetar que un Papa es ciertamente infalible solamente cuando él compromete las cuatro condiciones del Magisterio Extraordinario de la Iglesia, enseñando 1 como Papa, 2 sobre la Fe o la moral, 3 definitivamente, 4 obligando en conciencia a todos los Católicos. Después de lo cual los sedevacantistas y liberales a la par replican que la enseñanza de la Iglesia es que el Magisterio Ordinario Universal es también infalible, entonces – y aquí está el punto débil en su argumento – siempre que el Papa enseña solemnemente aún fuera de su Magisterio Extraordinario, él debe también ser infalible. Ahora bien, la enseñanza liberal Conciliar es solemne. Por consiguiente debemos devenir o bien liberales o bien sedevacantistas, dependiendo por supuesto en quien está esgrimiendo este mismo argumento.

Pero lo que distingue la enseñanza que pertenece al Magisterio Ordinario Universal de la Iglesia no es la solemnidad con la cual el Papa enseña fuera del Magisterio Extraordinario, sino si lo que él está enseñando corresponde o no a lo que Nuestro Señor, Sus Apóstoles y virtualmente todos sus sucesores, los obispos de la Iglesia Universal, han enseñado en todos los tiempos y en todos los lugares – en otras palabras, si corresponde a la Tradición. Ahora bien, la enseñanza Conciliar (ejemplo libertad religiosa y ecumenismo) está en ruptura con la Tradición. Por consiguiente los Católicos hoy en día no están obligados de hecho a devenir o liberales o sedevacantistas.

Sin embargo, tanto liberales como sedevacantistas perseveran en su exageración de la infalibilidad Papal por razones que no carecen de interés, pero esa es otra historia. De cualquier manera no se entregan fácilmente, y así es que retornan con otra objeción que merece ser respondida. Ambos dirán que argumentar que la Tradición es lo que distingue al Magisterio Ordinario es montar un círculo vicioso. Porque si la autoridad enseñante de la Iglesia, o Magisterio, existe para decir lo que es doctrina de la Iglesia, como lo hace, entonces ¿cómo puede la doctrina católica decir al mismo tiempo lo que es Magisterio? O bien el maestro autoriza lo que se enseña o bien lo que se enseña autoriza al maestro, pero no pueden ambos al mismo tiempo autorizarse mutuamente. Así que argumentar que la Tradición que se enseña autoriza al Magisterio Ordinario que está enseñando, está equivocado, y entonces el Papa es infalible no solamente en su enseñanza Extraordinaria, y entonces debemos devenir sea liberales sea sedevacantistas, ellos concluyen.

El porqué no hay círculo vicioso debe esperar hasta la próxima semana. Es tan interesante como el porqué ambos sedevacantistas y liberales caen en el mismo error sobre la infalibilidad.

Kyrie eleison.

Ordenaciones Nuevas – I

Ordenaciones Nuevas – I on mayo 10, 2014

¿Deberían los sacerdotes ordenados con el nuevo rito de Ordenación de 1972 ser condicionalmente re-ordenados con el antiguo y ciertamente válido rito de Ordenación? La doctrina católica sobre la validez de los sacramentos es clara, pero los ritos sacramentales de la Neo-Iglesia parecen haber sido diseñados para conducir gradualmente a la invalidez (ver EC 121 del 31 oct.2009). El problema es el “gradualmente.” ¿Cuán avanzado estaba ese proceso gradual en cualquier caso específico? Tal vez sólo Dios lo sabe con seguridad. Pero comencemos por la doctrina clara.

Uno puede decir que un sacramento católico involucra cinco elementos: Ministro, Intención, Materia y Forma, que son esenciales para la validez, y Rito rodeando a la Forma que puede ser importante para la validez por su repentino o gradual impacto en la Intención del Ministro. Para las Ordenes Sagradas, el Ministro debe ser un obispo válidamente consagrado; la Intención es su intención sacramental (no moral) para ordenar, para hacer lo que la Iglesia hace; la Materia es su imposición de ambas manos en la cabeza del hombre a ser ordenado (las mujeres no pueden ser válidamente ordenadas para el sacerdocio de Cristo); la Forma es la fórmula crucial o serie de palabras en el rito que expresan el conferir el sacerdocio; el Rito es todas las otras palabras rodeando a esa Forma y prescriptas en el rito ceremonial de Ordenación.

En un nuevo rito de Ordenación, si ambas manos se imponen en la cabeza, la Materia no es problema. La nueva Forma en Latín es, si algo, más fuerte para la validez que la antigua Forma en Latín (debido al “et” en lugar de un “ut”), pero las traducciones vernáculas necesitan ser verificadas para asegurarse que ellas claramente expresan la gracia del sacerdocio a ser conferido. La mayoría de ellas seguramente lo hacen. Donde los problemas reales de validez se originan es con el Ministro y la Intención, debido a la erosión gradual de la Intención Católica a causa de los acatólicos nuevos Ritos.

Pues, en cuanto a la Intención, cualquier obispo hoy en día ordenando un sacerdote seguramente tiene la intención de hacer lo que la Iglesia hoy en día hace, enhorabuena, pero, ¿qué es eso en su mente? ¿Qué es un sacerdote en la Neo-Iglesia? ¿Acaso no es que el antaño renovador del Sacrificio del Calvario mediante la Presencia Real está siendo reemplazado lento pero seguro por los hoy en día coordinadores de excursiones campestres eucarísticas? ¿Cuán avanzado está este proceso en una diócesis dada del mundo? ¿Es que éste o aquel obispo tenían en mente un Sacrificador o un excursionista como siendo lo que la Iglesia hace? El comportamiento exterior del obispo ordenante indicará su Intención, pero sólo Dios lo puede saber con seguridad. Ciertamente muchos nuevos Ritos de la Misa se inclinan hacia el excursion ista y el nuevo Rito de Ordenación rodeando a la Forma no puede más que ayudar, debido a su severamente disminuido contenido católico, a socavar gradualmente la Intención sacramental de un obispo ordenante.

Y, en cuanto al Ministro, si el obispo ordenante fue él mismo consagrado obispo con el nuevo rito de Consagración, asumamos que la ambigüedad de la nueva Forma de Consagración es suprimida por las palabras inmediatamente siguientes. Sin embargo, dudas como las arriba mencionadas en cuanto a la Intención del obispo consagrante deben surgir: ¿consideró él, y por consiguiente tuvo como su Intención, que la Iglesia hoy en día consagra hacedores de Sacrificio o de excursiones campestres? Tales preguntas a menudo carecen de respuestas claras.

Breve, si fuera Papa, pienso que requeriría que todos los sacerdotes u obispos ordenados o consagrados con los ritos “renovados” deberían ser condicionalmente re-ordenados o re-consagrados, no porque creyera que ninguno de ellos fueran verdaderos obispos o sacerdotes, por el contrario, sino porque cuando de sacramentos se trata, toda seria duda debe ser removida, y esa sería la manera más simple de remover toda posible duda. La podredumbre de los sacramentos de la Neo-Iglesia no puede dejarse merodeando.

Kyrie eleison.

Adios, FSPX

Adios, FSPX on mayo 3, 2014

Malas noticias desde Francia: la lucha de 40 años de la Fraternidad San Pío X por la Fe contra los modernistas en Roma está prácticamente acabada. Oh, los prioratos, escuelas y seminarios de la Fraternidad y los conventos y monasterios asociados continuarán funcionando para proveer, al menos por un tiempo, sacramentos válidos y doctrina decente, manteniendo todas las apariencias de la Tradición, pero la lucha esencial por la Fe completa será censurada, o auto-censurada, hasta desaparecer. Parece que solamente un número limitado de más sacerdotes tendrán la comprensión del trabajo de Monseñor Lefebvre y el coraje necesario para romper filas y zafarse.

La noticia es que los modernistas en Roma están ofreciendo a la Fraternidad un “reconocimiento de tolerancia,” sin la necesidad de ningún acuerdo formal o documento firmado tales como los que levantaran tanta oposición dentro de la FSPX a un negocio con Roma en la primavera y verano del 2012. He aquí la esencia de cómo el Segundo Asistente de la Fraternidad, el Padre Alain Nély, lo expresó, con entusiasmo, a dos religiosos hace tres meses: “La solución para la FSPX será su reconocimiento unilateral por parte de Roma . . . no se nos pedirá firmar nada . . . para ver como las cosas evolucionan . . . veremos.”

Para prevenir que tal revelación se difunda, el Superior General de la Fraternidad escribió a los dos religiosos para afirmar que habían malinterpretado los comentarios del Padre Nély, porque no había ningún tipo de “acuerdo” en vista. Por supuesto que no. En eso reside la astucia del propuesto “reconocimiento” sin firma. Permitirá a números de sacerdotes de la FSPX pretender que nada habrá cambiado, para así poder continuar con sus ministerios como antes. Así mismo se reporta que Monseñor Fellay mismo dijo recientemente a los seminaristas de la FSPX en Zaitzkofen: “No hay ninguna duda, no firmamos en absoluto ningún acuerdo, etc., etc.” Sin embargo, diez minutos más tarde, “Pero si Roma propone un reconocimiento de tolerancia para nosotros, esa es otra cosa, eso sería muy bueno.”

Y así hay toda probabilidad, y más temprano que tarde, que un gran número de sacerdotes de la FSPX seguirán dócilmente a sus líderes oficiales en el amplio abrazo de los amorosos modernistas en Roma, un abrazo que devendrá con el tiempo tan apretado como sea necesario como para sofocar cualquier esfuerzo remanente para luchar contra el mortal modernismo que está acabando de matar a la Iglesia oficial y poniendo a millones de almas en el camino al Infierno. En retrospectiva, se puede adivinar que Monseñor Fellay ha trabajado hábilmente con los Romanos hacia este abrazo por al menos los últimos 15 años. Monseñor de Galarreta ha visto lo que está en juego, pero se pasó al lado de Monseñor Fellay. Monseñor Tissier también ve claramente el peligro mortal para el trabajo de Monseñor Lefebvre, pero no ve la necesidad de seguir el ejemplo que Monseñor le dio de poner la Fe antes que todas las reglas normales de obediencia y unidad.

Así que, queridos amigos, si deseamos mantener la plenitud de la Fe y ayudar a otros a hacerlo, debemos por lo menos interiormente zafarnos. No tengan miedo. Mantengan la cabeza fría. No hay necesidad de desánimo ni desesperación. Dios no cambia, y la lucha por Su causa deviene más gloriosa que nunca. Sacerdotes, estén alertas, y sobre todo no se engañen a sí mismos con que nada está cambiando en la Fraternidad. Ya ha esencialmente cambiado. Fieles, estén alertas también, y oren, y Dios les dará los líderes y Sacerdotes de sus oraciones. En Dios confiamos, y en su Santísima Madre.

Kyrie eleison.